Partida Rol por web

Bakunyu Ushimimi

Escena 3 - Dream Island, el resorte definitivo

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26/10/2015, 14:38
Anna Hayami Williams

-Se me ocurren un par de cosas que incluso en exceso siguen siendo buenas-  y si quieres te las demuestro.  Debería haber continuado la frase para dar el paso, pero preferí guardarme las últimas palabras para mí nada más.  Desde luego en características como los pechos, el culo o cualquier otro atributo era mejor no pasarse, pero lo cierto era que a algunas les quedaba bien el ser exageradas.

Me introduje en la bañera y esperé a que él mismo lo hiciera.  Al ver que tardaba tuve la intención de mirar, pero justo entonces me dijo que esperara.  Poco después empezó a sonar aquella melodía y me relajé apoyando mi cabeza contra el borde de la bañera.  Había dejado las piernas ligeramente abiertas y noté el roce de uno de sus pies contra la cara interna del muslo, lo que provocó un suspiro inconsciente por mi parte.  Una cosa era tener que aguantar la distancia y la provocación que sentía hacia mi jefe y otra era que entrásemos en contacto, puesto que eso sí que me ponía mala –en el buen sentido-.

-Ha sido una gran idea, como siempre- abrí los ojos cuando noté que ya había terminado de colocarse cómodamente en la esquina contraria a la mía.  Lo bueno es que lo veía perfectamente desde donde estaba y además podía controlarme lo suficiente como para que no me demandara por acoso.  Él empezó a hablar del trabajo y yo intenté centrarme en eso.  Veamos… no estamos seguros de si sabe a qué nos dedicamos.  Puede que esta noche esté en el casino y entonces podamos averiguar si se encuentra aquí realmente o no.  Tenemos que lograr dar con ella y recuperar lo robado.  Si no recuerdo mal- intenté hacer memoria a lo que pasó en la visita que hicimos a su casa- la mujer tenía unos gustos… peculiares.  Quizá podamos atajar por ahí.  Si no aparece esta noche mucho me temo que tendremos que lograr hacernos con los registros de los inquilinos y sus actividades- al final me encogí de hombros porque no sabía si estaba dando en el clavo.  Bueno, tú sabes eso mejor que yo.

Desde luego a él le quedaría mucho mejor el ir sin nada de ropa, pero no podía decirle eso así que me reí con su comentario.  Bueno, estabas bastante favorecido, cariño- le guiñé un ojo y negué con la cabeza.  Tuvo que ser una gran noche, lástima que no nos acordemos de nada.

Mientras Kyo hablaba me decidí por lanzarle agua a la cara, a modo de broma.  La verdad es que como no sabía donde poner las manos lo mejor que pude hacer era eso.  Eh, Kyo- empecé a decirle sin pensármelo demasiado. Vosotros soléis lavaros las espaldas entre vosotros, ¿no?- siempre me había llamado la atención esa costumbre.  ¿Te animas a que te lo haga?- pregunté me incorporaba hasta ponerme de rodillas casi delante suya, a escasa distancia.  Tampoco es que fuera nada raro, y era una buena manera de darle un final a aquel baño. Sí, también es que quiero tocarlo, aunque sea de este modo. 

Notas de juego

El final lo he puesto como si ya hubieran pasado un rato en la bañera, para no llevarnos mucho tiempo en esa escena que el director se nos aburre :P. 

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26/10/2015, 22:45
Kyo Mori

Cuando oí las palabras de mi compañera no pude evitar notar cierto tono en ellas, como si de una promesa velada se tratase, noté como mi ceja se alzaba sola, y pasé de recostarme en mi extremo de la bañera a incorporarme ligeramente para mirar con curiosidad a Anna- ¿Oh? Me encantaría que me dijeras alguna...- Comenté en tono curioso, acercándome a ella por un instante, olvidando la situación, nuestras posturas y la capa de espuma que nos separaba de una situación cuanto menos comprometida entre compañeros de trabajo.

-Me alegra que te gustase.- Comenté volviendo a mi posición anterior y cerrando los ojos ojos un instante.- Esto me recuerda a los pequeños onsen de japón. Tranquilidad, música suave, una mujer hermosa...- Abrí los ojos de golpe al darme cuenta que quizás había abierto la boca más de lo debido.- Bu-Bueno, ya sabes, eh, que solo hace falta sake ja ja ja.

Me hundí un poco en la bañera tratando de calmar mis pensamientos, notando como un rubor volví a hacer acto en mi rostro, justo antes de que nuestros cuerpos se tocasen de nuevo bajo el agua. Mis manos había ido a los laterales de la bañera para no resbalarme demasiado, cuando noté como mis manos se posaban en sus muslos, apenas un instante, un roce, pero noté a la perfección su piel suave y lisa antes de apartarlos.- Perdona. Si, el casino... Pensé que como cualquiera que se vé con una fortuna de golpe, trataría de aprovecharla al máximo. ya que se ha dado un viaje tan largo a lo que parece ser un paraiso fiscal para ricos, lo suyo sería bajar al casino para tratar de incrementar aun más su fortuna. Veo que las grandes mentes piensan igual.

Esbocé una sonrisa. Anna, siempre en todo. Hacernos con los registros podría suponer una aventura en sí, pero bien planeado podría ser un magnifico plan B si el plan del casino no salía bien. Asentí ante su idea.- No es mal plan hacernos con los registros para comprobar si lleva un alias o algo.

Reí abiertamente ante la imagen de mi vestido con la ropa de Anna.- Solo dices eso por que tienes miedo de que los tacones me queden mejor que a ti ha ha ha- Luego sugirió la idea de lavarnos las espaldas mutuamente y casi dí un salto en la bañera.- ¿Te gustaría? Es una cosa que suelen hacer las parejas...- Me mordí la lengua, ella lo había dicho con tanta amabilidad y...- No se me ocurriría nadie mejor con quien hacerlo que contigo Anna.

