Partida Rol por web

Bene Sapiat

Escena I

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13/10/2018, 09:10
Director

Lleváis todo el día caminando por un camino de cabras, llamarlo camino es ser bastante benévolo con esa senda casi intransitable, lleno de recovecos y cambios de pendiente. Es un sendero bastante agreste y accidentado. Pero es el único camino que os lleva a un pueblo donde hacer alto a no ser que quisierais dormir al raso. Y dada la categoría de Montesquieu, barón du Bidet queda descartado. De modo que continuáis avanzando con intención de llegar al pueblo de marras que por nombre tiene la alquería de Cambronera. 

Después de mucho bajar y subir empieza a caer el sol. A lo lejos veis el humo de unas chimeneas, sin duda debe ser Cambronera. Estáis cansados del viaje, los huesos os duelen y las ampollas en los pies están haciéndoos polvo. El camino y el ritmo se os ha hecho pesado y es que el barón insistía en ir enfundado en su cota de placas, muy bella para torneos pero poco útil para el camino. Mejor van el Zorzal y la Parda, acostumbrados a los caminos, pero el ritmo les está matando. A su ritmo camina el de Albalá, que con su bordón se las va apañando, pero cansado va también. Y el último Fermín, que se desvive en atender a su señor y va totalmente machacado, porque a la dureza del camino se suman los caprichos del barón.

Notas de juego

Vamos allá. 

Para empezar tirada de RESx4 dada la dificultad del camino.

Si no me equivoco Montesquieu resta cinco a su valor base de RES para tiradas de esta característica por "delicado", el resto con RES normal.

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13/10/2018, 19:23
Celao, "el Zorzal"

Iba un servidor en la vanguardia del grupo. Miraba los caminos de las tierras montañosas de esta parte del reino castellano. Acostumbrado me hallaba a transitar estos caminos, a veces sólo y a veces con la mía esposa. Y que nadie solía transitarlos aparte de nos, que quien lo hiciera sólo debía ser algún viajero extraviado, gentes de aldeas cercanas, o nobles en camino hacia algún recado prodigioso. Aquel tipo, por cierto, debía ser objeto de estudio por los más doctos, pues tal melena rubia, mucho más que la de la Parda, se movía al viento hurdano mejor que pez en el agua, y que pareciera que hubiera nacido más que para eso. Me extrañó un poco que no insistiera en llevar montura (y mucho más carruaje), pero andar por estos territorios a pie era lo más sensato. Había oído algo del porqué de nuestra contratación: ir a buscar una espada, o algo así, que los nobles a veces son gente extraña; que le pudiera dar yo cuantas espadas quisiera, y sólo tendría que quitársela a algún desarrapado que se atreviera sólo por éstos parajes, si antes no era rajado por la Parda. Pero que debía ser buen acero, como se decía que hacían en Plasencia, y en esa ciudad, de Toledo, también en el reino. Y así que íbamos, mirando el horizonte, subiendo y bajando montañas y valles, y, al fin y al cabo, dando "el cante" cual comitiva real por unas tierras en lo que lo más extraño era llevar una simple celada. Imagínense sus mercedes al ver a cinco tipos cruzando los arroyos, peñas y canchos por los inhóspitos barros en los que nos encontrábamos.

Abríguese, señor Montesquieu, que éstas son tierras frías como las de más allá del reino, de donde usted viene -le sugerí mientras cogía con fuerza mi arco-: que por el día humedad, pero por la noche, vientos helados hasta los huesos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uy, he hecho Resx3 en vez de x4. No obstante, la he pasado.

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13/10/2018, 20:43
Felicia, "la parda"

Iba La Parda con los pies más hinchados que la bolsa de maravedíes de nuestro contratante, que sonaba a cada paso que daba. Yo me encontraba junto a Fermin, quien parecía un buen hombre y demostraba demasiada paciencia por contentar al noble. El señor Montesquieu andaba muy lento, parecía que no estaba acostumbrado a estos menesteres de andar por caminos tan pedregosos. Pero me caía en gracia, no todos los nobles de este mundo me soltaban 50 maravedíes por recorrer los caminos que transitaba todos los días como el que ve el sol salir.

