Partida Rol por web

A Sebastian le pareció muy raro todo aquello y algo no le daba buena espina, Inconscientemente utilizó el poder de su sangre para incrementar sus atributos físicos en caso de tener que huir. le habría gustado acompañar al Ghoul a la puerta y ver que pasaba pero, levantarse constituiría una falta grave hacia la anfitriona así que decidió quedarse sentado y esperar, una voz dentro de el le decía que no vería ni al Ghoul ni la carta de Alicia, observó la nota que había en el suelo dispuesto a cogerla a la mínima oportunidad.

A Resse ya no le queda ninguna duda… Están tratando con una loca en una situación poco menos que alienígena. Rápidamente echa un vistazo a la dirección por la que se ha ido Víctor intentando hacer oído y calculando que mover a donde para, en caso de que se desate “la gran redada”, bloquear la puerta el tiempo suficiente para poder salir por alguna ventana.

Sin moverse del sitio para no ser descortes con Allicia aumento mis sentidos para poder escuchar y a lo mejor ver que está sucediendo

Se hoyen como Víctor habla tranquilamente con alguien y después unos pasos rápidos que se dirigen hacia la habitación donde os encontráis, antes de que os de tiempo a cerrar la puesta aparece un hombre joven con barba y pelo largo despeinado de color naranja. Su piel es muy pálida y los dos grandes colmillos que muestra cuando habla, dejan claro que se trata de un vampiro. Viste una sucia camiseta de los Sex Pistols con un corte a la altura del ombligo que deja ver un piercing en forma de calavera, unos pantalones de cuero negro y botas cortas de cuero completan su vestuario.

El desconocido se queda en el umbral de la puerta mirado con cara de pena el interior. Necesito mi broche. ¿Habéis visto mi broche? Lo perdí. ¿Podéis ayudarme a encontrarlo? Necesito mi broche. Aunque la voz del hombre suena grave como la de un adulto tiene un deje infantil que os recuerda a un niño de parvulitos o a un retraso mental.

Al rato aparece Víctor detrás del descocido, pero el ghoul se sitúa a cierta distancia del individuo con la mirada fija en Allicia, esperando órdenes.

Vale... Pues ya está. El contacto con la realidad se ha perdido... Tiene que estar el país lleno de pueblos pacíficos y tranquilos donde no haya ningún vampiro (se pierde en sus pensamientos, imaginando una casita con jardín)
 

cuando llegó el vampiro, Sebastian miró asustado sus colmillos desplegados, mas tarde al escucharlo se tranquilizó a si mismo

ya había tratado pacientes problematicos como el....sin embargo pensó en algo de lo que dijo...y evaluó la situación de nuevo.

Sebastian pensó en el broche que llevaba en el bolsillo interior de la Americana y evaluó la situación con cuidado, a su mente llego una imagen de el y Marianne disfrutando de una clase de aprendizaje a la Mayéutica: mientras jugaban al ajedrez el su sire y uno de sus criados su sire le mostraba las habilidades y lo entrenaba en el arte del subterfugio para la llamada Yihad, al ser un vastago de baja generación como el y "joven" tendría que aprender a ver los ataques en la sombra.

el joven ventrue miro a la chiquilla del príncipe y se prometió a si mismo que antes de que acabara la semana sabría todo sobre los vastagos de aquella ciudad de mala muerte.

este debe de ser al que llaman Michael "el loco", todo apunta a que el es el que cometió el crimen del callejón

eso habría deducido el estúpido del señor Miller, y tentado estuvo de probar, pero seguramente se lo robarían, se lo metirán al hombre ya muerto y le dieran el chivatazo de estaba allí,

"esto explicaría lo del todoterreno negro y sus vueltas"

ante el, se exponía un dilema darle el colgante y revelarlo todo, investigar en secreto o utilizar sus reconocidas  dotes de psícologo.

miro a Alicia y decidió esperar.

Total, siempre quedaba la probabilidad de que estuviera siendo paranoico después de tanto tiempo sin la compañia y protección de Marianne 

James se quedó mirando fijamente al desconocido, apartandose sutilmente de sulado para poder reaccionar a tiempo ante cualquir sorpresa.

¿Cuántos adolescentes habías detenido con una camiseta como esa por vandalismo? Ninguno, seguro que si hubiera sido Europa o cualquier otra ciudad sin la apabullante supremacía de gente de color la cosa cambiaria, los que detenías solían llevar camisetas de Rap. Pero algo te dice que el corte a la altura del ombligo no es normal ni está hecho a propósito por el dueño. En los bordes del corte hay restos de sangre seca que indica que el corte fue hecho por un arma y que seguramente causo heridas al propietario de la camisa. Pero el actual propietario de la camisa no tiene ninguna herida, pero también es un vampiro y ha podido curarla.

Allicia lanza una mirada de odio al extraño que sigue en la puerta, pero permanece quita en su sillón, Victor sigue el ejemplo de la vampiresa y mantiene su posición detrás del individuo.

El desconocido que se ha convertido en el centro de todas las miradas comienza a jugar con uno de sus mechones enrollándoselo en el dedo para luego soltar. ¿Donde está mi broche? Vuelve a preguntar con voz infantil, lo he perdido, creo… creo…. Que me lo han robado. Dice con lágrimas en los ojos. Necesito mi broche. Ambos miran al individuo con gesto de extrañeza, parece que no lo conocen.

