Partida Rol por web

Berlín Nocturno

Introducción Berlín Occidental

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09/04/2013, 05:16
Director

Era el invierno más duro de todos, el frío no había tenido misericordia para nadie. Los mortales se habían refugiado en sus hogares, mientras las tropas estadounidenses, francesas e inglesas habían parecido resultar ajenas a la dureza de la helada estación manteniéndose en sus puestos, como si en cualquier momento la situación fuera a escaparse de las manos.

Una precaución bastante injustificada.

Ya había pasado bastante tiempo desde la salida de la luna, un cuarto menguante iluminaba el cielo con una risa burlona tiñiendo la noche. Mientras las nubes obsequiaban un macabro colchón que poco a poco la iban devorando sin la menor pena.

El Rathaus Schöneberg, se erguía inerme desde aquel 1920 en que se firmó el marco de las leyes de la Groß-Berlin. Ahora también era usado como uno de los elíseos que había establecido Wilhem, una cosa muy común en Berlín oeste, el de reunirse más a menudo de lo normal, para intercambiar pensamientos, propuestas y la oportunidad de toparse con el príncipe.

Wilhem no era como los demás y por lo tanto sus acciones tampoco lo eran.

Tras superar la enorme puerta de roble, se podía observar el fino trabajo hecho por Peter Jürgensen y Jürgen Bachmann. La reconstrucción y traslado del nuevo lugar, era perfecto, una arquitectura que compartía el sentimiento de una Berlín que ansiaba el capitalismo, la modernidad y la igualdad tanto para los mortales como para los vástagos.

En el corredor de ingreso los más ingenuos verían a una pequeña niña, hija seguramente de algún poderoso político o algún invitado de importancia. Pero los ojos expertos, no se dejarían engañar tan fácilmente por aquella alma vieja y aquel olor particular entre polvo y tierra húmeda, el peso de los años en la mirada, la palidez de su piel y la rigidez de su porte.

- Bienvenidos nuevamente-habló en voz fuerte apagando un poco cada vez el sonido de su voz, hasta ahogarse en un pueril susurro.

 

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09/04/2013, 13:13
Sergey Vasíliev

Un hombre de rostro severo, con signos de haber participado en cruentas guerras, entra en el eliseo. Sus ojos oscuros estan enmarcados por pobladas cejas que vuelven su rostro aún menos amistoso, de tal modo que si sólo su presencia ya intimidaba, sus ojos hacen que muchos, mortales y no, prefieran apartarse antes que cerrarle el paso. Viste ropas militares de color negro y tiene un cigarrillo en los labios. Mira a la niña, y brevemente su expresión cambia, pese a saber qué es realmente. Cada vez que la ve, le pasa lo mismo, los recuerdos es lo peor que tiene aguantar esta vida. -Encantado, Amelia. es su breve saludo hacia quien le recibe. Luego, mira alrededor, como queriendo empaparse del lugar, pero al mismo tiempo atento a cualquier cambio, cualquier cosa que le parezca sospechosa.

Notas de juego

¿Conocemos el nombre de quien nos recibe? Viendo que dice "bienvenidos nuevamente" es de suponer que sí.

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09/04/2013, 22:48
Jarl

Jarl recorrió los últimos metros del oscuro corredor hasta estar prácticamente al lado de la pequeña que les recibia. Iba ligeramente encorvado, con las manos metidas en los bolsillos de su olgada chaqueta de tres cuartos color gris, como si el frio de la calle hubiera calado hondo en su ser. El resto de su atuendo era informal; unos pantalones de pana marrones a juego con el cómodo calzado de piel y ante que llevaba puesto. Se quitó la gorra que llevaba con una mano mientras que con la otra alisó hacia atrás su pelo rubio y algo canoso. Algunas arrugas poblaban su rostro y la sombra de unas largas ojeras acechaba bajo sus ojos grises.
El hombre de mediana edad dedicó una mirada curiosa y hasta cierto punto inocente a la pequeña niña. Un caballero de porte serio vestido de militar estaba junto a ella.
De forma tranquila y educada se dirigió a ambos devolviendo la gentileza del recibimiento con una ligera inclinacion de su cabeza.
- Buenas noches tengan. Dijo finalmente. Su voz era cálida y transmitia seguridad.

