Partida Rol por web

Su plan fue un éxito, había despistado a los chicos de la banda. Ahora había un problema más apremiante pues Ruka había llamado a Mamoru lo cual delataría su posición.-Rayos, Ahora van a saber donde esta.-Pensó Dawn molesta.

Sin perder tiempo Dawn uso su gran velocidad para llegar con Ruka. Al llegar dio una reverencia a la señorita y le dijo:

-Saludos señorita, soy una dama Dragón y me llamó Cursed Dawn. Mamoru fue a buscar ayuda y me encontró a mi, vera ahora mismo estamos rodeadas de sombras así que por favor no haga ruido que podrían encontrarla.

Dicho esto abrió sus alas y se marchó no sin decir antes:

-El regresara en un momento.

Dawn fue a un sitio más alejado y silbando hacia los músicos exclamó:

-Hey chicos vengan a por mi.

Ruka parecía confundida y te decía - ¿Pero qué ha sucedido con Mamo-kun? ¡Mamo-kun! - comenzó a gritar, como si no le importara. Era comprensible su miedo, ya que no te conocía. Se retorció de dolor por lo que le ocurría.

Cuando saliste, viste a los seres acercarse a ti una vez más. Al parecer, y como había dicho Scarlet, no te dejarían en paz.

Dawn no sabia lo que había hecho, ahora Ruka los había delatado. Ahora los demás miembros de la banda sabian donde estaban y venían sobre ellos. La Dama Dragón extendió sus alas y levantó un gran número de hojas tapando la vista de todos los presentes, hecho esto cambio rápidamente a Mamoru y se mostró delante de Ruka, le hizo un gesto de silenció diciéndole:

-Shii, ¿Que estas haciendo? ¿Quieres que nos maten?

Rápidamente tomó a Ruka en sus brazos nuevamente y salio corriendo*, corrio tan rápido como podia en su forma humana le permitía esperando encontrar otro escondite. No paso mucho para dar un tronco hueco de un gran árbol, tan lúgubre y decolorado como el resto haciendolo camuflarse con el entorno. Una vez ahí Mamoru le sonrió y le dijo:

-Ahora mismo vuelvo, voy a distraerlos. Ah y si vez a la chica alada de antes no te espantes, ella esta peleando contra las sombras ahora mismo y yo intento ayudarle.-Mamoru puso los puños en las caderas cual pose de Superheroe y declaró-Es lo que hacemos los hombres.

Dicho esto se alejo lo suficiente de ella para cambiar otra vez y extender sus alas para irse sobre sus enemigos.

Cuando te transformaste en Mamoru, Ruka parecía asustada de no verte y al verte, se tranquilizó un poco. Trató de replicar y te escuchó, pero no se le veía contenta. Asintió con su cabeza y permaneció en silencio.

Al verte marcharte, te fuiste contra Ono, el cual estaba más adelante, pero este logró esquivarte y Tenma, el cual recibió tu ataque completamente. A pesar de ello, lo extraño era que no parecían reaccionar o atacarte. Permanecían inmóviles ante tus acciones. Entonces, escuchaste un pequeño ruido de donde estaba Ruka escondida y al ver, pudiste notar una última sombra sosteniéndole. Se trataba de una chica de cabello blanco largo, la cual conocías bien y que temías reconocer. Te acercaste con despacio y la viste mejor. Se trataba de Shiro Kuroryuu.

Sentiste tu piel helada y como si lo hubiera notado, Scarlet habló.

- Tal vez no temiste atacar a humanos, pero ¿Atacarás a tu Sacerdotisa, querida Dawn? Ríndete o la chica moriría -.

Ruka mostraba una cara de dolor por sus heridas mientras la chica le apretaba. Estaba triste y lloraba, pero no decía nada, no se quejaba, nada. Solo sollozaba en silencio mientras las garras de dragón de Shiro le apuntaban al cuello. La mirada dulce de la chica parecía haber desaparecido y tenía la misma mirada vacía que los humanos que te estaban atacando.

La dama dragón aleteo sus alas rápidamente para atacar a sus enemigos, si bien eran humanos no quitaba que estuvieran poseídos y querían lastimar gente inocente, por eso Cursed iba a detenerlos.

Atacó a uno y le dio una patada a otro, pero esos seres lo recibieron con la misma indiferencia de siempre, un momento, ¿por que no contraatacaron?. La respuesta la dejo helada.