Mi sonrisa se ensanchó aun más, sin darme cuenta del peligroso doble sentido que podrían acarrear mis palabras.

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27/10/2015, 22:01
Anna Hayami Williams

Se había interesado por las actividades que podían ser buenas en exceso y yo estaba más interesada en demostrárselas que en explicarlas, pero no podía hacer eso.  El buen sexo, por ejemplo- respondí con naturalidad, aunque luego caí en que aquello podía sonar a una proposición y aproveché para tirarle agua  en los ojos con el fin de que no me viera tan roja como me había puesto durante un segundo.

Había acabado piropeándome y yo le dediqué una sonrisa abierta, puesto que me encantaba que dijera esas cosas de mí.   Maldición, lo podríamos haberlo pedido antes.  Aunque controlándonos, que ya nos conocemos- y en este contexto si estuviera bebida me tiraría a tu cuello.  Probablemente mi mirada expresaba ese sentimiento, pero con mantener la boca cerrada para según qué cosas me valía.

Sus manos entraron en contacto contra mi cuerpo y me pregunté si había sido un incidente o si lo hizo queriendo. La verdad es que deseaba que hubiera sido un intento de provocación, pero cuando pidió disculpas supe que fue un error involuntario.  Será mejor que me relaje, pero cualquiera lo hace en esta situación.   Y de nuevo volvía a halagarme y a mí se me hacía la boca agua al oírlo.  Estoy segura de que tú lo tenías pensado desde antes.

Enarqué una ceja cuando dijo que mi vestido le quedaría mejor a él.  Esta noche te lo pondré yo misma si hace falta cuando terminemos el trabajo- bromeé, aunque tener una excusa para tocar su cuerpo era más que suficiente.  Al surgir el tema de lavarlo pensé que quizá la había cagado por lanzarle esa pregunta, pero se mostró dispuesto a ello.  A mí tampoco, la verdad- dije respondiendo a su aceptación, quizá con más ganas de que eso tuviera segundas intenciones por detrás.  Venga, date la vuelta.

A partir de ahí la cosa se volvió realmente dura para mí.  Me enjaboné las manos y, sencillamente, me dediqué a mover mis ágiles manos masajeando su entrenado cuerpo.  El jabón provocaba que resbalara y que mis manos se perdieran de vez en cuando, bajando más de lo que esperaba.  ¿Está bien así?- pregunté, acercando mi rostro a su oído. La presión, digo.  Yo no estaba segura de si lo que ocurría era que la bañera estaba muy caliente o si era yo la que se había encendido con aquel juego “inocente”.  ¿Sabes? Una temporada trabajé de masajista en  Japón, antes de entrar en el café.  Prefería sacar algún tema de conversación para no perderme en mis pensamientos, en los que seguía bajando hasta llegar a otras zonas más íntimas.

Me había estado pegando poco a poco a él, a medida que el masaje avanzaba. Desde luego estaba totalmente limpio, pero yo no quería detenerme.  Bajé por sus brazos, enjabonándolos también y aproveché para coger sus manos, acariciándolas unos instantes.  Tenía unos brazos endurecidos y unas manos que podrían hacer perder la razón a cualquier mujer.  Está demasiado ocupado con su trabajo para darse cuenta de otras cosas.  Yo podría quitarle un poco el estrés del trabajo si me dejara.  Y bueno, quien sabe, si él quisiera las cosas podrían ir a más.  Me había perdido en mis pensamientos sin darme cuenta de que ahora tenía las manos sobre sus cuádriceps, mientras ascendía lentamente hacia la zona prohibida; también había pegado mis pechos contra su espalda, rozándolos sin querer al subir y bajar mientras me encargaba de sus piernas.

Joder, esto es un punto de no retorno. Tiene que estar pensando… ¿en qué demonios estará pensando él ahora mismo? Me había puesto lo suficientemente roja y excitada como para saber lo que tenía que hacer.  Era lo que menos se me apetecía en el mundo, pero tenía que garantizar que pudiéramos seguir trabajando juntos.

-Eh… mi teléfono. Está sonando- dije con la voz entrecortada.  Te…te… te veo fuera- tartamudeé.  Rápidamente me levanté, cogí una toalla y salí del baño de forma rápida.  Necesitaba urgentemente  irme de ahí para que mi sangre volviera a mi cerebro y me ayudara a pensar en cómo pedirle disculpas.

Cuando salí de allí esperé unos instantes para hablar. Cariño, voy a ir vistiéndome.  ¿Lla…llamo o salimos fuera? Hace un buen día para dar un paseo. 

Notas de juego

He terminado la escena del baño porque por mí podría pasarme horas escribiendo, pero quería avanzar. Si quieres tómate la libertad de resumir lo que hacemos hasta la hora de la cena, o hacemos un par de post. Como tú quieras :). Yo siempre estoy encantada de rolear, pero podemos avanzar hasta la noche para seguir con la trama. 

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28/10/2015, 14:44
Director

Notas de juego

Escribidme en notas, no roleado, qué queréis hacer ahora, hasta la hora de la cena, por favor.

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28/10/2015, 17:49
Anna Hayami Williams

Notas de juego

Por parte de Anna: Comer fuera, recorrer la isla para ver cuántas salidas posibles hay y si las salidas están vigiladas.  Si sobra algo de tiempo descansar hasta el momento casino :). 

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28/10/2015, 18:58
Kyo Mori

Notas de juego

Kyo piensa comer y echar un ojo a la sala de recepción para poder preparar un plan b.

(contesto en cosa de 1h que estoy a punto de volver a casa)

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29/10/2015, 23:34
Kyo Mori

Me quité el agua de los ojos con el dorso de la mano- ¡O-Oye!- ¿La había entendido bien? ¿Sexo? Desde luego no iba a negarlo, una buena sesión de sexo podría alargarse hasta el infinito y yo no me quejaría, mas bien al contrario...

