Partida Rol por web

 - Ugh....no....no hay esperanza para mi....cof...- La sangre brotó de sus labios, era un elfo de apariencia joven, pero no tanto como para que Pwyll pudiese sentirse identificado con él, tenía facciones infantiles, pero, por otro lado parecía un curtido arquero de los bosques de Tildar. Su vestimenta estaba bañada por su propia sangre y la flecha hondeaba en su pecho. Apenas se atrevía a moverse...pero cuando Pwyll tuvo la intención de arrancar la flecha alzó la diestra para pedirle que se detuviera.

 - No...aún no...eso me mataría...- Dijo con una frialdad muy similar a las palabras que aquella drow había pronunciado hacía unos segundos, una frialdad que sus ojos no corpantian, parecía muerto de miedo. y le temblaban, bañados en lágrimas que no osaron brotar.

  Sacar la flecha no era el procedimiento adecuado y eso el elfo lo sabía bien, además, sentía el veneno recorriendo su cuerpo, ya era demasiado tarde.

 Agarró con la mano derecha la pechera de Pwyll, y el brazo que aparentemente no poseía fuerza alguna, lo zarandeó demostrando que aún había vida en aquel cuerpo moribundo. Le obligaba a acercarse, le costaba hablar...

- Ve....al frente...Gok Til'me. ...Gok...Til'me...Oropher...Gok...til'me...

 No permanecería vivo mucho más tiempo, la flecha no le había alcanzado el corazón de lleno, sin embargo...parecía condenado a muerte, su rostro estaba cada vez más pálido, y sus ojos se hacían más grandes, abriendose ante un dolor inexplicable que no obtuvo quejas...por parte de aquel valiente elfo.

 El elfo detiene mi mano... 

Se está muriendo... y lo sabe... y no puedo hacer nada...

Entonces me coje y me zarandea, obligándome a prestarle atención.

Memorizo sus palabras, aunque no las entiendo.

¡Un momento! ¿Ha dicho Oropher?

- "Gok Til'me, Gok Til'me... perfecto... escucha, aguanta un poco más... ¿Dónde está el frente...? ¿A quién quieres que vea?", pregunto al elfo.

Si Oropher está en el frente, seguro que me ayuda a buscar a Ignea... La Suma Sacerdotisa parece mandar casi más que él.

Y espero impaciente cualquier indicación del moribundo...

- Sigue la oscuridad y la luz....ggghh...ugh...- Sus labios se tornaron con espuma, envenenado por las armas de los drow, falleció con los ojos completamente abiertos, estático, completamente rígido...

  Su mano aún asía con fuerza a Pwyll..aunque sólo tardaría unos segundos en caer por su propio peso....

Iris se asomó por la espalda de Pwyll, apoyando las palmas de sus diminutas manos sobre su hombro, su rostro era triste, sus orejitas se habían flexionado hacia abajo, contribuyendo a una expresión de pesadumbre y melancolía. Sus ojos se llenaban de lágrimas que se golpeaban entre si por salir, pequeñas y de aspecto insignificante. Inspiraba por la nariz sonoramente.

  Cuando emitió sus últimas palabras, titubeó, temblando y se escondió echandose hacia atrás, sin más opción que mirar hacia el camino que habían seguido los drow, hacia el fuego.

  - La oscuridad y la luz...- susurró, debatiendose entre la tristeza y el miedo.

 Al ver morir al elfo, siento la responsabilidad de llevar sus palabras al frente, como me ha pedido...

¿Al mismísimo Oropher?

Entonces escucho a Iris... repite las palabras del elfo, como sí... como sí...

- "Iris, ¿tú sabes qué es eso de la Oscuridad y la Luz?", pregunto al hada.

Y espero que esté en dirección a Ignea, ya de paso...

- "Si lo sabes, por favor...", añado, recordando el último enfado de Iris, "tienes que llevarme al frente... ya iremos luego a ver a Ignea... Se lo debemos a este soldado... llevamos el peso de sus últimas palabras encima..."

Mientras lo digo, recapacito mis palabras.

Las últimas palabras de alguien... deben de ser muy importantes... ¿cuales serían las mías?

- "Iris, ¿has entendido lo que ha dicho, Gok Til'me?", pregunto con dudas...

