Partida Rol por web

No creyó que fuese buena idea, pero a lo que pensó lo que iba a decir todo el mundo estaba ya en movimiento. Mientras intentaba seguir el ritmo de Bronas(cosa que no conseguía) el elfó preguntó.

¿me-mejor esperar? Mientras esperaba respuesta, empezó a embrazar el escudo, en cuanto los viera, lanzaría una bendición. No estaba muy convencido, pero lo que sí estaba claro es que el primero en caer debía ser el del cuerno. No creía que pudiera aguantar un golpe del ogro, así que se mantendría alejado.

 El norteño buscaba dar un rodeo por espacios que le dieran cobertura a él y al elfo mientras se iba acercando al grupo.

- Están en su casa, han tenido éxito en un asalto y están medio borrachos, tenemos el factor sorpresa de nuestro lado. Con suerte habrán caído la mitad antes de que se den cuenta de lo que les está pasando.- Las largas piernas del jotunbrund rodeaban rocas y saltaban grietas sin problema.- Primero al del cuerno, luego a por el ogro, cuando caiga los demás se rajarán y los podremos cazar en retirada. Golpeando primeros y fuertes, ni se enterarán de lo que les está pasando.

Tras lavarse las manos brevemente, sopesando entre la higiene y hacer esperar a la anfitriona, aprovechó uno de los espejos para repeinarse un poco y lavarse la cara. La alocada noche de alcohol abundante y sexo breve había pasado factura, y aunque Gobo la hacía sentirse sucia por dentro, lo que había desmejorado su imagen era la tremenda resaca.

Así está mejor...

La verdad es que si Banjeela pudiese permitirse pagar la matrícula de este palacio de la elegancia y el lujo, de cabeza se metía. Otra cosa es que por edad ya estaba muy mayor para ser una de las jóvenes alumnas de Lady Laspeera, pero esa parte ya no la valoró. Bastante tiene con que el calendario le recuerde sus primaveras una vez al año, como para machacarse a sí misma con ese tema.

Se sentó dónde le indicó la sirvienta y valoró los cubiertos. Eran ese tipo de detalles lo que le hacían soñar con una vida mejor entre la alta sociedad. Banjeela no tuvo problemas en encontrar la cuchara de la vichyssoise, pero a la hora de hacer lo mismo con el cuchillo del pescado dudaba entre dos, así que aprovechó para hablar. Cuando Lady Laspeera tomara el cubierto adecuado, Banjeela la imitaría.

El señor Pieldearmiño nos ha hablado maravillas de Tania, Lady Laspeera. ¿Qué palabras amables no diría un padre de su hija, verdad? Por eso pensamos que para conocer bien a Tania debíamos hablar con usted. Seguro que su maestra la conoce mejor que su propio padre. ¿Era buena estudiante? ¿Se metía Tania en líos? ¿Tenía malas influencias o pretendientes impertinentes fuera de la escuela? Ese tipo de cosas son las que estamos buscando.

Bueno, no está mal. No podemos preguntar ya desde el principio si desapareció en esta torre. No queremos ofender a nadie con falsas insinuaciones.

También nos gustaría hablar con las mejores amigas de Tania. Pequeños secretos que solo se cuentan a las personas más cercanas. Estoy segura que los Dragones Púrpuras ya están trabajando bajo el supuesto de que Tania fue raptada por ser la hija de quién es, así que me gustaría enfocar la investigación suponiendo una fuga de enamorados o una chiquilla escapándose de casa. Solo para cubrir todas las posibilidades.

Por supuesto, no queremos interrumpir el transcurso de sus estudios-aclaró-. Podemos hablar con las alumnas que nos indique entre clase y clase.

Así podemos ver las aulas y las instalaciones de la torre. Y ahora el tema escabroso... ¿Realmente abandonó este lugar?

También queremos hablar con la última persona que vió a Tania salir de la escuela. Para saber si la acompañaba otra alumna... o si no cogió la calle que llevaba a su casa, sino que ese día tomó otra dirección.

Y ahora un poco de coba para terminar...

Oh, cielos... Ahora que caigo... ¿Es usted una usuaria de la magia? Nos encantaría ver una demostración, si fuese posible. Verá, vimos algunas pinturas de Tania en la casa de Pieldearmiño, pero no eran muy actuales. ¿Sería tan amable, Lady Laspeera, de crear una ilusión con la imagen actual de la persona que estamos buscando? Nos ayudaría mucho para reconocer a Tania y, personalmente, sería un placer poder presenciar una muestra de las artes místicas de alguien tan relevante.