Como no tenía nada más que hacer que caminar, estuve mirando sus andares y me recordaron a una historia que mi difunto padre me contaba de pequeña acerca de un tipo de color verde que estaba enamorado de una dama prometida con alguien como él.

En cuanto a mi apuesto Celao, cuando le conocí era un buen hombre y por supuesto que lo seguía siendo, aunque cada vez se parecía más a mí. De la misma manera, yo cada vez me parecía más a él. Siempre intentaba enderezarme y poco a poco lo estaba consiguiendo y es por eso que la bolsa de monedas del noble, y el propio noble, seguían intactos.

- ¿Y qué tanto tiene de especial esa espada que van ustedes a recoger?- Le pregunté a Fermin, por distraerle en sus atenciones con el noble, y para conversar un poco en lo que caminábamos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Primera tirada, primer fallo, empezamos bien...

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14/10/2018, 02:05
Martín de Albalá

Había tenido buena suerte al encontrarme con aquella extraña comitiva con la que podía compartir camino y, a pesar del sorprendente caballero que, empeñado en caminar por aquellas inhóspitas tierras con su armadura, parecía más una bufonada de algún cómico de los que pasaban por el pueblo que un noble de los de verdad, la compañía siempre venía bien, haciéndome sentir más protegido durante el viaje.

Habíame empeñado en emprender aquel camino para llegar a Plasencia, pues allí había oído decir que los mis cueros venderíanse bien, pero no contaba con que dicho camino fuera tan escarpado y, por tanto, cansado, y ahí veíame yo ahora, apoyándome en mi bordón, tomando aire mientras contemplaba el desapacible y agreste paisaje y sintiendo todos los mis huesos a punto de quebrarse por el esfuerzo. Ni siquiera había podido mantener una conversación durante la última parte del trayecto, pues ni fuerzas tenía para articular palabra.

Arrebujeme en la capa al sentir como una ráfaga de viento enfriaba mi cuerpo sudoroso por el esfuerzo, sintiendo punzadas en los pies a pesar de las buenas botas que calzaba, que no en vano lo mío era el cuero y bien que se me daba, aunque mejor se me daba negociar y regatear para conseguir sacar los mayores dineros posibles. Si por mí fuera, echaría la estera allí mismo en el suelo y me tumbaría a descansar, aunque el humo que se veía a lo lejos anunciaba que quizás esa noche, si conseguíamos llegar, dormiríamos al calor de un hogar.

Eché un vistazo a mis compañeros, en especial al Barón, el cual había contado que su viaje venía propiaciado por una espada. Estaba claro que esos nobles no tenían demasiada cordura en su sesera porque hacer semejante viaje, con todos sus caminos embarrados, sus bandidos, sus noches a la intemperie y demás, para gastar dinero en una espada... Era de locos. En algún momento tendría que preguntarle si no preferiría gastar su bolsa en una buena silla de montar o si la tal espada no necesitaría una vaina bellamente repujada.

Ánimo que ya se ve atisbo de que el pueblo está cercano —dije, intentando ser yo el primero que cogiera el ánimo suficiente para dar un paso más.

- Tiradas (1)
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15/10/2018, 15:34
El Barón Montesquieu Du Bidet

 

   Por los caminos de cabras camino a Plasencia, detrás de los guías dos figuras y una mula cargada de trastos caminan, tras dejar un carruaje de dos caballos y tres guardias al cargo en la anterior población.

   Uno es un hombre jovén, rubio, poco acostumbrado a largas caminatas parece ser. Viste cota de placas con celada, recias botas de camino y una elegante capa le ondea a la espalda. Zurrón lleva, espada y daga al cinto junto al odre. Y al cinto también lleva dos bolsillos (bolsas) de las que llega un alegre tintineo. Gruesas gotas de sudor le recorren la cara.

   El otro parece ser un criado, cubierto por un gambesón y gorro de cuero, odre, bracamante y cuchillo al cinto. Lleva su zurrón y tira de la mula para llevarla por el encrespado camino.

 

   - Mondieu, que calor, esto es humillante, ¡estoy sudando! Oh lala, que pensará mademoiselle Felicia. - Susurro y me paso un pañuelo por la frente y suspiro.