-Ahhh hemos estado lentos, la próxima vez tendrá que ser.- Hacía un día precioso, el clima estaba perfecto y me encontraba en la bañera con un angelito bajado del infierno en bikini sonriendo. Si, las tentaciones son un suplicio, pero menudo suplicio. Claro que el hecho de poder acabar esta noche engalanado con un maravilloso traje de diseño color rojo carmesí no ayudaría mucho, pero ya sortearía ese puente cuando tocase.-A tus ordenes, compañera.

Y hablando de paraiso, menudas manos. La presión en mi espalda, agradable y con la suficiente fuerza como para notar los músculos destensándose, pero sin llegar a hacer daño, simplemente una técnica bastante buena.-Ahhhhh se nota... Tienes buena mano para esto...- De golpe me olvidé como hablar, sus manos pasaron de mi espalda a zonas un poco mas íntimas, para mi placer y mi desazón, pues ya me veía en una situación que debería, pero que no se si podría; detener. Mis manos, brazos, cuadriceps y de golpe noté algo suave sobre mi espalda.

Mi cara debió ser todo un poema cuando me dí cuenta que deberían ser las gemelas de Anna. Todo el relax desapareció cuando noté una poderosa urgencia haciéndose cargo de mi, la necesidad de girarme y poseerla en la bañera, de hacerla el amor como si no hubiera mañana... ¿Pero que pasaría con O'bolic? Irrelevante, poseela. ¿Pero y el caso? ¿Que importa el caso cuando Anna es el precio? ¿Pero que pasa con Anna? ...Mierda.

-Anna yo...- La noté levantándose y abandonando la sala. Me quedé de piedra. ¿La habría ofendido? ¿Se había dado cuenta de mis intenciones?-Si... El teléfono.

Me llevé las manos a la cabeza y me di un par de cachetes para despertarme. Demasiado cerca. Demasiado peligroso. Esto acabará por matarme.- Querida... ¿Me pasas mi ropa, por favor? Podemos ir a dar un paseo, comer algo o... O no se, ¿Echar un vistazo en recepcción a las actividades, quizás?

No tenía nada claro. Solo quería comer algo y ponerme a trabajar. Tenía que llenar mi mente con algo o me volvería loco. Bueno, más aun.

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04/11/2015, 08:16
Director

Conseguís vestiros sin volver a veros en paños menores, cada uno por su lado. Tal vez sólo unos leves vistazos que os reaviva aunque sea por unos instantes el ardiente deseo frustrado que arrastráis el uno por el otro. El día que lo dejéis libre seguro que hay fuegos artificiales…

En cualquier caso, la “parejita” consigue salir del bungalow un rato más tarde, todavía por la mañana, pero ya algo más avanzada. El calor aprieta, pero la brisa marina modera un poco la sensación térmica y el paisaje es espectacular.

Redonda, la isla en la que os encontráis, es casi más un islote que una isla. Sus dimensiones son, como ya visteis al acercaros en el hidroavión, bastante reducidas: kilómetro y medio de largo por medio kilómetro, más o menos. Una ladera suave por un lado y abrupto acantilado por el otro.

Con vuestro paseo matinal descubrís, ahora con completa certeza, que las salidas están vigiladas. El embarcadero, curiosamente en la parte del acantilado, es una obra completamente nueva, adosada a la pared de piedra natural y con un camino de acceso empedrado más bien empinado pero habilitado para que un carrito eléctrico pueda subir y bajar las maletas. En el embarcadero hay un par de botes grandes, de los de seguridad antiguos, aparentemente restaurados, pero cubiertos con una lona azul y suspendidos en una suerte de máquina mecánica muy simple, de resorte, que depositaría ambas naves en el mar simplemente accionado el resorte. Obviamente no se usan para nada, ni se han usado, así que el suministro se debe hacer con un barco más convencional, tal vez una vez a la semana o así. Un guarda en una caseta con aire acondicionado y un encargado tumbado a la bartola son toda la seguridad que parece necesitar el lugar.

Hacia la parte superior de la isla hay algunos bungalows de buen tamaño dedicados a los servicios del resort: cocinas, lavandería, un generador, mantenimiento, alojamiento para el personal… También está el comedor, el edificio de administración más cercano a los bungalows “privados”, de los clientes. Y luego está el edificio central, de cristal oscuro y hormigón, por lo que os han contado el corazón económico de la isla, donde está la recepción, el casino, la clínica de cirugía y administración/dirección. Seguramente también una caja fuerte, guardias y aparatos electrónicos de seguridad. Por su techo plano y el aspecto sólido de la construcción, todo apunta a que debe haber un helipuerto en su azotea.

El resto, poco más o menos, ya lo habíais conocido…

 

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04/11/2015, 08:17
Director

Dirigís vuestros pasos hasta el comedor. Resulta ser un edificio con aspecto de bungalow sin paredes, sólo con columnas metálicas revestidas de madera, abierto a la brisa del mar, con techo “de paja” perfectamente mantenido que protege del inclemente sol caribeño y con un conjunto de ventiladores insonoros fuera de serie. Hay una barra de buffet frío, una caliente y otra de postres, una barra central para servir bebidas y una veintena de mesas dispuestas de manera espaciada, suficientes para dar cabida a todos los clientes simultáneamente.

Una belleza caribeña de oscuros muslos prietos, culo respingón y escote rebosante se os acerca para pediros si deseáis la carta y/o alguna bebida. Os atiende en todo momento con una gran sonrisa. A vuestro alrededor descubrís que debéis haber llegado un poco tarde a la comida, pues sólo hay un par de parejas acabando de comer, los entrañables Jota Jota y Sarah Ponds, así como un par de mujeres que ya han llegado al postre y están dando buena cuenta de él.

Inevitablemente la señora Ponds os saluda en cuanto os ve y os invita a sentaros con ellos (azuzando a su marido para que os haga sitio y sea educado).