Turno 20.

Silbido se pierde de vista, y la dejais sola para que se encargue de rescatar a la muchacha encadenada. Mientras, vosotros dos os apresurais trazando un arco para atacar a la patrulla de monstruos que se aleja con tranquilidad, entre charlas, insultos y golpes en el hombro. El ogro, más adelantado que los demás, camina pesadamente con su enorme clava sobre el hombro, echando un vistazo a los alrededores con sus pequeños y próximos ojos oscuros.

Dado que no habéis escrito nada acerca de escondites y emboscadas, (seguramente porque vuestro sigilo es bastante deficiente), renunciais a triquiñuelas para, sencillamente, lanzaros contra el grupo en el momento en el que doble una de las comunes colinas herbosas que se levantan en el terreno. Para seguir con el cutremapa de Bronas;

Así pues, una vez se han alejado lo suficiente de la aldea escuchais las pisadas del ogro y corréis hacia allí, (Garius un poco sin aliento, Bronas fresco como una lechuga iceberg), y los abordais sin más dispuestos a acabar con ellos, o al menos con casi todos ellos. Los segundos que pasan escuchando vuestras botas hacia ellos no les dan tiempo para demasiada cosa, pero al menos no son sorprendidos.

El combate comienza con Bronas cargando como una bestia, (a su estilo), y con el elfo frenando un poco, (va más atrás porque no corre tanto), y concentrándose en una plegaria de bendición. Desgraciadamente, ambos podéis ver cómo los orcos hacen gala de unos inusualmente rápidos reflejos, y tres superan al abotargado ogro cargando contra Bronas y contra el sacerdote. El cuarto, que lleva un cuerno tamaño XXL, se lo lleva a la boca. ¡OEEEEE!, se escucha en todos los alrededores, ¡OEEEEE!.

Dos de los monstruos se lanzan hacia Bronas, debido al gigantesco tamaño que tiene y a que parece bastante más peligroso que el pequeño encapuchado detrás de él. En cuanto se acercan, con una velocidad de vértigo, el bárbaro lanza la punta y el hasta de su bisarma hacia delante, golpeándolos a ambos en el cuello y segando sus vidas sangrientamente.

El tercer orco aprovecha para dar un rodeo y llegar hasta su compañero, Garius, pero el elfo es sorprendentemente ágil a pesar de la coraza que porta, y mientras salmodia consigue apartarse de la enorme cimitarra, salvando la vida.

En este momento interrumpo el turno, ya que le toca a Bronas, y llevar a cabo la acción indicada en su asalto, (llegar hasta el orco del cuerno), le supondría al menos dos ataques de oportunidad; los de los orcos que, ahora, están empezando a flanquearle. Y existe una posibilidad de que también el ogro pudiera golpearle al pasar, lo cual sería bastante peligroso.

Si hubieseis superado las iniciativas de los monstruos todo hubiera sido distinto, pero ahora os encontrais en una situación de riesgo y quizás querais cambiar las acciones a realizar. Calculais que la tribu de orcos podría llegar a vuestra posición en un turno, (10 asaltos), si estuvieran saliendo en tropel desde ya, (cosa que seguramente no sucede), así que tenéis tiempo para terminar el combate, o para huir si es lo que deseais hacer.

¿Qué acción llevaréis a cabo?. Es vuestro turno... y vuestra decisión.

(Sigue...)

El sacerdote se aseó con esmero , quitando hasta la ultima brizna de suciedad de sus manos y rostro , y adecentando todo lo posible sus ropajes para que no fuesen demasiado desagradables , ya que aunque limpios , no dejaban de presentar marcas mas que evidentes de su oficio a cualquiera con un ojo avispado. Durante el trayecto hasta el refectorio, Ark observaba con tranquilidad la arquitectura del lugar y los adornos y demás parafernalia.

Una vez llegados a la mesa el sacerdote se las apaño con bastante destreza para disimular la sorpresa que le produjo el numero de alumnas que había en esa escuela , Suzail estaba claro que era un cuidad muy rica si tantos padres podían permitirse que sus hijas estudiaran en una escuela de estas características.

Una vez que llego la comida , Ark lanzo un pequeña oración mientras anotaba mentalmente que tal vez ese par de alumnas que le observaban pudieran decirle algo si hablaba con ellas mas tarde.