   - Fermín, ¡vino! - digo deteniéndome un rato y me apoyo en una roca. Y mientras esperaba a mi buen Fermín, conteste a la mujer, que bien brava debía ser si por tierras tan salvajes de la hispania se arrastraba.

   - Ah, mademoiselle Felicia, ç'est la noblesse oblige. Mi pobre padre, el muy ilustre Franchuá Du Bidet me ha dejado sólo y desamparado en el munto... con una baronía, un château en propiedad y una lanza de soldadesca... y un par de hermanos que parecieronles bonne cosa la mía idea. Encargar una excellent espada con el mio blasón de la famille Du Bidet. Cossa fine. -

   Me paro un momento para tomar aliento y continuo.

   -  Due esto, contrato a vos pareja para cruzar las bárbaras tierras a Plasencia, donde maese espadero crear bona obras de arte con las decoraciones de armas, dícese ellende en ma terre. -

   Llega Fermin, me retira de mi cinto mi odre de vino y me da de beber, luego lo guarda en su sitio y respondo a Celao;

   - ¿Frio en esta terra? ¡Más estoy sudando cual cochon, monsieu Celao! Más poco queda espero... bien pagados serán si me llevan a Plasencia y de vuelta me traen a donde el carruaje me espera, no lo dude. -

- Tiradas (1)

Notas de juego

Una lanza = Un destacamento de hombres armados, unos cincuenta.

château = castillo, due = debido, ma terre = mi tierra, cochon = cerdo.

 

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15/10/2018, 16:11
Fermín

   Otra vez por los caminos, yo que había esperado ya una vida tranquila y regalada en el castillo, comiendo buenas viandas y persiguiendo a las buenas mozas de las criaditas... y eh aquí, camino Plasencia. Atrás hemos dejado carruaje, cochero y el par de guardias, bien pagados por el dinero del barón y aquí seguimos a estos dos que...

El Barón Montesquieu Du Bidet - Fermín, ¡vino! -

  

   El requisito del barón interrumpe mis pensamientos y tras pasar la cuerda de la mula a una roca o lo primero que pille, acudo raudo a su lado mientras charla a su modo con los guías.

   - Si señor Montesquieu. - 

    Recojo del cinto del barón su odre de vino y con cuidado lo abro y le doy de beber de forma que no se manche, luego lo cierro otra vez y vuelvo a dejarlo en el cinto del barón Montesquieu.

   Tras ello, vuelvo donde la mula y recojo la cuerda que uso de "riendas", apoyándome en mi bastón, pues al igual que el mercader, que parece gente avisada, yo también me apoyo en un bordón para mejor llevar lo duro del camino.

   La mula llevaba parte del equipaje del barón, lo que llamó "imprescindible", carga la pobre bestia una maleta de vagueta con un candado para su ropa, un saco con la comida, un arcón con una cerradura para sus cachivaches y una caja de madera con cerrojo para sus cosas de escribir. También colgaba a los lados por los extremos un escudo de metal, una arbalesta con palas de metal junto con su cranequín y su aljaba, un pico y una pala.

 

 .

- Tiradas (1)

Notas de juego

   Un error en el porcentaje de la tirada, es 40, pero sale igualmente.

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15/10/2018, 20:31
Director

Llegais a la Cambronera completamente destrozados, solo Fermín ha aguantado el tipo. Y es que el hombre, pese a estar acostumbrado a los lujos del castillo del barón todavía recuerda sus orígenes y como andar por los caminos. A Felicia y a Martín les duele todo el cuerpo, bien les vendrían unas friegas con aceite de romero para relajar los músculos y recomponerse. Tanto de lo mismo le haría falta al barón, que pese a sus quejas, los dolores y caprichos ha aguantado todo el camino con armadura y todo. Celao está como una rosa y bien podría desandar lo andado si no fuese porque la noche llega.

La Cambronera es un pueblocho compuesto por un puñado de casas de piedra y con tejados de ramas. En el centro véis una fortaleza de piedra de gruesos y sólidos muros y una pequeña torre vigía más ancha que alta. La gente va volviendo a sus casas en una especie de procesión con la cabeza gacha. Llevan útiles de labranza. Son gente curtida por el sol, delgados, casi consumidos por el tiempo. Las mujeres van de negro, alguna os mira, pero su mirada está perdida como si vieran a través de vosotros. Un niño pequeño y semidesnudo con los mocos colgando llora en mitad de la escena. Una mujer le da una bofetada, lo goge de la mano y lo mete en casa mientras os mira suspicaz. Los niños pequeños van a la espalda de sus madres que han trabajado con ellos a cuestas. Los más mayores ya tienen edad para trabajar y vienen de faenar el campo. Las callejas del pueblo están llenas de mierda de cabra, en las ventanas de algunas casas se ven cabras asomando las cabezas.

