Partida Rol por web

"¡¿Drogas?! Oh my gosh, son unas camellas..."

-¿Habéis estado vendiendo droga? -preguntó sorprendida. En la noche era habitual ver todo tipo de excesos con todo tipo de sustancias y sabía que algunos jóvenes se dedicaban al menudeo en la discoteca, pero aquello era distinto.- Por el bien de la empresa... ¿sabe Asthon algo de ésto? -se temía la respuesta. Metió la mano en su bolso y sacó el fajo de billetes que había encontrado en el callejón.- Toma, no quiero que tengáis problemas con Amanda porque falte dinero -se lo extendió a la bailarina que llevaba el bolso con el resto de la droga. No quería que Amanda perdiese los nervios y, además, no le convenía tener encima dinero procedente de la venta de drogas.

Violet hizo una pausa que aprovechó para retirarse un mechón de la frente.

-Si la policía está investigando lo mejor es que os deshagáis de todo y os desentendáis - Violet se puso seria.- Hemos trabajado mucho para traer Electrosand a New York y no podemos permitir que ésto lo eche todo abajo.

Entonces llegaron a la casa de Amanda. 

-Ostras... ¿pero cuánto dinero habéis ganado con ésto? - A lo mejor Violet se había equivocado de trabajo. No le gustaba delinquir pero la idea de tener unos Manolos para cada día del año era muy tentadora.

El Señor Real Estate debía estar tan anonadado como ella pues no decía una palabra. 

¿Que?¿Camellos? Algo no encajaba. No tanto de sorpresa, sino de extrañeza era la expresión visible en el rostro de Jon.
Así que era eso lo que violet buscaba en la basura... pero.. ¿Como habían sido capaces de vender droga en estos días que corrían por NY? Quizá habían tenido suerte. Quizá fuera el hecho de ser mujeres por lo que no las habían partido las piernas todavía. O quizá... todo tuviera que ver con Aston...
-Chicas. ¿Quien os proporcionaba el costo?¿De donde lo sacabais?- Lo dijo con cierta ansiedad, como si le urgiera saber la respuesta. Al oirse se dio cuenta de que podían pensar que él era un yonki de mierda, pero las intenciones en esa pregunta no eran más que las de llegar al quid de la cuestión.
Violet no salia de su asombro, pero Jon no se sorprendió de el negocio "sucio" que se traían entre manos... Puede que a ella le costara asimilar que gente tan cercana estuviera en ello, pero para Jon eso era algo tan común como un cepillo de dientes.
 

Las bailarinas reconocen el fajo de billetes de Violet inmediatamente como el del callejón. Una de ellas se pone nerviosa al ver que las han descubierto, mientras la otra en cambio se calma. La tierna Violet es poco comparado con la bronca que podría haberles echado Amanda al descubrir la perdida de tanto dinero, así que cogen el fajo de billetes y lo meten en el bolso. 

- No.. no Asthon no sabe nada - dice la otra bailarina mientras su compañera guarda el dinero, pensativa como haciendo memoria. Estaba claro que el gesto de buen samaritano de Violet, que bien podía haberse renovado el zapatero con ese dinero, les había soltado la lengua y puesto de su parte. - bueno en realidad no lo sé... ella no nos dijo nada - comenta a Violet.

Era probable que no. Asthon era un caballero que amaba a su discoteca y sus trabajadoras por encima de todo (salvo coches y chandals de cuatro cifras). No dejaría que se pusieran en peligro con un negocio ilegal... ¿No?

- Nos dijo que a nadie más que a ella le interesaba... y que esto ayudaba. - dice la otra respondiendo a la pregunta de Nathaniel, con el dinero y la seguridad bien guardadas en su gigantesco bolso de mujer. Estaba claro y en el fondo él ya lo sabía: a los camellos les llega la droga y no preguntan de donde. Si Nathaniel quería saber de donde venía la mercancía iba a tener que hablar con la organizadora. y llama a la puerta.

Ante la pregunta de el agente inmobiliario se limitan a señalar la puerta. Está claro que la que mueve los hilos es Amanda.

Tras unos pocos segundos de silencio se escucha un tenue repiqueteo metálico del pestillo de la puerta, que se abre con una sugerente figura femenina en el alfeizar. Es una mujer joven, de la quinta de Violet, aunque en vez de rasgos asiáticos tiene una provocadora melena pelirroja que cae sobre sus facciones afiladas. Luce una sonrisa radiante, con un aspecto algo inquietante ahora que Violet sabe lo que estaba haciendo en la discoteca de SU Asthon, aunque a Nathaniel le provoca poca sensaciones más allá de la lujuria. Un ajustado vestido sugiere con elegancia unas perfectas curvas que se inclinan al ver que las bailarina vienen acompañadas, aunque no parece especialmente molesta.