Os damos las gracias por un día mas lleno de gracia en Faerun y vamos a disfrutar estos alimentos, llenadlos con el espíritu de la gratitud para que os demos alabanza y gracias al compartir estos alimentos que gracias a la bondad de Lady Laspeera vamos a disfrutar en su compañía.

Una vez bendecida la mesa dejó que Banjeela tomara la iniciativa ya que parecía en su salsa , y estaba claro que la barda tenia talento para la vida social.

Mientras te marchas, dirigiéndote hacia un charco enfangado, escuchas las pisadas de Bronas y de Garius alejándose para atacar a la patrulla que se aleja del campamento orco. Después de un rato acicalándote consigues parecerte más a un montón de bosta de elefante que a una arquera rescatadora de rehenes, y comienzas a dirigirte hacia la fortaleza en ruinas.

Lentamente, te acercas medio agachada pasando entre dos pilares de roca, que los monstruos han decorado coquetamente con pinchos oxidados y ondeantes pendones rojos. Vas también pendiente de los lobos o de los worgs que pudieran encontrarse por los alrededores, pero afortunadamente no ves ninguno. Al ser criaturas nocturnas, es posible que se encuentren descansando en este momento.

Te retrasas un poco para intentar ver algún tipo de planta venenosa, pero desgraciadamente no ves ninguna que pudiera servir a tus propósitos; lo más venenoso con lo que te encuentras es un matojo de cardo común, que jode pero no mata. Convertida en una cosa marrón, ahora un poco seca ante el efecto del sol de la mañana, consigues alcanzar el montón de sacos de harina, amontonados alrededor de dos grandes barriles, y el conjunto cubierto por una lona tosca, clavada en el suelo por unos cuantos vientos y agitada por el aire. Las cabezas clavadas en las picas están plagadas de moscas, y algunas se están amoratando y empiezan a oler francamente mal, así que te apartas de ellas y te diriges a la muchacha tirada en el suelo.

Después del patadón del gorila que llevaba el cuerno ves que la chica tiene el labio partido, y la mejilla bastante hinchada. Te llama la atención el tono de su cabello, de un castaño cálido casi rojizo, y lo abundante que es. Ahora está maltratado, enredado y aplastado, pero bien peinado seguramente es un cabello precioso. Ella es de nariz recta y facciones nobles, indudablemente atractiva, lo cual entiendes que le ha salvado la vida. También tiene un rictus desafiante en el rostro, y la sangre verde que le corre por la barbilla te hace pensar que se resistió a lo que fuera que le hicieron ayer. Está boca arriba y totalmente expuesta, así que las marcas amoratadas que puedes ver te dan una idea bastante exacta de en qué consistió el calvario de la noche anterior.

Una cadena va desde su cuello hasta un poste cercano a los que están decorados por cabezas. De hecho, su cuello está rodeado por una tira de cuero cerrada con el último eslabón de la cadena, y eso te facilita las cosas; te acercas, le levantas la cabeza melenuda y con ayuda de tu fino estoque comienzas a cortar el cuero para liberarla. (Es mucho más rápido y silencioso que romper la cadena o desclavar y llevarte el poste).

Pasas un rato dándole al manubrio, hasta que consigues cortar el collar de cuero y ver la marca casi negra que le ha dejado alrededor del cuello. La joven debe haber llevado ese chisme durante bastante tiempo; no puedes evitar percatarte de un símbolo marcado en el collar cuando lo dejas a un lado; la silueta de un peto y un nombre gastado; "Marroquinería Feldan, cintos y cinchas para el ganado". No tienes ni puñetera idea de dónde puede estar ese negocio, pero el collar no parece obra orca, y quizás sea una pista.

Ahora el problema radica en que la chica está totalmente inconsciente. Afortunadamente tienes la poción que te dio tu compañero. Cuando se la metas por el gaznate la despertarás; quizás se asuste, y quizás grite, y a tí no te interesa para nada alertar a los orcos que puedan estar a unos veinte metros colina arriba, en la fortaleza. Así que destapas la poción, y...

OOEEEE

El sonido rebota en las colinas, procedente, supones de la patrulla que estaba inspeccionando el área.

OOEEEE

Resuena de nuevo una segunda vez.

Comienzas a escuchar algunos gritos y ladridos en el interior de la fortaleza.

Alguien da golpes y órdenes.