- La luz...ha de ser el fuego, el bosque está en llamas, iluminado...y la oscuridad...deben de ser esos que nos encontramos, s..su...sus asesinos...

 Iris dijo con sinceridad, asintiendo para tratar de ayudar a Pwyll, le acompañaría donde fuera.

- Es una región...cerca de las marismas. Gok Til'me, es uno de los caminos para encontrar a Ignea.

 No sonrió y parecía bastante animada, era un sentimiento contradictorio, tenía esperanzas a la par que mostraba tristeza. Reboloteó esperando la decisión del semielfo, quizás quisiese hacer algo con los elfos que habían caido en aquel lugar, o simplemente ponerse en marcha...sin más.

 Cierro con cuidado los ojos del elfo.

Solo sé rezar a Lantamae... Empujo su cuerpo al río, con la esperanza de que el agua lo lleve lejos...

Mientras miro como el agua se lleva su cuerpo, comienzo a darme cuenta de que, para variar, todo va de mal en peor...

Me dijo Romuc que no me acercara a las marismas... y voy a ellas de cabeza, llevado por la búsqueda de Ignea y por mi última promesa a un elfo...

Me encojo de hombros.

Un elfo oscuro casi mata a List... y ahí voy yo, de cabeza a su territorio...

- "Vamos, Iris... aquí ya no podemos hacer más..."

Espero a que el hada se suba en mi hombro para guiarme.

- "Guíame a Gok Til'me..."

Y mientras empiezo a caminar, no puedo evitar sonreir al pensar en la cara que pondrá Oropher al verme aparecer en pleno frente, sucio, sin afeitar, y con un mensaje para él.

Cómo me gustaria que me vieras ahora... pienso con la imagen de List en mi cabeza... y con la del elfo estirado de E'leessëa, propietario de mi cada día más esperado puñetazo en la nariz...

- Pwyll.....

 Llevaban caminando a buen ritmo varios minutos, casi una hora, y no se habían topado con nada, sólo con la ceniza que trasportaba el viento, el calor, el nacimiento de aquel rio y árboles. Él sol aún estaba en el firmamento, bajo, en un ocaso rojizo como las llamas del horizonte que alzaban un humo negro incesante. Iris parecía conocer el camino, aunque no hacía falta ser un lince para darse cuenta de que estaba siguiendo la estela del fuego...

  Atormentada por algún pensamiento, y con rostro triste no se detuvo, pero habló, con cuidado.

- ...sé...sé a que se refería el elfo...Gok Til'me es el paso hacia las marismas, lo están usando hadas y elfos para combatir a los seres oscuros. Puede...puede que si los drow están aquí, si esos oscuros hermanos han llegado o rodeado las cañadas...el paso de Gok til'me caiga...eso...eso podría significar el fin de la guerra...y...el fin de Oropher y su ejercito.

 Las hadas luchaban con los elfos, se habían aliado, igual que aquellas ponzoñosas almas lo habían hecho con criaturas de la infraoscuridad. Iris creía entender lo que sucedía pero..sólo al decirlo en alto comprendió la magnitud del problema.

 - Tenemos...¡tenemos que llegar antes que esos drow! Sino...sino...¡les atacarán por la espalda!

 Los drow no estaban hechos a los bosques, tampoco a la luz del sol, pero pronto llegaría la noche. Arriesgaban sus vidas avanzando durante el día, bajo el incomodo y poco digno de confianza (almenos para ellos) cobijo de los árboles.

 Voy tragando saliva a medida que Iris explica la situación.

Cuando termina, mi cabeza es un hervidero. 

¡Sólo tenía que entregar una bolsita a una maldita hada!

Es tontería regañar... está claro...

- "Iris, tendremos que ir muy deprisa...", no sé siquiera el camino, lo que me encontraré en él, "¿sabes llegar por algún atajo?"

Pero me doy cuenta de que la única ventaja es que soporto la luz mejor que ellos... esto se reduce a...

Correr... solo salvaré al ejército de Oropher si corro más que los elfos oscuros...

- "Ven, métete en el bolsillo de mi camisa... así me podrás guiar mientras vigilas, y yo correré todo lo que pueda...", y antes de que proteste, añado, "Sé que vuelas muy rápido, pero no puedes malgastar tus fuerzas, Iris... Puede que tengas que usar "magia" otra vez...", y le sonrío tranquilizador.