Era su señora la que tenia tenía amenazada a Ruka, ahora como uno de esos entes. Dawn cayó de rodillas al suelo sintiendose devastada ¿como era posible que tuviera que elegir entre una humana y su señora, SU AMIGA?. La desolación de su alma empeoró cuando vinieron a su mente varios recuerdos maravillosos con ella, entre jugar en los columpios hasta tocar juntas, siempre habían sido buenas amigas y jamás se habían distanciado aún con su relación Ama-sierva.

Iba a soltar sus armas y rendirse, estaba a punto de decirlo cuando una voz masculino resonó en su cabeza-NO LO HAGAS-Dawn se indigno por esto-No te metas Mamoru. Healing Dragón me necesita-Mamoru contraatacó-Dawn reaciona, esa no puede ser Healing Dragón ¿Crees que ella seria capaz de lastimar a inocentes?- Ante esto la Dragona se quedo pensativa, la que estaba presente era su señora pero no se comportaba como tal, ella primero le daría una manta cálida y una bebida reconfortante a un inocente antes de hacerle daño.

Entonces algo en Dawn se quebró, una rabia salvaje hizo que sus ojos reptilianos brillarán con sed asesina, desapareció dejando solo un remolino de hojas que llamaron la atención de ambas, esto lo aprovechó Dawn para golpear en la cara a su señora y separarla de su rehén a la que se llevó en brazos, apenas se alejó un poco prendió fuego a la zona intermedia que estaba entre ellas.

Era traición, un acto de rebelión lo que estaba haciendo, le dolía sin duda pero no por eso iba a traicionar los principios de los Caballeros Dragón: "Su deber era servir, ayudar al inocente, salvar las vidas de amigos y enemigos, eso era lo que son". Dawn miró a su señora con lágrimas en los ojos y le dijo:

-Esto me duele mucho mas de lo que crees. Es traición sin duda y el gran dragón me perdone pero no voy a traicionar los grandes principios de nuestra Orden, no entregaré la vida de una inocente, ni siquiera por ti, mi mejor amiga.

Sentías la risa de Scarlet detrás de ti, mientras te veía en el suelo, aunque parecía sorprendida al ver cómo te recomponías para atacarle. Al ver que las separaste y creaste esa pared, Scarlet gruñó. Ruka cayó al suelo malherida y se quejó, pero trató de levantarse para apoyarse contra algo.

Entonces, viste cómo los ojos enfurecidos de Shiro se posaban en ti. 

Las sombras a su alrededor formaron un remolino y mientras eso ocurría, sus alas surgían. Unas enormes alas negras de apariencia metálica. Su cabellera más abundante y sus cuernos. Su piel se oscureció y la que una vez fue tu Sacerdotisa, se transformó en una fiera bestia.

Scarlet rió - ¡Vaya! No me divertía tanto en milenios. Verte acabar con tu ama será simplemente exquisito. ¿O será al contrario? - rió otra vez mientras Ruka miraba asustada la escena.

- Vamos Healing Dragon, acaba con tu sierva. Acaba con Cursed Dawn - y tras esto y con un veloz impulso, Healing Dragon se dirige hacia ti para atacarte con sus gigantes garras. A pesar de eso, parece ser más lenta de lo habitual y falla.

- Vaya, esto sí que estará entretenido. Tal vez si le ganas, ganes el derecho de luchar contra mí - rió y siguió observando.

Dawn miró a su señora con gesto rancio, no quería luchar contra ella y menos hacerle daño pero su señora no pensaba igual pues la atacó con toda intención de matarla. Por suerte esta estaba un poco mareada y no alcanzó a darle con sus garras. La dragona miro a Ruka y le dijo:

-Señorita, escondase por favor. Aquí corre peligro.

Una vez esta se alejó del área de la pelea Dawn extendió sus alas y se lanzó sobre su señora, iba a darle en una pierna pero su Señora lo evadió, parecía que tampoco tenia corazón para hacerle daño. No, no podía dudar tenía que liberar a Healing Dragón aún si terminaba haciéndole daño, fue a sus piernas e intento darle a estas con tal de inmovilizarlas. Se alejó de ella y rogó:

-Señora, por favor reaccione, no se deje controlar como si fuera un títere.