 

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04/11/2015, 14:08
Anna Hayami Williams

Le pasé la ropa a Kyo  sin llegar a entrar completamente, porque en ese momento me veía incapaz de mirarlo a la cara –o a cualquier otro lado del cuerpo-. Aquí tienes, amor.   Me puse un vestido blanco de corte veraniego que llegaba un poco por encima de la rodilla y que se amarraba al cuello, ofreciendo un precioso y seductor escote.  Opté por dejarme el pelo suelo y húmedo por la ducha y me pinté los labios de un color rojo suave.  La verdad es que no era de maquillarme demasiado, pero darle un toque de color a los labios con la esperanza de que Kyo se fijara en ellos.

Escuché que salía del baño y me giré, sonriéndole con cierta timidez. Preferí no abordar el tema de lo que había ocurrido en la bañera porque no sabía que decir.  Le tendí la mano para que se acercara a mí e ir juntos a buscar algo de comer.  Cuando se puso a mi lado le di un beso en la mejilla y gracias a que la marca de pintalabios era buena no le manché el rostro. Estás guapísimo, como siempre- seguíamos con la paranoia de que pudiera haber cámaras, pero igualmente pensaba que estaba espectacular.

Recorrimos el perímetro de la isla mientras veíamos las posibles salidas, que estaban vigiladas, lo cual no era de extrañar.   Es un lugar realmente precioso- le dije mientras señalaba la parte superior de la isla, concretamente el enorme edificio central.  Ahí iremos esta noche, ¿no?- pregunté, haciendo referencia al casino.

Fuimos a comer juntos tras dar un grato paseo y la verdad es que el lugar en el que nos encontrábamos era bastante bonito.  Rápidamente mis ojos se movieron hacia la zona de los dulces y el estómago me avisaba de que necesitaba comer cuanto antes.  La camarera apareció y le di un pequeño codazo a mi “marido”, porque se trataba de otra exuberante azafata que podría hacer perder el control a cualquier hombre, aunque bueno, yo también tenía cualidades parecidas a las suyas así que no tenía que preocuparme demasiado.

Nos encontramos con los Ponds y al ver que nos hacían una señal sonreí a Kyo. Deberíamos ir, cariño- quizá eso nos ayudaría a parecer una pareja normal en vez de dos investigadores-. Me fijé en el aspecto de Sarah para ver si tenía algún cambio observable.  Al sentarnos les pregunté si el lugar les estaba gustando, qué habían hecho durante el día y otros temas de poca importancia, lo suficiente para que la reunión no fuera incómoda. Mientras hablábamos aprovechaba a veces para tocarle la pierna a Kyo o para hacerle gestos cariñosos, los cuales hacían que me sintiera realmente incómoda porque me daban ganas de más siempre.

 Almorcé hasta quedarme llena pero sin excederme porque no sabía qué tendríamos que hacer luego y con lo que disfruté mayormente fue con los postres, que estaban deliciosos.  Aproveché en ese entonces para intentar darle a probar a Kyo de alguno de los que había cogido. 

Notas de juego

Almuerzo a modo de resumen xD. 

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12/11/2015, 00:28
Kyo Mori

Por suerte no tuve que mirar a Ana a la cara. De lo contrario habría visto mi rostro rojo y mas que alguna otra parte de vergüenza y deseo a partes iguales. Para mi sorpresa me pasó unos pantalones de color beige cortos y una camisa azul clara de corte bastante abierto, por lo que desistí incluso en abrochármela, dejando el torso al descubierto. Al fin y al cabo ahora lo que necesitaba era refrescarme lo máximo posible.

-Gracias, cielo.- Las palabras salieron solas pero de alguna manera no me sentaron para nada extrañas. Esta pantomima se me hacía igual de normal que nuestra relación de trabajo normal y corriente. Me miré al espejo un instante, notando mi pelo corto ligeramente alborotado, aun húmedo, eche mano de una colonia masculina del baño bastante fresca.- Voy a salir encanto, si estas presentable, claro.

Me recibió con un beso en la mejilla, a lo que sólo pude contestarla con una sonrisa de oreja a oreja, pasar mi mano por su cintura e indicarle la salida de nuestro piso.- Vamos Angel de amor, a explorar.

El paseo habría pasado por algo entrañable, si no fuera por que a cada paso me escudriñaba intentado encontrar posibles modos de escapar, salas ocultas o recovecos naturales que facilitasen un escondrijo de ser preciso. Aunque mentiría si no dijera que la presencia de Ana en este paraíso tropical no fue delicioso. Ante la mención del casino asentí.- Exactamente, a ver si esta vez soy yo el que gana el premio gordo y no tu. Creo que en Montecarlo aun te tienen tirria por como les desvalijaste.- La anécdota, por supuesto 100% mentira me pareció cuanto menos una risión. No me costaba nada imaginarme a mi compañera desplumando a un puñado de viejos incautos con sus habilidades.

Por desgracia no todo fue perfecto, pues a la hora de comer nos encontramos con la pareja de nuestro transporte, coincidiendo con ellos, y viéndonos obligados a comer con ellos. Esta vez y sin excusas para abstraerme de las conversaciones, me aseguré de participar activamente en la conversación, empapándome del esnobismo de los ricachones, aunque la camarera, que desde luego tomó gran parte de mi atención, lo hizo bastante mas liviano.

Procuré reirles las gracias y hacer yo algunas en su mismo nivel, pero algo me distraía, y ese algo, a pesar de los esfuerzos de la camarera fue mi "esposa", que decidió jugar la carta de recién casados apasionados, Bien jugado, señorita Williams, pero a eso podemos jugar dos. En un momento en el que nuestras manos se encontraron, la tomé de la misma y subiendo las manos a la altura de la mesa la llevé a mis labios, besando sus nudillos como había visto hacer en las peliculas de caballeros europeos. una estampa bastante inocente, de no ser por que mi pié izquierdo, libre de su respectiva sandalia, subía suavemente por la parte trasera de su muslo de forma bastante provocativa.

