Partida Rol por web

Belaya (Incompleta)

El Asta de Zillion

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10/07/2009, 19:01
Director
Sólo para el director

  El Asta de Zillion es una cadena de montañas en la que sobresalen dos picos extremadamente elevados, recibe su nombre en honor al Dios de los Hielos. Sobre el pie de sendos colosos se iergue un gigantesco templo de roca con las dimensiones de un reino. No muy lejos de allí hay un gran lago casi por completo helado en cualquier estación y las puertas a las minas enanas bajo la montaña. Lejos de lo que pudiese pensarse, no es sencillo dar con el templo ya que su acceso a pie es imposible y ni las bestias salvajes son capaces de llegar hasta allí. Las protecciones mágicas y místicas del lugar no impiden maravillarse con la inmensidad del firmamento.

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10/07/2009, 19:06
Director

                 

   El interior del templo se mostraba tranquilo y en muchas ocasiones abandonado, el fuego de las antorchas alimentaba la noche con su luz y el crepitar tranquilo, en ocasiones emitiendo una explosión violenta de furia luchando por no extinguirse y perdurar en este mundo, tal como lo hacian hoy en día los dragones plateados, aferrandose a la vida para no desaparecer de la faz de la tierra. Las tablillas ancestrales del templo habían mudado su lugar natural sobre las paredes de los receptáculos reposando ahora sobre la cumbre de roca de la montaña, su sabiduría, en un idioma ya olvidado era irrecuperable, incluso para los ancianos que aún paseaban por las calles del antiguo reino de los dragones como almas en pena, en silencio con sus sinuosas formas inclinadas de humanos con cientos, sino miles de años a sus espaldas.

  La historia de los dragones había sido vedada para aquella que llamaban Escarcha, el consejo había decidido que debían olvidar y negarle el sufrimiento de conocer la verdad sobre el pasado, el mismo que los condujo a esta situación...el mismo que empuja a la joven y última sacerdotisa de los dragones del hielo a discrepar y pensar de forma tan diferente al consejo de sabios.


                    

 Las nubes servían de descanso a la joven dragona, "Escarcha", por su aliento y su personalidad, fría, concisa, y la última de los suyos. Eso la inculcaron desde que nació, una educación digna en el arte de la magia, fuerza para sobrevivir, vigor para persistir, que se alzase sobre los obstáculo como en el vuelo sobre las nubes, que caminase honorablemente sobre ellas y contemplase el firmamento estrellado, y a pesar de que no lo compartiesen, que saliese a ver el mundo y no formase la locura en su mente ante la esclavitud de permanecer eternamente condenada a un templo casi por completo abandonado. Los siete sabios nunca la vieron como una pareja, siempre como una hija, y cada uno de ellos inculcó en ella lo que pensaron era una virtud, un caos interno, que a pesar de ser tranquilo y frio estaba por estallar violentamente en manos de aquella dragona plateada. Anciana, sabia y reflexiba entre los humanos, joven, impulsiva e inexperta para los ancianos. 

  El algodón del cielo acariciaba su rostro y sus patas, mientras el hielo del viento mecía sus alas impulsandola hacia arriba, haciendo que se sintiese libre, nunca había permanecido más de un año lejos de aquel que para ella debía de ser un hogar, pero algo...quizás en la luna llena, empujaba su sangre por sus venas derritiendo la congelación de su espíritu, obligandola a preguntarse más porqués, todo aquello que los ancianos no habían contado, todo aquello que podía y quería hacer y era impedido...por los mismos. Las nubes, grandes, cargadas de la nieve eterna de los Hielos perpetuos, acompañaban en su salida nocturna a la no tan joven dragona. Sus pupilas reflejaban la luminosidad de la noche, contemplando las pequeñas y tenues antorchas que brillaban con debilidad en la superficie de las calles del templo, guiando al caminante que nunca llega hasta la sala del Gran Dragón de Agua, aquel del que proceden sus capacidades, aquel al que debe lealtad...aquel...que murió por protegerles hace eones de tiempo olvidado en los océanos del mismo.

  Deslizandose majestuosamente logró descender a través de las nubes heladas, sintiendo su fresco abrazo hasta llegar al gran portón, adoptada ya su forma más humana, pues las puertas, aunque gigantescas ya no podrían albergar las dimensiones de sus alas con comodidad. La puerta, entreabierta, dejaba que la luz y el calor se escapasen al exterior, junto a pequeñas cenizas que aún ardían. Las huellas de la dragona quedaron marcadas en la nieve esponjosa, que se compactaba bajo ella formando un resvaladizo hielo al que no debía temer.

  El interior era hermoso, brillaba con oro, engarces con lapislázuli y esmeraldas, y la figura colosal del Dios Dragón del Agua en su auténtica forma, con las alas extendidas cubriendo la gran cúpula, en la que todos los miembros del consejo cabrian a la perfección en su verdadera forma y aún habría sitio para cientos más. Abrazando a sus hijos de forma eterna. Sin columnas, se mantenía iluminada con apenas cuatro grandes antorchas que nunca sentían debilidad en su fuego, como siempre, el más anciano de los sabios rezaba en silencio, de espaldas a la puerta frente a la colosal estatua que lo miraba con ojos azulados de lapislázuli y la boca entreabierta...casi como si pudiese susurrarle. El pequeño altar que sobresalía bajo los pies de aquella gran estatua era un relieve vacio de oro que había permanecido vacio, sin tributo alguno durante décadas, sino siglos, almenos en el recuerdo de Escarcha, que sólo vio frutas y otros presentes cuando apenas podía alzar el vuelo.

  Los pasos de la dragona eran perfectamente audibles en el eco reforzado de la cúpula, y Lurheim ya se habría percatado de su presencia, sin embargo, siguió rezando en silencio, arrodillado. Esperaría a que la joven hablase, era raro, después de todo que viniese pidiendo consejo una noche como aquella, era raro, que siquiera prestase atención a una deidad muerta a la que ella no le debe nada, sólo aquello que sus hermanos le dijeron que debía sin explicarle un porqué...

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11/07/2009, 01:46
Escarcha

Como siempre, el paseo por las nubes había sido delicioso, sentir el viento y el frío, el tacto de las nubes... eran algunas de las mejores sensaciones que podían sentirse, y no podían describirse... tan solo... tan solo podían vivirse.

Desde encima de las nubes, arriba, mirando al cielo, se respiraba libertad. Paz. Belleza. El cielo estrellado, la luna, argéntea, a juego con sus alas... y sobre las nubes, alejada de las miradas de los mortales, había todo el espacio que quisiera para volar y hacer tantas cabriolas aéreas como quisiera, o bien podía tumbarse en una de las nubes a contemplar por millonésima vez todos los matices de la luna, y el resto de nubes desfilando a su alrededor.

Escarcha aterrizó y se convirtió. Pensaba en aquello apoyada en una helada columna rota, rascando de forma entretenida el hielo que se había formado, y jugueteando con los dedos de los pies desnudos con la nieve, mientras miraba al suelo, y seguía cavilando.