Sebastian mostró una sonrisa de suficiencia al escuchar al hombre como si conociera un chiste que nadie mas entendía

Gracias Marianne....te debo una

el vastago se levantó de su silla con un pequeño gesto de disculpa hacia la anfitriona y se dirigió hacia el desconocido como si hablara con un niño pequeño asustado de una sombra

-bien, amiguito tranquilizate, no te va a pasar nada puedo ayudarte a encontrar aquel objeto tan importante que estas buscando pero primero necesito que te sientes y te tranquilices, ¿si? bien, ese broche del que hablas ¿como es? ¿cuando te diste cuenta de que ya no lo tenias?-mientras preguntaba se iba acercando poco a poco, cuando llego hasta el lo condujo suavemente hasta un asiento y se acuclillo a su lado acariciandole con los dedos la rodilla y sosteniendole las manos. 

Ahora nos dirá que lo tenía guardado en un saquito de cuero con runas, que es una reliquia malkavian y que el universo explotara si no lo llevamos al cementerio indio de Houston antes de 12 horas. Piensa Resse, que está alcanzando su máximo histórico de sorpresa. El mundo no le había parecido tan loco desde su abrazo.  

Miro al individuo y enseguia comprendo de que tipo de vampiro se trata pero espero impasible en el asiento a que actuen mis compañeros

En alguno de tus envíos a Europa completado el envió con un par de camisetas de grupos de Rock y punk. Así que ese tipo de camiseta y la estética no te resultaban del todo extraño. Pero en esa camiseta si había algo extraño, nadie en su sano juicio cortaría una camiseta a esa altura. Mirando mas atentamente el corte te das cuenta de que en el borde del mismo hay restos de sangre seca que indica que el corte fue hecho por un arma con intenciones de herir y que seguramente causo heridas al propietario de la camisa. Pero el actual propietario de la camisa no tiene ninguna herida, pero también es un vampiro y ha podido curarla.  

El extraño siegue las intrusiones de Sebastian y se acomoda en una de las sillas, se apoya con la espalda recta contra el respaldo las manos cruzadas en el regazo y las piernas juntas en un perfecto ángulo de noventa grados.  Su postura es totalmente correcta, si nos referimos al protocolo de los niños en una reunión social, pero en un hombre de casi cuarenta años la postura resulta cómica. El broche, el broche es de mi mama. Comienza a decir con la voz infantil. Ella me quería mucho… es un broche de los que se ponen en el cuello, un broche blanco de…. de diente de elefante, con una señorita dibujada.... mi mama dice que es muy valioso.

No había que ser psicólogo para saber que el extraño no era una niñita pequeña que había perdido el broche de su madre, y que al extraño le faltaban un par de primaveras.    

Pero el conocimiento de la psique humana ayudo en este caso a Sebastian, la “persona” que estaba hablando era una personalidad falsa creada seguramente entorno a algún objeto o situación, seguramente entorno al broche y la situación de desamparo. Si cambiaba su actitud hacia el extraño seguramente pudiera hacer reseguir otra de sus personalidades e incluso llegar a la verdadera persona que se ocultaba tras esa mentira, la única que conocía la existencia del resto de personalidades. El hecho de que solo hablara de su madre, y no de su padre era una pista, puede que el inicio del trauma fuera el padre. Despues de todo era el casico caso de personalidad multiple.

Sebastian sopeso sus opciones y finalmente se levantó metiendo la mano en su bolsillo interior de la americana y sacando un broche con una mujer

-toma, lo encontré en la calle, alguien quería que lo encontraras allí.

tras depositarlo sobre su mano Sebastian se giro hacia el señor Miller antes de que sacara su pobres conclusiones precipitadas.

-No soy policia, ni detective y ni siquiera soy seguidor de esas series pero lo que si es seguro es que le han tendido una trampa a este hombre, si.....hombre, no al niño que vemos-se gira hacia Alicia-Srta Alicia...-dice mientras emplea una táctica similar de acercamiento a la del Lunatico pero mas seductora-si me permite la sugerencia, creo que deberíamos terminar este asunto cuanto antes con el fin de centrarnos en el asesinato de ese mortal-a continuación se sienta en una silla cercana y observa como un niño fascinado por algún acontecimiento sorprendente esperando que con su acción Alicia se ponga manos a la obra y comience a escribir.

El extraño se levanta de la silla, ¿asesinato? Dice con voz grave, totalmente diferente a la voz infantil de hace un momento, su nuevo tono es autoritario pero formal, está usted hablando de un asesinato.  Agrega a sus palabras una mirada acusadora a Sebastián. ¿Podría explicarme usted la situación?  Luego da un golpe en la mesa y añade en tono más agresivo, al mas puro estilo de un detective de cine negro  ¿TAMBIÉN PODRÍA EXPLICARME PORQUE NO HA LLAMADO A LA POLICÍA?

El extraño comienza a buscar en los bolsillos de sus pantalones, ¿Dónde he dejado la libreta?  Dice mientras sigue rebuscando una y otra vez en los bolsillos de los pantalones, donde a simple vista se ve que no cabe ninguna libreta. En ella apunte lo que me dijo el tipo del callejón donde esta mi puñetera libreta. ¿Dónde están mis cigarrillos?

Allicia a punto de coger el cuaderno con intención de escribir algo, seguramente para contestar a la pregunta de Sebastia, se queda de nuevo embelesada con el comportamiento del extraño, sobre todo por el llamamiento que ha hecho este a la policía.

¿Pero que clase de chiste es éste? Dijo James bastante indignado.Amigo, refiriéndose al desconocido aquí somos nosotros los que hacemos las preguntas. Espero que empieces por darnos tu nombre y después qué sabes de todo este asunto.

James ya estaba cansado de juegecitos y odiaba a los críos. Ver aun hombre comportarse como tal le sacaba de sus casillas.