Partida Rol por web

A la vista del cuerpo sobre el techo del coche, mucha gente ocultó su rostro tras sus manos, pero no huyeron. No buscaron refugio ni un lugar en el que sentirse seguros, sino que continuaron allí, esperando, atraídos por la muerte como solo ella podía hacer.

Pero para vosotros era diferente. 

No era solo un muerto más. Era el tercer muerto. ¿El último? ¿Uno más? Ya iba siendo hora de averiguarlo.

- Me cago en... - Joy reprimió sus palabras con concluyendo aquella frase, que por otro lado, tampoco necesitaba un final para hacer entender su significado. - Ésto es... Ésto es demasiado grande. Llegamos tarde por... - Tampoco acabó la frase. Igual no estaban llegando tan tarde como creía en un principio. - Debemos cubrir todas las posibles salidas. Yo iré por detrás. Tiene que haber una escalera de incendios o algo parecido. Tú espera en la puerta. No me gusta tener que dividirnos, pero no podemos permitir que se nos vuelva a escapar. Mantente atento al teléfono. El primero que de con él que avise al otro. ¿Bien?

Tanto el alarido como el impacto fue algo que ni por asomo esperábamos la mujer quedó desmadejada como un muñezo de trapo emanando sangre por la boca y el graneo roto como un melón-¡Joder!-exclamé reflejando lo que Joy había evitado decir. Sin duda era la mujer que habíamos ido a buscar y la habían tirando por la ventana escasos seguntos antes, por lo que el asesino tenía que estár aún en el edificio.

Joy me leyó la mente y asentí con la cabeza sacando el bláster de la funda quitando el seguro-De acuerdo, tú ten mucho cuidado, es muy peligroso-le dije con tono tenso, por muy replicante que fuera, era mi compañera y no quería perderla, así que mirando como corría hacía la zona donde estarían la escalera de incendios, centré mi atención en la puerta principal esperando ver salir al replicante asesino presunto culpable de la muerte de los otros dos cuerpos. La lista se acortaba por horas joder, a éste paso nos quedábamos sin caso...

Joy no perdió mucho más tiempo. Aquel nexus 5 había demostrado ser veloz y ella, siendo de una generación anterior, debía exprimirse mucho para al menos tratar de estar a su altura. No le hacía ninguna gracia el hecho de ir sola hasta la parte trasera, ni tampoco la idea de dejar solo a Richard Willis en la parte delantera, pero podía ser que no volvieran a tener otra oportunidad de atrapar a aquel replicante.

Las cosas se habían puestos feas, muy feas. Si hasta hacía poco la capitana estaba con ellos… al menos en teoría. Ahora que les habían acusado de disparar de forma indiscriminada al androide de Hobbart, parecía evidente que les había retirado la poca confianza que parecía haberle concedido. Estaban solos ante el peligro y en cualquier momento les darían caza.

Puede que Richard fuera juzgado y tuviera una oportunidad de defenderse ante un tribunal, no obstante sería difícil que volviera a lucir una placa. Ella en cambio, por lo que pudiera pasar, sería reciclada sin hacer demasiadas preguntas. Y sinceramente, aunque no tendría que tenerlo, había sido programada para servir al departamento y con la premisa de abandonar el mundo en cualquier instante y sin previo aviso.

Joy se sorprendió a si misma teniendo aquellos pensamientos reflexivos mientras avanzaba a la carrera en dirección a la parte trasera del edificio. No era el momento de pensar en esas cosas. No era el momento de pensar, sino el de actuar con presteza y eficacia.

- ¡Vamos Joy, es el momento de darlo todo! - Se dijo a sí misma en mitad de su carrera.

Tu teléfono sonó, pero no era Joy. Se trataba de un número desconocido. Cuando descolgaste, una voz conocida te dijo escuetamente:

-Terraza. Usted solo. Ahora.

Y colgaron.

A pesar de haber hablado solo una vez con aquel nexus asesino, estabas seguro al ciento por ciento de que había sido su voz la que habías escuchado.

Para no ser un blanco fácil me aposté en un lateral de la entrada con la pistola lista para disparar en cuanto saliese aquel replicante, por algún lugar tendría que huir y ya fuera por la puerta principal o la trasera le tendríamos pillado. En ese momento sonó mi teléfono ¿sería Joy?. Lo descolgué son perder un instante y la sorpresa fue mayúscula pues la voz que escuché no era la femenina de mi compañera sino la de aquel replicante asesino que estábamos persiguiendo y que tenía a tres cadáveres sobre sus espaldas.

