Partida Rol por web

Bum Bum mantuvo la sonrisa...

El mago se sintió escandalizado ante la intrusión del decker.

- ¡Eh, jovencito! Yo creía que los runners serios sólo hacían trabajos por encargo.- Le dice, acusador.- Todo lo importante lo tengo en formato papel. No necesita energía para leerse. Y es a prueba de deckers.- Explica.- Y lo del porno... Debe de haber sido otra vez mi nieto. Siempre que no lo vigilo, se baja cosas.- Aunque la excusa era poco creíble. Era porno antiguo, de cuando aún había pelo en los genitales.

- Sátrapa. Bien. Suena a lugar interesante. Seguro que tiene carácter. Llego en media hora.

Cuelga el commlink y se dispone a ir hasta el lugar de encuentro con su coche, su chófer y la artillería pesada en el maletero. Vestido para la ocasión con su guardapolvos blindado y su armamento. No deseaba encuentros, pero acostumbra a pasar que los encuentros vienen a uno sin desearlo.

El reloj estaba a punto de marcar las 11:00 cuando Loky llegó al Sátrapa. Daba igual la hora a la que fueras a ese maldito lugar, estaría abierto. Todavía se defendía en la zona más noble de Seatle, alguna razón habría.

Cuando Loky estaba a punto de entrar al local el conocido coche de Magosto paró en la puerta y se abrió la puerta.

Alicia levantó un pequeño terminal que emulaba a un antiguo teléfono y miró fijamente a Matisse.

—Fiona Craig dice... sí, por supuesto —dijo mientras manipulaba algo en el terminal—. ¿Me permite hacer una llamada? No se si la habitación está libre.

Varios ocupantes del hotel pasaban por el hall del mismo y todos, sin excepción, se detenían a mirar atentamente a Big y Matisse.

El mago dio instrucciones a su chófer para que estuviera por las cercanías, pero no en la puerta, y se bajó de su coche.

- Buenos días, caballero.- Saluda al decker, con una sonrisa, como si todo lo de antes no hubiera tenido lugar.- Qué local más pintoresco.- Dice desde la entrada, mirando el antro, que llama tanto la atención como una guinda sobre una mierda de perro.- En un sitio así o bien no entra ni dios o bien los ejecutivos se dan codazos para saborear una mirada al lado salvaje...- Comenta, con una sonrisa, dejando que el decker le haga de cicerone.

Matisse asintió mientras se asombraba de que fuera tan fácil... Pero ¡eh! Estaba funcionando, ¿no? ¿Qué podía salir mal? -Claro claro- dijo manteniendo la sonrisa...

Loky observó el local.

- Pues creo que le ha quedado tan auténtico que ni los ejecutivos entran aquí por miedo.

Y era cierto. Al entrar en el local se encontaron con una cafetería a la vieja usanza. Una barra enorme de metal ocupaba la mitad del espacio dejando el resto para unas cuantas mesas repartidas a espacios regulares. Cada mesa contaba con su propio terminal de pedidos y surtidor de café. En un alarde de modernidad alguien había puesto terminales de conexión externa pero de tal manera que, conservando el estilo del local, en lugar de integrarse forma elegante los habían atornillado con unas placas adicionales de metal que parecían sacadas de una chatarrería.

El enorme escaparate de cristal ahumado era lo suficientemente transaparente como para dejar pasar una luz escasa y mostrar figuras borrosas a ambos lados. Era algo así como estar en el fondo de una piscina o, más bien, en lo profundo de una charca de agua estancada.

Y desentonando burlonamente con todo lo demás estaba el camarero. Un elfo alto, impecablemente vestido con un uniforme de corte clásico, repeinado el pelo con fijador.

Loky74 se preciaba de calar inmediatamente los ambientes, los lugares, las poses... pero en este caso no tenía ningún reparo en reconocer que todo aquello le resultaba desconcertante. Y aún así, quizás por eso, dijo nada más entrar:

- Joder, me encanta este sitio. Si tienes ginebra Coates y me la sirves con una tónica fría me saco el carné de socio.- añadió dirigiéndose al elfo mientras se acodaba en la barra.
 

Alicia colgó el teléfono y al rato apareció un tipo bien vestido que se acercó a los runners.

—Señores —dijo tras dudar un instante sobre qué nomenclatura usar—. Mucho me temo que no les podemos dejar entrar a la habitación de la señorita Craig.

El hombre miró de arriba a abajo al enorme troll y tragó saliva antes de continuar.

—La habitación está todavía reservada y no podemos permitirles el acceso sin la autorización expresa de la señorita Craig. Es política del hotel. Espero que lo entiendan.

Bum Bum miró sorprendido al tipo y luego a la recepcionista -Nono si la que no me ha entendido es aquí la señorita. No queremos entrar en la habitación, lo que nos han ordenado es custodiar la habitación. Eso se hace desde fuera ¿sabe? En la puerta. Los dos. El grandullón a un lado y yo al otro. Volvió a mirar a la recepcionista y habló muy despacio -Eeeeso es lo que signifiiiica plantaaaaarnos en la pueeeerta.

El elfo sonrió y fue a buscar el licor que pedía el hacker.

—Aquí tiene señor. Veo que tiene buen gusto. Es una ginebra muy especial —dijo mientras servía una buena dosis del licor en el vaso—. ¿Y usted, señor?

