Partida Rol por web

Saludo con una leve inclinación a los presentes y contesto:

- Aguardaré pues. Veo que no soy el único extranjero en estas tierras lejanas, vuestro acento os delata..habláis la lengua común de manera diferente a los lugareños...

Espero a su contestación para saber más sobre ellos. Al fin y al cabo todos somos forasteros, venidos del Norte.

Al pasar a la trastienda, siento como si alguna que otra gota de sudor se escurre por mi frente. Mi respiración se acelera y comienzo a sentirme incluso incordioso respecto a la situación. Magia o medicina, el estado de mi brazo ya había hecho mella y cambiado mi estado de ánimo en más de una forma... es más, quién diría que incluso podría estar extrañado la brisa marina y una pipa con buen tabaco en cubierta.

Me siento siguiendo las instrucciones y dejo mi brazo en la mesa. Mientras lo estiro y dejo recostado voy sintiendo cómo unas agujas parecen clavarse en diferentes partes. De a momento relajo nuevamente el brazo, pero me resigno y aguanto el dolor hasta que, estirado ya, comienza a pasarse.

Ante el pedido de silencio, me limito a tomar un poco de aire y cierro mis ojos. "Un lugar feliz", me digo y mi mente trata de viajar hacia tierras familiares. Pero las palabras del humano, un cantico, comienzan y las imágenes en mi cabeza se quiebran en un instante. Un calor recorre todo el brazo y empiezo a sentir cada vez más latigazos adentro, acompañados por un ardor que hace que apriete mis dientes. En mi memoria se presente el momento en el que aquel humano golpeó el brazo, y nuevamente vuelvo a la trastienda y me miro, y siento que el dolor que tengo ahora es todavía mayor al que sentí aquella vez, como si no fuera algo contundente, como si se tratasen de miles de cortes. Y todo para.

Relajo mi mandíbula y abro los ojos de a poco. Lo que antes podría haber sido una gota de sudor, ahora es sin duda un húmedo mensaje que el dolor que trataba de aguantar ha dejado en todo mi rostro. "- Ya no siento nada- le digo con sorpresa a Min Oturna mientras muevo el brazo con tranquilidad-. El dolor se fue... puedo moverlo como sea y no duele- continúo diciéndole mientras una sonrisa se va dibujando en mi cara y agrego casi en un susurro- Estoy completo de nuevo".

Me levanto del asiento y extiendo mi brazo ahora sano hacia el curandero. "- No puedo explicarle lo que esto significa para mí... no voy a defraudarle, se lo prometo- le digo aún incrédulo por la sanación tan rápida-. Esto... muchas gracias".

El animista había finalizado lo que tenía que hacer con el enano y pese a sus años de experiencia lucía una sonrisa de satisfacción en el rostro por haber tenido éxito.

- Nada, simplemente tratad de cumplir con vuestra misión, si tenéis éxito puede que hagamos más negocios

Acompañó a Angainor de vuelta a la tienda, donde este vio que ahora había un Hobbit allí - Ah, ya llegaste - Se dirigió a Mutfast y prosiguió para el resto - Contraté a este pequeño y valiente mediano, asegura que se le da bien el rastreo, la orientación y alguna arma a distancia - El hombre os presentó oficialmente a todos por vuestros nombres - Me gustaría que formarais un buen equipo en este menester

Se quedó pensativo y su gestó mostro como que se le había olvidado algo - Hablad, hablad entre vosotros, voy a por un mapa y os enseñaré donde se encuentra la senda y el campamento base.

Angainor salió tras el señor Oturna con satisfacción en el rostro:

-¿Cómo os han dejado el brazo, viejo amigo? ¿Podréis echar un pulso esta tarde?

El montaraz sonrió a su compañero.

-Ahora no habrá orco que pueda huir de vos, maese Angainor.

Cuando Oturna informó que el pequeño hobbit iba a ser el guía no pudo más que sorprenderse. En verdad no esperaba encontra run hobbit tan al sur y mucho menos que fuese el guía de la misión. Eadar conocía la fama que tenían los medianos de pasar desapercibidos, pero desconocía que supiesen rastrear y orientarse. Enarcó una ceja por la sorpresa y ante la presentación de Oturna saludó:

-Encantado.

Saludo con una leve inclinación de cabeza al enano.

- Buenas maese enano, es raro encontrar a uno de los vuestros tan al Sur... - digo recordando las caravanas de enanos que a veces pasan por La Comarca trayendo objetos inigualables. Aún recuerdo con cariño aquel caballo de madera enano que mi madre me compró en el mercado de la cosecha.  

