Partida Rol por web

Mala suerte. El flechazo del montaraz no había surtido efecto. Sin embargo Angainor es hábil y consigue retener a la criatura durante al menos unos segundos. Quizá los suficiente para abatir a aquella aberración. Eadar duda, pues sabe que en cuerpo a cuerpo es más efectivo, sin embargo la herida en su pierna le hace pensárselo dos veces. Finalmente coloca una nueva flecha sobre el arco y se prepara para un segundo disparo.

La red vuela hacia la criatura y se engancha en su pierna, evitando que escape por los aires y dándonos algo más de tiempo. Las flechas surcan el aire y continúan hiriendo a la bestia, debilitándola cada vez más.

Presiono mi pierna contra el suelo y el dolor vuelve a mí, pero no es momento, es necesario aguantar un poco más. Vistas mis manos libres, tampoco enseguida mi escudo y maza y sujeto ambos con fuerza. Y sin pensarlo dos veces, me lanzo hacia la criatura para atacarle mientras es posible aprovechar la situación.

Mut (35): 120-10= 110 -> 13C -> Pecho 1xas At1

Eadar (20) [45 de 45 Necesita reposo o -2xAs]: Apunta

Tica (20) [2 de 90 -45 actividad -1xas aturdido 1]: Aturdido

Angainor (15) [41 de 59, -1xas -10 act -2 Arma]: 78+10-30 +20 = 78 - > 0 por cambiar de arma

Lorgan (10): Dispara -> 80 -> 0

El primero en disparar en esta ocasión es Lorgan, pero por desgracia su flecha sale desviada por encima de su objetivo. El disparo del pequeño Mut es más certero y se clava en el pecho del hombre pájaro, este se tambalea, ha perdido mucha sangre y está al límite de sus fuerzas y sigue aturdido. Lanza un desesperado y horrible graznido que de poco le va a servir.

Eadar se prepara para disparar de neuvo y apunta con su arco. Angainor, ha de sacar su arma y con ello pierde un tiempo valioso, que aunque consigue atacar, su maza pasa rozando la cabeza del animal que consigue esquivarlo en el último momento.

Mi disparo es malo, pero gracias a los dioses somos varios tiradores habitualmente certeros, y Mut tiene mejor fortuna que yo.

No debo dejar que mi ánimo decaiga, ni que el ser extraño huya. Parece más debilitado, hemos de aprovechar esa ventaja.

-¡Vamos, amigos! ¡Hemos de acribillarlo antes de que pueda atacarnos!

Apunto al ave, sin disparar, esta vez. La urgencia no debe apremiarme. Apunto hacia su pecho, su posible corazón, y me concentro en mi flecha, en mi futuro disparo, fundiéndome en uno con mi arco.

El montaraz observa la descarga de flechazos de sus compañeros. La criatura parece aturdida. El grupo toma ventaja y hay que aprovecharla. Dejar pasar esta oportunidad seguramente fuese un grave y terrible error.

Las palabras de Lorgan alientan a Eadar a soltar su flecha esperando perforar a la criatura, sin embargo se hace complicado si no se quiere dar a Angainor que ha entrado en el combate cuerpo a cuerpo. Los movimientos desesperados de la criatura y los pasos seguros y enérgicos del enano hacen difícil un buen tiro. Pero no hay tiempo para esperar. Dejar pasar el tiempo les podría poner en su contra la situación. El montaraz suelta la cuerda del arco dejando escapar la flecha que vuela indecisa hacia el combate.

Sin pensarlo mucho cargo una flecha en el arco y disparo contra la bestia. No ha sido el mejor de mis disparos pero espero poder apuntillarlo ya que veo que mis compañeros también han pensado que le quedaba poca vida al monstruo volador.

- Acabemos con él... - digo mientras pienso ya en preparar otra flecha para mi siguiente acción.

Ataques van y vienen, el silbido en el aire se siente con fuerza al pasar las flechas cerca. Algunas se alejan y otras golpean de lleno en el hombre-pájaro. Me lanzo con mi maza intentando golpearle pero no lo logro. El ser se mueve torpemente, grita, parece aún aletargado.

Los gritos de mis compañeros se sienten con fuerza, los ánimos, las ganas con que el embate se produce. El semblante de la bestia... parece cansado y la sangre muestra ya que parte de sus fuerzas le han dejado. No podemos desaprovechar la situación. Me muevo enseguida y, sin dudarlo, nuevamente ataco.

Mut (35): 120-10= 110 -> 13C -> Dispara y falla

Eadar (20) [45 de 45 Necesita reposo o -2xAs]: Dispara y falla

Tica (20) [-25 de 90 -45 actividad -1xas]: Se desaturde y muere

Angainor (15) [41 de 59, -1xas -10 act -2 Arma]: 146 - 20 +10= 136 -> 21E + C-> Antebrazo -5 At1 -> Lo mata

Lorgan (10): Apunta

La disparo de Eadar no sale muy afortunado y se estrella contra el muro. El de Mut también es esquivado por el animal que se resiste a morir.