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14/04/2013, 15:51
Helena Schwenke

Llegué en silencio, vistiendo las sombras de la noche. Con el sigilo de un lince y las pisadas insonoras de un felino. Noté la presencia de dos muertos, dos fallecidos reanimados por la maldición, como Caín, como mi Sire, como yo. Pero a mi no me importa la no muerte, a mi lo que me importa es vivir y disfrutarla. Regodearme en sus excesos, en sus lujos, a mi modo ver el tablero de ajedrez y mientras tanto divertirme cada segundo.

Escudriñé con mis ojos voraces y destellantes por mi placer de vivir entre las sombras, a las dos figuras que ya se encontraban de pie delante de la puerta del elíseo de ocasión. Primero miro al último en llegar, me recuerda un murciélago mezclado con un oso panda por sus profundas ojeras de cansancio... seguramente el día no había significado reposo para él en muchos días. Por su forma de hablar olía el profundo y apestoso olor de alguien que prefería mantener las relaciones amistosas en conversación.

¡Bueno, ya! Diplomacia.

Avancé en silencio, controlando cada paso que doy, prescindiendo de una respiración que ya no necesito lo que enraiza mi alma furtiva. Compruebo que no me han notado, siguen prendados de la anormal niña suiza, tierra de liberales con el ideal del globo que carga la enana de Amelia.

Uno de mis manos se desliza como el vientre de una serpiente sobre la tierra, sobre la espalda del que parece militar. Me gusta, me gusta mucho. Me recuerda al nazi, al Fuhrer, al encanto con el que me revolqué hace ya unos años atrás. Siento como una sensación de placer asciende desde mi vientre hasta mi garganta. ¿Mirada dura? ¿de verdad? Esos son los que me gustan, los grandotes que se hacen los difíciles, los fuertes, me encantan el ruido que hacen al caer. Sobretodo si son grandes estatuas de piedra.

- Gute Nacht Liebe... ¿Fuego cariño?-son mis primeras palabras mientras llevo la alargada forma de un cigarrillo a mis labios. Le sonrío al militar mientras lo miro, esperando que tenga la delicadeza de encender mi cigarrillo como ya encendió mi espíritu volátil.

Siento unos deseos incontrolables de reventarle el globo a Amelia. Es enfermizamente cruel querer continuar con esos tics infantiles cuando está por hacerse polvo por el tiempo. Hasta yo lo reconozco.

Notas de juego

FDI: Hago lo de llegar en silencio por temas interpretativos nada más (en el futuro rodamos dados sin más), si desean que me enfrente a su percep+alerta, díganme y rodamos dados. :)

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14/04/2013, 16:24
Julien Lefebvre

Un mercedes de lunas oscuras se estacionó sobre la acera muy cercana al edificio. El sonido de unos zapatos italianos hechos a medida avanzaban como un elegante y bien sincronizado foxtrot. Llevaba un especial traje hecho a medida, en la más suave tela que hacía de un elegante atuendo, lo más excitante que hubiera ocurrido en el mundo del zurcido si ese fuera el caso. La imagen del alto y esbelto sujeto era pulcra y perfecta, de los pies a la cabeza.

- Bonsoir, mes amis -pronunció en una encantadora voz de barítono. - Julien Lefebvre.-una sonrisa encantadora apareció de pronto sobre el varonil rostro del extraño. Un extraño que habían visto en un par de ocasiones.

El ventrue estrechó la mano de los dos hombres con la firma firmeza suficiente para expresar su templanza, mientras tomó la mano libre de la señorita que tenia el cigarrillo en los labios. Y con suma delicadeza, le besó la mano en un gesto de caballerosidad.

- Le encendería el cigarrillo, pero no puedo negarle el placer a otro -miró con cortesía a Sergey.

- Amelia, ¿Podemos entrar ya? -Tras ello, se acomodó el traje y aguardó la respuesta de la niña.

 

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14/04/2013, 16:57
Sergey Vasíliev

Sergey se aparta un poco ante el roce de la mano en su espalda. No le gustaba nada que le tocaran, no desde que... los recuerdos vuelven a su mente, y su mirada se hace aún más dura, quizá para no mostrar la verdad de sus pensamientos. Sin decir nada, saca el mechero y enciende el cigarro de la extraña mujer. Luego, espera que la "niña" les de su permiso para entrar en el eliseo. Quizá también sea interesante ver quién más se acerca por aquí.