La comida transcurrió así, entre platos muy buenos, acompañados de entremeses variados y ensaladas (como les gustan a los isleños estas cosas!) y unos postres acaramelados que corrieron por parte doble ya que Anna y yo los compartimos, cosa que me hizo disfrutar enteramente.

-Bueno, amigos ha sido una comida deliciosa.- Comente mientras retiraban los platos.- Pero como suelen decir, todo lo bueno, si breve, dos veces bueno ¿No?

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18/11/2015, 09:13
Director

Coméis tranquilamente dándoles coba a los Ponds, disfrutando de las excelencias de la cocina del resorte, riéndole las gracias a Sarah y haciéndoles alguna vosotros mismos. Se puede decir sin reparos que pasáis por una parejita feliz a la perfección. Aunque, claro, todo es mejorable. Antes no os tenía confianza –os dice la sra. Ponds- pero entiende muy bien que Anna vaya a retocarse un poco las orejas (¿?), el trasero (¿?) y los pechos (¿¡!?), porque alguien como ella no puede limitarse a ser simplemente guapa, tiene que ser sobresaliente. La susodicha Sarah va a arreglarse algunas cosillas, que para eso cogieron el pack estético especial con derecho a 3 remodelaciones. Esta misma mañana ha pasado por el spa de la clínica, donde se lo han explicado todo. La clínica, al parecer, es revolucionaria. Sigue una política de remodelaciones no invasivas de rápida recuperación y que son realmente efectivas, fuera del abasto de las clínicas convencionales. Ha reservado para esta tarde su lifting con remodelación de pómulos. Si todo va bien mañana por la mañana van sus pechos. Todavía está decidiendo qué tamaño ponerse (JJ, su marido, quiere unos bien grandes, claro), pero le han hablado de un nuevo proceso gradual de agrandamiento que le ha sonado muy bien y quizá lo pruebe. Por su lado, JJ está disfrutando de las vistas (sí, ya sabemos todos qué vistas…) y de la piscina. El bungalow lo encuentran mejorable…

Cuando por fin os levantáis de la mesa y os despedís, no se os escapa un detalle. No muy lejos de vosotros todavía hay una pareja de chicas atiborrándose a postres. Son las mujeres más pechugonas que habéis visto hasta el momento, no es que no vayan a poderse ver los zapatos bajando la mirada, no, es que como se descuiden no se les va a poner morena la zona abdominal. Es como si se estuvieran retando a ver cuál de las dos come más, si la pelirroja pecosa o la morena de piel lechosa.

Oh, y hay un camarero que no deja de observaros. Y la camarera caribeña no deja de sonreír a Kyo…

Notas de juego

Todavía falta toda la tarde hasta la hora de ir al casino a cenar. Hay publicitadas (discretamente y con buen gusto, eso sí) por actividades de ocio a todas horas: clases de bailes “caribeños”, baile de salón, surf, deportes acuáticos, yoga, natación, un gimnasio, karaoke, mini-campeonato de dardos, billar, twister, …

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20/11/2015, 23:11
Anna Hayami Williams

Agradecí tener a Kyo a mi lado para controlarme, porque alguien como yo era demasiado impulsiva y, al escuchar los retoques que la señora Ponds me recomendaba, me entraron ganas de hacer una extensa lista con las cosas que debería cambiar tanto la señora como su marido. Por suerte para mí, el beso de Kyo sobre mi mano y su juguetona pierna amenazando mi muslo provocaron sensaciones muy distintas al enfado sobre mí.

-Bueno, bueno, ya se verá.  ¿Tú que crees, amor?

Dije, pasándole la pelota a él.  También aproveché para dejar mi mano colocada en la cara interior de su cuádriceps, diciéndole con mis gestos que si seguía con el recorrido de su pierna lo iba a pasar mal él; o ambos, porque los dos acabaríamos con calor.

Por suerte la despedida no tardó demasiado en llegar, dejándonos libres de aguantar durante mucho más tiempo a la pareja.  Ambos percibimos la presencia de las dos mujeres más pechugonas que había visto en mi vida y lo cierto es que hasta yo me quedé mirándolas, sin saber muy bien qué pensar sobre ellas.  Un camarero nos miraba, y no sabía si especialmente a mí -porque estaba un poco paranoica con la vigilancia y no captaba las intenciones que no fueran claras-.También era bastante llamativo el ver que la camarera no le quitaba el ojo a mi jefe, y a una parte de mí eso no le hacía la más mínima gracia.  Aproveché para darle un abrazo a Kyo, posando mis manos en su trasero –y debía reconocer que eso me gustó mucho más de lo que pensaba- y me acerqué a su oído para susurrarle.

-La camarera te está comiendo con la mirada. No sé si es por…- mierda, ¿qué debía decir? ¿Qué estaba como un tren?- bueno, por lo evidente o por si nos están vigilando.

Esperé su respuesta y, al ir a separarme me quedé un segundo mirándolo a los ojos, o mejor dicho, me perdí en ellos. No quise pensármelo y, sencillamente, uní sus labios a los míos durante unos segundos.  Era lo que debíamos hacer, ¿no? Hacernos pasar por pareja, y eso era algo típico en los matrimonios nuevos.  Quizá alargué el beso más de lo estrictamente necesario, pero necesitaba hacerlo, no sé si para marcarle a esa mujer que no se acercara a “mi marido” o si era porque llevaba queriendo besarlo desde la última vez que ocurrió.

Al separarme le dediqué una sonrisa dulce y le pasé las manos por el pelo.  ¿Qué se te apetece ahora, cariño?- porque como te diga lo que se me apetece a mí no nos movemos del bungalow. Me suena bien eso de las clases de baile, el karaoke y el twister. Estuve viendo la programación antes, y tenemos que hacer tiempo hasta la cena. Lo cierto era que, mientras le hablaba, no perdía detalle a sus labios, que se habían convertido en una fuente de tentación para mí.  En pequeñas dosis, así puedo sobrevivir.  