Una femme fatal.

La famosa Amanda, al parecer.

- Vaya.... no sabía que traeríais compañía.. - dice con un tono pausado y calmado, intentando disimular su sorpresa - Pasad, seguro que puedo serviros algo mientras... arreglamos unos asuntos - dice mirando a Nathaniel/Jon y mira luego a Violet - Mujer... no esperaba verte.. tan lejos de.. - sonríe con cierto magnetismo perverso - la discoteca - dice aunque está claro que no es lo que iba a decir.

Pura envidia cochina. Seguro.

- Pasad - dice haciéndose a un lado para que entréis, volviendo a colocar la cadenita del pestillo en su sitio, antes de hacer un gesto de invitaciones y caminar contoneándose tras el grupo - Poneos cómodos.

El atrio de la casa, ahora visible, es magnífico y está amueblado con bastante gusto. Aunque en realidad Violet no puede ver tantos detalles como querría: la casa no está precisamente muy iluminada, con las persianas a medio bajar, creando un sugerente juego de sombras en las habitaciones. Los zapatos de los invitados resuenan por el parquet, a primera vista bastante torturado y sin una sola alfombra que lo proteja. Aunque viendo que Amanda les ha abierto en unos deliciosos tacones de aguja, no es de extrañar...

"Qué maja la zorra muchacha..." Violet puso la mejor de sus sonrisas. 

-Es que me he dado cuenta de que, a pesar de trabajar juntas -ladeó un poco la cabeza con gesto de niña buena- nos conocemos muy poco -escogió esas palabras con toda la intención.- Así que he pensado en dejarme caer. 

Amanda les invitó a pasar sin siquiera poner pegas a la presencia del señor inmobiliario. 

"¿No la conocerás, no?" Le preguntó mentalmente mientras clavaba en él su mirada. Aunque, a menos que Jon poseyera poderes telepáticos, sólo percibiría que la bailarina le miraba con perspicacia. "Lo que me faltaba, que lo haya engatusado también a él..." Y es que a Violet se le daba muy bien crear sus propias películas.

-Tienes una casa deliciosamente decorada -y era cierto, los muebles eran de un gusto exquisito.

"Definitivamente me he equivocado de oficio... ¿Se necesitará el título de manipulador de alimentos para ser narcotraficante?" Tendría que preguntárselo a Amanda más tarde. 

-Oh... perdone mi falta de modales.- Prendí su mano y la besé a la altura de los nudillos -Mi nombre es- ¿Cual era? por un momento iba a decir Na... - Jon. Jon... Smith.- uff -Hoy mi querida Violet requería mi compañia.-

Menuda zorrona tirana... cualquier hombre (o mujer) podría caer bajo sus dominios facilmente. Aston apunta alto teniendo a estas chicas en nómina. Es un negocio seguro... aunque todavía está por ver que sea lo único con lo que hace negocio...

Violet me miró. No sabía muy bien por donde iba a ir la conversación, pero eso si... los problemas les teníamos asegurados. 

Amanda se adelantó a el grupo para indicarles donde está el salón. El pasillo del atrio es bastante grande, con unas escaleras de caracol bastante estilizadas a la derecha que accedían al segundo piso del edificio, y con dos enormes puertas de cristal opaco a la izquierda. 

La bailarina abrió con orgullo las puertas, dejando a la vista un salón a doble altura con un enorme ventanal que parece dar a un jardín trasero y que, lamentablemente, esta cubierto por una persiana. La sala, bastante grande, tiene pocos muebles de gran calidad: varios sofas de indudable comodidad rodeado una gran televisión de plasma, y un piano colocado al fondo de la sala. Hay alguna estantería con ciertos tomos y adornos de viajes, pero en general prima un estilo minimalista bastante moderno.

Las dos bailarinas no parecen sorprenderse, probablemente acostumbradas a la habitación de sus anteriores visitas, y van directamente a sentarse a uno de los sofás. 

Amanda se quedó esperando a que los vistantes tomasen asiento como una buena huesped, aunque desde luego había cosas que dejaban entrever con una sutiliza algo siniestra que solo era una máscara. No era demasiado sorprendente: ¿a quién le gusta que le desmonten el pastel? ¿Quién sabía cuales podía ser las exigencias de Nathaniel y Violet para no hablar?

- Espero que esté todo bien... - miró a Violet fijamente, casi como un reto- No me gustan las sorpresas...  - dijo en un tono muy cargado, casi como una amenaza velada.

Y, sin embargo, pronto volvió a su modo habitual de sensualidad y buenas maneras, girándose hacía la salida de la habitación como si nada hubiera pasado.