Se gira a los dos que han llegado y que esperan como él, y dice un escueto: Buenas noches. Su acento es claro, bastante pronunciado, sonando vagamente soviético, o quizá de algún país del este.

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14/04/2013, 17:02
Amelia Rouge

Los ojos infantiles miraron con asentimiento a Jarl - Me gustan tus modales -una sonrisa apareció sobre su pequeño rostro redondo- Me recuerdan a los de mi padre, antes de que muriera porsupuesto.

Al dirigir su atención sobre Sergey, asintió con cierta aceptación. Desde la primera vez que lo había visto le había sonreído ante su parca y seria cara de severidad. No podía decir lo mismo de Helena, frunció el ceño al verla. No la había visto ni sentido llegar de ninguna forma. Y se le estaba haciendo costumbre presentarse de aquella manera.

- No entiendo el porqué de tanta formalidad, ya nos hemos visto un par de veces. Pero, me gusta, parece como si cada vez que vinieran nos estuvieramos conociendo de nuevo. Es como jugar. -sus pequeño zapatos encharolados giraron avanzando hacia el interior- Vamos, pero falta una más.

Aunque se habían visto un par de veces, no sabían a quién se refería la pequeña "niña". Posiblemente alguien nuevo en la ciudad, incluso más que muchos de ustedes.

 

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14/04/2013, 17:07
Helena Schwenke

Muy divertido. La figura engominada del muñeco rubio me causa gracia pero también me gusta su modo de cerrar los temas. Es un hombre concreto, eso está bien. Claro, hasta cierto punto. - Helena Schwenke- respondo con mi voz empalagosa y preternaturalmente atractiva al sentir sus labios sobre mi mano. Inspiró el cigarrillo para encenderlo mientras digiero la frialdad del ruso. ¡Ah! porque tenías que ser ruso ¿porque? No le quito la mirada de encima y expulso el humo a un lado. - Espero no haberte asustado, cariño. Tengo la idea de que nos vamos a ver más a menudo de lo que puedas desear.- le guiño un ojo divertida y avanzo hasta avanzar e internarse en el hall. Prestando poca atención a la niña del costado. Esperé haber fastidiado y enervado sus nervios un poco con mi llegada. Eso estaba bien, tenia que aprender su lugar. La enana era nueva en la ciudad, mientras que ella había nacido del vientre del centro de Berlín.

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14/04/2013, 21:50
Salma

Instantes después se perfila por la esquina del edificio una figura menuda. A la luz tenue de las farolas se os muestra una muchacha demasiado joven. Lleva las manos al los bolsillos y un gesto de resignación con los hombros encogidos. Parece que murmura algo para si mísma antes de darle un ligero puntapié a una lata que había sobre la acera.

" -Eh eh - amable -  Salma, mírame a los ojos - sujetó su barbilla elevando el rostro - Eso está mejor. La cabeza alta. No tienes nada de lo que avergonzarte.

- Pero...

- No hay peros. Recuerda que un insignificante grano de arroz es capaz de desequilibrar la balanza. Ve y siéntete orgullosa de lo que eres.

- No soy nadie.

- Nadie ya es alguien

- Ven conmigo.

- Hoy no, pequeña, hoy no - volvió a su libro - Cuando vuelvas comentaremos lo que te ha parecido. Venga, llegarás tarde y no es de educación hacer esperar.

- Por mi... como si es eternamente - musitó para si..."

 

A los pocos metros, os dais cuenta que debe ser alguien que se reunirá con vosotros. A pesar del frío que azotaba la ciudad ella vestía una camiseta de tirantes holgada con algún absurdo emblema de moda, pantalones anchos y zapatillas deportivas. Y aun yendo tan vulgar, su apariencia resultaba de todo menos eso. También,en sus formas, se adivina lo desubicada e incómoda que se siente.

- Guten Abend. Ich hoffe, dass ich nich zu spät gekommen bin - se disculpa un poco tímida y con la mirada al suelo. Se nota un ligero acento, una forma de pronunciar las ch poco guturales y caidas, una s de "spet" también larga y sibilante, una t poco marcada... en definitiva un acento quizás que recuerde a idiomas más suaves y cálidos, de lugares donde el clima es menos agresivo y los carácteres más reconfortantes.