Sobre las nubes, todo era maravilloso, pero bajo las nubes... estaba su hogar, este lugar.
Lo quería, pero era un lugar triste... un reino semiderruido y, salvo por ellos ocho, completamente abandonado. Un sitio donde en cada rincón se respiraban tiempos mejores, melancolía y tristeza, un lugar muy acorde a sus ancianos... antiguo, melancólico, abatido y secreto. Desde luego... iba muchísimo con ellos.

Aquél... era el lugar de sus ancianos. Si el lugar les había transformado a ellos a su imagen y semejanza, o su desolación espiritual se había traducido en una dejadez material de su reino... no lo sabía. Pero sí sabia que, por más que fuese su hogar, no era su lugar, no era su sitio. Rara vez se mantenía mucho tiempo en él, era... opresivo.

Con tan solo su fina túnica azul, caminó hacia el grandioso templo, del que creía haber visto ya todos sus matices y todas sus maravillas, pero cada año le descubría una nueva, era una auténtica obra de arte, y el interior era aún mejor... y tan inmenso que podría volar en él...

Lo más parecido que tuvo a un padre, el Gran Anciano... seguía orando a un dios muerto. Sí, le debían el estar aquí ahora... pero ya estaba muerto. Escarcha pensó que debía hacer cosas mejores, por él, por los Dragones, por el Mundo... por no sentirse como creía que se sentía... como un muerto en vida, encadenado a los recuerdos.

Hizo un gesto respetuoso hacia el gran Dragón de Agua y se detuvo a una distancia adecuada de su Maestro, que no interrumpiese su intimidad... y allí estuvo meditando lo que iba a decirle a Lurheim, durante cerca de una hora. Tiempo, como siempre, había de sobra, y deseaba encontrar las palabras exactas, que expresasen correctamente lo que quería transmitir... Era mucho mejor pensar una hora lo que iba a decir en dos minutos, que pensar un minuto, y explicarse durante una hora y media.

Tras la breve hora, sus ojos azules se abrieron, y sus labios comenzaron a hablar... transmitiendo aquello que quería decir... mezclado con unas obvias trazas de tristeza y de importante conversación.

Buenas noches, Gran Anciano...
Juntó las manos, bajas, a la altura de los muslos
Lamento molestarle en sus oraciones, pero he tomado una importante decisión, y deseo transmitírsela y conocer su opinión y recibir sus consejos, antes de llevarla a cabo... para hacerlo del mejor modo posible. He meditado mucho esta decisión... y estas peticiones.

El aire helado que tomó se escurrió por los orificios de su nariz y lo sintió picar en sus fosas nasales, hinchándole los pulmones con su pureza, antes de seguir hablando.
Ancianos... este es vuestro hogar. Aquí os criásteis, y vivisteis sus mejores años... y su caída. Es un lugar lleno de melancolía, que ha visto dias mucho más alegres. Es un fiel reflejo de vuestras almas... aunque no lo concibo del todo, comprendo que os sintáis a gusto en este lugar... pero aquí, cada vez me atan menos cosas, siento que este no es mi lugar... que contemplar estas ruinas durante otros ocho siglos... no es el futuro que quiero para mí. Para mí, esto nunca fue una ciudad viva y agradable... siempre... han sido ruinas vacías....

Sí... sé que debo pensar en el futuro de nuestra especie, pero también en mí... -Suspiró- Gran Anciano... el tiempo que paso en mi hogar, me marchita... ni siquiera hay Historia Antigua de los dragones que me ate aquí, Maestro... nunca me... habéis contado nada... y es en el mundo exterior donde me siento viva... es... es allí donde mi alma quiere estar... es donde soy feliz... 
Una lágrima escapó del ojo de Escarcha, recordando y comparando los largos y tristes meses en su hogar, y los rápidos, interesantes y vívidos meses entre humanos.

Y no solo eso... no veo que aquí estemos... haciendo nada. Ni por nosotros... ni por la Raza, ni por el Mundo. Pero somos poderosos, somos sabios, y somos guardianes del equilibrio... no deberíamos estar ajenos al mundo...

Es por eso que deseo salir ahí fuera... por un tiempo indeterminado... planeo encontrar alguno de los oráculos, descubrir si soy o no la única hembra... y reunir a nuestro pueblo. En mis viajes quiero aprender mucho, aprender de todas las razas que pueblan el mundo... saber si están preparadas para nuestro regreso, si nuestra raza está preparada... y qué se sabe del resto de Dragones...

Tal vez sea una empresa demasiado grande para una dragona de mi edad... pero ancianos... no puedo pasarme la vida entre este templo y Silmar... Tengo una vida que vivir, y cosas buenas que hacer con ella... vivirla aquí sería desperdiciarla...

Ahora sí cogió aire de verdad... pues lo que venía ahora eran peticiones... pero de otro tipo. Por eso, empezaría por las pequeñas.

Necesitaré algunas cosas mundanas... y dinero, si no quiero acabar teniendo que vender mis servicios o robar para subsistir... y tal vez lo necesite para llegar a los oráculos, o para saber donde se encuentran.
La larga pausa que dejó ahora, daba a entender que lo que venía ahora era importante... tanto para ella como para ellos.
También deseo saber si me consideráis suficientemente sabia... como para hablar en vuestro nombre ante otros dragones, o ante seres de corta vida, si fueran lo bastante maduros, y fuese estrictamente necesario. Si puedo ser... vuestra embajadora en el exterior...

Escarcha agachó la cabeza y esperó y escuchó lo que el sabio tuviera que recomendarle, aconsejarle, o reprenderle. Tal vez, sugerirse como embajadora había sido demasiado osado... pero en el fondo de su corazón, hacer algo por los suyos era lo que deseaba. Pero nombrarla embajadora era una responsabilidad muy grande... y un gran riesgo, si por decisión de Escarcha, comprometía a los dragones a hacer alguna cosa. Se cuidaria mucho de meditar cualquier decisión al respecto, por supuesto... era cuestión de si... Lurheim confiaría tanto en ella.

Notas de juego

wiiiiiiiiiiii!

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12/07/2009, 22:17
Lurheim

       

   Había aprendido bien, lo suficiente para saber como acercarse a uno de los ancianos, lo suficiente como para reconocer los problemas con los que los grandes sabios ya contaban. Un juego de palabras y enigmas no resueltos para ella. Le hubiese sonreído a medida que hablaba, Escarcha era joven, pero había memorizado las verdades que los suyos le habían transmitido, y no hubiese tomado la decisión que había tomado a estas alturas de haber sido de otra forma. Iniciativa y curiosidad en ocasiones eran motivos de sufrimiento y de muerte. Lurheim y los demás custodiaban secretos e intrigas que Escarcha jamás sería capaz de imaginar.

 - Escarcha....- Su voz áspera arañó el interior de su garganta haciendo temblar su gaznate sin hacer que la vibración transformase su tono, seguía siendo severo, duro, intimidante, demasiado potente a pesar de ser un simple susurro en el templo, tan suave que no generó eco en las alas que los rodeaban en un abrazo irónico. - Sabes bien...que si dejas el templo indefinidamente..perderás tu rango para con los tuyos. Deberas devolver tus posesiones al templo, al que pertenecen, y dejarás de ser una sacerdotisa del dios...dragón de agua. - sin inmutarse profirió aquella noticia, una noticia que Escarcha conocía pero sin embargo, era obvio buscaba evitar, consciente de ella pedía algo de dinero, alguna posesión material que le sirviese para desenvolverse en la vida mortal de los humanos, algo peligroso para ella y para los suyos, pues de ser descubierta otros no tardarían en venir aquí a cazarnos como a bestias salvajes extinguiendo toda esperanza de subsistir en estas montañas.