 

Notas de juego

Opcional tirada de CULTURA x2

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16/10/2018, 13:05
El Barón Montesquieu Du Bidet

   Una imágen patética debo ser, casi trastabillando y al mismo tiempo cabeza erguida. En fin, entro altivo en el ... ¿poblacho? - Mon dieu, las chozas de mendigos del tienen mejor pinta que estos desharrapados - pienso. - Interesantes estos barba... habitantes de las cercanías de Plasencia, curioso, oui. -

   - Fermin, mon ami, mira si alguno de estos... échevelé... quiere tener el inmenso honor de vacíar su choza para que podamos descansar. Podrá decir que tuvo el gran honor de alojar en su casa al ilustre Barón Montesquieu Du Bidet. Si el honor no basta, ofrece un puñado de maravedíes, ten. -

   Meto la mano en la bolsa y le entrego un puñado de maravedíes sin contarlos.

   - Que el campesino, se vaya con sus animales y familiares donde otra familiar o amigo la noche en la que ocupemos su choza. Oh, mon dieu, vaya camino des chèvres.-

   Me vuelvo hacia Celau y Felicia. - Vous son gente de mundo, ¿que opinan mon amis de este lugar?, ¿es seguro acampar entre gente tan bajuna? - y me giro también hacia Martín - ¿Y vous, maese Martín, cual es su parecer? -

- Tiradas (2)

Notas de juego

échevelé = desarrapado, des chèvres = de cabrás,

Entrego 16 maravedíes a Fermin para que si algún campesino pide algo a cambio de dejar la choza, se los entregue.

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16/10/2018, 14:29
Celao, "el Zorzal"

Opino, vuesa merced, dos cosas -le dije mirando la escena del pueblo y la palabrería del franco-; y no se lo tome vuaced a mal, pero vos me pedís la opinión: que una es que no enseñe dineros algunos tan contantes y sonantes, ni mande así a su criado en pagar a tales o cuáles por un buen techo; que aunque todos se lo agradeceremos, es mejor no aparentar en estas tierras. La comarca rara vez tiene a gentes nobles por aquí como vos, cuanto menos de... -un extranjero, quise decir-,... un ricohombre con la vuestra melena, señor. Y por otro lado, si aún puedo seguir hablando, es que precisamente deje hablar al suyo paje, o bien a Martín o a alguno de nosotros -señalé a la Parda y a mí mismo- para encontrar alojamiento o cuanto precise. No está demás ser discretos en estas tierras, pues aunque los gentes son campesinas, las nuevas siempre pueden atraer a los bandidos. Y de eso mi señora sabe un rato... -le añadí-.

Acto seguido, coloqué mi arco en mi hombro, a modo de mochila. Lo último que quería es que esas gentes nos vieran con armas en las manos y con disposiciones erróneas.

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16/10/2018, 23:22
Martín de Albalá

Medio arrastrando los pies al fin pudimos entrar en Cambronera. Sentía tantos calambres por todo el cuerpo que nada más énfocar las primeras casuchas creí ver el cielo abierto, mas cuando nos adentramos un poco más en aquel villorio cayome el alma a los pies. Dudaba mucho que encontrásemos una posada en semejante lugar poblado de desdichados campesinos y cabras que miraban a nuestro paso como si de sombras nos tratásemos. Y sombras para nada halagüeñas dadas las miradas que nos lanzaban. Sólo esperaba que por lo menos pudiéramos conseguir que nos dejaran algún pajar para que, por lo menos calientes y a cubierto, pudiéramos pasar esa noche.

Mas no contaba yo con el despilfarro del Barón que haciendo poco uso del seso que el Altísimo le había dado, mostraba sin más ni más los dineros, pregonando de esa forma a los cuatro vientos que había llegado a la aldea gentes a las que asaltar. Suspiré resignado mirando al Barón y escuchando su cháchara antes de girarme a Celao que, por el momento, había mostrado más sensatez y buen juicio que el noble.

