Partida Rol por web

Aprovechando que Pelendur tiene entretenido a los paisanos del lugar, llamo la atención del posadero y apartándonos un poco le pregunto-Buen Señor, como ya ha notado usted somos hambres de Paz, me gustaria preguntarle si ha pasado por esta posada un hombre maduro, duro de piel de ormas rectas y maneras sencillas, pudo hacerse llamar Thorongil o Trancos.

- Thorongil.. ese nombre me es familiar, mas no recuerdo de que. Si, si, ya se, no ha estado por aqui, por mi taberna, pero si que ha visitiado Edoras, se dice de el, que es un buen amigo del Rey.

Pero... creo que se marcho, si, eso he oido, que se marcho al Este con una compañia, rumbo a la costa, donde se dice que se ha librado una batalla. Ah! tal vez habria podido participar, la ultima gesta de Erbrank, luchando contra los salvajes o los ladrones de las montañas... ah! como añoro mis tiempos de joven, cuando soñaba con madurar y tener una vida mas tranquila...  

Ah vale. Pues la verdad, si lo pusiste, no me acordaba para nada. Duda resuelta hombre.

Nethril, estaba de guarida en las orillas del rio Anduin, en la frontera del Nindalf. Era la primera hora de la noche, cuando aparecido de la nada, un grupo de orcos y hombres saltaron sobre ellos, matando a todo aquel que se cruzaba en el camino. Su numero era alto, demasiados para contarlos o para contener su embestida. No era un ataque casual. 

De aquella matanza, solo unos pocos sobrevivieron, solo aquellos que supieron ocultarse o escapar antes de que las espadas o las flechas les alcanzaran. Entre ellos estuvo Nethril. 

Cuando toda la muerte hubo terminado, el ejercito asaltante, huyo al norte, a ocultarse del sol o tal vez, para unirse a otras tropas. Sea como fuere, lo bueno es que abandonaron el lugar sin registrar los alrededores y esto les dio una oportunidad de avisar a los gobernantes. 

Nethril fue destinada al Oeste, para avisar a Rohan de un posible asalto, su compañero, Melendir, fue enviado al sur, cruzando el rio, para preparar las fuerzas de Ithilien, y su superior, Maglon, partio a Gondor, para obtener el auxilio del Senescal. 

Un dia y una noche fue lo que tardo la jinete a lomos de su corcel hasta llegar a las puertas de Edoras, la ciudad del Rey, donde se encontraba Maduseld, el Castillo de Oro. 

La carta de auxilio fue tomada por uno de los guardias y la llevaron hasta una buena posada. Debido a la urgencia del mensaje, la dejaron alli, casi moribunda, agotada por el viaje, luchando por no defallecer y cuando el posadero, un hombreton grande, pelirrojo y fuerte a pesar de su avanzada edad, el cansancio la vencio y cayo desplomada entre sus brazos. 

Poco despues desperto con el calor de una chimenea, en compañia de dos hombres, parecidos pero diferentes a la vez. Uno era de Gondor, de Pelargir, por los harapos que vestia, que aun mostraban el emblema del arbol blanco. El otro era extraño, pues parecia un hombre de Gondor, pero mas sucio, como de menor linaje. Hecho que se manifesto mas intensamente cuando un tercero llego hasta ellos, con una bandeja en la mano. Sin duda, dos viajeros de tierras lejanas, penso, pero diria que parientes de los Hombres de Gondor. 

El utlimo en llegar fue el posadero, que se sento junto a ellos y le animo a comer - vamos muchacha, seguro que estas hambrienta.

Erbrank charlaba amistosamente con el grupo, contandose las nuevas que llegaban desde el sur y desde el este, las inquietudes y los rumores que circulaban por Rohan.

Asi pues, se enteraron de que el Rey Thengel, estaba movilizando sus tropas, se sospechaba que un gran ejercito venia desde el este para tomar Rohan, que los piratas acosaban las costas de Gondor en el sur, que nuevas compañias de orcos campaban en los lindes de las montañas del norte, que los salvajes habian tomado Tharbad otra vez y lo mas inquietante, que desde Mordor habian partido emisarios de guerra. 
Pero no todo eran malas noticias, tambien hablaban de las festividades, del nieto de Thengel, quien demuestra valor y honor. Del casamiento entre Dentehor, hijo de Ecthelion y Finduilas. De la coronacion del nuevo Principe en Dol Amroth, de las noticias del Dragon muerto en el Norte y otras tantas de menor linaje, como las fiestas de las cosechas. 