Asiento ante las palabras de Min Otruna, dándole a entender que estoy de acuerdo con lo que me dice, y le acompaño hacia el frente de la estancia.

Ni bien paso la puerta escucho a Eadar y levanto y doblo el brazo, cerrando el puño a la altura de mi cabeza. "- ¡Ja! Sería un total pérdida de tiempo... fuerte como una roca de nuevo... humanos, mhmp- digo y le doy una sonrisa cómplice".

Y al momento escucho una voz extraña que me saluda, a lo que me giro y me acerco para extenderle la mano.

"- Mucha agua, faltan enanas. Angainor es mi nombre, un gusto... hace mucho que no veía un banakil- le digo al hobbit".

- Mi nombre es Mutfast Lanudo, pero podéis llamarme Mut. - me presento mientras le estrecho la mano al enano mientras lo miro con una sonrisa. - ...no creo que encuentras más hobbits tan al sur...debo ser el primero de La Comarca que pisa estas tierras...

Iba a contestar a la pregunta del hobbit respecto a nuestra procedencia, cuando Oturna y Angainor salieron de nuevo, y me alegré al ver a Angainor ya recuperado.

-¿Cómo te encuentras? Después del pulso a Eadar, de levantar una jarra de cerveza con ese brazo no te va a librar nadie, ¡así que prepárate! -le dije con buen humor, al verlo ya tan recuperado. Me alegraba que hubiera sido tan efectivo lo que quiera que le hubiese hecho el anciano.

Al saber que el hobbit, además de hablador era también nuestro guía, le tendí a mi vez la mano a modo de saludo amistoso.

-Mi nombre es Lorgan, y procedo de Osgiliath. Largos viajes y grandes aventuras me han traído a estas tierras, donde he conocido a estos amigos. Ahora nos embarcaremos en otra, y será un placer que nos acompañeis, Mut.

Había conocido a hobbits en mis viajes, y reconozco que eran por lo general simpáticos. Además, su corta estatura se suplía con grandes habilidades en las cosas más dispares que uno pudiese imaginarse, así que no me extrañó que Mut fuese un gran rastreador.

-Por lo visto sois buen rastreador, maese Mut.. ¿Conocéis bien esta zona?

- Soy bueno pero no hace mucho que llegué a esta ciudad, venía con una compañía de aventureros desde el Norte pero nada más llegar a puerto mis compañeros se perdieron en los burdeles y casas de mala muerte de la ciudad...así que decidí buscarme la vida para ver si podía sacar algo en limpio de este largo viaje...y mire usted, di con Min Oturna y me ofreció trabajo. Así que aquí estoy esperando a emprender esta aventura y ver que me depara el futuro... - contesto largamente a la pregunta de Lorgan mientras le estrecho la mano también a él.

-Pues creo que hasta que partamos podremos conocernos un poco más. Aún guardo tabaco del Viejo Toby, como un tesoro, pues es mi predilecto. Si gustáis, o mis amigos también quieren, nos fumaremos una pipa tranquilamente. Creo que, si no conocéis la misión en que nos embarcaremos será mejor que os pongamos al día. No parece tarea difícil, pero nunca se sabe lo que podremos encontrar.

Mientras hablaba, saqué mi pipa y mi bolsa de tabaco, que olía extremadamente bien. No era fácil conservarlo, pero de momento aún quedaba gran cantidad. La próxima vez que tuviese oportunidad de ello, me surtiría de nuevo con otro saco repleto.

-¿Qué conocéis sobre el trabajo, maese hobbit? Quiso conocer el montaraz. Quizá el mediano les diese más información sobre lo acontecido que la que había dado Oturna hasta el momento.

- Guarda eso, mis hierbas se van a ofender – Dijo Min Oturna a su regreso desde la trastienda e interrumpiendo sin saberlo una posible respuesta de Mut a Eadar, refiriéndose al tabaco que acaba de mostrar Lorgan. Pero de inmediato rompió en carcajadas – Es broma, hombre – Y le dio una palmada en la espalda – Se acercó hasta la puerta y puso el cartel de cerrado para no tener interrupciones poco oportunas– Venid, acercaros al mostrador.

Pasó a su lado del mostrador y extendió un mapa sobre él – Aquí está, a unos cincuenta kilómetros al este de la ciudad, y a un par del camino que bordea el rio, se encuentra el campamento base del sendero que os dije. Presentaros primero allí, os firmaré un documento como trabajadores del sendero para que no tengáis ningún problema con los capataces. Por lo demás sed cautos y ojala tengáis buena suerte y se averigüe que es lo que está pasando. Por mi podéis partir mañana mismo de buena mañana ¿Preguntas?

