Partida Rol por web

Estas en tu casa. Es viernes por la noche. Últimamente los fines de semana de tu vida desde hace unos años siguen el mismo patrón. Conducir a bares a no mas de 3 horas de viaje en camioneta. Simular que estas borracha. Esperar a que los vampiros se acerquen. Llevártelos y matarlos con tu estaca de plata. Para luego enterrar el cadáver.

Estas frente al armario, decidiendo que vas a ponerte. Tiene que ser sin duda alguna remera escotada que vaya bien con tu jean. Cosa de que lo primero que vean los vampiros sea tu yugular sana y atractiva.

Dormís con tu madre en el cuarto. Su cama ahora esta vacía y hecha. Mientras que la tuya esta deshecha a un costado. Mientras estas decidiendo ves la puerta abrirse y a tu madre mirarte.

Ella te mira, con expresión cansada. Antes de dedicarte una leve sonrisa.

-¿Iras a cazar a esos monstruos Catherine?-

Te pregunta en tono tranquilo.

Estoy en  mi cuarto con un trapo desgastado limpiando una y otra vez las dagas de plata. Fue difícil conseguirlas, pero fundir tenedores viejos valió la pena.   Fue un proceso de años el llegar a donde estoy. No he encontrado ningún otro cazador, a veces siento que sólo yo estoy en la batalla.

 Es curioso... todas las noches es lo mismo, y ya tengo un ritual para ello.

 Sumerjo en agua bendita las dagas, mientras miro a mi madre. Mi mirada parece tranquila pero sin ninguna emoción. Sólo al verla a ella me doy cuenta que  es la razón por la que estoy haciendo esto, me pregunto si alguna vez se arrepentirá de haber tenido a esta hija fruto de una violación, fruto de un ser maldito.

Mis ojos parece ser lo único que queda de él, y mi naturaleza.... esa maldita naturaleza ruin que quiero destruir.

Sin embargo, no quiero dejar sola a mi madre.

Sí mamá, saldré hoy. Me le acerco y le beso la mejilla. Estaré bien.

Le doy la espalda por un momento y me quito la camisa quedando  solo en sostén. Saco una blusa con un escote pronunciado, me perfumo y me maquillo los ojos mientras desde el espejo la miro.

Ella te sonríe levemente, mientras va a su cama. Ya tiene puesto su camisón. Se quita las pantuflas y la bata metiéndose bajo las sabanas.

-Cuidate y mata a muchos de ellos...-

Te dice sin mirarte, antes de apagar su velador.

Te cambias. No te maquillas demasiado ya que no sos muy ducha en eso. Pero tu escote es bien llamativo. Sabes que vas a encontrar alguno. Te duele de cierta manera el pensar que tu mama rechaza esa parte de vos, que tanto miedo te da sacar a veces. Tus abuelos ya duermen en la planta baja. Podes escuchar sus corazones palpitar tranquilos mientras terminas de prepararte para salir.

Es curioso. Pienso mientras me despido de mi madre. A veces me pongo a pensar cómo fue que al venir al mundo se trastorno la historia de mi familia. Creo que debo alejarme de mi madre y de mis abuelos y vivir aparte. Esta dependencia con ellos no es sana, y más sabiendo con quien me estoy metiendo.

Bajo las escaleras lentamente para no despertar a mis abuelos, abro la puerta y la cierro.

Miro mi camioneta, y camino lentamente hacia ella mientras sigo pensando.

Debería buscar la forma de independizarme, un trabajo, o algo, no debe ser tan difícil. Ya me canse de ser la hija de casa. Mamá debería conseguirse un novio, alguien que la haga feliz.

Arranco el vehículo en silencio, mientras pienso a que bar ir hoy. No es bueno ir siempre al mismo, así que  tras pensarlo decidí ir aquel que está en el este.

Conducís por la carretera desierta. Durante un rato mantenés la velocidad hasta llegar a la entrada de un bar. Son las 9 de la noche. Bastante temprano todavía para alguna aparición nocturna. Cuando ingresas esta lleno de mujeres con poca ropa obviamente. La barra completamente llena. Varios hombres te miran, sacándote la ropa con los ojos sin duda. Pero hasta ahora no sentís ninguna presencia vampirica.

Antes de salir del automóvil tengo todo preparado. Mi cartera no debe faltar con aquello que les matara. Malditos hijos de puta.