Healing Dragon recibió tus ataques y a pesar de haberla dañado, no pareció moverse. Tenías muy claro que lo que decía Scarlet Bat era cierto, se trataba de un control mental que le impedía al sujeto sentir dolor, o si lo sentía no importaba. Seguiría caminando a pesar de todo.

Scarlet rió y dijo - Más te vale que pelees de verdad porque ella no dudará en matarte - y entonces, miraste a Ruka, la cual salió corriendo de allí, dejándote solo con Healing Dragon. Podías ver la sangre fluir de sus piernas tras tus golpes, pero hubo algo que te impresionó más. Parecía que la dragona sacaba un objeto y al detallarlo mejor, notaste que se trataba de su flauta. La dragona hablaba en serio.

- ¡Acaba con ella! - y entonces, la dragona tocó esa melodía que conocías tan bien, la que usaba para manipular las sombras a voluntad, creando tentáculos que te atacarían sin piedad. A pesar de ello, lograste esquivarlos. Era increíble que la sacerdotisa estuviera fallando tanto sus golpes.

Como salido de una horrenda pesadilla su señora parecía no sentir sus ataques y lo peor era que sus suplicas no eran escuchadas. Para empeorar las cosas ella uso uno de sus trucos más mortíferos sobre Dawn, esta pudo ver de refilón los tentáculos asesinos por lo que dio un salto poderoso para poder evadirlos salvando así su vida.

Estando en el aire y sin perder tiempo aleteo fuertemente para así levantar un ciclón de hojas que envolviera a su ama pero esta se fue a un lado evitando así perder la atención. Dawn se mordió el labio angustiada por esto, no sabía cuanto podría aguantar hasta que su señora por fin le diera un golpe y así pusiera fin a ese encuentro. Jadeando por la angustia esta cayó al suelo, puso una rodilla en la tierra y golpeo con el puño de la impotencia que esto le generaba.

-Maldición.-Exclamó molesta-Maldición, maldición.

No sabia que hacer, Healing Dragón la mataría si esto seguía, tampoco podía rendirse, sólo le quedaba seguir resistiendo. Extendiendo sus alas levantó un vendaval que levantó muchas hojas impidiendo ver a su señora, Dawn aprovechó esto para ir sobre ella y dándole una patada a su flauta esperaba quitársela de las manos.

Esto estaba lejos de acabar.

La batalla seguía y el ciclón de hojas parecía haber funcionado por solo un momento, para que la dragona volteara su mirada a otro lugar sin tener idea de lo que le esperaba. Le atacaste y tu patada no solo golpeó su flauta, sino que le golpeó fuertemente en la cara.

La flauta de la mujer voló lejos y aunque sabías que ella tenía otras habilidades, la flauta era su herramienta para utilizar sus técnicas más poderosas. Eso te ayudaría, al menos por el momento.

Entonces, te miraba con horror y desesperación, se dispuso a atacarte y fue tan veloz que no pudiste reaccionar, sabías que era tu fin, pero justo antes de que sus garras se inyectaran en tu interior, Healing Dragon se detuvo. Te miró con horror y dijo - [Color=#008080]Dawn... Yo... [/Color]- y como si se tratara de un fuerte dolor de cabeza, Healing Dragon se llevó las manos a la cabeza y gritó. Parecía estar soportando un dolor inmenso mientras levantaba la vista y te miraba con su rostro de agonía - [Color=#008080]Dawn... Mátame. Si no lo haces, te mataré yo a ti[/Color] - gritó y cayó de rodillas.

La risa de Scarlet era sonora en el ambiente sombrío de aquel lugar y retumbaba sobre las paredes.

- [Color=#008080]Por favor, hazlo ya... ¡Perderé el control otra vez![/Color] - y en ese momento, gritó y se puso de pie despacio, luchando con su cuerpo para permaneces estática.

- [Color=#008080]¡Dawn! ¡Ahora![/Color] - abrió sus manos para descubrir su torso y mostrar su lado más vulnerable. Su corazón.

- Que conmovedor, ¿Verdad? Ama y sierva luchando. La sierva matará a su ama, ¡Que final tan feliz! -. 

Dawn no le gustaba tener que hacer esto, tener que seguir haciendo eso, herir a su señora. Para su mala fortuna pudo quitarle la flauta a su señora y a la vez poder acercarse más a ella. Mas hubo un cambio, su señora parecía recuperar el sentido por momentos, esto era trágico pues quería que la matara, Dawn no podía creer que le pidiera semejante cosa, algo tan nefasto y ruin que en la vida querría hacerlo.