Ser más rápido... mientras esquivo un ejército de elfos oscuros...

Comienzo a correr siguiendo las indicaciones del Iris.

Solo me consuela una cosa.

Para bien o para mal, dejaré de correr dentro de un rato... Gok Til'me no puede estar muy lejos... puedo mantener este ritmo, puedo mantener el ritmo...

Y corro como nunca he corrido antes.

  Pasó casi una hora corriendo e Iris no profirió queja alguna, se notaba asustada y simplemente señalaba extendiendo su bracito el camino, escondida en Pwyll. Notaba en sus ropas como temblaba, aunque su expresión fuese algo más tranquila. Pequeños golpecitos de sus alas que por inercia trataban de volar, como si su intención fuese ir más rápido, o no estar inmovil pero pronto tendría que actuar...

  Un chasquido metálico y la detención del paso si no quería fallecer, Iris parecía cubrirse el rostro, pero no era así, había levantado las manos, extendiendo sus finos dedos forzando los parpados con los ojos cerrados, como el que se cubre de un golpe inminente. Frente a Pwyll una flecha estaba detenida, flotando frente a su rostro, con dirección a la cabeza, para matarlo. Temblaba, como si estuviese luchando contra una gran fuerza hasta que cayó por su propio peso. La punta metálica era negra y brillante, recubierta por una superficie que se antojaba casi líquida, apenas apreciable. Parecía emponzoñada.

  Iris también cayó, pero esta vez desmayada, a salvo en las ropas del semielfo, sin emitir más que un leve quejido. Había sido demasiado esfuerzo para una hada tan pequeña y sobretodo tan joven. Apenas era una cría entre las suyas. Algo se movía entre los árboles y el solestaba a punto de ocultarse...

Miro con ojos desorbitados la flecha goteante delante de mi, girando, pero sin avanzar... 

Bendita seas, Iris...

La flecha cae al suelo, entonces salgo del ensimismamiento. Miro en dirección al origen de la flecha, algo se mueve... aún hay sol, pero no por mucho tiempo...

 Maldito Oropher... le dije que tenía que entrenarme con la espada, y él que no... a buscar mierdas a un lago... a llevar flores de un lado para otro...

¿Ahora que? Un elfo oscuro es capaz de tumbar a List... a mi, con soplarme lo tendrá todo hecho...

Lo mejor será aprovechar el sol, y el hecho de que él NO sabe cómo de bueno soy con la espada... Iris ya ha hecho todo lo que podía... si no acabo con él ahora, en tres pasos tendré una flecha entre oreja y oreja...

Saco la honda y cargo una bolita. La lanzo con todas mis fuerzas hacia donde se han movido los árboles.

Si se pone el sol, no tengo posibilidad... mientras brille, igual... No sé cúanto les debilita, si seré rival o no...

No espero. Saco la espada y, lleno de rabia, me acerco a toda prisa. Intento ponerme a su espalda con un movimiento rápido, típico "truco de caco" de Puerto Gris...

Tú no sabes quién soy yo... pienso con una extraña euforia adolescente...

  Pwyll avanzó a la carrera como un colérico berseker o como un perro de los que rondaban los puertos grises, luchando por su vida ya con el conocimiento de que poco podía hacer salvo lanzarse de cabeza contra la muerte y rogar un poco de suerte a los dioses. Su carrera sólo sirvió para fatigarle, para hacer que su respiración fuese más intensa, incluso violenta...abrupta, aquello delataba su posición, su corazón bombeaba con fuerza y la adrenalina convertía sus músculos en poderosas máquinas de ataque y defensa, pero...no lo suficiente.

   Cuando supo con certeza que estaría cerca de donde había sido lanzada la flecha, tuvo que frenar en seco, un acantilado más, en un descenso vertical hacia las marismas, las que no podía ver con claridad, debido a la intensa maleza de aquella arboleda. El sol estaba en su ocaso, intenso, penetrante con sus rayos de luz a través del follaje. Por instinto, alzó la vista y entonces pudo contemplar a Gelroos.

  El drow ignoraba a pwyll en aquella ocasión, y alzando la siniestra se cubría el rostro del sol, lo observaba con cierta admiración, pero no parecía debilitado, sólo tranquilo, tan tranquilo como puede estar alguien que sabe que obtendrá una victoria segura. Llevaba el arco a la espalda, y dos dagas, completamente cubiertas por su funda, al cinto, protegidas del sol, cerradas hermeticamente.

