Partida Rol por web

- Mierda, he llegado tarde... la próxima vez en vez de un coche les cogeré el helicóptero a los malos..., piensa Sarah mientras se va acercando lo más posible a la entrada al túnel para poder hacerse a la idea de lo que pueda haber ocurrido allí.

Sarah se hace un hueco entre los mirones. Lo primero que llama la atención es la cantidad de furgonetas de policía que hay allí... Y efectivamente, también se ven a unos cuantos tipos trajeados y con gafas de sol que si no pertenecen al FBI dan perfectamente el pego. El cordón no permite a la gente acercarse más y parece que lo más interesante está dentro del túnel, por el movimiento continuo de gente que hay hacia él.

Sarah echó un vistazo al tunel...

Sarah intenta apartarse un poco del bullicio de primera fila y acercarse a algún lateral desde el cual pueda acceder a la parte alta del muro desde donde tendrá una buena posición para ver el túnel desde arriba.

Apartándose de la gente Sarah subió por unas escaleras para echar un vistazo desde una posición más ventajosa. En el interior del túnel había movimiento de la policía. Un par de cosas llamaron la atención de la vigilante: había trozos de asfalto destrozados, como si hubiera caído sobre ellos una granada o algo parecido. Otra cosa llamó su atención: un agente del FBI se llevó una mano a la oreja como si estuviese recibiendo alguna comunicación por su interfono. Después, dejando con la palabra en la boca a un policía con el que estaba hablando hasta ese momento, se dirigió a un coche de policía cercano y empezó a indicarle a otro agente que subiera... Parece que tenía prisa por ir a algún lado.

Sarah buscó rápidamente un vehículo rápido. Apoyado en un lateral del muro, en la zona de abajo, había una scooter apoyada. A unos cuantos metros de ella se encontraba el que debía ser su dueño, sin duda, un adolescente que se afanaba por mirar por encima del resto de la gente que era lo que sucedía...

Sarah desciende hasta el lugar donde se encuentra la moto. El muchacho está a escasos dos metros, por lo que ha dejado las llaves en el contacto, pero su atención se centra sobre todo en lo que está sucediendo en el túnel.

El coche de policía arrancaba ya.

Sarah, sin perder un segundo, se lanza sobre la moto del despistado chaval, gira las llaves del contacto y enciende la moto. Luego, sin mirar hacia atrás, sale disparada detrás del coche de la policía.

¿adónde irá con tanta prisa...?

El pobre chico tardó tanto en reaccionar que cuando emitió el primer grito - mezcla de rabia y frustración - Sarah ya estaba casi a una calle de distancia detrás del coche de policía. El tráfico era denso pero el coche de policía no encendía sus luces para avanzar más rápido. A donde quiera que fueran no tenían tanta prisa por llegar como para encenderlas.

El coche se detuvo en las puertas del Central Park. Sarah aparcó un poco más atrás. El tipo de traje bajó del coche y, con paso vigoroso, se dirigió hacia el interior del jardín. El coche de policía arrancó.

Pasando por una ciudadana más que pasea por el parque, Sarah sigue los pasos del supuesto policía. Caminando unos metros por detrás, está atenta a todos sus movimientos y acciones.

No sé quién será este tipo, pero algo se trae entre manos. Y también es casualidad que justo haya venido a Central Park...

El tipo se dirige hacia la pista de hielo Wollman. Sarah pasea a una distancia prudencial de él. Toda la prisa que parecía tener para salir del escenario anterior parece haberse disipado.

Se detiene a un lado de la pista. Parece esperar a alguien. Por su espalda se acerca un tipo enorme. Sí. Enorme es la mejor palabra para definirlo. Debe medir unos dos metros y su musculatura es descomunal. Pese a que la mañana de hoy es bastante fría va en manga corta, exhibiendo unos biceps que harían parecer una nenaza a cualquier campeón de culturismo. Es un hombre joven, de unos veintipocos años. A su lado camina una mujer que, sin ser pequeña, parece minúscula en comparación. Delagada, atractiva, de pelo rubio corto y ojos verdes. Va muy seria, al igual que su compañero. El tipo del traje negro se gira al acercarse la pareja y los saluda con un leve asentimiento de cabeza. Se ponen a hablar, pero Sarah está demasiado lejos para llegar siquiera a escucharlos entre el griterío de la gente que patina.

Sarah no acaba de atreverse a resultar demasiado evidente para el trío sospechoso, pero no puede perder la oportunidad de intentar enterarse de quiénes son y qué están tramando. Se desata un cordón y como si fuese una viandante más, se pone a andar con aire despreocupado en dirección a los tres desconocidos. Una vez llega a su altura hace como que se da cuenta de llevar el cordón desatado y se detiene junto a ellos a atárselo. No se toma mucho tiempo en hacerlo para no llamar la atención, pero intenta prestar la máxima atención a lo que dicen para ver si puede sacar algo en claro.

Mientras ata el cordón Sarah escucha al tipo más grande comentar:

- ... sois unos ineptos. Si hubierais embestido de frente las habríamos detenido.

El del traje contesta malhumorado:

- Pareces olvidar que aquí el único bicho raro eres tú. Los demás acabamos en el hospital si chocamos frontalmente contra una furgoneta. No sé como...

Hay un repentino silencio. Sarah, sin mirar hacia ellos, se levanta y sigue caminando. Hasta que no está fuera de su rango visual no se atreve a detenerse y situarse tras la cobertura de un árbol para observarlos nuevamente. Parece que siguen discutiendo el grande y el del traje, mientras la chica vigila a su alrededor que nadie esté demasiado cerca como para escucharlos.

bueno, algo es algo..., piensa la llama mientras intenta calmar sus nervios. Luego se queda sentada en un banco algo lejano, pero desde el que pueda controlar los movimientos del trío sin llamar la atención.

Mientras memoriza todo lo referente a los tres individuos y procura no ser vista Sarah toma nota del comportamiento de cada uno de ellos. El rubio enorme parece ser fácilmente irascible. Gesticula mucho y solo se detiene cuando la chica le coge el brazo con familiaridad. Quizás son pareja, o si no lo son tienen algún tipo de vínculo afectivo. El del traje negro parece conservar la calma aunque cada vez que el grande parece emocionarse se le nota tensión ¿miedo? El grandullón parece amenazador, pero tampoco el otro parece ser fácil de derribar.

Tras veinte minutos de tensa conversación vuelven a separarse. El tipo de negro se dirige nuevamente hacia la entrada del parque mientras que la pareja se interna más en Central Park.