Por otro lado sabía que Healing Dragón estaba poseída por el mal y que era posible que no retornara por lo que matarla era lo correcto, ¡¡¡NO!!!, nunca haría algo tan ruin como aquello, no se atrevería a manchar su honor de esa manera, no mataría a su mejor amiga.

Cuando Healing se expuso a recibir un golpe mortal con los brazos abiertos esta no recibió lo que quería, no un golpe de espada o una llamarada, mas bien fue un abrazo, cálido y reconfortante. Con lágrimas en los ojos Dawn le musitó al oído:

-Perdoneme su Excelencia, no puedo hacer lo que me pide. Yo puedo pegarte por que es lo que siempre hacíamos cuando practicábamos en la orilla de ese riachuelo, ¿Recuerdas?. O la vez que hicimos un concierto para los animalitos del bosque o nuestros retos de "Verdad o reto" encima de la roca nariz de duende. Todo eso y muchas cosas mas, todo eso antes de te convirtieras en la suma sacerdotisa.-el caudal de lágrimas aumento mientras Dawn evitaba desmoronarse en llanto-Como quisiera que nada de esto hubiera pasado, yo no quería que acabarás así, siendo un símbolo para nuestro pueblo, un símbolo desprovisto de toda libertad y que tiene que estar sola. Yo no necesitó una ama, yo jamás la necesite, si te seguí hasta mas allá de la muerte fue por que siempre quería estar a tu lado, siempre juntas....

No pudo decir mas, Cursed Dawn se rompió, lloraba copiosamente y sin consuelo alguno, en ese momento, en donde se sentía mas sólida la desesperación fue cuando pudo decir sus sentimientos reales hacia su ama. No le importaba la burla o incluso la muerte, sólo quería estar con su amiga, su mejor amiga.

-Sea lo que llegue a pasar no importa, aún si muero recuerda, no eres solo nuestra esperanza, eres también Healing Dragón, mi mejor amiga.

La Sacerdotisa tenía todo su cuerpo tensionado cuando la abrazaste, era notorio el gran esfuerzo que hacía por no atacarte, pero su cuerpo cayó de rodillas cuando la abrazaste. Tal vez se había vencido, tal vez había funcionado. Nadie podía decirlo.

Entonces, sentiste sus brazos rodearte igualmente y las suaves y cálidas lágrimas de la sacerdotisa cayeron sobre tu cuello.

- Dawn, yo... - sus palabras se vieron interrumpidas por un gemido ahogado y un dolor intenso que quemó tu hombro derecho. Cuando abriste los ojos para ver qué era lo que había sucedido, una lanza de energía color violeta le atravesaba por completo el corazón y a ti aunque te había alcanzado, no te hizo el mismo daño que a ella.

La sacerdotisa escupió sangre y su cuerpo se descolgó sobre el tuyo. Mientras caías un poco hacia atrás, la lanza desapareció. La sacerdotisa te miró mientras caía con las lágrimas apartando la sangre pero llevándola hasta su pecho. Entonces, temblorosa y con su último aliento, le dijo - Sálvate... - luego, su mano cayó y su aliento cesó. Había muerto en tus brazos y no habías podido hacer nada para evitarlo.

Te sentías furiosa por haber perdido a tu mejor amiga y solo querías vengarte. Scarlet pagaría porque, una vez más, te había quitado algo precioso para ti.

Dejaste el cuerpo de la Sacerdotisa a un lado y viste que había una figura frente a ti. Ruka estaba allí, sola, la sombra había desaparecido y te miraba fijamente.

- Cursed Dawn, es hora de que enfrentes tu destino una vez más - rió y se paró frente a ti.

Sus esfuerzos resultaron, Healing Dragón había vuelto en si, en esos pocos segundos por fin sentía que el vínculo que tenía con ella había regresado, en esos momentos fue muy feliz.

Repentinamente su felicidad se fue, una lanza-relámpago las atravesó a las dos privándolo de todo, una vez más estaba sola, completamente sola.

Dawn rugió furiosa y extendió sus alas soltando un tormentoso vendaval, semejante lluvia de hojas parecían querer tapar la visión de Scarlet y dejarla distraída, cosa la cual aprovecho lanzándose a gran velocidad y atacando a toda velocidad.