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26/11/2015, 00:10
Kyo Mori

Procuré no molestarme por los comentarios de la mujer, pero no pude evitar que una ceja se me alzara sola. Con tanto plástico encima se convertirá en una barbie. A pesar del frescor y de mis ropas ligeras, notaba calor, una sofocante presión por todo el cuerpo. Podría ser algo de comida en mal estado, o podría ser Anna. Y dado que la comida tenía calidad de varias estrellas, no hacía falta ser un lince para saber quien era la causante.

-¿Retocarse? Oh, querida, creo que no lo ha entendido.- Kyo hizo lucir su mejor sonrisa, posó su mano sobre la de Anna e inclinó la cabeza un poco-. Mi preciosa esposa no está aquí para retocarse, si no como un ejemplo de lo que se puede llegar a tener. Fíjese en ese cuello de cisne, en esas preciosas piernas. Y no me haga hablar del pecho, que estoy de luna de miel, querida. Mi esposa ha venido como un favor a un cirujano, para que ÉL tome ideas.- Pongo cara de seriedad un instante.- ¡No permitiría que otro hombre le pusiera un dedo encima, eso por descontado! Ha ha ha

Me despedí de ambos junto con Anna par al perderlos de vista soltar un bufido de exasperación, que se convirtió en una sorpresa al ver a las dos mamellas que atacaban sin parar los postres.

-Seguro que son un sistema salvavidas perfecto, pero las pobres llevarán sin bucear años, con ese par de boyas.- Le comenté a Anna con la voz queda con por fín nos quedamos solos. Ambos abrazados, sus manos demasiado abajo, pero dado el calentamiento en la comida... Rodee su cintura con mis brazos, dejando que los dedos calleran sobre su firme trasero.- ¿Camar...?- Levanté la vista y la ví. no pude evitar sonreirla, pensando en que en cualquier otra situación, con Anna, habría sido el hombre mas feliz del mundo, si no fuera por... 

Reaccioné por instinto, respondiendo al beso, alargándolo todo lo que pude, olvidándome de nuestra mision, de nuestra profesionalidad. Solo ella y yo. Por unos segundos más. Sonreí cuando los labios se separaron, depositando un último beso en los suyos, antes de bajar de nuevo a la vida real.- Pues no lo se... Quizás debamos preguntarle a tu admirador,-comente haciéndola notar que la camarera no estaba sola en esto de echar miraditas. Por supuesto que no me gustó. Ni un pelo. Un chulo de playa no era ni remotamente bueno para Anna. Pero escúchate... CALLA.- Lo del baile suena... Bastante bien. ¿Te apetecerá ir a echar unos dardos después?

Puse ambas manos en las mejillas de Anna, fijándome en sus preciosos ojos, apoyando mi frente contra la suya.- Podríamos pedirles indicaciones... Tratar de sonsacarles algo de información. Al fin y al cabo si trabajan aquí, bien podrían saber algo...

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27/11/2015, 23:19
Anna Hayami Williams

La verdad es que Kyo logró que me sonrojara de verdad cuando me defendió de esa forma ante nuestra nueva amiga, pero es que él tenía ese talento natural para decirlo de un modo que me dejaba sin palabras. Me limité a acariciar sus dedos mientras lo miraba casi con admiración.  Y luego, cuando mencionó que no quería que otro hombre me pusiera un dedo encima, sentí un cosquilleo en el vientre. Si justamente lo que yo quiero es que me lo pongas tú…

No sabía si Kyo no veía a las mujeres como yo o si es que intentaba ser amable y no fijarse en otras cuando estaba conmigo.  Yo había estado con varias mujeres y lo cierto es que las zampapostres estaban de bastante buen ver, pero bueno, yo también lo estaba y no había logrado que Kyo diera un paso más.  Siempre que avanzábamos acabábamos volviendo atrás, como dos adolescentes con poca experiencia –cuando estaba segura de que ambos habíamos tenido varias parejas y que éramos diestros en ese ámbito-.

El beso fue intenso, sensual y demasiado corto, no por la duración real, sino porque yo ansiaba mucho más de mi jefe.  Sí que es bueno en ese terreno, sí. Su último beso fue un dulce regalo que me hizo ruborizarme ligeramente.  ¿Admirador?- miré un instante en su dirección- Soy una mujer casada, cariño- le dije, siguiendo el juego.  Asentí ante su proposición del baile y los dardos.  Suena bien. Bailo bastante bien, así que jugaré mal a los dardos para no ser mejor en ambas cosas- bromeé mientras le guiñaba un ojo.

La idea de Kyo era buena, sobre todo porque con el calentón era más fácil que cualquiera soltara prenda. El problema era que si estábamos tan acaramelados podía ser más difícil sacarles información.  Uhm… sí, podríamos hacerlo, pero si preguntamos demasiado llamaremos la atención. Creo que el casino será el mejor sitio para informarnos, porque probablemente O’Bolic ha estado por ahí en algún momento. Si fuera por mí me iría ahora a lo del baile- bueno, si fuera por mí iríamos a la cama. Pero quitando esa opción… 

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09/12/2015, 11:43
Director

No teniendo nada más que hacer en el comedor, ya que habíais renunciado a preguntar al servicio del resort para no atraer atenciones indeseadas, sólo os quedaba seguir actuando como una parejita y avanzar a una de las múltiples actividades disponibles. En este caso ésta es el baile.

Las indicaciones decían que la actividad se realizaría en la pista de baile de la zona de servicios, bastante cercana a donde os encontrabais, y así es, oculta a la vista por una barra de bar y la cabaña de las cocinas. La pista de baile resulta un tanto chocante, casi en medio de la arena, pero allí está, reluciente, perfectamente lisa y nivelada. Unos foquitos instalados en las paredes contiguas aportan algo de luz y color adicional, dándole ese ambiente un poco mágico que cualquier pista de baile debería tener. Luz, pero no calor (al fin y al cabo el “recinto” tampoco tiene paredes de verdad).