  Aquello servía como respuesta ante la petición de bienes, no tendría nada, pues si esta era la vida que deseaba tendría que empezarla de cero, y con su total esfuerzo, sin ayuda alguna. Puede que fuese una burda estrategia del anciano para que Escarcha lo meditase un poco más y no se atreviese a salir del templo para no regresar en tanto tiempo, no tener nada y no tener nada que la una a él. Evito de igual forma contestar preguntas sobre Oráculos, si quería seguir su camino de forma verdadera, con conciencia y convicción debía conseguir por ella misma toda la información que necesitase. Si se consideraba suficientemente madura como para irse, como para ponerse en peligro y ponernos en peligro a todos, era lo que debía hacer...

 Su discurso sobre su filosofía de vida estuvo a punto se sonsacar un gesto amable aunque ligeramente irónico en el rostro del anciano, combinado con su sonrisa reprimida, y sin embargo, sólo mantuvo aquella inexpresión reflexiva de neutralidad. Cerró los ojos y unió las manos respirando profundamente por sus fosas nasales, luego miró fijamente el rostro de aquella que era para él como su hija y prosiguió:

 - Si te vas...no nos representas. - Palabras duras, con las que daba terminada aquella conversación, desplazandose, hacia el altar y dándole la espalda a Escarcha, mirando la estatua del dios dragón de agua, con sus gigantescas garras acariciando la base que sostenía su inmenso cuerpo.

  Sus ojos lapislázuli brillanron en su estructúra opaca, sin vida reflejando los del anciano, de rostro arrugado y entrelazó las manos a su espalda esperando que Escarcha se marchase. No habría una despedida emotiva, sin muestras de afecto alguno, estaban muy por encima de todo aquello, eran sus mentores, nada más, y ella les daba la espalda. No buscaba que Escarcha se sintiese mal, y dentro de su personalidad había sido tolerante, pues por menos durante sus lecciones había reprendido a la joven dragona de formas en las que ella no podría haber replicado, si hubiese sido esta una de esas ocasiones puede que incluso la hubiese obligado o convencido para quedarse. En parte...en una gran parte, aceptaba la decisión de Escarcha, pero era claro que con todas sus consecuencias sin excepción alguna, tan recto e inflexible como había sido desde que le conoció.

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12/07/2009, 23:31
Escarcha

Escarcha cerró los ojos, algo dolida. Sabía que la decisión no iba a gustar, pero esperaba que la tomase mejor. Pero la decisión estaba tomada...
Ser sacerdotisa de un dios muerto, contra todo lo que podría llegar a hacer... lo que podrían llegar a hacer. Aquí era la única que no había hecho nada remarcable en su vida, se sentía como si hubiera desperdiciado ocho siglos...

Sus labios se combaron hacia abajo, sin abrir los ojos, con la cabeza aún gacha. Sin duda, lo que más le había dolido es que no confiase en ella para hablar en su nombre. Aunque esperado, dolió.

Eso ha sonado como si fuera a cerrar la puerta cuando me fuera, anciano. Dijo con tristeza

Me conoce bien, sabe que no quiero poneros en peligro... y me duele que no confíe en mi. Aunque... sus razones tendrá, por supuesto.
Las eras han cambiado, Anciano. Ahora los enanos comercian con los humanos, y esto ya no es un reino ni un templo, ni nuestra fé correspondida... esto es un monumento a una antigua derrota, y nosotros parecemos más plañideras de los muertos, en lugar de intentar levantar este lugar de sus cenizas.
Anciano... Tragó saliva No hago esto por ser mejor, ni más poderosa, ni más sabia. Hago esto porque si no lo hago yo, parece que nadie hará nada bueno por los dragones argénteos.

Y tal vez... por un poco de vuestro reconocimiento... Aunque no os hayáis dado cuenta... hace tiempo que sé volar, y no soy una cría.

Levantó la cabeza y cogió aire, conteniendo un sollozo.
Si he de dejarlo todo... que así sea, Anciano. Espero volver con buenas nuevas para los nuestros...

Dejó pasar unos segundos

Resultaría embarazoso, incluso peligroso, salir ahí fuera desconociendo nuestra historia, desconociendo las razones por las que no nos llevamos bien con otros dragones, o qué motivos de ofensa podrían tener otros contra mí, tan solo por ser lo que soy.
Anciano... Si realmente cree que no tiene nada más que decirme... me marcharé ahora, y partiré esta misma noche.

Escarcha esperó unos minutos alguna respuesta del Anciano.
Cuando entró, lo hizo animada, con esperanza de obtener aprobación, y a sus ojos... había encontrado rechazo. Imaginaba que al Anciano le dolía perderla... quería creer que no era solo por ser la única hembra, si no porque había llegado a cogerla cariño, en cualquier caso, odiaba sentir que había molestado a Lurheim, y odiaba ponerles en peligro... si tan solo se lo pusieran un poco más fácil... ¿Es que no eran capaces de comprender que todo cuanto había conocido era una total inacción...?

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15/07/2009, 15:27
Lurheim

  

  Lurheim esperó los minutos necesarios para que el silencio envolviese como respuesta aquella sala del templo.
Cuando Escarcha entró, lo hizo bajo la inexperiencia y la ignorancia, con esperanza de encontrar lo que la habíamos negado desde el principio, y a sus ojos... había encontrado dudas sobre lo que somos. A Lurheim le dolía perderla... era la última hembra, y la última sacerdotisa del Dios dragón del Agua, había invertido parte de su existencia a mostrarle las dificultades de vivir escondidos y a conseguir sobrevivir, y de todos modos, le incomodaba con aquellas ensoñaciones tan propias de los jovenes, nos pondría en peligro a todos... es algo terriblemente dificil... ¿Es que no es capaz de comprender que todo cuanto haga sólo conseguirá alimentar su dolor...?

  Su respiración era serena, y se desarrollaba con normalidad, habiendo hincado las rodillas frente a la gigantesca estatua siguió guardando silencio pero no le pidió a Escarcha que se marchase, sino que esperó, meditando.

 - Las leyes de los dragones plateados son claras. Y ni en tiempos como estos se hará excepción alguna. No está relacionado con la confianza...- Sesgó las palabras con un ronquido áspero de su garganta y cerró los ojos. ¿En verdad piensas...que no confiamos en ti...? Se preguntó para sí, sabiendo que daría su vida y pondría la misma en manos de Escarcha.

 - Siempre serás bien recibida entre los tuyos. Mas me temo que tendrás que enfrentar tu cometido a solas...

 Terminó con una susurrante oración y se levanto. Con lentos movimientos fue deslizando su túnica por el frio suelo de mármol y encaró a la joven dragona, la miró a los ojos. Pongo nuestras esperanzas en ti...ten cuidado...Y sin embargo, sus palabras fueron hoscas, duras y su mirada penetrante:

  - Ya no formas parte de la orden de los dragones del Dios Dragón del Agua...