Ves a un orco inusualmente grande asomarse por uno de los agujeros del muro, más arriba. Afortunadamente estás apostada detrás del montón de sacos, y el monstruo no parece muy interesado en dirigir la vista hacia tí; fija su vista en el horizonte, y oyes los vozarrones que les da a los de dentro del salón.

(Sigue...)

 El norteño maldice para su interior cuando aquellos orcos se muestran tan atentos, frustrando así su sorpresa y sintiendo como gran parte del tema se va al traste por culpa de ese maldito cuerno.

 Por desgracia no hay mucho tiempo para lamentar lo ocurrido, lo hecho, hecho estaba, y sobre el ilushkano se abalanzaron dos de los orcos, la nueva arma del guerrero danzó en sus manazas, rajando a uno y otro incluso antes de que pudieran estar en disposición de dañarle.

 Pero lejos de amilanarse, le norteño prosiguió avance, dando un rodeo lejos del alcance del ogro, aprovechando su mayor capacidad de movimiento en comparación los orcos que lo atacaran, y se coloca entre el orco del cuerno y el maldito ogro, dispuesto a dar muerte al asqueroso orco del cuerno antes de centrarse en el ogro...

 Por desgracia el orco estuvo atento tras ver como murieron sus temerarios congéneres momentos antes y eludió por los pelos el ataque...

El enorme monstruo aprieta sus dientes en sierra, y se dirige a un subalterno que tiene al lado. "LOK NARASH", le ladra. "Lak tuk", sonríe el otro con un perverso rictus. Y ambos se van hacia adentro con bastante rapidez.

(Sigue...)

Sigues junto al cuerpo inerte de la muchacha; todavía no la has movido, y no le has dado la poción. ¿Te dará tiempo a hacerlo y a salir por piernas junto a ella?. ¿O se te ocurrirá otro plan?.

Es tu turno, y tu decisión.

(Sigue...)

Aquello olia raro, o mas bien olia a limpio un olor raro para mi agitada vida entre matorrales, sangre seca y sudor. Alli empezaron a llenarse de agua y perfumenes, y yo mire a todos algo confuso, parecia que para conseguir un poco de informacion habia que banarse con esmero incluso hasta detras de las orejas. Malditas costubres de humanos, maldita mi estampa, mire mi armadura y mis manos sin tenerlo nada claro.

Decidido despues de un momento me lave las manos y aprobechando que habia limpiado mi armadura esa misma manana, simplemente cogi un bote con un olor fuerte a perfume que no me gustaba demasiado y verti mas de la mitad sobre mi, aquel olor iba a tenerlo pegado a mi en los proximos dias, pero al menos pasaria desapercibido en este lugar tan extrano y claro ahora no trabajaba solo y no queria entorpecer conseguir alguna pista.

Oliendo a mil demonios, espere a que todos estuvieran procurando tener una idea clara dejar que Banjeela hablara y mantenerme callado, primero para no ofender a una maga posiblemente poderosa con esta torre, y segundo que no iba a perder mi tiempo en entender las relaciones humanas, aun asi iba cogiendo buena nota mental de todo quien sabe si terminaria haciendo tratos comerciales con esta ciudad o con humanos en el futuro, quien sabe? pense ensonado en conseguir lo que esperaba y viendo probecho en esta ciudad en un futuro no muy lejano 40 o 50 anos a lo sumo.

Viendo cómo era la actitud de nuestra anfitriona el enano no se coartó a la hora de acicalarse, cosa que le quitó de encima varias semanas de viaje.

Una vez comiendo tuvo que controlarse y seguir los pasos de la mujer, pues todo el tiempo pasado en los caminos habían derivado en una brutalidad a la hora de comer que le podría resultar perjudicial en esos momentos.
Estoy de acuerdo con mi compañera, Lady Laspeera, de la utilidad que tendría si fuera capaz, cosa de la que no dudo pues se la ve una conjuradora de la más alta categoría, de mostrarnos una imagen de la muchacha.

Turno 21.

La comida sigue cordialmente, aunque podéis ver cómo la maga lanza una mirada reprobatoria al perfumado Barundar, y algunas chicas de las mesas anexas hacen gestos sin que las vea, tapándose la nariz y agitando las manos como un abanico. Ark bendice la comida, cosa que parece complacer a Lady Laspeera, que interrumpe su comida para dejar que actúe. Después, Banjeela toma la palabra, y dirige hábilmente la conversación hacia las compañeras de la chica y las capacidades mágicas de la anfitriona.

(Sigue...)

