Partida Rol por web

-Bien dicho Lucian- digo mientras observo por si hay algún tipo de activante o desencadenante típico en las trampas.
Pongo especial cuidado en donde pongo el pie. Nota mental. Cuando lleguemos abajo encender mi linterna.

Bajais y os encontrais en un pasadizo bastante oscuro, tan silencioso que vuestra respiracion se oye perfectamente. El aire es humedo y huele a muerte. Alfhiari mantiene en alto la espada para garantizar que veais donde pisais.

Me detengo un segundo y saco de mi mochila la linterna sorda y le echo media pinta de aceite.
-Con esto deberíamos tener para unas tres horas- digo mientras la enciendo.

- Huele a humedad, y es un sotano tenebroso, digno para atraer a demonios o algunas criaturas horrorosas. Basicamente casi como cualquier alcantarilla de alguna gran urbe.

Mi chiste no hace mucha gracia, pero es para aliviar tensiones.

- Lamento comunicaros pero me da la sensación de que tendremos que llevarnos los restos del caballero...

me aparto ligeramente del foco de luz que son la linterna sorda y la espada de Alfhiari. Al fin y al cabo una criatura que viva en esta oscuridad atacara a lo que lleva la luz. Como miel a las moscas.

Alfihari recita un encantamiento y de la punta de su espada salen varios fuegos quimericos,los cuales se adelantan unos pies por delante del mago.

- Guarda tu linterna, necesitaras tener ambas manos libres para tus espadas...hablando de ello, tenedlas en mano, no deberiais perder tiempo desenfundandolas mientras algun horror subterraneo nos ataca.

Seguis avanzando hasta ver una puerta abierta que lleva a una sala.

Luhana se acerca a Lucian y le susurra con voz sensual a la oreja.

- Ahora que estamos a oscuras, puedo comentarte que yo si tengo las manos libres.

Miro suspicazmente a Alfhiari. Apago la linterna, devuelvo el aceite a la botella y la guardo. Agarro fuertemente a Dúraan. "Prepárate para la acción, amigo" me dice. Sonrío.
-Adelante pues, señor mago- le digo a Alfhiari.

Agarro con mis dos manos a las caderas de Luhana sonriente, y besando su pecho susurro:

-Yo tambien las tengo libres, mi bella Luhana.

Camino atento a esas luces mientras observo todo pero sin detenerme, atento a cualquier ruido.

Tus ojos avistan algo en al siguiente sala, cadaveres.No precisamente muy frescos.

- Tenemos unos visitantes no muy frescos y animados o tal vez deberia decir residentes.

Señalo a los cadaveres en la siguiente sala mientras que estoy muy atento. Si hay cadaveres hay cosas peligrosas aqui abajo.

Mal asunto. Cadáveres, eso podía implicar zombies en el mejor de los casos. Agucé los sentidos. Esto me recordaba a la última cripta que allané por la zona. Salvo que en aquella ocasión estaba completamente solo.
-No nos separemos demasiado- digo guardándole la espalda a Alfhiari.

Luhana estira la mano hacia abajo y luego la alza haciendo que aparezca dentro de la habitacion un pequeño elemental de tierra.

De repente se alzan los cadaveres, siendo 6 en total.

Le echo un buen vistazo a los cadáveres. Apreto a Dúraan con fuerza y sonrío. "Vamos chico, sé que no te gusta la carne podrida..." le digo.

- Odio los muertos que caminan tanto como a los cubos gelatinosos. No entran dentro de mi especialidad.

Suspiro mientras observo la formación. Para luego poder arrojarme al combate.

Como están centrados con el elemental de tierra me acerco por detrás del más cercano y me preparo para atacar.
-¡Dúraan!- grito para activar el poder de la espada. "Ya era hora, bobo inútil" me dice mientras su filo se envuelve en llamas.
Ataco al zombi.

Haces bastante daño al muerto viviente, partiendo su cabeza en dos y liquidandolo.El elemental golpea a otro, hiriendolo pero no acabando con él.