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16/07/2009, 22:58
Escarcha

Escarcha anotó ese silencio como la respuesta que en efecto era, y dejó marchar un gélido suspiro de tristeza y resignación... pensó en marcharse en ese momento, para no tener que ocultar sus sentimientos... pero esconder sus pensamientos y sus sentimientos era algo que había practicado mucho entre humanos... y no solo eso. Debía mostrarse fuerte. Quería saberse lo bastante fuerte.

Lurheim habló acerca de las arcaicas leyes de los dragones. Útiles, sin duda... ¿Sin duda?

Con cierto tono de réplica, exteriorizó sus opiniones.
¿Acaso contaban esas leyes con que algún dia nos faltaría el Gran Dragón? ¿Con que estaríamos al borde de la Extinción? Anciano... Lo he pensado, y no creo que esas leyes tuviesen en cuenta años aciagos como estos... si las hubieran tenido, habríamos prosperado, y es obvio que no ha sido así... Las antiguas leyes no nos devolverán ni la gloria ni la seguridad...
Es hora de que los dragones argénteos pensemos por nosotros mismos y nos hagamos un sitio en el mundo moderno... y desgraciadamente, eso pasa por romper con algunas tradiciones más... por ahora, la única que habéis roto es no hablar sobre el pasado a una sacerdotisa...

Escarcha sabía que las últimas palabras no iban a sentar nada bien a Lurheim, pero tal vez al Anciano le viniese bien un poco de punto de vista moderno, aunque no lo fuera a aceptar en el momento, tal vez meditaría sobre ello más adelante, o a lo largo de los próximos meses o años.

Cuando aseguró que siempre sería bienvenida, Escarcha asintió aliviada, realmente la aterraba pensar que pudieran cerrarle la puerta... si bien razonablemente, no había razones para que lo hiciesen, y estaban por encima de ese tipo de enfados airados.

Las palabras que dedicó a Escarcha mientras se marchaba fueron secas y duras. Escarcha no descubrió los verdaderos sentimientos del Anciano, y apenas le miró marcharse, había quedado mirando al suelo, y cuando pasó a su lado y la rebasó, cuando y ano podía der su rostro juvenil, cerró los ojos, combándose sus labios hacia abajo en una expresión triste, dolida...
Ninguno de sus razonamientos había sido lo bastante bueno para hacerle cambiar de opinión en lo más mínimo.... La había hecho sentir increíblemente infantil y estúpida... como un anciano ignorando a un niñato que dice que se marcha de casa y le da la razón como a los locos, esperando que volviese cuando lo hubiera pensado mejor y se diese cuenta de lo dura que es en realidad la vida.

Miró a los ojos al Gran Dragón, a punto de llorar...
¿Es así como me ven...? ¿Es eso lo que soy...? ¿Una mocosa que no sabe lo que hace...? Anciano... ¿Acaso has tenido en cuenta mis palabras siquiera un poco...?

Apartó la mirada del Gran Dragón, girando la cabeza hacia la izquierda y abajo, mientras algunas lágrimas solitarias recorrían sus mejillas, helándose antes de llegar a la barbilla.

Soy una cría de dragón... ¿O soy una dragona hecha y derecha...? ¿Tengo valor para hacerlo...? Es una responsabilidad enorme... inmensa...
La palabra 'inmensa' la hizo mirar inevitablemente a la titánica cúpula, y pensar en lo pequeña e insignificante que parecía en un lugar como ese... en lo insignificante que era su sabiduría... ¿Y si se equivocaba...? Puede que en algunas cosas... pero no en todas... salir es lo que su alma quería... Eso era muy cierto...

Tal vez... debería haber dejado un huevo o una cría hembra antes de partir... pero ya es demasiado tarde... si no parto ahora... sí que me tomarán por una cría...
Miró al Dragón de Agua de nuevo
Pero más importante que mi orgullo es la Raza... si hubieran creído que debía reproducirme... Tragó saliva Lo habrían propuesto...

La idea no la seducía en absoluto... eran como siete padres para ella... pero es algo que debía hacer tarde o temprano, y tenía asumido... estaba perfectamente dispuesta, o eso creía, para cuando ellos lo consideraran oportuno... y no habían dicho nada.
Daba igual... sobreviviría porque tenía todas las razones para hacerlo...

Llorando en silencio, miró su vestido azul de sacerdotisa. No era suyo, pertenecía al templo, por lo que se lo quitó, y lo dejó en el altar. Desnuda, adoptó su verdadera forma.. La desnudez no era un problema entre los dragones, al fin y al cabo era en su forma natural que estaban 'completamente desnudos'... La transformación comenzó sintiendo como sus largas piernas se convertían en poderosas patas, sus alas crecían a su espalda, y la boca diminuta se convertía en una quijada poderosa... y todo el cuerpo, la cola, la cresta... aquella familiar sensación de metamorfosis....
Cuando estuvo completa, suavemente, alzó el vuelo para alcanzar el inmenso rostro del Gran dragón de agua. Un dragón llorando era algo que no podía verse demasiadas veces.. y aquí estaba.
La antigua Corazón de Nube besó suavemente el morro del Dios Dragón de Agua, y miró uno de sus imponentes ojos, pues ambos era incapaz de abarcarlos...

Si queda algo de un dios muerto que pueda ayudar a mis padres... protégeles... cuida de ellos... ellos están cuidando tus tradiciones y secretos con un celo inmenso... recompénsalos como puedas... y... tal vez no sea la sacerdotisa más pía que has tenido y no merezca esto, pero... cuida también mi misión... lo hago por tu pueblo... por lo que queda de él... mi destino final no importa... mientras mi misión se cumpla...

Acarició el morro con suavidad, como tantísimas otras veces antes, pero esta vez, aunque la estatua sintiese y no escuchase, podría haber notado perfectamente que la caricia era una despedida.

Escarcha planeó brevemente hasta la puerta, y aterrizó, volviendo a convertirse en humana. Sus pies descalzos la llevaron hasta el umbral... posó la mano en la puerta, y se giró para mirar una última vez su vestido favorito y el templo. Secó (Más bien quitó) las lágrimas heladas y salió al exterior, caminando hacia su rincón de la ciudad, su refugio íntimo, donde guardaba sus posesiones...

El lugar era un edificio bastante bien conservado, parcialmente construido dentro de la roca, lo que sin duda ayudó a que su estado actual sea habitable. Parecía que la colección de viejos recuerdos no se acababa. La mayoría eran obsequios o curiosidades que había recopilado durante su vida entre los humanos.
Cuando cerró la puerta, dejó de lado la máscara de dureza con la que había caminado hasta aquí, y andó casi arrastrando los pies y cabizbaja, pasando por delante de un antiquísimo recuerdo, un collar hecho con cordel y conchas, de cuando era una apenas adolescente en forma humana... le hubiera gustado llevárselo, pero se desharía por el camino de puro viejo, y pensaba volver para acariciarlo de nuevo cuando volviese.