Haríais bien vueced en hacer caso al buen Celao, que sus palabras son bien sensatas y ahorraranos más de un poblema —dije con cierto tiento no fuera a ser que el Barón la tomara conmigo—. Que si aquí son buenos cristianos darannos hospedaje sin preguntar.

- Tiradas (1)
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18/10/2018, 22:13
Felicia, "la parda"

Llego a Cambronera con el cuerpo molido, cosa rara, pues acostumbrada estaba a dar largas caminatas, pero no a ese paso tan lento que llevaba el Barón Du Bidet, ni por esos caminos tan ásperos. Al menos y con un poco de suerte podríamos descansar y recuperar fuerzas bajo techo. Miré la estampa que teníamos delante, quizás aquel no era el lugar más afable...pero yo no le hacía ascos.

El barón francés entró en el pueblo dando un poco el cante y sin nada de disimulo sacó sus maravedíes al aire. No pude evitar sonreír, y es que aquel delicado ricachón me caía bien y me resultaba muy guasón. La idea del Barón mala del todo no era, al menos intentaba conseguir cobijo. Pero sin él pretenderlo nos estaba poniendo en peligro al airear sus dineros. Los malhechores del pueblo no dudarían en atacarle viendo tal bolsa de monedas. Y si eso pasará no se a quién defendería, si al Barón o a los bandidos...mejor no ponerme en esa tesitura.

- Señor Montesquieu, con su permiso, creo que mejor será intentar hablar con estas gentes de buena forma. Y después ya habrá tiempo de ofrecerles dinero. Además usted como noble que es, estará menos acostumbrado a hablar con gentes de pueblo. Estas personas serán humildes pero buenas y honradas puede que sean también, preguntemos si hay alguna pensión o cobertizo donde poder pasar la noche.

- Tiradas (1)
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19/10/2018, 12:40
El Barón Montesquieu Du Bidet

   - Oh, oui, oui, hablen con les campesine como vean, si - Afirmo con la cabeza. - Fermin, espera que mosieur Celau y mademoiselle Felicia traten con la chus... con los lugareños -

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19/10/2018, 12:43
Director

Escuchó el barón el consejo de sus compañeros y guardó la bolsa que alguno de los lugareños se quedó mirando. No parecía este el lugar indicado para hacer alardes de riquezas.

Acordásteis pues que fueran Felicia y Celao, más acostumbrados a tratar con gente de a pie, los que fueran a preguntar por un lugar donde alojarse a uno de los lugareños.

  El hombre no habló mucho. Miró al barón y levantó el brazo para señalar a la fortaleza-Allí estan todos los nobles.-No dijo más, bajó el brazo y se dispuso a ir a su casa con su mujer que le esperaba en la puerta impaciente con un niño en brazos, una niña a un lado y al otro, una cabra que miraba masticando ajena a los dineros y la distinta clase social del barón y los allí presentes.

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21/10/2018, 20:09
Celao, "el Zorzal"

Cuando Felicia y yo acabamos de hablar con el tipo, volvimos junto a la comitiva. Miraba de reojo el perro del barón, que parecía mirar con recelo a la mía esposa a cada paso que dábamos.

El campesino dice, señor Barón, que lo único que podemos esperar es encontrar cobijo en el castillo, allá -dije dándome la vuelta y señalándolo, en la misma direción que el otro lo había hecho-. Luego me hice a un lado, para que Monsieur Montesquieu decidiera lo que tuviera que decidir.

¡Fermín! -hablé entonces-. Ate en corto al perro de su señor, que parece no fiarse mucho de nosotros -me refería en verdad a Felicia-, y no quisiera enseñar al animal yo mismo una lección.

Dicho esto, me coloqué mis ropas y me atusé el gorro de cuero sobre mi cabeza, a la espera de órdenes del de la alta alcurnia.

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21/10/2018, 21:35
Felicia, "la parda"

Fuimos mi apuesto Celao y yo a preguntar a aquel hombre si era o no posible poder pasar la noche bajo techo. Conciso en su respuesta, nos señaló al castillo.