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Miré el teléfono en silencio y colgué con gesto grave y preocupado ¿sería prudente llamar a Joy? quizás sería lo más lógico pero si aquel replicante quería verme a solas...él nos había facilitado la tarjeta, pero a la vez había pruebas que le incriminaban como causante de aquellas muertes. Negué con la cabeza gacha y decidí arriesgarme, podía ser un maldito suicidio, pues aquel N5 me superaba en todo y si yo hacía un movimiento en falso estaría vendido y en el peor de los casos, muerto, pero aún así decidí seguir las instrucciones y subí hasta la terraza como él me había indicado.

Sólo esperaba que no fuera un error que me costase la vida..

Llegaste a la puerta trasera rápidamente. Estaba situada en un callejón oscuro y solitario y no parecía que hubiese nadie. Probaste la puerta. Estaba cerrada. Si alguien quería salir, seguramente no tendría problemas para abrirla desde dentro, pero tú no ibas a poder entrar desde allí. Después de todo, era una salida de emergencia.

Un coche de policía pasó en ese momento por encima de tu cabeza. Era de tráfico y seguramente no se detendría en las proximidades. Después, pasó un taxi. Tampoco se detuvo. 

Pero no había nadie más en aquel callejón, salvo ella. Literalmente, no había ni un alma.

Entraste en el edificio y viste que en el vestíbulo había bastante confusión. El portero estaba tan entretenido tranquilizando a algunos de los clientes que ni siquiera se percató de tu presencia, ni tampoco de que abrías el ascensor y entrabas en él. Normalmente, no habrías podido hacer aquello, pero los permisos habían quedado anulados en cuanto el portero dio la alarma.

Cuando llegaste arriba, escuchaste el sonido de sirenas y el tráfico, y viste como algunos vehículos volaban en las proximidades, aunque no lo suficientemente cerca como para que te viesen. Miraste hacia abajo y las luces te cegaron, pero continuaste caminando.

Y finalmente lo viste. El nexus estaba de pie, junto al final de la terraza, observándote sin moverse un ápice. Era una sombra en medio de tanta luz, pero reconocerías su silueta en cualquier lugar.

-Gracias por venir, señor Willis -dijo en voz alta.

Joy se exprimió al máximo por llegar a la parte trasera del edificio. Tras echar una ojeada, se percató de que todo estaba tranquilo. Demasiado tranquilo. Esperaría unos minutos allí. Puede que el asesino se hubiera marchado ya, puede que todavía estuviera en el interior del edificio, puede que hubiera escogido otra opción que no habían contemplado o podía ser simplemente que estuviera en ese preciso instante peleando con su compañero.

- Mierda... - Dijo entonces la replicante al escuchar aquello. - Puede que no haya sido muy buena idea la de separarnos...

Se acercó a la salida de emergencia. Estaba cerrada. Joy pensó en atrancar la puerta de alguna forma para evitar que el asesino escapara por allí y así poder volver con Willis. Lo descartó de inmediato. Sabía cómo se las gastaba aquel malnacido y encontraría el modo de escapar si es que pretendía hacerlo por la parte de atrás del edificio.

- ¡Joder! - Alzó la voz y acto seguido inició la carrera de retorno a la parte delantera del edificio. No iba a dejar más tiempo solo a su humano.

Volviste a toda velocidad hasta la parte delantera del edificio, esperando que no hubiera sucedido nada malo en tu ausencia, pero al llegar allí, viste que Richard ya no estaba. Miraste el teléfono y no había ninguna llamada, o sea que fuera lo que fuese que hubiera ocurrido, o bien no le había dado tiempo de avisarte... o bien no lo había hecho a conciencia.

Eso planteaba muchas más preguntas que respuestas, pero sobre todo, una. ¿Y ahora qué?

Había tal revuelo en la recepción que pasé practicamente delante del portero y ni se dió cuenta de mi presencia, desde luego ver caer a una mujer ante la puerta estampada contra un coche como un cromo, no era algo que viese todos los días así que me colé sin problema alguno hasta el ascensor y comencé el camino de subida hasta la terraza.

Allí la visión era muy diferente que a pie de calle, los enormes anuncios en pantallas gigantestas poblaban la ciudad y los coches flotantes no paraban de flotar en direcciones opuestas, entonces pude ver a aquel replicante allí apostado mirándome fijamente, mi pistola aún estaba en mi mano y con el dedo en el gatillo.

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-Alto y no te muevas-ordené alzando el arma apuntándole directamente a la cabeza-¿Qué es lo que quieres?-fue lo único que dije manteniéndome estático sin dejar de mirarle.