Mirando alrededor, habían otros cien recuerdos como aquél repartidos en estantes, y encima de mesas donde no se reunía familia alguna a la hora de la cena. Debía pensar en cosas más útiles... avanzó hasta el cuarto en el que dormía, donde tenía sus ropas... su bastón, una espada sencilla, y las cosas que como humana había conseguido y conservado...
Empuñó el arma y la sacó de su vaina. Estaba en buen estado... esperaba no tener que cambiarla demasiado pronto, o que algún golpe excesivamente fuerte la partiese. Suspiró pensando en que quizá tendría que usarla para defenderse más a menudo de lo que le gustaría... esperaba equivocarse.

Sentada en una silla, escogió algunos vestidos y ropajes... cogiendo varios. Se puso uno muy ligero y que le 'sentase bien' a ojos humanos... y le añadió una capa con capucha. Incluyó en una bolsa de lado, debidamente plegado (El tiempo no era problema) un vestido más apropiado para parecer elegante y formal, y algo de ropa más discreta y práctica, por si tenía que meterse en un bosque o campos, no tener que andar atándose la túnica a la cintura, o que la hiciera demasiado visible.

Se colocó la espada al cinto, puso una daga en la bota, sin ocultarla excesivamente, aunque probablemente quedase tapada por la túnica la mayor parte del tiempo, y añadió su moneda de oro y cincuenta de plata a la bolsa, su libro con el par de hechizos que medio dominaba, y echando mano a un cajoncito, algunas cosas de aseo personal... y... ninguna otra cosa era realmente necesaria.

Salió despidiéndose con la mirada de cada uno de aquellos recuerdos, y al salir, cerró la puerta, sonando al tiempo la madera y un triste suspiro.

Recobrando su aspecto recompuesto, andó hasta donde pudiese convertirse sin problemas de espacio, y no pudo evitar mirar si alguno de los Ancianos la veía irse, antes de remontar el vuelo y volar hasta donde la prucendia dictase que debía seguir hasta Silmar a pie...

Hubiera gustado de una despedida más cálida, pero no iba a recibirla aunque la buscase... y tal vez demostrase debilidad con ello. O peor... un sentimentalismo demasiado humano

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01/08/2009, 12:49
Lurheim

La única que no habeis cumplido es...no haber hablado del pasado a una sacerdotisa...

   Pobre ilusa, pensaba Lurheim, a sabiendas de que había muchas verdades ocultas a los ojos de la dragona, tantas que se sorprendería. Justificandose con el hecho de que sólo era para su protección, Lurheim y cualquier otro dragón plateado guardarían secretos, mentirían y vivirían en la hipocresía más absoluta. El pasado es algo delicado si no se interpreta como es debido, algo que tiene mucho en común con el futuro.

  Ahora que Escarcha buscaba un oráculo tendría que tener mucho cuidado...sus predicciones son ambiguas...y....cuando no lo son, conocer el futuro suele producir catástrofes mayores de las predecidas...No es un juego, y ella...es una chiquilla con muchas ganas de jugar...

  Cansados como lo estaban, los ancianos se reunirían tras su marcha, mucho después de que ella pudiese siquiera imaginar de lo que hablarían...

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 - ¡Dragones argénteos! - Inició....

  - ¡Os he hecho llamar por un asunto importante....- su voz, ronca, desgarraba su garganta en un tono tan alto, todos mostrarían sus respetos por el más anciano, arrodillandose ante él en un círculo extenso en el que él mismo era el centro. - Nuestro secreto...corre un grave peligro...

   Se mantuvo pensativo unos segundos, su rostro se volvió reflexivo a medida que fruncía su envejecido rostro que se arrugó más de lo que cabría imaginar.

   - Debemos duplicar la protección de....

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01/08/2009, 13:06
Director

 

  


En voz de Lurheim....

    - Hija mia...el día que naciste...la esperanza nació en nuestros corazones, volviendo un cuerpo muerto en uno lleno de vida....el cuerpo del Dios Dragón de Agua renació...en ti...Escarcha....

 


 

  El vuelo, calmado se ve entorpecido por la recia ventisca del Asta de Zillion que golpea con un gélido viento el rostro draconiaco de Escarcha, lejos de su percepción, en la carencia completa de nubes incluso a aquella altura, lejos ya del antiguo hogar e incluso del gran y Sacro reino de Silmar, algo palpita en el gélido glaciar, una criatura...un ente...clama por salir de su letargo, volviendo a la vida...


 - Hija...observé con orgullo como te convertías en un arma de rectitud. Recuerda...nuestro linaje siempre ha gobernado con sabiduría y vigor. Y sé que mostrarás moderación en el ejercicio...de tu gran poder....


  Expulsado de la tierra como una criatura corrompida, saliendo de entre los hielos, Escarcha aún no había podido observar o escuchar su rugido contenido por milenios, pero si...sentir su presencia, la presencia de un ser castigado y condenado a no descansar jamás...protegiendo o destruyendo todo lo que se oponga en el camino de su nuevo amo.


 - La verdadera meta en nuestras vidas...hija mia, es conservar y sobrevivir como un único pueblo....


 Cuando los pensamientos de su mente se volvían más obscuros y confusos, sintió el golpe de viento a su espalda, descendiendo con un rugido atronador, el rugido de una criatura incluso mayor en tamaño que la dragona, poderoso enemigo que se alzaba desde el interior del glaciar para destruir sin motivo ni razocinio a aquellos que se atrevían a amenazar el territorio que su señor había proclamado como suyo.

  Su majestuoso vuelo recordaba al de los dragones antiguos, aquellos extintos en la Gran Guerra, mayores en sabiduría y poder que todos los miembros del consejo de dragones argénteos, aquellos envidiados por ser hijos directos de los dioses. Pero sus alas estaban rasgadas, y su cuerpo era hueso. Su aliento de hielo, como el de Escarcha...tan parecido...y a la vez tan diferente, bien podría tratarse de un títere cadavérico de alguien de su propia raza, que volvía para obtener venganza, una venganza que para Escarcha no era conocida, puede..que nisiquiera existente.

        

Siguiendo su cola, su velocidad era mayor, se sentía la magia brotando de todo su cuerpo, echó su columna hacia atrás a la altura de su cuello, alzando unos extraños cuernos, como protuverancias alargadas que salian de su fortalecido cráneo descargando un aliento similar a un proyectil de puro hielo, que trató de interceptar la trayectoria de la dragona argéntea, buscando su derribo o su congelación.

 

 

 

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01/08/2009, 22:23
Escarcha

Escarcha tenia mucho en que pensar mientras volaba para alejarse de su hogar y de las custodias del Asta de Zillion.

En sus pensamientos iba sumida, apenas soñaba despierta, pues pese a ser en cierto modo idealista, sabía que los sueños, aunque bonitos, no eran productivos si no podían alcanzarse. Iba recordando conductas y conocimientos útiles que le sirvieran entre los humanos, y se preparaba mentalmente para casi cualquier encuentro, social al menos, que pudiera presentársele, para no quedarse en blanco y sin conestación frente a alguna pregunta o respuesta.

Para lo que no pudo prepararse fue para lo que apareció del hielo a su espalda... Escarcha se asombró visiblemente, parecía que no iba a tender a razones... y no tenia ni idea de porqué, pero parecía odiarla especialmente.