 

 

Notas de juego

**Buenas Noches. Espero que no haya llegado demasiado tarde.

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14/04/2013, 23:51
Jarl

- Lamento lo de tu padre. el reloj de la vida no muestra compasion por nadie. Aunque sabia de su anciana condición, Jarl la miraba con cierta tristeza en sus ojos, como si solo viera a una chiquilla asustada. Durante sus años como mortal y pese a su edad el no había tenido nunca hijos, era una cosa que siempre habia codiciado aunque el señor habia privado a su difunta esposa de la semilla de la fértilidad.

La súbita aparición de la cainita hizo que se le erizaran los pelos de la nuca. La miró con curiosidad mientras pensaba en el descaro de haber roto la tradición de no usar disciplinas en el Eliseo por mero capricho. El se podria considerar una excepción a la regla. Usaba su poder para enmascarar su nauseabunda, horrible y real apariencia a los ojos de los demás. Ya era suficientemente duro para si mismo el ver su reflejo en los charcos de lluvia de las calles. Lo hacia para no incomodarles y para proteger la mascarada, por si algún mortal ajeno a la estirpe estuviera presente.

La mujer que coqueteaba con el cainita con acento ruso se presentó como Helena . El nosferatu dio un paso atrás cuando la llama del mechero prendió el cigarrillo que sostenía esta entre sus labios. Jarl comenzó a pensar que se trataba de una desequilibrada. Su actitud y su forma de jugar con fuego decian ya mucho de su personalidad. Anotó todo mentalmente como estaba acostumbrado a hacer pero sus rostro no mostró ningún indicio de repulsa a la fumadora.

Iba a seguir a Amelia pero se detuvo cuando hizo aparición otra cainita. Su apariencia era la de una adolescente  de apenas dieciocho años. Jarl sabia bien que la imagen era sólo una carcasa, una fachada que escondía el verdadero tesoro interior que era el alma de la persona. Lo sabia mejor que nadie pues la suya estaba atrapada en un cuerpo muerto, desgarrado y atrozmente mutilado por el abrazo.

La actitud humilde y un tanto nerviosa de la muchacha hicieron que el nosferatu esbozara una pequeña sonrisa tranquilizadora. Se acercó a la joven mientras la respondia:

- Buenas noches….. una amiga mía siempre decía que nunca se es demasiado tarde si se llega finalmente. Aun en los peores momentos esta siempre conseguía arrancarme una sonrisa , y he de decir que tenia razón. Mi nombre es Jarl, bienvenida.
 

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15/04/2013, 00:54
Salma

Miro a ese hombre deformado por .... supongo que las exigencias de su sangre y pienso que aún con lo monstruoso que se ve por fuera, parece amable. Lo es.

Y sin embargo, lo que más miedo me da es la monstruosidad que se lleva por dentro y la que por desgracia no aflora al exterior, que se puede encontrar en cualquiera de ellos, en el más hermoso y traicionero.

Le sonrio a medias temerosa de la notoriedad que estoy teniendo al haber llegado la última y a medias agradecida por que nadie me desprecie por un estigma que según Él, está sólo en mi cabeza

 - Salma. Me llamo Salma.

Luego elevo un poco la cabeza con inseguridad y firmeza (es extraño ambas palabras en la misma frase ¿no?) Siempre pienso eso, contradictorio. Pero es posible. Subo la mirada y se la mantengo, al igual que la sonrisa. Pero mis manos siguen en los bolsillos.

Uno de mis brazos hace el amago de salir para estrechar una mano. Pero es eso sólo, un amago.

 

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15/04/2013, 09:48
Sergey Vasíliev

Sergey mira a la extraña mujer, pero no dice nada. Apenas un gruñido sale de su garganta. No le gusta la mujer, no sabe qué quiere ni quién es, pero no le gusta.

Hago un amago de sonrisa ante el comentario de Jarl. Quien sabe si no está lamentando la muerte de alguien hace más de 400 o 500 años.

Llega otra mujer, parece muy joven y un poco tímida. Cuan engañoso puede ser la apariencia de alguien tratándose de vampiros. Una niña, probablemente la más poderosa de los presentes, una joven, quien sabe qué tan poderosa. Jarl se presenta a la mujer, que dice llamarse Salma. Así pues, es el momento de presentarse. Sergey. dice escuetamente a modo de presentación.