Y en medio de la pista, una espectacular pareja de baile que parece sacada de un concurso profesional de baile, en estos momentos haciendo una demostración de unos pases más bien moviditos. Acaban en seguida y dejan a las otras 3 “parejitas” practicando, a saber, un estadounidense ya bastante entrado en años con una pareja 40 años más joven, una parejita de pijos que vienen vestidos para ganar también un concurso de baile profesional y una pareja más normal, de cuarentones, unos simples ricachones un poco bebidos.

El instructor de baile entonces viene hacia vosotros sin dudar, presentándose como Rafael (con esa erre imposible para los no nativos) y a su pareja de baile como Rosa (idem). Él es un Adonis caribeño de nariz un poco chata y ella, una Venus de piernas y culo espectaculares (pero más normalita en otros temas). Ambos resultan espectaculares no sólo por cómo se mueven, sino también por su vestimenta ligera y reveladora.

-Bienvenidos a la clase de Baile. Vamos a probar a ver qué tal se defienden, ¿de acuerdo?

Y acto seguido Rrrrafael coge sin dudar a Anna y Rrrosa a Kyo, ambos armados de una arrebatadora sonrisa cargada de suficiencia y seguridad que apenas os permite oponeros. Con firmeza pero sin brusquedad os arrastran a la pista de baile a bailar la salsa que está sonando.

Notas de juego

Haced una TR de baile (1d20):

Kyo: con un +5

Anna: con un +7

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16/12/2015, 22:42
Kyo Mori

Dejé escapar una risa corta.

-A este paso nos tendremos que casar otra vez si la luna de miel nos sale tan entretenida.- Comenté con una sonrisa pícara. La idea de bailar no es que me llamase mucho la atención, pero si eso incluía poder estar un rato tête à tête con Anna... Bueno, la cosa cambiaba.- Me conformaré con no pisarte, la verdad. Hace mucho que no bailo...

Mientras pasábamos de la zona de comer, las glotonas (madre si se dedicaban con tanto entusiasmo a todo...) y de nuestros supuestos "admiradores"  y nos dirigimos a la zona de baile. Un escenario en mitad de la arena, desde luego tenía una pinta irreal, no así los participantes. Al menos la mayoría.

Los instructores eran buenos, o al menos eso me parecía a mi. Se les notaba que sabían lo que hacían y que disfrutaban demostrándolo. El resto, un ricachón con su parejita que podría pasar por su hija, un par de pijos con el equipamiento a la última y u8na pareja que podrían pasar por unos adorables jubilados. Me giré a Anna y levanté su mano con una sonrisa. -¿Lista para darlo todo?

Para mi desgracia, los instructores tenían otras cosas en mente, de modo que cada uno se fué con uno. Tocándome con RRRRRRRRRRRRRRRRRRosa. Gracias al cielo, esta mujer al menos no tenía los pechos demasiado exagerados, no así la retaguardia.

-Ehhh encantado, señorita.- Comente como pude mientras me llevaba a la pista. ¿Salsa? ¡Por favor, pero si eso se echaba a los nachos! Al menos no me dió la sensación de hacer el ridículo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

LO SIENTO LO SIENTO LO SIENTO!!!!

¡¡¡Creia que había respondido hace días!!!!

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17/12/2015, 15:27
Anna Hayami Williams

Sonreí dulcemente a Kyo con su comentario de casarnos otra vez, como si la primera hubiera ocurrido en la realidad.  –Oh, bueno.  Con una luna de miel como esta estaría dispuesta a casarme las veces que hicieran falta, cariño.  Negué con la cabeza cuando dijo que se conformaría con no pisarme.  Seguro que luego me sorprendes, como siempre. Todo lo que te he visto hacer ha sido espectacular.

Disfruté del paseo con mi jefe, tomándolo de la mano como si realmente fuéramos una pareja normal. Qué fácil sería acostumbrarme a esto…  ¿En serio lo sería? No se me habían dado bien las relaciones, jamás.  Probablemente también se debía a que mis parejas no habían sido las indicadas, ni hombres ni mujeres, pero Kyo hacía que todo fuera mucho más fácil.

La pista de baile acabó delante nuestra antes de que me quisiera dar cuenta.  Las personas que estaban sobre ellas eran, cuanto menos, curiosas y me pregunté si no haríamos el ridículo en medio de tanto intento de profesional.  Rápidamente aparecieron los monitores de la clase  y asentí a Kyo, pensando en que bailaríamos juntos. ¡Pobres de nosotros, a quienes nos esperaba un destino mucho más complicado!  En cuanto los monitores se pusieron frente a nosotros y comenzaron a hablar miré a Kyo, sabedora de que nos tocaría bailar con gente desconocida.

Mi sonrisa fue más cordial que otra cosa cuando Rrrafael me agarró y empezó a moverse con seguridad y sensualidad por la pista. Yo, que la salsa no era mi especialidad, me dediqué a dejarme guiar por sus movimientos e intenté disfrutar del baile, porque a fin de cuentas había venido hasta esta zona en concreto para ello. No para bailar con el caribeño –que alegraba bastante la vista, todo había que decirlo- sino para hacerlo con mi jefe, pero quizá luego nos dejaran un tiempo para nosotros.

-Anna, es un placer- le dije antes de que intentara hacer uno de esos giros rápidos que podían marear a cualquiera. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

No pasa nada :3 Anna te dará una patada en el culo para solventarlo. 