De un vistazo, comprobó que la envergadura de su enemigo, tal como la de los Ancianos, era muchísimo mayor que la suya. Conocedora de la ventisca y el viento, y amante del vuelo, supuso que su espacio de giro seria mucho menor que el de su enemigo, y cuando exhaló su mortal aliento, viró rápidamente en favor del viento, cerrando tanto como pudiese... lo más importante ahora era quitárselo de la cola.

Por encima del viento, Escarcha rugió unas palabras a su enemigo.
¿Quién eres? ¿Qué quieres de mi?

Esas eran las dos respuestas que realmente necesitaba saber de su rival. No esperaba que respondiese, por supuesto, pero si respondia algo, podría intuir que había en ese cráneo muerto viviente una mente, y que no se trataba solo de un descerebrado no-muerto. Si tenía una idea de su potencial y sus capacidades, decidiría si plantaba batalla o trataba de huir.
Con un poco de suerte, su falta de carne y escamas le haria frágil, pero al mismo tiempo, era antiguo, antiquísimo, y sus poderes mágicos parecían brotar de él, lo que le podría convertir en un oponente letal, y lo peor, con unas capacidades mágicas desconocidas.

Por ahora, trataría de escapar de la emboscada y ponerse fuera de su alcance inmediato, sopesando su capacidad de maniobra y su velocidad, los dos puntos más clave de un combate en vuelo.

Notas de juego

Es el esqueleto de un argénteo, supongo ¿Correcto, o no se distingue?

¿Hay algo en el terreno que pueda utilizar en mi favor? Algún despeñadero o cañón demasiado estrecho para él, o similar?

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09/08/2009, 20:54
Frost Wyrm

  

 La primera maniobra llevada a cabo por Escarcha fue perfecta, puede que aquel vestigio de dragón no se lo esperase, tán rápida y fluida como si hubiese nacido en los cielos. Sus alas eran grandes, pero ambas...no llegaban al tamaño de una sola de aquel "frost wyrm". Lo dejó atrás, batiendo sus inmensas membranas, rotas, ajadas por el paso del tiempo y la muerte, como si sobre él pesase una maldición, una carga tan fuerte que no pudiese llegar a ser tan diestro en vuelo como aquella dragona argéntea.

   Habló, y sus palabras se perdieron en el firmamento azul, que se cubrió de tempestuosas nubes, que amenazaban como una tormenta eléctrica, un  peligro añadido a un enemigo que no respondía ante las palabras y los susurros amables, si entendía o no a Escarcha fue un misterio, pero su velocidad lo dejó atrás, tan atrás que se perdió entre las voluminosas nubes negras con matices de un azul tétrico y nocturno.

  Cuando pudo darse cuenta, un viento violento la sacudió desde arriba, de una sola batida de sus colosales alas aquel dragón impio se colocó sobre ella, sin llegar a tocarla, abriendo la mandibula, de afilados dientes y fulgor azulado cargando energía, demasiado rápido para Escarcha en esta ocasión, su aliento como una esfera mágica manó entre dentelladas, con un sonido gutural, expulsado desde lo que hubiese sido su garganta en algún tiempo pasado. Rápida, precisa, y..dolorosa...impactó sobre la espalda de la dragona, que notó el gélido abrazo de su poder, inmenso pero insuficiente.

  Se precipitó en picado ante el golpe, girando vertiginosamente....al borde de un final fatal. Pero Escarcha no había renegado a todo para terminar tan pronto con su existencia, pudo detener su descenso, controlar su posición y observar como aquella bestia magica, macabra e incansable descendía tras ella con la boca abierta, cargada por aquella emanación espiritual que procuraba estela a su vuelo. La furia de su ataque, la demostración de que su velocidad era mayor, a pesar de que los cambios de sentido le eran más costosos y exigentes para su escualido cuerpo fue la respuesta a sus preguntas.

  Sus ojos brillaron, amenazando un nuevo ataque...uno en el que quizás..Escarcha no tendría tanta suerte.

Notas de juego

El impacto es doloroso, muy doloroso, pero podía haber sido mucho más, no te ha herido, y el frio no ha sido suficiente como para congelar tu escamada piel, resistente como era al invierno glaciar. Te recuperarás, con tiempo, nisiquiera mana sangre, pero sientes las alas más lentas y otro impacto en un lugar más endeble, podría ser fatal. Su velocidad es superior, no así su maniobravilidad, y su poder de ataque, almenos magicamente podría acabar con un humano facilmente. En tu forma humana no tienes posibilidades, en tu forma de dragón...podrías intentarlo, consciente de que una victoria sería costosa para ti, quizás demasiado.

  No distingues si es argénteo, pero si lo es...es el más grande que jamás hubieses imaginado.

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09/08/2009, 21:25
Director

  La olografía no presentaba ventajas claras contra el atacante de la dragona, volver hacia las montañas podía no ser lo más prudente, pero condenar a silmar a la visión de una de aquellas bestias, podía ser aún peor. Los picos más alto se acercaban a la mina de los enanos, donde ser descubiertos podría ser de igual forma algo fatídico para su especie, sin embargo, el Asta de Zillión tenía cañones, grandes y estrechos donde poder intentar despistarle, algo poco probable dada su velocidad.

   Por el momento no pudo ver ningun objetivo claro para hacer lo que planeaba, pero si seguía con dirección a las montañas, hacia el sur, bordeando la estela de silmar, podría encontrar el lugar indicado...un sitio donde esconderse o allá donde la bestia no pudiese seguirla.

Notas de juego

Te iré describiendo el terreno dependiendo de hacia donde vayas, por el momento ningún sitio claro donde poder tenderle obstáculos.

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10/08/2009, 22:52
Escarcha

La maniobra salió bien, y Escarcha viró tan cerrada como pudo. Incluso pareció que le perdia, así que siguió volando tan deprisa como pudo, soltando un helado suspiro.

He de huir, he de correr... más deprisa... él está ya muerto, no se cansará por más que vuele, he de ganarle suficiente ventaja y perderle...

Entonces vino aquél ataque sorpresa, aterrador y doloroso, que casi heló su espalda, y la hizo caer descontroladamente. Escarcha apretaba su dentadura cuajada de colmillos, reteniendo el dolor.

¿Cómo ha...?
Pudo abrir los ojos, y se dio cuenta de lo increíblemente precario de su situación.
¡Maldición...! ¡No he de entrar en barrena, no...!

Se esforzó en recobrar el control y siguió descendiendo. El gruñido que oía tras de sí anunciaba otro ataque de aliento, que esta vez vendría desde detrás. El "anciano" cerebro de la dragona pensó deprisa.
Piensa deprisa... es mucho más rápido que yo, no puedo llevarle a las montañas, ni a Silmar... ni tampoco a la ciudadela de los enanos. Vaya donde vaya estoy acabada. ¿Debería combatir? ¿Cómo voy a poder vencer a una bestia así? ¿Cómo se lucha contra un dragón tan anciano, y muerto viviente?

La respuesta vino a su mente
Claro... ¡Los cañones! Quedan lejos, pero puedo intentar...

Escarcha aún oía como aquella criatura tomaba poder para lanzar otro de esos alientos congelados. Entrecerró los ojos azules concentrándose y plegó las alas en un picado vertiginosoa y suicida.