El camarero se quedó mirando al mago una vez terminó de servir la tónica en el vaso de Loky. El local estaba prácticamente vacío. Un par de señoritas tomaban un café en una de las mesas. Una vez vieron entrar a Loky apuraron la taza y se apresuraron a salir.

El troll tuvo que ahogar una sonrisa cuando Matisse explicaba a la mujer que queríamos ir fuera y no dentro. Lo cierto es que no nos hacía falta nada más que el número de la habitación, que una puerta de hotel no era mucho impedimento para nosotros... Pero algo le decía que no iba a ser tan fácil.

Mientras, Big seguía mirando a la tipa, a la espera de su respuesta.

El hombre abrió los ojos sorprendido.

—Es del todo irregular, señor —se esforzó en decir el gerente—. ¿Acaso desconfía de la seguridad del hotel? Nosotros nos hacemos responsables del contenido declarado de la señorita Craig y, dado que no está en su habitación, no entiendo muy bien su presencia en la puerta. Es del todo contraproducente para la tranquilidad de nuestros huéspedes y me gustaría que lo entendieran.

En ese instante una notificación proveniente del commlink saltó en los visores. Era Loky y solo había un signo de interrogación en el mensaje.

El mago alabó en silencio el buen gusto del decker, si es que conocía aquel lugar de antes. Olía a viejos tiempos. A buenos viejos tiempos. Cuando los camareros conocían a sus clientes, eran corteses, educados y sabían escuchar. Los barmans de ahora hablaban como retrasados, no sabían una mierda de cóckteles y tenían metal en la cara suficiente como para activar un detector de armas.

Se sorprendió al escuchar la petición del decker. Tenía buen gusto. Se preguntó si la matriz y el alcohol se llevarían bien.

Asintió cuando el elfo se dirigió a él. Quizás tenía su edad. Con los elfos era difícil saberlo.

- Una Ginebra Rickey. Si puede ser también con Plymouth Coates.- Pidió. Era un poco pronto para una ginebra, pero tampoco esperaba bebérsela toda. Simplemente paladearla.

Sonrió al ver las chicas que se iban de forma apresurada.

- Me temo que las has asustado.- Dice, socarrón.

Bum Bum se encogió de hombros. -Oiga no me ofenda. Big y yo somos muy respetuosos y sabemos hace nuestro trabajo sin molestar a nadie ni montar jaleo*, además, ¿Y a mí qué me cuenta? Una vez me hicieron custodiar una maceta. Yo ya no pregunto, voy a donde me dicen y hago lo que me dicen. ¿Que usted no quiere dejarme pasar? Yo se lo notifico a mi jefe y ya mi jefe llamará al cliente y, de paso, se lo explicará al suyo. Si algo le pasa a las pertenencias de la señorita será su cabeza la que peligre, no la nuestra. Sin problema ¿Como se llama amigo?

El hombre se encogió de hombros. No parecía más intimidado tras las últimas palabras de Matisse que lo que ya lo estaba anteriormente.

—Arthur —contestó—. Arthur Mortimer.

Bum Bum llamó a Loky por su commlink y comenzó a hablar en cuanto el otro descolgó, ignorando por completo al gerente. -¿Jefe? Hemos venido al hotel pero un tipo trajeado no nos deja subir a la habitación... Sí sí, lo que le digo... Dice que se llama Arthur Mortimer y debe tener un puestecillo aquí, así que no es culpa nuestra: no nos dejan custodiar la habitación... Sí, ya le he dicho lo que hay pero le da lo mismo... Sí, ya le he dicho que hablaría usted con su jefe y que si pasa algo con la clienta o con sus cosas el responsable sería él pero ni caso... Y que se juega la cabeza pero le da lo mismo... Nos vamos ¿no?- se gira a Big con cara de fastidio -Que un momento...

Loky74 se encogió de hombros.

- Da igual, el sexo no me interesa.

Quizás vio en el mago un gesto de extrañeza o ironía en el rostro del mago. Ya que los otros todavía no llegaban añadió:

- En serio. No siento compulsión sexual ninguna. Ni mujeres, ni hombres, ni zoofilia, ni robofilia, ni nada... Fue una consecuencia de una entrada en el lugar inadecuado. Los cabrones me infectaron con un virus que atacó una zona de mi mente que controla ese tema. Algo así como un castramiento a nivel neuronal. Al principio pensé que me volvería loco pero luego me acostumbré. Y oye, no está mal. Te deja pensar con más claridad. Podría repararlo. Es caro, pero se puede reparar. Pero no me interesa. De hecho estoy pensando en invertir algo en órganos sintéticos que filtren las drogas y el alcohol para eliminar sus efectos de forma inmediata. ¿Los conoces? Sé de gente a los que se los han implantado como castigo o para evitar que echen a perder operaciones importantes¹. Pero le he dado vueltas al tema e igual no es mala idea. Joder, como los antiguos ascetas ¿no? Tú de esa mandanga debes saber algo. Aparte a tu edad...- señaló la entrepierna del viejo - tampoco tendrás mucha actividad. Eso permite que te centres en lo importante.- llevó el dedo a la sien - Todo está aquí. Todo lo que necesitamos. Si eliminamos los vestigios de animal...- dio una palmada - ¡Trascenderemos!

Tras el discurso le dio un trago a su ginebra.

- Claro que por el momento ya que conservo ciertos instintos digamos que es mejor satisfacerlos.- miró su copa y volvió a repetir - Pero lo estoy pensando.