Partida Rol por web

El montaraz se afanaba en poder hacer el torniquete para parar la hemorragia y no pudo ver como el enano acabó con la vida de aquel miserable animal. Las palabras del mediano fueron las que le hicieron comprender la situación. Sentado en el suelo con la pierna estirada colocó el trozo de tela alrededor y esperó un poco a que hiciese efecto.

Tomo un poco de aire por la carrera y bajo el arma para descansar el brazo. Observo el animal en el suelo con preocupación y mis ojos se mueven hacia la espesura.

"- Por fin está muerto- le contesto a Mut entre una y otra bocanada de aire-. Tampoco había visto antes animal como este... esperaba con cierta precaución y hasta temor a los insectos que habían mencionado, pero no tenía idea que podíamos toparnos un cazador así".

Empujo hacia la maleza el cuerpo del animal para que quede oculto. Si bien otra bestia podría encontrarlo fácilmente, no sé si son animales lo único que habita este lugar y evitar que otros se percaten de las heridas de nuestras armas que tiene la fiera no me resulta mala idea.

"- Es verdad... primero sería bueno dar un momento de descanso a Eadar y luego seguir. Además, Mut, sería bueno que vayas viendo hasta dónde podremos caminar antes que la noche nos atrape. Si llegásemos a encontrarnos con otro animal nuestro tiempo de caminata se reducirá drásticamente- le digo a mi compañero".

La bravura del enano había terminado con la bestia, ¡y por los dioses que había sido toda una hazaña!

-Angainor, amigo.. ¡Has demostrado gran valor y pericia, te felicito! Estáis en lo cierto, Eadar no está en las mejores condiciones de proseguir la marcha. El torniquete le dificultará el avance, pero yo caminaré con él. Cuando nos aseguremos de que no hay peligro y podamos proseguir, voto por hacerlo. Estamos en medio de la nada, y los peligros acechan..

Y miré de nuevo hacia la tupida floresta con desconfianza.

Ted comprueba que el animal está totalmente muerto y sigue con sus arma en la mano.

A Eadar comienza a hacerle efecto el torniquete, en un par de minutos estará listo para proseguir. Mientras no haga movimientos bruscos la herida permanecerá cerrada. Pero con el torniquete quitado, cualquiera sabe que un torniquete no puede permanecer puesto muchos minutos o se pierde la extremidad, y que moverse con el puesto tampoco es efectivo, aunque Lorgan parece desconocer este hecho.

Angainor se encarga de arrastrar al animal hacía los matorrales cercanos a la senda cuando, este parece escuchar algo y se interna un poco más…

Cuando arrastras el animal al lateral te parece escuchar un sonido agudo. Cuando prestas un poco más de atención parecen como maullidos. Tras un matorral, junto a una roca vez a un par de “gatitos” Unca. No hace falta ser muy estudioso para saber que el que matasteis era una hembra. Posiblemente os atacó en protección de su camada.

Un sonido parece surgir entre los árboles que me invita a revisar la zona. Me adentro un momento entre la maleza para regresar al poco tiempo al camino, junto a los demás. Mi rostro se gira brevemente hacia donde se encuentra ahora oculto el cuerpo del animal.

Llevo mi mano a mi rostro, refregando mis ojos con mis dedos como si tratase de digerir el errado fin de la bestia. "- Esa cosa era... una hembra. Acabo de ver los cachorros en la arboleda, la madre ha entrado en alerta por el accidente del árbol y quería defender sus crías- le comento a los demás".

Durante todo este tiempo me he enfrentado tanto a orcos y bestias como a hombres, pero siempre con una clara diferencia entre los que hacían lo malo y los que intentábamos defendernos o terminar esos actuares. Y ahora, viendo a mi compañero herido, sabiendo que hicimos lo que era necesario para defendernos, aun así siento un remordimiento en mi estómago al ver las crías indefensas.

"- Si las dejamos ahí serán alimento de algún animal- comento mirando al suelo y refregándome las manos-. Podíamos, tal vez, llevarlos y luego dejarlos en el campamento... podrían ayudarles allí en el futuro, crecidos y domesticados- agrego con voz trémula-. Por otra parte, no sé que tan mal está la herida de Eadar... tal vez no pecaríamos de prudentes regresando al puesto y curando adecuadamente esa pierna- expreso, acercándome a mis compañeros con una venda en mano para ayudar la herida".

Me asomé al lugar donde Angainor había visto a las crías. No es de extrañar que la madre estuviese tan furiosa, pues además de hambrienta, quizás trataba de defender a su prole. Mi corazón se compadeció de ella en parte, y la admiré secretamente por su valentía de morir protegiendo a sus hijos.

-Llevas razón, amigo Angainor. Tal vez les sean útiles allí. En esta espesura no les espera largo futuro. Y respecto a Eadar, ¿cómo te encuentras, amigo? ¿Podrías caminar?