  Su voz tenía un tono extraño, místico pero sobretodo oscuro...

 - ...¿No os resulta molesto...? - Se refería a la luz que iluminaba el mundo, que poco a poco iría muriendo, sin embargo...era irónico, pues los rayos más intensos en aquel lugar de Belaya, eran en aquel mismo momento.

 - Llevo siguiendote una hora...fuiste hábil utilizando el poder de un hada para ocultarte. Pero...no fue un ocultamiento perfecto. He venido a matarte...pero si lo deseas, puedes contemplar tu última puesta de sol.

  Aún miraba al horizonte, sobre una rama, en lo alto de aquel gigantesco árbol, rodeado de otros, mucho más bajas pero de copas más frondosas.

El bombeo de mi corazón me hace sentir más vivo que nunca. Mis brazos se tensan.

- "¿Mi última puesta de sol?", río tranquilo, con la certeza del que va a morir, "no lo creo..."

Sé que es absurdo intentar rogarle o pedirle que me perdone la vida...

¡Eh! Ya vale... pensando así no le ganarás nunca... ¿No querías ser guerrero?

Este pensamiento me devuelve algo de confianza. Si voy a morir, al menos, no se lo pondré facil...

Me pongo en guardia y encaro al elfo oscuro. Sólo el sol puede ayudarme. Me coloco de espaldas al sol, intentado ganar ventaja...

- "Zanjemos este asunto, tengo prisa", digo con una sonrisa, "vos tendréis cosas que hacer, yo también... pero uno de los dos no las hará..."

No es una gran frase, pero bueno...

- "Bajad de una vez... Mi nombre es Pwyll Esalmir, hijo de Eltharon... y voy a acabar con vos..."

Es la primera vez que me llamo así... me proporciona una extraña sensación...

Padre, abuelo... veamos si soy o no digno...

Y miro al elfo oscuro, atento a cualquier movimiento...

- ¿Ese fracasado..? - Inquirió con voz tranquila pero algo sorprendida. - Incluso le odiaban entre los suyos. Creo que haré una contribución a esos ...que llaman Altos Elfos..- Mientras más alto...más alta es la caída...hem....- eliminandote.

 Se encogió de hombros.

 - Bueno...no importará, por esta vez.

 Parecía reacio a hacerlo si aquello contribuía al bienestar de sus primos lejanos, o quizás...hermanos, pero había cosas más importantes en juego, y aquello no duraría mucho, sólo era para asegurarse, y ...porqué no, para resultar cruel y despiadado, que...nunca está de más. Si el joven quiere participar en una guerra, comprobará que en la guerra hay muchos horrores...para ellos, claro, para nosotros son todo placeres...

  Dio un salto, limpio y descendió delante de Pwyll, como él había planeado, siguiendo su juego. Pero...

- Luchas con el sol a la espalda. Eso no sólo reduce mi visibilidad, sino que ...hace que mis músculos se muevan lentos, pesados...Llegarías lejos como guerrero...almenos...al principio.

  Tan pronto como terminó de hablar sus movimientos se hicieron casi invisibles frente a Pwyll, se movía rápido, muy rápido y todo indicaba a que si caia el sol...lo haría mucho más, apenas tenía oportunidad de esquivarle en aquel momento. No portaba armas, o no las necesitaba o su acero se extinguiría ante la luz del sol.

  Sus gemelos se tensaban, bajo su ropa, de cuero, ajustada, su movilidad era amplia, sin restricciones, sus ojos no mostraban emoción, como si no se estuviese jugando nada con aquello, seguro de si mismo, o simplemente ignorando cuaqluier posibilidad de que el semielfo pudiese tocarle. Primero lanzó un puñetazo hacia la boca de su estómago, la siniestra...simplemente no estaba al alcance de la percepción de Pwyll, era demasiado veloz...

 Hasta un elfo oscuro conoce a mi padre... Dioses... ¿qué hiciste, padre?

El elfo se ha dado cuenta de mi maniobra del sol... bueno, al menos parece que eso lo hice bien... pero posiblemente no sea suficiente...