Se tambalea una vez más, lorgan apunta de nuevo y el enano se lanza al ataque con todo. Su maza impacta en una de sus alas, se escucha un crujido y el hombre pájaro grita horriblemente de nuevo, pero esta vez es el grito de la muerte. Su sangre de un rojo tan oscuro que parece negro sale a borbotones y cae al suelo. El combate ha finalizado, el hombre pájaro ha sido derrotado.

La euforia hizo presa de mí, al ver cómo el ser alado caía muerto.

-¡SIIIII! ¡Lo hemos vencido! ¡Ésto se merecerá una buena cerveza fría cuando regresemos a la ciudad! -me permití unos minutos de descanso, antes de decir:

-¡Voy a inspeccionar la sala, a ver qué podemos encontrar por aquí!

A decir verdad, no tenía ninguna gana de revisar nada, sólo quería descansar. Pero no estábamos libres de cualquier otro ataque, visto lo visto, así que me dispuse a observar todo aquello que pudiese ayudarnos a saber si tendríamos más visitas inesperadas, o quizás alguna arma útil de los malhadados cadáveres que sirvieron de alimento al ave.

Por fin el hombre-pájaro es abatido. Logramos terminar con su amenaza y hemos cumplido con nuestra promesa de dar caza a semejante bestia. 

- Puede que algún día canten canciones con nuestra hazaña...- comento a mis compañeros. 

Inspecciono la torre en busca de cosas interesantes, en especial de objetos que nos reporten beneficio para futuros viajes o aventuras. 

La presión en mi brazo se afloja de a poco al pasar el golpe, el sonido y el crujir de los huesos del ser. Se ve al hombre-pájaro tambalear y caer por última vez, bajo su propia sangre. Mi cuerpo también se tambalea un poco, doy un paso y otro, y finalmente me freno, apoyando manos en mis rodillas, respirando de forma apurada para recobrar de a poco el aliento.

Miro a mis compañeros y sonrío. "- Por fin lo logramos...- expreso". Y luego observo otra vez a eso, al hombre-pájaro, y no puedo más que preguntarme quién o qué es, de dónde proviene y por qué estaba aquí.

Recobrada la compostura, camino hacia los demás, dispuesto a revisar el lugar e irnos junto con Therge de nuevo a la ciudad. "- Yo me apunto a esa cerveza, me has convencido al momento- comento a las palabras de Lorgan, antes de echar a reír un poco".

La criatura agoniza, se revuelve consciente de que su final se encuentra cerca. Y así es que maese Angainor con un certero golpe acaba con la vida del hombre pájaro. El montaraz relaja inconscientemente el brazo mientras observa como la gravedad obliga a la criatura a postrarse en el suelo.

Eadar observa a sus compañeros. Parece que se encuentran bien y comparte su satisfacción con ellos con una amplia sonrisa. Sólo queda registrar la torre al completo para asegurarse que todo ha terminado y quizá encontrar algo útil entre tanta cantidad de mierda.

En esta sala no hay nada de interés pues todo es putrefacción y restos asquerosos. La sala más interesante es la inmediatamente superior, en la que visteis las monedas. Sucias sí, pero no por ello de menos valor, hay un interesante y pequeño tesoro. En los pisos interiores ya mayoría de cosas carece de interés, cacharros, trastos, quizá un poco de ropa y un poco de comida, alguna pieza tallada…

Os da una idea aproximada de que aunque el edificio sea muy anterior, en algún momento este fue ocupado por el hombre pájaro y los honnin (los hombres salvajes de estos bosques) comenzaron a adorarlo y a realizarle ofrendas (de ahí el dinero y la comida). Lo de los esqueletos con forma de hombre pájaro sigue siendo un misterio que no conseguís desvelar.

En total reunís cosas por valor de 87 monedas de oro, repartidas entre cinco (Therge) salís a 17 de oro y 4 de plata cada uno (174000 me). También recordad que tenéis un prisionero y Therge os recuerda que está pendiente conseguir la cabeza del hombre pájaro como os comentó Ferit Klorin.

- Es un pequeño tesoro que nos permitirá tomar unas cuantas pintas de cerveza...es más la primera ronda corre de mi cuenta... - digo sonriendo - ...amigos esto puede ser el comienzo de una fructífera amistad.

Una pequeña suma que repartida a partes iguales nunca viene mal. Podría pagar el pasaje al Norte pero algo me dice que mi camino va ligado a lo que decidan estos tres; al fin y al cabo hay un viejo dicho en La Comarca: "El camino junta a los de la misma calaña" y creo que en este caso nuestra naturaleza es la de ser aventureros.