- Traeré unas copas.. seguro que tenemos largo y tendido que hablar.. - sonríe con misterio y con un contoneo bastante bonito de cadera da media vuelta y desaparece del salón cerrando tras de sí la puerta. 

-Te entiendo. Yo me he llevado una hoy bastante... desestabilizadora -Violet siguió sonriendo a pesar de que el duro tono de Amanda comenzaba a asustarla.

La pelirroja bailarina abandonó el salón en busca de bebida. Violet siguió soriendo hasta que Amanda cerró las puertas tras ella. En ese momento mudó su expresión y preguntó, alarmada, en voz lo suficientemente alta para que los demás la oyesen pero la pelirroja no:

-No nos envenenará, ¿verdad? -no conocía a la bailarina lo suficiente para conocer la respuesta a aquella pregunta.

Le indicó al señor Real Estate que se sentase junto a ella en otro de los sofás.

-Enhorabuena Jon, acabas de recibir un ascenso. Te nombro catador real -le sonrió. Al menos así rebajaría un poco la tensión. Aunque seguía sin descartar la posibilidad del envenenamiento.

Mientras Amanda regresaba, Violet echó ojo al salón, aunque no había mucho que destacar entre aquellos bellos muebles. 

"Asthon me va a tener que explicar porque yo vivo en un piso compartido y ésta vive en la casa de la Barbie Malibú"

-Jajaja...- Jon reía con ganas -Espero que no creas que voy siquiera a tocar un solo vaso. No te haces idea de lo que la gente es capaz en estas situaciones.-

Ya sentado me acerqué a Violet para hablarla mas bajo.
-Violet, no se que visión tienes de tu jefe, pero es probable que las cosas tengan que ver con él.- Esperé un momento -Si. Te hablo de la droga.- No sabía cómo explicar a Violet como había hilado las cosas en mi mente. Dicho en frio, podría parecer un loco... hasta yo mismo pensaba que ciertas cosas eran descabelladas. Pero esas ideas no tenían porqué alejarse de la realidad... además había que dar alguna explicación a todo esto. -En esta época que corre por NY, esto que están haciendo tus compañeras es jodido. Necesitan protección... un aval por así decirlo. Además uno no se pone sencillamente a vender droga cuando un día dice "¡Eh, voy a vender droga!". Lo único que me encaja es que tu querida Amanda vendiera droga del cargamento de Aston para beneficio propio. Seguramente Aston no tiene ni jodida idea de que Amanda le ha sangrado los sacos de cocaína. Y si esto es así, la tenemos agarrada de los huevos... en este tipo de negocios no es bueno meter las narices, y aun menos robar al jefe. Amanda podría hasta querer matarnos. ¿Nunca has tenido noción de si Aston vendía droga? Porque lo cierto es que con la gran cantidad de locales que tiene, posee un buen blanqueador de dinero y una red de distribución.-

Violet abrió los ojos como platos, atónita. 

-Pero... ¿cómo te atreves? -se podía percibir claramente la indignación en su voz.- Tú no conoces de nada a Asthon, él no sería capaz de hacer eso -clavó en él la mirada, furibunda.- Asthon ha trabajado muy duro para levantar su imperio de discotecas y no se metería en esos asuntos. No le hace falta - y con un resoplido dio por concluida la conversación.

Cruzó los brazos y miró al frente, con gesto de niña ofendida. El señor inmobiliario había tocado la tecla equivocada. Tenía suerte de que Violet no fuese rencorosa, pero tardaría unos minutos en recobrar la calma. 

Meterse con Asthon así... ¡Con su Gastón! El señor Real Estate se acababa de quedar sin invitación a la boda. 

-Bien, de acuerdo. Se acabó la conversación- Ante el reproche de Violet, Jon simplemente mostró una sonrisa de suficiencia. -Piensalo.-
 

Ante vuestra conversación, parece que las bailarinas parecen impacientarse. Parecen distraídas, como mirando a todos los sitios. Tras los minutos en los que estáis pensando y dándole vueltas al asunto las dos chicas se levantan y comienzan a pasear por el salón. 

- ¿Tu crees que se habrá ofendido Amanda? - pregunta una de ellas. La chica se encoge de hombros y os miran como interrogándoos. 

Las muchachas sin duda son bastante nuevas y no conocen nada del caracter de la bailarina. O de los entresijos que pudiera tener. También parecían asustadas. Luego se calmaron al ver que iban acompañadas. Ahora parecen de nuevo nerviosas.

Tras los minutos de reloj, pasan otros más. Y otros más. Eso solo acrecienta la impaciencia de las chicas.