De esa manera, avanzo la noche, quedando al final solo los presentes en la sala. Alguien llamo a la puerta, para sorpresa de todos, era ya entrada la noche y no era costumbre recibir huespedes a esas horas. 

Erbrank, se levanto, fue hacia la puerta, retiro el postigo y se sorprendio con un -  ¡caspitas! - cuando en la calle estaba una mujer. Abrio la puerta y le invito a pasar, era delgada, con los cabellos caidos por delante, ocultando en parte su cara. Estaba fatigada por el viaje y si no hubiera sido por los brazos del posadero, habria caido al suelo. 

Harlton acudio rapido y ayudo al posadero. Entre los dos la acomodaron en una silla junto al fuego. Harlton fue a cerrar la puerta y ayudo al posadero que cargaba con una bandeja con un cuenco de sopa, algo de carne, pan y una jarra de vino. 

      El mundo volvía a recobrar forma a mi alrededor primero con sombras y después con figuras, sintiendo el calor del fuego que posaba sobre mis mejillas con fuerza haciendo que estas se tornaran un tanto coloradas, noté como un fuerte pinchazo sacudía mi cabeza aún me pesaba y me dolía a horrores, en un primer instante nisiquiera reaccione ante la presencia de los hombres estaba realmente desubicada y dolorida tanto que incluso me llevé las manos a la cabeza y apreté mis manos contra ella, segundos después mire a mi alrededor, no reconocía las caras de nadie -¿Do...donde...coño...estoy? - Mis propias palabras resonaron en mi cabeza como si de dardos se tratase haciendo que cerrase los ojos con fuerza y apretase mis labios como para contrarrestar el dolor.

     Breves instantes mis ojos volvían a abrirse para ahora clavar la mirada en cada uno de los presentes especialmente en los del hombre que me ofrecía comida insistentemente. posé los ojos sobre la comida y arrugé la nariz -No tengo hambre ¿Quiénes sois?  Esta vez la mirada que breves instantes antes era dolorida se tornaba seria como exigiendo una rapida respuesta

Arlen comenzó a responder, pero ante los gestos de dolor de la mujer bajó la voz. Respecto a su primera pregunta, pues está usted en una posada, y parece que el calor del fuego le está sentando bien. Luego Arlen se fijó mejor en la cara de la mujer, y ésta le resultó muy atractiva. Y respecto a quiénes somos, pues unos viajeros que compartíamos con el posadero una agradable velada al calor de la lumbre y que, la verdad, nos hemos visto sorprendidos por una llamada a la puerta a horas tan intempestivas, pero yo no tengo ningún problema en recibir visitas a estas horas si son tan agradables. Me llamo Arlen y si puedo hacer algo por usted estaré encantado.

De pronto, las conversaciones en la taberna se ven interrumpidas por la intempestiva llegada de una nueva parroquiana. En silencio, escucho tanto sus palabras como las de mi compañero Arlen y tras un instante, añado.

No parece que hayáis tenido un viaje agradable, mi señora, en cuyo caso, no seriáis la primera en soportar esa clase de situación.

Sentaos junto al fuego pues su calor reconforta. Y si me permitis el consejo, pedid, ante todo, un reconstituyente similar al que estamos tomando. Por supuesto, estáis invitada. Pues parece que realmente lo necesitáis.

Dicho esto, inclino la cabeza ante la recien llegada y añado.

Saludos por mi parte. Mi nombre es Pelendur y soy de Pelargir, Gondor.

Desvio la mirada y exhalo el humo.

 Mi mirada cambia velozmente de un hombre a otro, aunque con el dolor de cabeza tanta charlatanería no me agradaba demasiado entrecerre los ojos intentando que el dolor de cabeza se disipase un poco para darme algo más de lucidez, torcí la boca en una mueca de confusión llevandome los labio hacía un lado y me encogí de hombros - Soy Nethril de Pinath Gelin un placer...supongo y en cuanto a ese reconstituyente, me encantaría beber una cerveza bien fría -Dije secamente no era muy amiga de hablar y menos con quién no conocía de nada

Tras decir ésto mis pulmones absorbieron aire con fuerza, estaban vacios y necesitaba una buena bocanada de aire, mi boca..bueno mi boca y mi garganta estaban más tirantes que de costumbre notaba como un severo pinchazo recorría mi garganta de abajo hacía arriba lo que me provoco una leve tos, coloqué mi mano delante de la boca como gesto de educación, acto seguido psé mi mirada sobre Pelendur -No es necesaria una invitación puedo pagar yo -No me gustaba deberle nada a nadie por muchas buenas intenciónes que tuviese la gente yo siempre iba a pensar que tras un ofrecimiento vendría una petición

En silencio, tras la respuesta de la recién llegada, me encojo de hombros. Tras darle un nuevo trago a mi jarra de cerveza, alzo la destra en dirección al posadero y digo.