El haber perdiddo tanta sangre puede ser un problema, a pesar de que el cuerpo humano es sabio, y la restituye en poco tiempo. Cierto es que no se puede forzar la curación, o será aún peor.

Los cachorros se movían inquietos, y me atreví a tomar uno en mi mano. Se asemejaba a un gatito manso y algo torpe, nada que ver con la bravura y fiereza de su madre. Bien dirigido y entrenado, éste animal podría ser un arma mortal.

Observo a los cachorros y en mi mente surge una idea de llevarme uno para que me acompañe en mis correrías. Visto la ferocidad del madre no descarto que sean buenos guardianes aunque también lamento que no crezcan al lado de su madre.

- La verdad es que es una pena...pero Angainor no podíamos saber el motivo ya que nos atacó de repente...así que lo mejor será que llevemos a los cachorros al campamento...o que nos lo quedemos nosotros y cuidemos de ellos si es vuestro parecer...al fin y al cabo somos culpables de su orfandad.

Eadar una vez con el torniquete descansó esperando que hiciese efecto. Sabía que no podía tener el torniquete puesto más de diez minutos seguidos, y que moverse sería contraproducente. Así fue que cuando sus compañeros le preguntaron, Eadar comentó:

-Necesito un momento. Además creo que no os podré ser útil en este estado. No me parece absurdo volver al campamento. Comentó lamentándose de su situación.

-Creo que en un rato podré caminar hasta el campamento, pero nada más. Así soy más un estorbo que una ayuda. Lo siento chicos.

Tras un par de minutos de descanso la herida de Eadar se cerró y dejó de sangrar por lo que podía darse la herida por curada aunque aún doliese un poco.

Pudisteis ver que había dos gatitos Unca, tendrían dos o tres meses de vida y debían de pesar unos tres kilos cada uno. En estos momentos no parecía que hubiesen más animales salvajes en la zona. En vuestra mano está que hacer con ellos y si vais a volver al campamento o no.

- Compañeros es hora de que decidamos qué hacer con estos pequeñajos... - miro para ellos y digo - ...la verdad es que son adorables...aunque luego crecerán y serán más peligrosos...ya sabéis que los gatos son muy suyos y estos son gatos muy grandes...podemos llevarlos al campamento y de paso Eadar descansa y le revisamos mejor la herida. Sobre todo debemos desinfectarla bien...¿qué opinas Eadar?

Eadar miró al mediano y asintió cabizbajo por la vergüenza:

-Creo que es buena idea. Quizá pasar el día en el campamento me permita recuperarme mejor. Siento ser un estorbo más que una ayuda.

Miró hacia los pequeños animales y corroboró que quizá la mejor manera de que pudiesen salir adelante era alimentarlos. Y mejor sitio que en el campamento, no conocía.

Me acerco de a poco a los cachorros, mirándoles detenidamente. "- Bueno yo...- digo y mis palabras se cortan". Luego miro de reojo mi arma y giro mi rostro hacia donde se encuentra el cuerpo de la madre oculto. Me pongo a pensar en las travesías que tenemos con los demás muchachos y también a mi cabeza llega el tiempo en solitario entre viaje y viaje en Sook Oda. Y vuelvo a mirarles con una sonrisa en mi rostro.

"- No sé si ambos, pero aunque sea podría quedarme con uno de ellos y cuidarlo... digo, se los debo, ¿verdad?- expreso mirando a los pequeños-. Aunque no los veo del tipo de animales que estén a gusto bajo tierra ya se verá que hacer- agrego echando unas risas".

Las palabras de Eadar llaman mi atención mi acerco un poco a él. "- Nada nada, que ni estorbo ni nada, somos una unidad y nos necesitamos entre todos. No te me pongas blando humano... al montaraz Eadar lo recuerdo siempre por su bravura- le digo con una sonrisa amistosa y ambas manos en mi cintura".

Me quito la capa y le hago uno y otro doblez tratando de convertirla en una suerte de bolso o mochila improvisada y me acerco otra vez a los cachorros para meterlos dentro y continuar con el viaje. "- Opino lo mismo que el amigo hobbit- comento- lo mejor va a ser volver y reponer energías".

Los amigos se decantaban por regresar, y yo no difería de la opinión general.

-Eadar, como Angainor dijo, nada de estorbo. Cualquiera pudo haber resultado herido, y tu bravura nos ayudó a vencer. Regresemos al campamento, hoy ya hicimos mucho, y recorrimos parte de la senda. Respecto a estos nuevos compañeros.. -dije, acariciando el que aún tenía en mi mano, que había comenzado a mordisquearme el puño de cuero-.. Me parece bien la idea de quedárnoslos. Éste me cae simpático. Si alguien tiene el interés y la paciencia de adiestrarlo, no tengo problema en cederlo. El tío Lorgan le dará sabrosos trozos de carne igualmente, aunque no se quede conmigo, jaja.. ¿Alguien más lo quiere? -pregunté.