Ahora.... muerde la nieve del Asta, monstruo!
Cuando notó que iba a disparar su aliento o el suelo estaba demasiado cerca, desplegó sus alas y utilizó su cola como timón para virar hacia arriba de nuevo, tan deprisa y tan cerrada como pudo, sintiendo una salvaje resistencia del aire tempestuoso a su acrobacia extrema. Aunque las había hecho parecidas de vez en cuando, nunca las había hecho con un Frost Wyrm en cola.

Si la jugada le salía bien, al virar presentaría de nuevo las duras escamas dorsales a su rival. La intención era hacerle estrellarse contra el suelo, o al menos que tuviera que aminorar, frenar, o aterrizar y volver a alzar el vuelo, con lo que ella tedría unos segundos preciosos para tomar rumbo hacia aquellos cañones que podrían salvarla.
En caso de que no fuese del todo bien, al menos el aliento le volvería a acertar en su parte más resistente, o como mucho en la cola.

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10/08/2009, 22:58
Frost Wyrm

  El Frost Wyrm dio una dentellada y la magia concentrada en su aliento se rompió como cientos de cristales de hielo, un sonido pétreo y diamantino recorrió el eco de las cumbres y sus ojos brillaron con intensidad, frustrado ante los movimientos rápidos e incontrolables de la dragones. No parecía dispuesto a derrochar energía en golpes y proyectiles con pocas posibilidades de éxito, aquello, sin duda, demostraba inteligencia.

  Recogió sus alas, cayendo tras ella en picado, rápido, pero no lo suficiente como para alcanzarla al instante...cuando estaba cerca, la ventisca parecía entorpecer su previsión y su percepción, simplemente no lo vio venir, Escarcha había tendido una buena trampa y se cubría de ataques con sus cambios de sentido, rápidos e impredecibles para la criatura.

  Cuando todo apuntaba a que el Frost Wyrm iba a impactar violentamente contra el suelo, sus gigantescas alas se extendieron, siendo un momento clave que Escarcha no aprovecharía para atacar, descubrió sus alas, completamente alzadas, atrapando el gélido aire bajo sus membranas, gruñó como la bestia más terrible que Escarcha jamás podría haber oido, enfadado, colérico y aún así frio como las montañas. Su gemido resonó por las montañas, penetrando en sus oidos, sin que pudiese evitar conmoverse, pues era realmente terrorífico. Agudo cuando termino, sólo se oyeron sus alas golpeando el viento contra la nieve, que se alzó en una avalancha gigantesca, sus garras rozaban el suelo, y se había detenido por completo, pero en sus ojos de fulgor mágico la silueta lejana de la dragona ya era un objetivo claro...

  Alzó el vuelo, con lentitud, pero pronto conseguiría una velocidad mayor, mucho más grande de lo que cabía esperar.

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10/08/2009, 23:09
Director

   Los cañones en las montañas, en el Asta de Zillión que iba desde el final de las llanuras hasta el norte de Belaya, disponían ante ella cumbres y recobecos de pequeño tamaño para el aquel que la intentaba dar caza, se acercaba, rápido, pero Escarcha había logrado zafarse el tiempo suficiente. Existe una gran garganta, que desciende hasta los adentros de la tierra, oscura, maldita, donde no podía atisvarse nada. Aquella cicatriz en la faz de Gaia recorría cientos de kilómetros, y Escarcha era consciente de ello, sus paredes eran escarpadas, incluso para ella, pero era lo suficientemente ágil como para recorrerlas sin problemas, caer...sería la muerte para ella. Pero no acababan ahí sus posibilidades, las cumbres tenían formas caprichosas, cimas dobles y triples por las que tendría que usar toda su astucia y agilidad para pasar.

  Se alejaban de Silmar, y dejaban a un lado las minas enanas bajo la montaña, el Frost wyrm ya se preparaba para lanzar otra bocanada de su gélido aliento, en aquella tierra inhospita de hielos perpetuos (su nombre entre enanos y humanos) las columnas y paredes de roca disponían de afiladas rocas que podían rasgar las membranas de las alas o atravesar la dura piel de escamas de un dragón...

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12/08/2009, 21:45
Escarcha

 

Pfiuu....

Escarcha no se detuvo a ver cómo la bestia remontaba el vuelo, pero se maldijo perder la posibilidad de haberle herido un ala. No volvería a dejarla escapar. De nuevo, pensó deprisa.

El cañón... parece seguro, pero si me lanzase rocas y cayese, sería el fin de los dragones de plata. Además, otras criaturas podrían morar allí, y no quisiera molestarlas... suficiente problema tengo.
Mientras batía las alas con frenesí, miró a las cimas. Aquellas cimas escarpadas le ofrecían varias ventajas que no ofrecía el cañón, como incapacitar al rival, si lograba que se golpease contra las rocas. Su enorme tamaño tendría ese problema.

Escarcha perdió altura y se aproximó a las paredes de roca y de hielo de las montañas, su intención era sorprender al  enorme dragón con otro truco. Si él batía sus alas con toda su fuerza, las extendería demasiado y rozaría, por tanto, al menos en teoría, no podía ir a máxima velocidad, y anulado parcialmente ese problema, la ventaja de Escarcha cobraría doble fuerza.

Si encontraba algún saliente lo utilizaría para intentar una cabriola hacia abajo, disparándose como un halcón por debajo del saliente, y si quería seguirla, tendría que tratar de hacer lo mismo... Otra opción frente a un saliente seria quebrar hacia arriba de nuevo en el último momento, y obligarle a hacerlo hacia abajo, pues hacia arriba no podría, al tener que extender por completo sus alas junto a la pared. O eso o... estamparse contra el saliente.

Si... y cuando se golpee con algo y pierda estabilidad, tardará en recuperarla... entonces quiebro y le desgarro o le muerdo un ala... y ese punto que tengo ganado...

¡¡Más deprisa, más ajustado...!!  Pensó mientras volaba a muy escasos metros de la pared de roca tan deprisa como podía...

 

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24/08/2009, 13:13
Frost Wyrm

 

  Aquella figura ósea desplegó sus alas, ayudandose de sus garras para planear cerca de los elevados picos y las verticales cornisas de la moñana, su velocidad se vio menguada en su majestuoso vuelo por la trampa pensada por Escarcha, las paredes y los giros rápidos no sólo iban en su contra, hacian que no pudiese desplegar las alas por completo, algo que superó rápido alzandose más, batiendo las alas con más fuerzas, derrumbando el hielo y la roca con golpes de sus garras, saltando de pared en pared para propulsarse, aún cuando eso le costaba una ventaja que la dragona plateada sabía aprovechar. Como un depredador hambriendo, sus mandibulas, abiertas manaban aquel poder espiritual, potente, frio, cerrandose en dentelladas que estaban muy lejos de poder considerarse una amenaza para la joven dragona.

   Si quería escapar, era el momento de decidir el rumbo, lo estaba dejando atrás, pero no sería por mucho tiempo, pues las montañas se separaban, los altos picos decrecían y el cañón se acortaba, Silmar al este, el océano y tierra sin protección al norte, o la vuelta a las montañas, donde tenía cierta ventaja pero también donde sabía con certeza que aquel cadaver alzado la buscaría para darle caza.