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16/04/2013, 02:51
Helena Schwenke

Caminé por el pasillo deteniéndome de tanto en tanto mirando las paredes y las cosas que estaban colgadas ahí. Adornos, fotos de personas del gobierno, humanos sobretodo, ghouls a lo mucho. Me reprimí nuevamente de intentar reventarle el globo a Amelia.

Me fastidiaba sobremanera. Hubiera querido arrancarle la aorta con la garganta. No deberían abrazar niños de esa edad. De la edad que tenía mi propia hija cuando murió aplastada por una pared que cayó a causa de una guerra, una ya muy lejana.

No olvidaré nunca la flacidez de su pequeño cuerpo roto en mil pedazos. Un cuerpo que había salido de mi vientre y luego se convirtió en polvo.

Ya tendré oportunidad de destrozarte Amelia.

En mi rostro se dibujó una sonrisa, impulsada por mis pensamientos. Me detuve de pronto, al sentir un aroma nuevo, exótico. Di media vuelta sobre mi lugar para ver a la recién llegada, a la que se refería la renacuaja suiza.

Salma, Jarl, Sergey, Julien... los nuevos peces del riachuelo.

- Jarl -observé al nosferatu con mi ojos oscuros como la noche- tienes razón -levanté mi pulgar de aprobación- Bienvenida Salma, no llegas tarde por supuesto. En el momento justo ni más ni menos, la niña de las trenzas nos estaba haciendo entrar. -rio con una corta pero contagiosa carcajada. Sacudo mi cabello ondulado al viento, mientras los observo y luego me adentro junto a Amelia todavía luchando por no reventarle el globo. Un globo rojo como su sangre.

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16/04/2013, 04:44
Julien Lefebvre

La mujer de rizos y oscuros cabellos se me hace peligrosa. Me provoca atarla a una cadena y domarla, como quien doma a una leona fuera de sí. Había algo perturbador en su rostro. Me limité a guardar silencio y dejar que el curioso grupo de vástagos continuasen hablando.

Me acerqué a Salma y tras hacer una ligera reverencia hacia la mujer, pedí permiso con la mirada para sostener su mano y besarla, como quien posa los labios sobre alguna clase de delicadeza digna de admirar.

Je suis ravi de faire votre connaissance -solté su mano con suavidad e inicié mis pasos tras Amelia, la pequeña cainita y aquel huracán llamado Helena.

Notas de juego

*Estoy encantado de conocerte.

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18/04/2013, 00:03
Salma

Con las manos en los bolsillos, se deja coger una de ellas, la derecha tal vez, y el hombre de extrañas maneras se la besa. Para que luego digan que no quedan caballeros.

Parpadea un par de veces (algo demasiado humano para ser casual, producto de la perplejidad) y luego le devuelve una tímida sonrisa. 

- Encantada de conocerle Yesui Rabí de Faire Votréconaisanse. Tiene usted un nombre que no había escuchado nunca. ¿Hebreo?

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18/04/2013, 03:39
Amelia Rouge

La pequeña niña avanzó a pasos cortos pero precisos, tomaron un ascensor en donde la pequeña apretó un botón que estaba muy cerca del suelo a su alcance. No había ninguna marca que indicara el número de piso. Pero inmediatamente todos sintieron que descendían durante algunos minutos.

La estancia estaba llena de vástagos y ghouls, sabían que la estirpe se había incrementado considerablemente desde que Wilhem había abierto las puertas de la ciudad y permitido la creación de progenie algunas décadas atrás. Ahora queriendo tomar el control era algo que había restringido nuevamente. Excepto claro, las llegadas de nuevos vástagos a la ciudad.

Parecía una reunión más, en realidad, lo era. No había nada especialmente extraño, aunque pronto Wilhem apareció en compañía de sus ghouls, estrechaba manos, daba besos sobre el dorso de las manos de algunas mujeres y conversaba cálidamente con todos. Con una sonrisa enorme en el rostro.

- Tomen asiento aquí- añadió sin más Amelia y ella misma se sentó junto a ustedes- Me alegra verlos -su rostro observó a Jarl y a Sergey. -He estado preocupada estás últimas noches, oyendo estúpidos rumores de boca de los toreador. Me reconforta saber que usted está aquí para definir lo cierto en eso, Señor Jarl.