- Pues allí habrá que ir señor Montesquieu. Y si dios quiere no pasaremos la noche al raso- Dije al Barón una vez que acabó de hablar Celao. No confiaba mucho en que aquel castillo nos pudieran dar cobijo, al menos no gratis...aunque claro eso no sería problema, era lo bueno de viajar con el Barón.

Lo malo era sin duda aquel mastín que no me quitaba ojo de encima...ni yo a él. Por mi parte ni me atrevía a acercarme a ese perro, pero al revés creo que no era así. Iba nerviosa por el perro y por mi esposo, pues si ese animal intentaba hacer algo, Celao sacaría su flecha y muerto el perro se acabó la rabía, como se solía decir. Pero eso quizás enfadaría al Barón y a Fermin, por eso me esforzaba en ignorar al mastín y evitar problemas.

No era odio lo que me producía ese perro, era temor, miedo... Cuando era una niña, unos 5 años tenía por aquel entonces...me atacó un perro cuando correteaba en uno de los viajes que hice con mi padre, el señor Caitán. Mi madre, desaparecida como siempre o en brazos de su amante nos dejó solos desde bien pequeña. Por eso mi padre, muy a su pesar pues sabía que era peligroso, se veía obligado a llevarme con él en sus viajes.

Aquello me dejó cicatrices en la pierna derecha y el brazo y un padre atormentado, que a día de hoy no se ha perdonado por lo sucedido ese día.

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22/10/2018, 15:25
Fermín

   - ¿Cual, Chacurra, es buen chucho, fijense que ni las animales de los campesinos se espantan, no tenga cuidado, que bien que me aseguraré de tenerlo a mano, ¡Chacurra, aquí! - A la voz de Fermin, el mastín del barón se acercó trotando con calma - El nombre del perro raro, es, se lo dio uno de los campesinos del barón... jeje, aunque no entendí que decía, si me quedo claro que llamaba al perro así, debe ser su nombre. -

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22/10/2018, 15:35
El Barón Montesquieu Du Bidet

   - Oui, mon amis, vayamos. Si noble es, por derecho de nobleza obligado está, a dar alojamiento a mí y a mi séquito que sois vos, que la presencia de un Barón ennoblece sus estancias y sabre recompensar su generosidad y bien hablar de ello, partamos, mon die, necesito una tinaje de vino para mi garganta y un barreño de agua para mis pies. -

   Dicho esto, se irguio y su capa de piel de oso con hilo de plata ondeo al viento mientras se dirigía hacia la edificación fortificada. Mientras detrás de él Fermin tiraba de la mula que sin mucha imaginación le había puesto de nombre Bicha y del chucho que le parecía se llamaba Chacurra.

   Llegados a la cercanías de la torre fortaleza y si nadie da el alto antes, exclamo con voz potente.

   - ¡AH DEL PORTERO! EL BARÓN MONTESQUIEU DU BIDET SOLICITA PARA ÉL Y SU SEQUITO CORTESMENTE ALOJAMIENTO. -

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22/10/2018, 22:56
Martín de Albalá

Suspiré alviado al saber que tendríamos una oportunidad de dormir en caliente, mas aún deberíamos caminar otro trecho más algo que mis pobres pies no sabía si aguantarían. De buena gana los hubiera metido en las cristalinas y frescas aguas de cualquier arroyo si es que de eso hubiera por allí cerca. Pero no era cuestión abandonarme a esos menesteres si es que quería llegar a la fortaleza en la compañía del Barón, ya que con él aseguraba una estancia mejor que una pestilenta cuadra llena de cabras.

Por el momento parecíame que estábamos teniendo buen fario y, caminando cual séquito del curioso noble que nos había tocado en suertes, paseme el tiempo entre acariciar al chucho que acompañaba a Fermín y al Barón y que ya me había dado cuenta en más de una ocasión durante ese viaje que miraba mal a la moza, y ésta a él cabe decir, distraerme en mirar el paisaje que, llegado a ese punto de cansancio, parecíame tan triste como el poblacho que estábamos dejando atrás. Todo eso hacía para no pensar en mis doloridos pies ni en el hambre que empezaba a sentir, pues hacía ya bastantes horas que habíamos probado el último bocado.