  Mientras tenía unos segundos para pensar, ascendió en una vertical perfecta, y el frostwyrm no tuvo más remedio que golpear todo su cuerpo contra la pared de hielo que se alzaba de la nada, el golpe fue duro, y a gran velocidad, todo se llenó de cristales de hielo, formando una nube que lo cubrió todo, el impacto sonó como un tormentoso trueno, y el silencio sólo roto por el constante desprendimiento de rocas anunciaba un final para la bestia...

   Sin embargo, un desgarrador gruñido, asoló el Asta de Zillion con su eco, era gutural, y no se parecía a nada que hubiese oido jamás. Vibrante, magico...y...terrorifico. Un escalofrio recorrió entonces todo el cuerpo de Escarcha, y sus ojos de pupilas rasgadas pudieron contemplar como, de la nube de cristales helados surgía una gigantesca ala, y se iluminaban dos puntos, azules, intensos, profundos...otro gruñido desgarró el firmamento, y más rocas y gigantescos pedazos de hielo cayeron a la nada de tinieblas y neblina que se formaba al pie de las montañas. Si lo que deseaba era atacarle...aquel era el momento, alas extendidas, pegado a una pared de hielo inestable pero con la mandibula por delante, dispuesta...un peligro a tener en cuenta.

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24/08/2009, 19:35
Escarcha

Un quiebro, y otro... los sonidos del enemigo golpeando contra la montaña, y su rugido cada vez más distante, lejos de relajar, imprimian fuerza a las alas de Escarcha, como un viento de vida.

El dilema en el que se encontraba era difícil... a Silmar no podía llevar semejante bestia, el cañón habia dejado de ser una opción, y desde luego en mar abierto estaba muerta. Podía regresar a las montañas, pero el tiempo y el cansancio jugaban en su contra...

Entonces aquél tremendo golpe sonó como una corneta de refuerzos, como si al fin llegase lo que estaba esperando. Escarcha estaba con la panza relativamente cerca de la roca. Giró la cabeza y pudo ver aquél ala, que pese a las fauces y el hielo que podían desprender, era un blanco que podía terminar con esta disputa.

Si sigo aleteando por las montañas, me cogerá tarde o temprano, cuando me canse, y si llevo este monstruo a Silmar... no quiero ni pensar lo que podría hacer en la ciudad, además que volverian a verse dragones en estas montañas... Ahora puedo luchar para huir...

Sonrió con su mandíbula cuajada de colmillos

Viró tan deprisa como pudo, haciendo un 'rizo', para caer disparada hacia el ala del enemigo, mostrándole de nuevo la espalda. Mantuvo sus alas plegadas, no solo para imprimirse más velocidad en el picado, si no para ofrecer un blanco menor y para no arriesgar sus frágiles alas. Escarcha rugía con furia mientras caía, con la intención de agarrar el ala desde la mitad hacia la punta, y virar hacia fuera de la montaña, de manera que volviese a golpearse contra la pared.
Y por supuesto, una vez estuviese completamente desequilibrado... morder el hueso del ala hasta romperlo y rasgar el ala con tres de sus patas (la cuarta se aferraba al hueso) para inutilizársela, arañando con desespero y frenesí, como la bestia acorralada que en realidad era.
Mantendría las alas plegadas, y trataría de remover el ala para desestabilizarle y hacer que se golpease contra la pared de roca... pues si se estabilizaba, podría morderla.

Si le rompia el hueso, se separaria del dragón, haciendo todo el daño que pudiese en su huida. Manteniendo el hueso roto mordido, por ejemplo, para acabar de desgarrarle el ala.
Pero primero debia agarrarse, y el impacto seria duro.

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28/08/2009, 15:32
Frost Wyrm

   El descenso de Escarcha fue impecable y antes de que la nube de nieve y hielo suspendida se despejase y pudiese verse todo el cuerpo, impresionante y rodeado por un fulgor mágico, del dragón, ya había agarrado su ala y lo obligaba a chocar nuevamente contra el peñasco, el golpe volvió a levantar una impresionante cantidad de hielo haciendo que toda la montaña retumbase ante el golpe.

   La mandibula de la joven dragona plateada se cerró, como un cepo mortal sobre el hueso del ala pero no hubo alaridos por parte de la gigantesca bestia, trató de rasgar sus alas, y lo consiguió, pero estas ya estaban rasgadas de por si, y aunque logró arrancarle parte de aquella membranosa piel que las cubría, sus garras penetraron en ella y se deslizaron ante sus resistencia para acabar sesgándola. Algo rugía...un ronroneo amenazante por parte del Frostwyrm, que anunciaba su venganza, sus ojos, azules salieron entre la nube cristalina como dos llamas de fuego fatuo, vibrantes y enérgicas, pero..algo más crujió. Los dientes y la mandibula de Escarcha estuvieron a punto de partirse y desencajarse, un movimiento de su gigantesca ala bastó para ganar el equilibrio perdido que amenazaba con tirarle abajo, con ella podía levantar todo el peso de la dragona, fuerte, violento y su hueso era mucho más duro de lo que podía imaginarse, si seguía intentandolo posiblemente fueran sus dientes los que cedieran, pero la criatura no le dio más oportunidad, por el momento.

  Empujó a Escarcha con el ala, con la intención de apartarla y echando hacia atrás el cuello dscargó una dentellada contra la cabeza de la dragona argéntea, sus fauces eran suficientemente grandes como para devorarla y aunque era más lento, sus movimientos no dejaban de ser bastante violentos e inesperados. No podía quitarse a la dragona de encima, pero si la alcanzaba podría darla muerte, los colmillos de la bestia parecían suficientemente grandes y afilados como para transpasar, incluso...su dura piel de escamas.

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28/08/2009, 23:21
Escarcha

Casi sonriendo, los poderosos colmillos de la dragona se cerraron con fuerza, y en efecto el golpe fue tan brutal como esperaba... lo que no esperaba es que el hueso no crujiese lo más mínimo.

Algo va mal... algo va terriblemente mal aqui...

Los aletazos del Wyrm la sacudieron como si no estuviese colgada del ala, circunstancia que haría defenestrarse a cualquier dragón, por grande que fuese. A poco que pesase Escarcha, eran suficientes toneladas de músculo y escama en la punta del ala para que nadie pudiese alzar el vuelo...

O eso creía hasta que vivió esto.

No iba a seguir intentando luchar en una batalla tan inútil, este había sido su último acto suicida del día, o eso esperaba.
Entonces pudo escuchar que la fiera giraba su cuello, más largo de lo esperado, directa a morderla y acabar con ella.

La reacción de Escarcha no se hizo esperar, puro instinto de supervivencia. Se descolgó del ala y se encogió sobre sí misma para hacer una especie de 'bola', de forma que cayese más deprisa. Cuando estuviera en la posición adecuada, tras aproximadamente medio giro, abriría sus alas, sintiendo la poderosa resistencia del aire, y de nuevo se dispararía hacia abajo, para que el Wyrm tuviese que maniobrar de nuevo.

De repente, el cañón volvía a ser una perpectiva mucho más alentadora que la primera vez.
Si salía de esta, intentaría llegar allí y colarse en el desfiladero, esperando sacárselo de encima de una vez por todas.

Notas de juego

Esquema de la maniobra (Aerofriki que es uno...)