Su plan no había sucedido de la manera que había pensado. No solo tenía ni idea de dónde se encontraba el asesino, sino que ahora también había perdido a Richard. Esa sí eran malas noticias.

- Bueno Joy... ¿Y ahora que? - Pensó.

Y también pensó en llamarle por teléfono, pero seguramente no podría cogerle el teléfono. Al fin y al cabo, si no le había llamado era muy probablemente porque no estaba allí en contra de su voluntad. Acababan de secuestrar a su compañero, eso era evidente.

La agente de Blade Runner se puso de forma inmediata a buscar alguna evidencia que le pudiera indicar a dónde se habían llevado a Richard. Su objetivo prioritario ahora era recuperar a su compañero.

Llegados a ese punto, Joy Blessing estaba empezando a considerar de manera bastante favorable, la idea de conseguir alguno de aquellos pases al exterior para los protegidos de Artemisa y también uno para ella misma. La cosa pintaba mal, muy mal para ella y para Richard Willis.

-No es necesario que me apunte con un arma, agente Willis. Dentro de poco dejaré de existir -te dijo, con excesiva tranquilidad. Estaba justo en el borde de la terraza. Un paso atrás y caería sin remedio.

-Dígame. ¿Qué opina de la información que ha ido recopilando en esta investigación? -te preguntó.

No tardaron en oírse las primeras sirenas de los coches de policía. En unos minutos estabas bastante segura de que aquello estaría lleno a rebosar con muchos de vuestros compañeros, pero en aquel momento tenías otras prioridades. 

Tu examen preliminar no mostró ningún rastro de lucha, heridas o cualquier otro elemento que pudiera inducir a que algo malo le hubiese sucedido a Richard. Había muchos testigos en aquella calle, y en cuanto te identificaste, te prestaron atención, pero ninguno supo decirte nada sobre tu compañero, en el que ni siquiera habían reparado, hasta que llegaste a uno que se comportaba como si estuviese viendo una película, comiendo palomitas sin apartar los ojos de la mujer muerta.

-Sí, sí. Ese tío con gabardina. Estaba ahí mismo, mirando, cuando habló por teléfono con alguien y después, entró en el edificio. 

Ese tío con gabardina había entrado en el edificio. ¿Pero por qué no le había avisado? Esa era la mayor ingógnita. No lo entendía, no habían quedado así. Y según había dicho aquel testigo... ¿Y si?

Examinó a aquel hombre de arriba abajo. ¿Estaba mintiendo? ¿Podía estar involucrado? ¿Era el el asesino? Lo escrutó con la mirada.

Necesitaba una evidencia, algo que pudiera involucrarle. Un arañazo reciente, un roto en su ropa, una voz temblorosa, una mirada mentirosa... ¡Algo!

Pero nada parecía delatarle...

- ¡Joder! - Dijo antes de salir corriendo hacia el interior del edificio. Tenía que dar con Richard y pronto. El Departamento se les tiraba encima. Ya se escuchaban las sirenas.

Fruncí el ceño al escuchar las palabras del Replicante ¿Acaso tenía la idea de tirarse al vacío ahora que veía que estaba acorralado? No lo creía, era demasiado inteligente y fuerte para eso...-Perdona que disienta pero visto de lo que eres capaz de hacer prefiero seguir apuntándote- contesté secamente.

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-¿Que qué opino?-dije aguantando una carcajada-Opino que la Tyrell está detrás de todo ésto y que hay muchos intereses ocultos que se han preocupado de esconderlos perfectamente, además de que nos han literalmente prohibido seguir con la investigación. Además debo añadir que haya la propia policía está pringada en el asunto y tú no sé qué coño haces metido en éste embrollo ¿Eres un asesino? ¿Lo haces por algún tipo de asunto personal?- pregunté sin apartar la mirada de él ni un instante.

Mi programación me impide hablar abiertamente. Debo servir a mi dueño y no puedo hacer nada que le perjudique directamente. Sin embargo, todo cuanto hago va también en contra de las directrices básicas que Tyrell nos añade a todos los nexus: no matar. Cuando lo hacemos es porque se vulnera una directriz de rango mayor. Por todo ello, he ido dejándote pistas que puedan llevarte a donde necesitas, Richard Willis.

El aire sacudió su cabello, pero la figura del nexus permaneció inmóvil al borde del desastre.

Sin embargo, me decepciones. Dices que Tyrell está detrás de todo esto. Puedo asegurarte que no esa sí. 

Te lanzaste corriendo hacia el interior del edificio, en donde el guardia te miró, sorprendido. Parecía todavía inquieto por lo ocurrido.

-¿Q-qué es lo que quiere? ¿Quién es usted? -te preguntó.