Las voces del Barón llamando a sabe dios quién, sacáronme de la ensoñación en la que poco a poco me había sumido, viéndome sentado a una mesa donde una opípara cena me esperaba y durmiendo en un jergón como si yo fuera el mismísimo rey.
 

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22/10/2018, 23:46
Director

                                         

 

Y andando por la Cambronera visteis más de lo mismo. Gente pobre, cansada con olor a cabra que os miraba mal al pasar.

Chacurra inquieto por la presencia de Felicia hacía difícil llevarlo para el fiél Fermín. Celao no le quitaba ojo por si tenía que darle una buena somanta de palos para que se tranquilizase y Martín andaba cansado soñando con llenar el estómago y descansar los huesos en un lecho. Mientras el barón iba anunciando a voces su llegada. Tan fuertes voces pegó que le abrieron la puerta de la fortaleza dos soldados algo contentos por el efecto del vino. Miraron al barón enfundado en su brillante armadura y a la mula que llevaba Fermín, también os miraron a vosotros, pero el blanco de sus miradas era el barón. No pudieron evitar una sonrisilla cuando vieron al trovador en armadura ir a pie con una mula como única montura.

Saludos, sed bienvenido su excelencia.-dijo uno de los soldados ya serio-¿Vienen de una justa y se le murió el caballo a su excelencia? Espere un momento que vamos a pedir permiso. - Salió corriendo mientras el otro soldado se quedaba con vosotros.

En un rato no demasiado largo aparece de nuevo el soldado acompañado de un hombre anciano de ojos suspicaces y con una cuidada melena blanca.

  -Saludos excelencia, mi nombre es Iginio Torreras, senescal de esta fortaleza. Permitidme que os pregunte, si no es mucha osadía , qué hacéis por estos lares, ¿cuál es el motivo de vuestro viaje?¿Y cuál es el motivo de llevar tal armadura por estos caminos?. -El hombre os mira inquisitivamente a los demás, pero habla suave con Montesquieu.-Un mero formalismo.....¿De dónde es vuestra excelencia? No reconozco vuestro escudo.-Después se dirige a Martín, que por ropajes y comportamiento es el siguiente en rango-Y vos señor ¿cómo os llamáis? ¿a que se debe vuestra visita? Celao, Felicia y Fermín son ignorados, como si fueran poco más que Chacurra y Bicha. Chacurra se muestra tranquilo con este hombre, incluso se deja hacer cuando Don Iginio baja la mano para acariciarlo

 

 

 

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23/10/2018, 00:51
El Barón Montesquieu Du Bidet

   Me mantengo digno ante la soldadesca y espero a la llegada del portero, que sin duda sabrá mejor que ese par de patanes. No viene el portero, sino el mísmisimo senescal, gran honor me hace y así se lo hago saber.

   - Me honra vuesa merced con su recibimiento monsieur Torreras, oui, mas je suis le Barón Montesquieu Du Bidet, de Aquitania. Gran fama me han dicho de los suyos paisanos en el noble arte de crear excelentes espadas, oui. A Plasencia je vais con mio séquito acompañado de monsieur Martín Du Albalá, gentilhomme. -

   Señalo con un gesto grandilocuente a Martín, como si presentara al mísmisimo rey de las Bretañas y continuo.

   - Más los suyos caminos a Plasencia no son tan dignos y carruajes y caballos quedar con guardias atrás, en Navalmoral de Béjar, por no poder transitar. - Me golpeo el pecho, - duro es forcer la marche con cota, mais oui, llevar le armadura evita que ablande mia corpulence*. -

   Hago un gesto abarcando al resto del grupo que tengo detrás, sin girarme.

   - Mais Plasencia dista lejos por hoy, et solicito alojamiento pour moi, pour monsieur Martín et pour mío séquito. Tal générosité no quedaría sin recompensa. -

   Tras presentarme y exponer mis motivos, espero.

Notas de juego

   * Vosotros que habéis viajado con el barón, sabéis perfectamente que corpulento, corpulento precisamente no es que sea mucho aunque bien cierto es, que por su entrenamiento como noble y su manía de cargar armadura a todos lados su físico esta por encima de la media.


  Corrigiendo Aquitania que había puesto Antioquia... un despiste del barón, poco versado en la lengua.