Pongo todo mi enpeño en que el sol esté siempre a mi espalda, pero lo movimientos del elfo son demasiado rápidos, apenas puedo segui...

-"¡Auch!", el puñetazo me alcanza de pleno.

Por Lantamae, ni lo he visto... pienso mientras cobro resuello.

Pero me incorporo inmediatamente. He recibido muchos puñetazos como ese cuando era más niño, estoy acostumbrado a su dolor y a la nausea que produce... sé cómo respirar entre las lágrimas, entre las convulsiones de mi estómago...

Aprieto la empuñadura de la espada. El elfo oscuro aún no ha sacado la suya... es mi única oportunidad, aprovechar el sol...

De momento, lo mejor será cansarle... ya tendré tiempo para algún truco más adelante...

Me lanzo intentando acertar al elfo con la espada, agitándola prácticamente a derecha e izquierda un poco a locas...

  Los últimos rayos del sol aún se aferraban al día con sus manos, como zarcillos incadescendes de un color amarillo y naranja cegador, en movimiento, sin que las nubes les otorgasen sustento, aferrandose a las montañas de forma agónica, e incluso al humo que brotaba en la lejanía del bosque. El escalofrio recorría los cuerpos ante la llegada próxima de la noche, la luna, invisible esperaba su momento en la oscuridad...Pwyll aún tenía oportunidad...o quizás...no.

  Los nudillos se clavaron en la boca del estómago, pudiendo el semielfo incluso sentir sus huesos clavandose dentro de él, había recibido muchos, y aquel..era uno de tantos, pudo aguantarlo, y eso dejo a Gelroos confundido, pero sorprendido para bien, con una sonrisa de socarronería propia, natural y voraz, como si disfrutase viendo a Pwyll, que como el sol, aún teniendolo todo perdido, decidía luchar por impedir lo inevitable. Cuando el joven empuñó la espada, con el astro rey a la espalda blandiendola contra el drow, este no varió su expresión siendo capaz de preveer sus movimientos, sujetando muñeca para detener su fuerza, girando sobre si mismo, arrastrando el pie derecho por el suelo, alzando un cúmulo de tierra y polvo que se difuminó rápidamente con el aire, dejando el surco como estela. En segundos la hoja de la espada estaba contra el cuello del semielfo, y el drow se encontraba justo dentrás, demostrando que no tenía absolutamente  nada que hacer, nisiquiera de día y en medio de un bosque...sin embargo, Gelroos gozaba de orgullo, quizás demasiado...rozando o sobrepasando con creces la soberbia, imposible de disimular.

  El pie del drow golpeó el coxis del semielfo con fuerza para empujarlo contra el suelo, sus manos quedaron libre, con la espada y todo su peso se precipitaba hacia adelante, mientras, Gelroos hablaba:

 - Intentalo de nuevo ¿Eso es todo lo que sabes hacer?

Aunque sabía que aquel híbrido estaba acostumbrado a ser tratado como lo que era, un despojo inútil.

Dioses... ya estoy muerto... y con mi propia espada...

 La espada del semielfo cortó el aire y con él se llevo parte de la armadura de cuero del drow, arrando sus fibras y dejando una clara línea recta a la altura de su abdomen. Su rostro varió unos instantes...en aquella reacción violenta en la que se echaba hacia atrás para esquivarlo, pareciendo que lo había hecho con completo éxito salvo por aquella minucia...

  Sus ojos estaban bien abiertos, algo que hacía que le doliesen ante la claridad del sol, que brilla más intensamente cuando está a punto de desaparecer en el horizonte. Las hojas de los árboles se mecían con suavidad, transportando la brisa ese aroma a ceniza tan característico, que resultaba entre inquietante y sedante en una contradicción como la vida misma. De sus labios separados en una expresión dolorosa de sorpresa surgió una nueva expresión, más particular y característica en una mueca similar a una sonrisa, echandose a un lado para ganar algo de distancia y asintiendo, no pudo sino aplaudir.

  Inmovil, en pie y con el mentón en alto, su mirada sólo podía definirse por el intenso odio que reflejaban sus ojos, altivo, magnánimo, superior...sonriente, planeando una o mil muertes posibles. Y...la comisura de sus labios se torció de nuevo con extrañeza, borrando la sonrisa un instante. Su diestra viajaba lenta, con cierto temblor hasta su abdomen y recogía una sangre negra...que humeaba al contacto con el sol. Su entrecejo y su nariz se arrugaron, sus pómulos tensos mostraron sus dientes, a punto de montar en cólera.