Ya habéis oído a la Dama. Será menester no hacerla esperar demasiado, creo yo. Apresuraos buen hombre. Pues el tiempo pasa, y no nos sobra tanto. Quisiera tener las horas necesarias para descansar, antes de nuestra vista ante el heredero de Eorl.

La mujer no quiso probar bocado y el posadero nego con desaprobacion. Era evidente que estaba agotada por algun motivo y comer le habria venido bien, pero no era su padre y es mas, ella era una clienta, si pedia beber, bebida le serviria. Se dio la vuelta y cambio el vino por una jarra de cerveza. 

Una vez le dio lo que habia demandado dijo - ahora señores, si me excusan, aun quedan cosas que limpiar y guardar y tareas que adelantar para cuando los huespedes se levanten. Les deseo una buena noche. 

El posadero se perdio entre la barra y la cocina y solo quedaron ellos cuatro. 

Y sin mas preámbulos, puesto que ya he acabado mi ronda de cerveza, deposito la jarra sobre la mesa ante la que me hallo sentado y, tras una inclinación de cabeza ante los presentes, me retiro a mi aposento pues la jornada que se avecina, promete ser interesante.

Limpio la pipa. Me levanto, recojo mis enseres y marcho a mi aposento.

 Mi cabeza cabilaba una y otra vez lo ocurrido mientras mi agotado cuerpo se retorcía por el dolor, agudos pinchazos en las extremidades que se acentuaban a cada latido del corazón, asentí ante las palabras del hombre y esperé paciente a la llegada de la ansiada cerveza mientras que mi mano se posaba abierta delicadamente sobre el mentón para sujetarlo, haciendo que mis ojos se entrecerrasen - Necesito descansar...pero antes la cerveza... - Cuando la cerveza llego a mis manos de forma involuntaria una gran sonrisa se dibujó en mis labios y sin pensarlo dos veces le dí un trago bien grande, dejando que el dorado liquido se deslizara por mi seca garganta causando una agradable sensación de placer, que me recorrio desde la boca al estomago, tras el trago me mordí levemente el labio inferior -Ésta cerveza... -No dije más pues apuré rapido otro y otro trago hasta fulminarla.

Una vez hube terminado me dirigí al posadero y le pedí una habitación era obvio que necesitaba descansar, mis piernas apenas respondían, es más me temblaban y me hacían sentirme debil y inutil una vez me dio el posadero dicha habitación me dirigí a ella, donde pasaría descansando toda la noche...o quiza las pesadillas me atormentasen y no pudiese dormir, pero al menos estaría acostada.

Cuando la mujer se dispuso a marcharse yo aguardé aún unos instantes sentado a la mesa. Me agradaba la tranquilidad de aquel lugar que unas horas antes había sido tan escandaloso, y hubiera permanecido allí más tiempo, pero pensando en que el día siguiente seguro que requería de mis fuerzas para superarlo finalmente me decidí a acostarme. Le agradecí su atención al posadero y comencé a subir las escaleras con parsimonia de camino al descanso que me ofrecía la habitación.

Antes de dormir reflexiono sobre las noticioas dadas por el amable Posadero, no es que no quiera ayudar en esa guerra pero no debo descuidar mi misión, me excusaré y partireé al Este, pero antes debo informarme mejor, tal vez esa batalla haya llegado a su fin y el este de regreso a Rohan para combatir en esta nueva guerra.

Me quito la ropa y la saco a la ventana para que se aire un pco pues no llevo muda mas que de calzon y media y desnudo me meto al catre, duermo un rato lo suficiente para descansar y tener un aspecto saludable.
Antes del amanecer despierto y en vuelto en una manta bajo a buscar al pasadero.

Como un buen trabajador y un Señor propietario, el posadero era el ultimo en irse a dormir y el primero en levantarse, asi pues, cuando Harlton bajo en su busca, el ya estaba preparando el fuego, depositando la leche y preparando un buen caldo. 

- A horas demasiado tempranas se levanta usted - dijo bromeando - supongo que las prisas que lleve, no le impediran tomar algo de desayuno. El caldo aun no esta, pero al menos tenemos te y leche fresca, que con un poco de pan y manteca, le sentaran bien. ¿le parece?