- ¿Tenéis alguna idea de a dónde os dirigiréis? Tenía intención de regresar al norte pero tras conoceros espero que me permitáis acompañaros como uno más del grupo.

"- ¡Ja! Acepto esa ronda y la doblo con una de mi parte que ya me dieron ganas de volver a saborear esa oscura y picosa cerveza en la posada. Si de amistad hablas, con esas invitaciones vas por el buen camino compañero hobbit- le digo a Mut y echo a reír".

Otra batalla más, otra victoria, otra razón para agradecer a Mahal el beneplácito de permitirme continuar en pie. Mi cuerpo duele y el cansancio comienza a notarse y sentirse con ganas, pasada ya la emoción y furia de la pelea, pasado ya el peligro. Miro a Therge y me dirijo a él: "- Arriba se encuentra el hombre-pájaro sin vida... imagino que será una cuestión personal y un derecho tuyo el cortarle la cabeza para llevarla al padre del muchacho. Tú decides- le expreso a modo de consulta".

Luego, me vuelvo al hobbit: "- Pues como dirigirnos la verdad no sé... últimamente el viento y los ánimos han dirigido nuestros caminos. Pero de mi parte si algo es seguro es que: antes de ir a ningún lado necesito mi barriga llena y claramente sentaría bien tu arco a nuestro lado- digo sonriendo y agrego- ¿Qué haremos con el prisionero? Si de mi opinión se trata, es un simple hombre, un seguidor de un ser que le parecía divino al igual que a nosotros nos resultó ese mismo ser atípico, extraño... poca culpa puedo echarle de querer proteger al hombre-pájaro o a sus compañeros, de la misma forma que poca culpa puedo echar a los cazadores que intentaron proteger su lugar sagrado, pues en ambos casos probablemente yo haría lo mismo en su lugar. Creo que sería correcto dejarle ir y que siga su rumbo, no estoy seguro que nos corresponda determinar su destino- manifestándolo a mis compañeros".

Me costaba aún creer que todo hubiera acabado. Ese nido de putrefacción estaba resultándome ya demasiado hediondo, mejor no demorarse.

-¡Vayámonos de aquí cuanto antes! Opino como tú, amigo Angainor. Dejémosle ir cuando no ofrezca peligro alguno, y que encauce su vida a algún fin más provechoso -miro al pájaro difunto-. Querían su cabeza, y ya la tienen. El muchacho está vengado. Ahora nos hemos merecido un descanso y una buena reposición de fuerzas. Si Mut y Angainor invitan a una ronda, yo invito a la siguiente. Por todo lo que hemos pasado, ¡qué menos que disfrutar del zumo de cebada en buena compañía! Mut, has sido uno más en nuestra compañía, y lo serás mientras lo desees. Errantes aventureros fuimos y somos, como dice el maese enano, y los vientos nos llevarán donde haya aventuras que correr. Será un placer tu compañía -dije, poniendo una mano afectuosamente en su hombro.

Eadar sonrió ante las invitaciones de sus compañeros:

-Entonces yo no puedo ser menos que invitar a la cuarta. Está noche va a ser completa, jaja.

-Cortemos la cabeza de aquella criatura y vayamos de vuelta al pueblo. Necesito esa cerveza ya y un buen baño.

Girándose hacia Mut contestó posándole una mano sobre el hombro en signo amistoso:

-La pregunta sería al contrario maese Mut, ¿queréis vos aguantar a tres locos sin rumbo fijo? Pensaroslo mucho, pues una vez decidáis acompañarnos no dejaremos que os echéis atrás. jaja

El grupo se reparte el merecido botín, del que no hay que olvidar ese garfio cuyas propiedades tampoco están nada mal y pueden ser útiles al grupo en el futuro.

Therge aceptó lo de corcar aquella cabeza, luego usando algunos de los ropajes que habían en la torre la envolvió y la metió dentro de un saco. Ahora tocaba regresar, y aunque no había que bajar la guardia sabíais que lo duro del trabajo ya estaba hecho, sólo quedaba tratar de no toparse con ningún animal salvaje.

Además también habían varios miembros del equipo herido, especialmente Therge, pero Oturna seguramente podía hacer algo bueno al respecto. Luego con ciertas dudas pero se optó por dejar libre al prisionero. Su “Dios” había caído, no había mucho que adorar y por su aspecto ni siquiera parecía uno de los jefes que habitaba en la torre. Casi con total probabilidad tratara de buscar alguna otra tribu de los bosques.

El grupo bromea y en cuanto se llegue promete haber una noche muy animada. Éxito, dinero para gastar... Un premio más que merecido.