-MALDITA, PAGARAS POR ESTO, LO PAGARAS.

- Vaya, la lagartija se comporta como dragona - rió y se siguió acercando despacio. No parecía nada asustada ante la amenaza que acababas de pronunciar.

- ¿Incluso me atacarás a mí, Cursed Dawn? Me abandonaste a mi merced y la mujer me capturó. ¿Y eres capaz de atacarme? Eres malvada, ¿Lo sabías? - de repente, viste la sombra de Scarlet Bat detrás de la chica y como si se tratara de un fantasma, entra en su cuerpo. Ruka se retuerce y cae al suelo, mientras poco a poco, se materializan tus temores. Scarlet estaba allí y el odio que sentías por haberte asesinado, por matar a Healing Dragon y por lo que le estaba haciendo a tus amigos, se acumulaba. Se te dificultaba pensarla como Ruka en ese momento. Su traje parecía ser un traje de batalla, el cual daba la impresión de ser una armadura particular.

- Verás Dawn, esta es una batalla que no podrás ganar. No puedo permitirlo - rió y desplegó una lanza color sangre en su brazo. Esta brillaba con intensidad y sabías que se trataba de una lanza mágica, su brillo era aquello.

Se disponía a atacarte y aunque trataste de distraerla, no pudiste y ella continuó. Se aseguró de cubrirse ante tus ataques, ya que sabía que vendrían, y logró detenerlos cubriéndose con su lanza, la cual parecía absorberlos con facilidad.

- ¿Alguna vez te has preguntado por qué me llaman Scarlet? - su lanza brilló con fuerza.

- Te lo mostraré - su lanza brilló con fuerza y te atacó. Un rayo color escarlata se desplegó al impacto y te electrocutó. Sentías cómo tu sangre parecía ser absorbida por la lanza.

Retiró la lanza sin ningún tipo de cuidado y entonces, viste cómo una pared de energía violeta la cubría. Parecía hacer una barrera entre ambas.

- No saldrás viva de aquí, Cursed Dawn. Tu ama ya no puede ayudarte y tus amigos están muertos - rió.

Con todo lo que había pasado Cursed Dawn estaba furiosa, no le importaba quien o que fuera su enemigo, ella sólo quería venganza. No iba a ser fácil pues su enemiga era formidable, desplegando un terrible poder que sacudió sus alas con una poderosa descarga, mas sin embargo dio un feroz aletazo que separó la lanza de su carne, sentía los efectos de la descarga pero su sangre aún estaba con ella.

Sin dar descanso Dawn volvió a desaparecer con su gran velocidad y apareció detrás de su atacante dándole tremendo golpe con su puño cubierto en llamas en la mejilla. No dijo nada pues solo tenia una cosa en su mente, LA MATARIA, LA MATARIA SIN PIEDAD.

Mientras en un lugar de su mente compartida había un chico de cabellos dorados, este se encontraba encadenado y lleno de desesperación, este forcejeaba y se retorcía intentando escapar de su prisión, una prisión que antes el conocía como su propio cuerpo. Gritaba a la negrura de su prisión, quería que lo escucharan, que ELLA lo escuchara:

-DAWN DETENTE, NO LO HAGAS, NO TE ENTREGES AL ODIO.

Parecía ser inútil, ciega de dolor y rabia la dragona peleaba a matar o morir, ignorando todo lo bueno que había en ella, arriesgándose a convertirse en un monstruo como los que ella combatía.

Al haber como habías logrado resistir su ataque, Scarlet solo ríe - Vaya, eso está mucho mejor - y entonces, lanzas fuego hacia ella. La titánide parece confiar en la pared de energía que la cubre y no hace nada, pero tu bola de fuego la atraviesa, golpeándola y echándola hacia atrás. 

Su rostro se maltrata un poco y su macabra sonrisa se cambia por un rostro completamente serio y un tanto sicópata - ¡Nadie toca mi rostro! ¡La pagarás! - apunta su lanza hacia ti y comienza a cubrirse de una energía violeta que comienza a brillar y como si se tratara de un rayo láser, sale disparada hacia ti. Uno de ellos, logras esquivarlo sin dificultad, pero los otros dos parecían llegar directo hacia ti.