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18/04/2013, 10:53
Sergey Vasíliev

Sergey permanece atento a lo que hace el príncipe, con quien se relaciona, etc. Especialmente, compruebo qué tal se relaciona con quienes parecen Brujah. Cuando amelia indica que se sienten, Sergey toma asiento, y cuando esta se dirige a Jarl, permanece atento a la conversación, ya que parece que él, indirectamente, también está metido. Si no, no habría mirado a los dos.

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18/04/2013, 19:34
Jarl

Jarl observó al rubio cainita mientras besaba la mano de Salma. A menudo parecia un espectador más, como si la situación no fuera con el. Caminó cerrando la comitiva que seguia a la niña y pronto se metieron en un ascensor. El cainita se preguntó si destilaba algun extraño olor corporal, estando todos tan apretados en aquel lugar cerrado. Tan poco se preocupó demasiado, pese a todo el era, o mas bien habia sido siempre una "persona" pulcra.
Las puertas se abrieron al compás del sonido del timbre que anunciaba la planta subterránea. Metió las manos en sus hondos bolsillos, observando con disimulo rostros y miradas de los presentes a su llegada. Después serpenteó entre vampiros y gouls hasta llegar al cómodo sofá donde sentarse.
La voz de Amelia sacó al nosferatu de su trance.

- Uhmm...¿ rumores decis? Jarl parecia ciertamente intrigado. Si me podeis poner al dia de esas habladurias con gusto os daré mi modesta opinión....Añadió mientras jugueteaba nervioso con un boton que tenia suelto en el bolsillo de su chaqueta.

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20/04/2013, 03:44
Helena Schwenke

¡¿Esta pequeña sabandija nos va a acompañar todo el camino?!

Me acomodé en silencio sobre un sillón de los que había mostrado Amelia, la verdad hubiera querido deambular a mis anchas, pero ya que he llegado con este grupo y tengo curiosidad de lo que vas a decir enana, me voy a tener que quedar.

He perdido, esta semana... demonios.
No has pérdido, ¿De qué hablas? Tienes el poder.
¡Que he perdido por completo, no tengo tiempo para perderlo en estas cosas! Oswald tiene la culpa.
Eres como Dios.
No lo soy. Me toca entretener a la tira de monos. Me fastidia.

Déjales usar el blanco te digo, eso siempre los divierte.
No me interesa el saco blanco, no me interesan ellos, me interesa EL.
¿El?
¡EL! Esta semana estaremos de su parte.
Tu mandas, eres ley esta semana.
¡Que no lo soy!

Mientras debatía en mi interior, mi consciencia volvió tan solo para escuchar decir a Jarl: "opinión".

¡Diantres! pienso mientras sonrío por mi estupidez. Ahora sabía que me convenía parar la oreja, esta semana era MÍA.

Me levanto inquieta, me desespera estar sentada, pero tengo que controlarme asi que me vuelvo a sentar.

- ¿En dónde está Oswald? -murmuro buscándolo con la mirada. Veo a Wilhem, sobre mi faz aparece un rictus de seriedad y mi espíritu cambia como un camaleón.- Los problemas abundan aquí, especialmente desde que siguen llegando forasteros- oh a pesar de todo si había oído mediante ti... lo que habían estado hablando. Mi mirada termina en Amelia. - ¿Que te ha espantado a ti? -mi voz era seria, igual que mi mirada.

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21/04/2013, 18:53
Amelia Rouge

Pasó su vista fastidiada sobre Helena, pero luego regresó su atención hacia el resto de vástagos. - Nada me ha espantado. Estoy preocupada porque he oído rumores de que el ganado está por armar otra protesta en Kurfurstendamm, esto ya de por sí es bastante malo, se está volviendo reiterativo. -sus pequeño pies no alcanzaban el suelo- Las protestas de pronto se han puesto más violentas y han aparecido en la televisión. Seguro que hay alguien de nosotros que está metido detrás del asunto pero no puedo probarlo.  

Se bajó de un saltito de su pequeño asiento.

- He oído que mañana se van a reunir en una pequeña plaza y que van armados, pero no sé si esto es otro simple chisme o algo exacto. Me gustaría ir a ver, pero ya que el clan Brujah es el más numeroso y el Nosferatu el mejor informado, quisiera oír sus opiniones.