 ¡jaja....jajajaja...jajaja....Jajajajaja...jajajaJAJAJAJAJAJA! - echó el cuello hacia atrás riendo de forma histérica mientras la sangre goteaba, manando muy debilmente entre sus dedos bronceados de aquella piel entre el negro acabache y el marmoreo, mas no duró lo suficiente como para bajar la guardia. Volvió a mirar a Pwyll sonriendo de medio lado...

  - Con menos...tu padre consiguió un buen mentor,...pequeño...tsk....

 Te subestimé...

 A pesar de estar en pleno camino hacia un asedio, aquel drow no parecía tener prisa ninguna. el sol caía, y ahora brillaba con más intensidad, se notaba en sus párpados como le molestaba, y también como su cuerpo se combulsionaba, sus manos, nerviosamente, sin control, como si estuviese enagenado. Ladeaba la cabeza, como una lechuza que observaa un ratón de campo, a sabiendas de que el ratón no puede escapar.

  - No puedes agarrar la espada como si fuera un palo, ¿sabes? Desaprovechas muchisima fuerza en tus movimientos, mucha energía, a este paso dentro de unos minutos, si continuas atacando así, no sólo no lograrás golpearme de nuevo, sino que te agotarás y será más fácil derrotarte.

   ¿Es qué....esos abrazaflores no te han enseñado nada? Creía que sólo dejaban ir a la guerra a miembros entrenados de su sociedad elitista...ah...no..claro...- Se volvió venenoso como una serpiente acariciandose el mentón y lamiendo los dedos para recoger su propia sangre con la lengua, algo lascivo. - No eres un miembro de su sociedad...la viva imagen de su padre.

 Puede que Pwyll aún no se hubiese dado cuenta de las verdaderas intenciones de aquel drow, de su papel en todo aquello.

Mi brazo comienza a resentirse del golpe lanzado al drow. Un dolor sordo que comienza en la muñeca se va extendiendo al hombro...

Mi golpe más fuerte, y solo le he hecho un rasguño...

Como siempre, el subidón va bajando... por mucho que me empeñe, la diferencia entre el drow y yo es abismal... y soy solo un muchachín...

En plena desesperación, sigo atento los movimientos del drow... el sol no le afecta tanto como pensaba... 

La risa del drow aumenta mi desánimo... 

¡No, no! ¡No hay vuelta atrás! ¡Debo vencer!

Tengo que seguir... he conseguido cortarle, quizá no sea tan dificil... a lo mejor, soy mejor de lo que yo mismo pensaba...

Instintivamente, al escuchar las palabras de drow sobre mi forma de coger la espada, mi brazo se tensa y adquiere mejor postura... escucho atento sus indicaciones... parece que quiere que le dure más tiempo... sea...

Y entonces, cuando ya ha captado mi atención, sin esperarlo, destila su veneno.

- "Soy semielfo. Hace tiempo que eso dejó de afectarme...", escupo la palabra, "...drow..."

A List no le afectaba, Tundar y Gaia me convencieron de que no era tan malo... hasta he conocido a un pariente... he sido amado...

Pero el trato de los otros elfos, como el que vino a despertarme aquel día, esos sí me miran por encima del hombro... esos se creen mejores que yo... no me quieren en su sociedad elitista... 

Una leve confusión se apodera de mi... ¿realmente debería ayudarles? A algunos les vendría bien un poco de sangre chorreando por la nariz...

Pero el recuerdo de lo que Gaia me enseñó entra con fuerza en mi cabeza. Era pequeño, era amado... y por un elfo... el drow, sin saberlo, me acaba de dar fuerza de espíritu... la viva imagen de mi padre... la suma sacerdotisa dijo lo mismo...

- "Dudo que sepas nada de mi padre... en cualquier caso, no pienso escucharte más, drow..."

Pero... ¿y si sabe algo? Maldición...

Paciencia... ya lo dijo Gaia... a veces, no hay que buscar las cosas...

Respiro profundamente.

Padre, ¿quién eras?

- "En guardia, drow... acabemos con esto..."

Y levanto el brazo con la espada, atento a sus movimientos...