Atiendo a lo que nos comenta Min Oturna y luego me quedo mirando el mapa para conocer bien la localización.

- Me gustaría saber dónde desaparecieron los hombres si es posible en este mapa...sería un buen lugar para iniciar las pesquisas... - comento a ver si en el pequeño mapa nos lo puede indicar con precisión y así intentar ver algún punto de referencia para podernos orientar allí.

Miro a Oturna extrañado cuando dice lo referido a mi tabaco, pero al comprobar que se trataba de una broma, río yo también.

Mut le pregunta sobre el punto de las desapariciones, es una buena cuestión. Partiendo del misterio que la propia misión encierra, cuantos más detalles sepamos, mejor será para nosotros.

-También quisiera yo saber si habrá algún problema con los capataces en que portemos armas, pues no pienso desprenderme de ellas, por lo que pueda suceder.

todos se acercaron a observar el mapa que el herborista había desplegado sobre el mostrador. El montaraz comenzó a estudiarlo e intentar rememorarlo por i no podían llevárselo. Cuando el mediano y Lorgan preguntaron, Eadar asintió. Buenas preguntas a las que era necesario dar respuesta.

Eadar observó al viejo tendero a la espera de respuestas.

Me acerco junto a los demás a ver el mapa. No soy un versado en la lectura de estas cosas, por lo que más me llama la atención es la extensión del bosque. De perdernos ahí adentro, podríamos salir aunque sería por demás molesto.

Escucho las palabras de mis compañeros y luego vuelvo mi atención al mapa, recordando algo que el hombre nos había dicho al acordar el trabajo.

"- También sería prudente que le señale a nuestro amigo hobbit el que sería un punto sin retorno... es decir, hasta dónde podríamos adentrarnos en ese bosque como tope para poder volver aún con luz del día. Usted dijo que en el día hay criaturas feroces, pero que en la noche puede haber cosas peores... prefiero no tentar las segundas de no ser necesario- le digo a Min Oturna".

El animista se dispuso a resolver vuestras dudas, primero las del mediano – Lamento deciros que no dispongo de un mapa del sendero, pero allí mismo en el campamento base os indicarán donde se haya. Por lo que sé los hombres desaparecieron en la parte más profunda del sendero.

También respondió a la cuestión del joven mago – Ningún problema con las armas, el bosque es un lugar suficientemente peligroso como para que cualquier trabajador lleve sus armas. Y con más motivo aún tras esas desapariciones

La cuestión el enano tampoco supuso un problema para el hombre – Cualquiera de mis senderos ya finalizados están hechos de forma que se puede llegar a paso normal, a lo más profundo, partiendo al alba y volviendo antes del anochecer. Y este sendero aún no llegó a tanto

Esperó pacientemente por si había alguna otra cuestión que quisierais hacerle antes de dar por concluida la reunión.

Lo cierto es que en ese momento no se me ocurría ninguna otra cuestión que preguntar. Supuse que con el tiempo y en pleno viaje, serían miles las preguntas que lamentaría no haber hecho en este instante, pero me mantuve en silencio un instante, dejando lugar a que los demás planteasen sus cuestiones si las tuvieran.

Miré el mapa de nuevo.. Si los senderos estaban hechos para ser recorridos ida y vuelta durante el día, es que algo nos impedirá recorrerlos de ese modo, si hablaba de criaturas de la noche.

-Vayamos preparados para enfrentarnos a cualquier cosa, porque.. no sabemos qué tipo de criaturas albergan esos senderos, ¿verdad?

- Desde que llegué a estas tierras he escuchado historias de felinos del tamaño de un caballo con dientes como dagas y de gigantescos olifantes que sostienen un pueblo sobre sus espaldas...no sé si son exageraciones de taberna pero ante la duda es mejor que no corramos riesgos innecesarios...como bien dice mi padre...vale más un hobbit precavido pero vivo que uno valiente pero muerto... - comento en voz alta.

Lamento que no haya mapa del sendero porque así podría haber planeado un par de rutas para inspeccionar la zona conociendo teóricamente a qué nos enfrentamos.

-Maese Oturna, ¿los capataces no le han dado explicación alguna sobre las desapariciones? ¿Algún otro tiene jornaleros en aquel lugar a parte de vos? De pronto se le ocurrieron esas dos preguntas, que si bien no aportaban mucho, les darían una idea de qué se encontrarín en el lugar.

Cuando Lorgan comentó sobre ir preparados, Eadar sonrió y tocando sus armas comentó:

-De momento con esto me siento seguro. Quizá deberíamos llevar algo de comida y agua por si, los Valar no lo quieran, tuviésemos que pasar la noche en el bosque.