El bribón me seguía mordiendo, y gruñía levemente. Para lo que habíamos visto de la madre, este unca tenía un comienzo prometedor como cazador.

- Yo debo pensármelo...aunque me gusta la idea de tener una mascota feroz y buena cazadora...mi tamaño hace posible que no me tengan demasiado respeto... - digo mirando para los cachorrillos - ...de todas formas estaría bien tener una mascota en el grupo, y sus sentidos podría velar por nuestros sueños en muchas guardias...

Recojo las flechas que no acertaron y pude recuperar para ver si es posible repararlas o están aún en buen estado. Luego comenzamos a caminar hacia el campamento.

- En cuanto lleguemos encenderé un buen fuego y buscaremos algo de comida para Eadar y agua fresca que le vendrá bien...

Examino los alrededores en busca de algo que parezca comestible para preparar una buena sopa a Eadar. No conozco muchas de las plantas que hay pero espero reconocer alguna comestible.

Lo que quedó claro fue que el grupo iba a volver al campamento y con los pequeños felinos que gimoteaban y no podían evitar lanzar algún vistazo de incomprensión hacía el cuerpo de su madre.

Mut comenzó a buscar por los alrededores algo para comer, pero no obtuvo resultado y a la media hora desistió. Así que ya definitivamente volvisteis sobre vuestros pasos.

No sería aún el medio día cuando llegasteis al campamento. Por fin a salvo, un peso se os quitaba del alma al salir de nuevo de aquel bosque. El patrón salió a recibiros, escrutando vuestros rostros dijo  – Vaya, no se si alegrarme por verlos de vuelta o enfadarme por veros tan pronto por aquí ¿Qué ha sucedido? – Fue inevitable que no se percatara de la presencia de los cachorros, aunque primero esperó a vuestras explicaciones.

El trayecto de vuelta fue algo más largo debido a la cojera de Eadar que avanzaba despacio, incluso apoyado en alguno de sus compañeros de vez en cuando.

Cuando finalmente llegaron Eadar respiró aliviado pues deseaba llegar para descansar. Las palabras de Groan le hicieron elevar la mirada y mientras buscaba un lugar para sentarse contestó:

-Hemos tenido un imprevisto. Hemos sido atacados por un felino y he resultado herido. Hemos tenido que volver. En este estado no podíamos continuar. Dijo mientras señalaba su pierna y el paño que llevaba atado alrededor de la herida para evitar que se ensuciase más.

- Ha sido mala suerte, nos acercamos a su refugio que estaba al lado del camino... - digo mientras me preparo para prepararle una sopa a Eadar pero antes toca limpiar sus heridas - ...¿hay alguna fuente cerca? debería limpiarle las heridas y vendarlas adecuadamente...

-Cierto -corroboré la historia de mis amigos-. Eadar resultó herido al defendernos, necesita descanso y cura. Y estos cachorros-dije, alzando el que llevaba- son los hijos de la fiera. Pensamos hacernos cargo de ellos y adiestrarlos adecuadamente, podrían ser una muy buena forma de defensa.. o de ataque -a estas alturas estaban ya inquietos y hambrientos, y se revolvían con gruñidos guturales que recordaban a los de un gato enfadado-. Nosotros nos haremos cargo de ellos, no serán ninguna molestia en el campamento.. Pero ahora, lo primero es atender a Eadar. Confiaba en que no habría ningún problema en tenerlos, pero nunca se sabe. Decidí ser franco con el capataz, y ojalá entrase en razón. Al comer ya buscaría algo para ellos, pero ahora nuestro amigo tenía la preferencia. Sin duda un reparador descanso y cuidados médicos adecuados podrían lograr su pronto restablecimiento.

Finalmente volvemos nuestros pasos hacia el campamento, desandando el camino y lanzando varios ojos por doquier para evitar tener más problemas. Mientras nos alejamos del cuerpo de la madre, veo cómo los cachorros se van extrañando más y más, sin comprender qué pasa.

"- Nch nch nch, gatitos bonitos... - digo por lo bajo sonriendo y haciendo sonidos con la boca para llamar la atención de los pequeños". De a momentos veo observando a alguno de mis compañeros, por lo que vuelvo a curtir mi rostro y sigo caminando.

Al llegar al campamento, la recepción del capataz resulta inevitable. Escucho las explicaciones de mis compañeros y me limito a asentir. "- Mejorado de las heridas y descansado, preferible será tanto para él como para nosotros... no podemos saber si nos encontraremos algo más en el camino- agrego a lo dicho por los demás". Luego escucho los comentarios de Lorgan y también expreso: "- Es verdad, como dice mi compañero, estarán aquí durante nuestra estancia en el campamento y luego los llevaremos, no generarán problema alguno, son sólo unos cachorros".