Entro al bar  de manera des complicada. No es la primera vez que hago esto, los hombres al igual que los vampiros sólo quieren sexo... se les corta con la misma tijera.

 Miro todo alrededor, reviso todas las esquinas. Nada interesante al parecer.

Es curioso. Lo único bueno de estos orígenes malditos es que puedo saber cuándo hay un vampiro entre nosotros. Me pregunto si los desgraciados tardaran...

Me siento en la barra y pido un coctel. Nada muy pesado, y corto. No puedo emborracharme, sería una tontería. Pero tolero muy bien el alcohol.

La música del bar me envuelve. Siento las miradas de los hombres que tratan de desnudarme con la mirada. Idiotas, a veces prefiero que piensen que soy lesbiana. Los hombres que han tocado mi vida, incluyendo mi primer experimento de novio y  el mal nacido de mi padre  no me han dejado buenas experiencias. Todos se cortan con la misma tijera.

Durante unas tres horas continuas bebiendo. No hay nada, ni nadie. Solo gente viva, tomando, drogándose o bailando. Los compartimientos privados están al fondo. Cuando pensás que es parte de la noche perdida sentís una ráfaga de algo como eléctrico. Hay uno de ellos ahí. Sin duda que lo hay. Lo sentís como si tuviese una luz fluorescente. Esta en los compartimientos al fondo.

Mmm curioso. Habrá que ver si se puede acceder a ellos fácilmente. Primero voy al baño, me acomodo el busto para que se vea más exuberante, y luego tras retocarme el labial voy a ver con sigilo, de donde viene la señal.

Las luces del local te permiten ver a un hombre sentado en uno de los compartimientos. Tiene el cabello negro. Su piel pálida y resplandeciente carece de arrugas. Bastante llamativo, esta vestido con una camisa blanca con el cuello abierto mostrando parte del mismo, perfecto y liso. ¡Bingo! Estas segura de que es el. Tiene un asiento libre delante de donde esta sentado.

Con naturalidad, enciendo un cigarrillo y entro a donde esta él y me siento. Lo miro de esa forma que todos saben, seductora pero sin parecer una prostituta. El tipo no es feo, lástima que sea un maldito. ¿Esperas a alguien? digo al sentarme.

El te observa de manera tranquila unos instantes. Su piel es perfecta. Su rostro parece totalmente esculpido, lo mismo que sus manos y su pecho. La camisa blanca le queda floja en el cuerpo y lleva puesto un pantalón de jean oscuro. Esta cruzado de piernas y tiene unos zapatos negros bien lustrados.

-Ahora no cariño...estoy ocupado...-

Te dice de manera algo cortante. Mientras vuelve a mirar hacia el otro lado, pasando de vos. Al parecer, no se sintió atraído con esa frase.

Esta bien. Le pico el ojo. Luego hablamos.

 Salgo y me ubico en un lugar del bar donde pueda ver  el lugar donde esta el fulano.

Te sentís bastante confundida. ¿Acaso tu peinado no esta bien? ¿Oles mal? ¿Se te corrió el maquillaje? ¿Por que no cayo como todos lo hacen? Tal vez sea homosexual. No lo sabes, pero sin embargo eso te tira bastante abajo el animo.

Sentís otra presencia entrar al bar. Automáticamente ves que te mira y se te acerca.

Se te acerca con una sonrisa seductora.

-Hola guapa... Mi nombre es Maximilian, pero puedes llamarme Max... ¿Puedo invitarte un trago?-

Te pregunta con todo su carisma.

Mmm que pintoresco. Pienso mientras le regalo una enorme sonrisa. Este bar esta lleno de pestes.  Pamela, aunque mis amigos me llaman Pam. Digo presentandome con una sonrisa, mientras  reviso bien al hombre.

Es uno de ellos... se multiplican como ratas.

Claro que puedes sentarte e invitarme un trago... un cosmopolitan estara bien.

El te sonrie abiertamente mientras toma asiento a tu lado, pidiendote un trago a vos y un martini para el.

-¿Que te trae por aqui preciosa? ¿No prefieres que vayamos a un lugar mas...intimo...?-

Te susurra casi al oido.

¿Siempre vas así de rápido Max? sonrió pensando que posiblemente piense que soy una prostituta. Eres más candente de lo que pense mi cielo, podría pensarlo ¿sabes?, sólo dejame terminar el trago. Le tomo una de las rodillas con mi mano mientras sonrio y pienso. Cretino.