"Oh, por favor, en absoluto es necesario que regales mis oídos con tan ciertas alabanzas...", comenta la maga, visiblemente aplacada por la coba que le da la semielfa. "En fin, en fin... será un placer para mí mostraros la cara de la jovencita a la que buscais. Era una niña callada, tímida... si me permiten opinar, diría que se encontraba un tanto eclipsada por su padre, que no le dio muchas oportunidades para destacar". Mientras afirma esto, y haciendo caso al apoyo que Rordar hace de la petición de Banjeela, ejecuta un simple gesto en el aire y podéis ver un rostro aniñado formarse en el aire, en perfecto cinemascope y a todo color.

"La disciplina, queridos invitados, es inexcusable durante el aprendizaje. Pero cuando sólo se ofrece disciplina y autoridad, el discente suele sentirse frustrado; todos sus intentos son poco, sus éxitos parecen pequeños y sus fracasos grandes. En palabras más claras, nada solía ser suficiente para el Sr. Pieldearmiño, y dado que la madre de Tania murió hace años, a la joven le faltaba la presencia de una figura más incondicional".

(Sigue...)

Después de la comida, las jóvenes se levantan en silencio y se dirigen a su "hora de asueto", que según vuestra anfitriona es una de esas herramientas para evitar el exceso de disciplina: una hora entera en la que pueden permanecer en sus habitaciones y en la sala común, dormir una breve siesta, charlar mientras toman el té o divertirse jugando algún complejo juego de sociedad.

Accediendo a que habléis con sus amigas, la mujer os presenta en el comedor a una jovencita de unos quince años, con enormes ojos negros y aspecto inocente. Os explica que era "su única amiga", ya que, como os ha dicho, Tania es tímida por naturaleza.

(Sigue...)

La muchacha parece ponerse nerviosa cuando Laspeera la conmina a quedarse en el comedor, mientras todas su compañeras se marchan escaleras arriba. Mordiéndose el labio inferior, alza una mirada algo triste y la clava en la maga e institutriz, retorciéndose las manos y aplastando una colilla imaginaria con la puntera del pie derecho, cubierto por un precioso zapato de charol.

(Sigue...)

"Estos caballeros desean hacerle unas preguntas, señorita. Espero que les responda con toda la sinceridad que se solicita de una dama de su nivel", afirma categórica. "Pero... ¿qué es eso de morderse el labio?. ¿Que es eso de retorcer las manos?. ¿Y esos bailes de pie?. ¿Es acaso ésa la forma de comportarse de una señorita?".

(Sigue...)

La joven traga saliva, se pone recta, deja de menear las extremidades y cambia su mueca nerviosa por una sonrisa encantadora, (encantadoramente falsa y nerviosa). "Yo...", dice lanzando miradas a Laspeera, "Yo... salí con Tania y la acompañé... a su casa... y... entonces, la despedí... allí donde la sombrerería de la Rosa en el Ojal. Y... ya está, eso fue todo, ya se lo expliqué a los guardias y todo eso...", dice haciendo el amago de marcharse corriendo.

(Sigue...)

La maga la frena con una mano en el hombro, y la devuelve a su sitio mirándoos con tranquilidad. "Un momento, jovencita. Quizás estos señores tengan alguna pregunta. ¿Desean saber algo más, señores y señoritas?".

(Sigue...)

Las últimas alumnas comienzan a irse, incluídas las dos que miraban fijamente a Ark. Una de ellas, de las más mayores de la clase, le guiña un ojo y hace un gesto bastante obsceno con la lengua antes de marcharse entre risitas con su compañera. Laspeera no ha visto el gesto, pero Ark está seguro de que el castigo por semejante comportamiento será terrible; es cosa suya si desea delatar a la estudiante.

Por otra parte, delante de vosotros tenéis a la amiga de Tania, visiblemente nerviosa. Su carácter debe ser, de hecho, nervioso, ya que no parece que a la maga e institutriz le llamen la atención sus tartamudeos y temblores. Banjeela, la única chica del grupo, se da cuenta sin embargo de que el motivo del nerviosismo de la niña es precisamente la presencia de la maga en la conversación; su intuición femenina le dice que, sin ella delante, sería mucho más honesta con respecto a lo que pasó.

El comedor está vacio ahora, y a parte del grupo, Laspeera, Adania y un extraño y penetrante tufo de flores que se os mete por las narices, (y que proviene de Barundar), no hay un alma. ¿Qué haréis ahora?. Es vuestra decisión... y vuestro turno.

(Sigue...)