Partida Rol por web

Al final Sebastián iba a pasar el día acompañado de Víctor, aunque el ghoul no estaba en su mejor momento: inconsciente, atado, tirado en el suelo y con una herida de bala en la cabeza. Seria todo un milagro que a la noche siguiente siguiera con vida.  ¿Pero quién se iba a preocupar de Víctor era un ghoul? Era reemplazable. Solo Allicia hizo amago de acercarse al cuerpo del ghoul, pero ya era demasiado tarde para intentar hacer algo por él: inconsciente no podía tragar vitae y una ambulancia no era la mejor solución.

James marcharon sin ayudar a buscar la lentilla de Sebastián, puede el miedo a caminar a plena luz del sol influyera en su decisión. Allicia indico en una nota a Marcus, que tan caballerosamente se había ofrecido a protegerla que la llevara hasta el refugio de su sire, el príncipe, donde se encontraría segura.

El único que intento buscar la lentilla fue Resse, pero sin mucho éxito, pasó más de veinte minutos buscando por todo el cuarto sin encontrar nada a parte de golpearse la cabeza contra la mesita y se hacía tarde. Tras despedirse apresuradamente de Sebastián salió corriendo del refugio subterráneo cerrando la puerta secreta a su paso.

Pero quedaba un cabo suelto, el cadáver que había originado todo este embrollo el chico de pelo negro y camisa de trabajo estaba atado en mitad del almacén del local con tres balas en el cráneo. Si alguien entraba en el almacén de de día se iba a encontrar un desagradable sorpresa.

No hubo problema para llegar al piso, la madrugada era la mejor hora para caminar por Gary, los vagabundos estaban dormidos al igual que los pandilleros, los únicas personas que uno podía encontrarse era aquellos con la suerte de tener un trabajo, y estos raras veces se preocupaban de lo que pasaba a su alrededor, agachaban la cabeza y caminaban recto sin pararse hasta el “curro”. El cielo comenzaba a iluminarse por los rayos de sol cuando abriste la puerta de tu refugio suspirando de alivio, habías sobrevivido a otra noche más pero esta no había sido una noche cualquiera.

Nada más salir del local con Allicia pisándote los talones, llamas a un taxi, ha esa horas de la mañana no era difícil encontrar uno libre. El taxista no comento nada, parecéis una pareja normal que se ha quedado de juerga hasta altas horas de la mañana. El taxi primero paro cerca de la casa del príncipe, Allicia bajo apresuradamente del vehículo y corrió hacia el refugio sin ni siquiera despedirse. El taxista hizo una broma de mal gusto sobre si la chica te había dado calabazas, pero al obtener solo una mirada de desprecio por contestación, se limito a conducir hasta el puerto, donde se encontraba la nave industrial que era tu refugio.

Las brumas que surgían del lago Michigan comenzaron a iluminarse con los primeros rayos de sol cuando abrías la puerta del almacén para luego cerrarla con un suspiro de alivio. Habías sobrevivido a otra noche más pero esta no había sido una noche cualquiera, te recordaba mucho a las primeras noches en Denver tras recibir tu oscuro regalo por parte de Jacob, llena de tensión y sobresaltos.

Subes corriendo las escaleras del refugio, intentar encontrar la maldita lentilla te ha llevado más tiempo de lo que pensabas y para colmo se había golpeado la cabeza. Al salir a la calle contemplas con desagrado como el cielo comienza a iluminarse con los primeros rayos de sol, solo faltan apenas un cuarto de hora para que salga el sol. Subes a la camioneta y arrancas, te saltas los semáforos y adelantas a coches en sitios imposibles, pero eso es secundario lo importante es llegar a casa. Cuando encaminas el ultimo tramo de de calle los primeros rayos de sol empiezan a asomar entre los edificios,  rápidamente bajas las mangas de la camisa y te cubres con una gorra. Cruzas el coche en tu aparcamiento, seguramente mañana tendrás un par de multas de aparcamiento pero eso no es nada comparado con convertirte en un montón de cenizas humeantes. El miedo se apodera de ti, cierras la puerta del coche de golpe pero en la maniobra uno rayo de sol incide sobre tu mano, aúllas de dolor y sales corriendo hacia el apartamento. Lo último que recuerdas es abrir la puerta del apartamento cerrarla y caer rendido sobre la mugrienta alfombra de la entrada.

Te acomodas en la cama secreta de Allicia, mientras escuchas la respiración entrecortada del ghoul. Para distraer la atención empiezas a pensar en el uso que Allicia haría de la cama: ¿sería su nidito de amor donde traería a sus presas para jugar durante toda la noche? Los pensamientos empezaron a fluir rápidamente incendiados por la tensión de dormir en un refugio extraño. Las sinuosas curvas y la perfecta melena negro caoba de Allicia comienzan a transformarse en una despampanante mujer rubia de labios rojos, y finalmente acabas siendo tu la presa de esa mujer rubia.  El sueño hizo que perdieras la noción del tiempo.