Suena el teléfono de Violet. Es un mensaje. Pero os sobresalta a todos porque la verdad es que se había hecho un silencio sepulcral.

No vayas con ella, aléjate. Voy para allí

Es de Asthon. Tu Gaston.

Mételes ya el grito para que no tengan tiempo de reaccionar: no queremos que se escapen de la casa por mucho que lo diga Asthon :P

Al leer el mensaje se le hizo un nudo en la garganta. Si Asthon le pedía que se marchara es porque se encontraba en peligro. Por otra parte... su Gastón iba hacia ella, como el príncipe azul acude en ayuda de su amada. Y todo el mundo sabía que después del rescate venía una gran noche de sexo salvaje, una boda por todo lo alto rodeada de la nobleza del reino, y una vida llena de perdices y vacaciones en Marina d'Or.

Pero, ¿qué hacer? Podía intentar marcharse pero Amanda se enteraría y no sabía qué excusa ponerle. Otra opción era intentar ganar tiempo hasta que Asthon llegase...

Miró a Jon con una sonrisa de suficiencia.

-Mira Jon -le dijo al tiempo que le mostraba el móvil con el mensaje y el remitente.- Seguro que nunca te han enseñado una foto así...

No vayas con ella, aléjate. Voy para allí

Es de Asthon.

Para Violet aquel mensaje demostraba que Asthon no estaba compinchado con Amanda, seguramente él también se había enterado del entramado criminal de la bailarina y quería ponerle fin.

Se acercó a su rostro y mordisqueó de manera lujuriosa el lóbulo de su oreja.

-¿Nos vamos o intentamos ganar tiempo hasta que llegue Asthon? -le susurró de manera que sólo pudiese escucharlo él, aprovechando el gesto. Finalizó la carantoña con un ligero beso en los labios.

Entonce fingió reparar por primera vez en las bailarinas y ruborizarse.

-Lo siento chicas, ya sabéis lo intenso que es el comienzo de una relación - Violet parecía toda una adolescente enamorada.

Con un poco de suerte aquellos no serían los únicos labios que besaría la bailarina aquel día.

Si la situación era extraña ahora se había vuelto más. Cuando Violet le enseña el mensaje a Nathaniel la situación parece tornarse diferente. Es como si una sensación extraña inundara la habitación. Parece que habéis dado con algo gordo, algo muy gordo.

Aunque la pareja de recien enamorados parece que está a sus cosas, las bailarinas no se mantienen ajenas. La tardanza de Amanda está empezando a hacer mella cuando una de ellas decide levantarse y se cruza de brazos.

- No pienso estar aquí todo el día - dice malhumorada - Nos lo puso en bandeja, nos ayudó y cuando la cosa se tuerce un poco se pone hiper agresiva y parece que la culpa es nuestra - medita - ¿Y si quiere cargarnos el muerto entero? - se pregunta en voz alta la bailarina.

Ambas niegan con rotundidad y se dirigen a la puerta del salón para abrirla, parece que el tiempo en letargo esperando les ha dado coraje... o tal vez sea que quieran dejar intimidad a la joven pareja.  Quien sabe lo que ha pasado por la cabeza de la mujer, pero parece decidida.

Cuando la bailarina va a abrir la puerta escucháis un grito. Es breve y apenas dura dos segundos, lo suficiente para que cuando vayáis a prestar atención no escuchéis nada. 

La bailarina se debate entre abrir o no abrir la puerta del salón pero finalmente lo hace. Os habéis quedado en silencio para escuchar aunque parece que no se oye nada. 

A los pocos segundos escucháis lo que parece ser el arrastre de muebles muy grandes. El suelo de madera chirría en el piso de arriba.

Los acontecimientos y el mensaje me dejaron absorto en mi introspección. El beso acabó por sacarme de mi ensimismamiento,
-V-Violet... tienes que tener mucho cuidado. Puede que Aston no sepa nada... pero entonces ¿Que encaja con...?-
Las chicas se empezaron a ir. Yo iba a hablar, pero se escuchó el grito.
-¡Arriba! ¡Vamos! Tenemos que ver lo que ha pasado.-

Aquel chillido hizo que se le erizara el vello. ¿Le habría ocurrido algo a Amanda?

-Sí, tenemos que subir -dijo mirando a las bailarinas para que ellas también se animaran a acompañarles.- Vamos -se colocó detrás del Señor Real Estate, estaba claro que ella no iba a ser la que liderase la marcha. Para algo estaban los caballeros.

-¿Sabéis si había alguien más en la casa o esperaba visita? -le preguntó Violet a las otras dos muchachas para intentar averiguar más sobre la causa de aquel grito antes de toparse con todo el pastel de frente.