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29/12/2015, 09:13
Director

Ambos instructores de baile demuestran una actitud similar. Firmeza a la hora de llevaros con ellos por  la pista de baile, estrechando sus cuerpos contra los vuestros hasta tener cierto grado de incomodidad y espacio vital invadido, fluidez en los movimientos de baile y una sonrisa postiza bañada de cierto desprecio por vuestra incomodidad y cierta satisfacción por marearos con sus piruetas. Más allá de esos puntos comunes, instructora e instructor toman caminos diferentes.

La instructora, Rosa, menea ese culo que Dios le ha dado como jamás hubiérais pensado posible y sus piernas se mueven con gracia y fluidez casi sobrehumanas. Cada movimiento un nuevo roce contra el pobre de Kyo, que sin comerlo ni beberlo comienza a sentir el calor de los muslos de la muchacha y la suavidad de sus carnes. Su tronco, eso sí, mantiene la distancia de manera profesional, de manera que aunque por abajo se maneja en los límites entre la provocación y el baile sexual sensual, por arriba mantiene las formas de manera ejemplar. Cualquiera que no entendiera de baile apenas se daría cuenta de que ella le está metiendo mano sin usar las manos...

Luego está el instructor, Rafael, cuyas fuertes manos toman posesión de la espalda baja y de la mano y brazo de Anna, haciéndose con el control absoluto de sus movimientos. Inicia un baile frenético, casi acrobático, ligeramente mareante, que no permite a Anna ni liberarse si centrarse en resistir sus avances. Porque hay avances, oh sí. Sus musculosos muslos de bailarín profesional rozan y acarician los suyos propios. Sus fuertes y firmes brazos la aferran con deseo sólo parcialmente contenido. Su sonrisa "profidén" no consigue ocultar la mirada de "sátiro", caliente, caribeña. Su torso de piel broncínea, en parte expuesto, roza también contra el bien torneado torso de Anna, o más bien son sus buenos volúmenes pectorales los que lo hacen. Un baile que no deja indiferente.

Pero sólo son 2 ó 3 minutos como mucho, nada más. La música acaba y los instructores se separan como si nunca hubiera pasado nada, aplaudiendo, todo sonrisas, sus rostros en paz, como si fueran completamente inocentes de aquel baile "abrasador". Una ligera mirada entre ellos y el intercambio de dos o tres palabras les transmite toda la información que necesitan.

-Muy bien, muy bien. Tienen ustedes la salsa en las venas, aunque estaban un poco rígidos. Tal vez quisieran probar de nuevo ustedes juntos... -dice Rafael.

Los otros bailarines, que han aplaudido sin demasiadas ganas, vuelven a juntarse, preparándose para el nuevo ritmo caribeño que ya comienza a sonar.

Notas de juego

Si os animáis a un nuevo baile, nueva tirada de baile.
 

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16/02/2016, 14:51
Director

La clase sigue y sigue, con un baile a continuación donde sin poder evitarlo os arrimáis más y más, al son del ritmo caribeño, refrotándoos accidentalmente (o no tan accidentalmente) por los movimientos “calientes” a los que os “obliga” aquel infernal ritmo.

Cuando acabáis, silenciosos, enrojecidos (¿por el esfuerzo?), sudorosos, no osáis hacer comentario alguno y os veis obligados a otro rato y otros tantos bailes de práctica en los que, por fortuna (o no), intervienen los profesores para enseñaros algún movimiento. Su intervención, por supuesto, es aprovechada para, por un lado, restregar sus pechos erguidos a Kyo, y por el otro, para refrotar sus musculosas piernas y exhibir su trasero de acero a Anna. Hay merecidos aplausos al acabar el último baile, justo antes de que os podáis batir en retirada.

Ni qué decir hay que tras la clase necesitáis retiraros nuevamente al bungalow para ducharos y, ahora sí, arreglaros definitivamente para la cena.

Tras los preparativos todavía conseguís llegar al casino pronto, pero la sala ya está preparada para la cena. Una camarera vestida con un trajecito escotado con aspecto de haber sido diseñado específicamente para resaltar sus grandes pechos os atiende en inglés y os ofrece la carta: todo exquisiteces de nombres larguísimos (y probablemente precios a juego).

El aspecto exterior del edificio es engañosamente aséptico en el exterior, no haciendo en absoluto justicia al gran salón interior del casino: Moquetas rojas donde uno podría caminar descalzo, luz ambiental desde grandes lámparas de estética europea s. XIX, ruletas y mesas de juego, una docena de mesas de restaurante de madera labrada para la cena, espacio de baile e incluso un escenario de tamaño modesto.

Una voluptuosa mujer de voz aterciopelada canta lánguidamente una canción en francés. Su traje de noche luce un escote tan pronunciado que permite ver su ombligo, pero a pesar de todo ofrece una imagen elegante.

Desde la mesa estratégicamente situada que habéis podido escoger gracias a llegar pronto veis la entrada a los baños, una discreta salida de emergencia, la puerta basculante de las cercanas cocinas y unas espectaculares escaleras dobles que ascienden hasta un primer piso donde deben encontrarse los reservados (a los que, desde luego, no os han ofrecido ir, puesto que no sois VIPs).

Notas de juego

Deducís que esta debe ser la sala pública más grande del complejo y, a juzgar por la pinta de algunos de sus usuarios y la alegría con la que se desprenden de las fichas de juego, una de las más rentables.

La sala comparte edificio con la clínica, laboratorios y oficinas del resort, así que es de imaginar que la salida de emergencia y los baños del casino compartan pasillo con lugares menos públicos del edificio.

En la sala hay varios (2) hombres (“armarios” les describiría bastante bien) al cargo de la seguridad claramente visibles (elementos disuasorios permanentes), pero seguro que hay multitud de cámaras invisibles para controlar que ningún jugador haga trampas.

Vosotros diréis qué hacéis, si preparáis alguna estratagema, si tratáis por algún medio de iros del casino hacia algún otro lado del edificio, si por el contrario esperáis algún acontecimiento (como la llegada de la pelirroja guía del complejo o que haya más gente en la sala) antes de actuar.