Partida Rol por web

Bloody London (+18)

Waterloo District

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27/02/2019, 02:29
Katherine "La dama de Northumbria"
Sólo para el director

Agradeció sentir sus labios, y en uno de sus infrecuentes arrebatos emocionales auténticos (no aquellos que fingía en su papel de Toreador, sino de la Katherine real), le abrazó por sorpresa y se aferró a él sin quererse soltar.

Cómo si a cada instante, cada segundo, se le grabara en la memoria. No quería olvidar el olor de Samuel, ni tampoco su cercanía, el amor que era capaz de sentir en su corazón muerto.

-Pase lo que pase, amor mío, recuerda que volveré. ¿De acuerdo? Esperáme hasta entonces, ¿me lo prometes?

Tras su respuesta, se separó, se fue a la cocina, y cocinó un exquisito plato mortal. No solía hacerlo, pero quería que esa vez Samuel recordara que cocinó para él, y que por lo menos disfrutara de los olores del manjar. Luego sacó las bolsas de sangre de la nevera, llenó la jarra y sirvió dos copas.

Cuando ambos se dispusieron a "cenar" le dijo todo:

-Tengo que partir a la guerra, amor mío. ¿Conoces Erebo? Es una ciudad portuaria de Alaska. Al parecer era de la Camarilla, pero el Sabbath se la arrebató a una aliada de la Reina, y ahora quieren recuperarla. Nos han pedido a Maximilian, como líder, a Mikael y a mí que nos encarguemos de apoyar en la recuperación de la ciudad. Yo con un Tremere... tendré que aguantarme sin asesinarlo, almenos un tiempo.

Dió un sorbo a la copa, necesitaba sentir a la sangre, para paliar la Bestia en solo pensar cuanto tiempo estaría sin verlo.

-Ya sabes, que matar Sabbaths, Camarillas, en definitiva, cualquier cosa que amenace nuestra forma de ver la no-vida, es un placer para mí, pero lo que se me hace más horrible -colocó una mano encima de la suya- es la espera, el no poder verte. ¿Me llamarás todas las noches? Mejor al acabar la noche, ya sabes que me cuesta despertarme. En fin, intenté sacarle a la Reina unos favores, pero sólo logré arrancarle una "promesa de pensarlo". Le pedí más dominios, la oportunidad de poder abrazar sin permiso en la ciudad, y poder aplicar la Lex Talionis en mis dominios. Por supuesto lo unico que me importa es lo útimo para que podamos ejecutar a nuestros enemigos impunemente, pero lo demás tuve que añadirlo para que no pareciera sospechoso...

Se preguntó que pensaría su amado, y le dejó el turno de hablar, mientras trataba de quedarse con todos sus rasgos, como si fuera la primera vez que le veía. También se mordió la lengua, por la rabia que le daba que él no fuera a ir.

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27/02/2019, 03:18
Horelk

Samuel te devuelve el abrazo, al parecer presentía algo, en todo momento te acompaña, te lanza esas extrañas miradas de hombre serio pero enamorado que lo convertían en algo forzadamente tierno.

Al ver que la cena estaba lista, se sienta y toma la copa y bebe su contenido, al oír tus palabras, traga lo que tenía acumulado, te toma de la mano y la acaricia muy suavemente.

- ¿A qué hora debes tomar el avión…o irán en barco? – fue lo primero que quiso aclarar –

Luego de la respuesta, vuelve a beber un sorbo de aquella vitae, observa el fondo de la copa vacía, la baja y posa sus ojos cafés en los tuyos.

- Tenemos poco tiempo, vamos – dice y se levanta, esperando que lo sigas –

Era su naturaleza, comportarse enigmáticamente, hacer las cosas de golpe y esperar que lo sigas siempre.

Se subieron a su carro que lo tenía estacionado al costado del inmueble, una vez ahí montados, comienza a hablarte.

- Tengo un amigo…bueno, conocido…que quizá podría brindarnos algún tipo de información con respecto a todo este embrollo – pone en marcha el motor y comienza a conducir alejándose cada vez más del barrio pintoresco y agradable para acercarse a lo que parecía ser una zona de real mala muerte –

Samuel baja con un paraguas y rápidamente se dirige a abrir la puerta para que tu bajes, un taco resuena en el suelo, un gato sale corriendo ante el ruido, la lluvia no paraba de caer y el edificio al que habían acudido, brillaba con las luces de neón baratas que fueron instaladas para demostrar que era una especie de negocio.

Girando el pomo metálico, se pudo escuchar como unas campanitas tintineaban con el golpe de una madera tan chirriante que esos adornos ya eran redundancia.

- Buenas noches – saluda un hombre obeso detrás de un mostrador –

- Busco carne de primera – le responde Samuel –

El hombre, los mira de pies a cabeza, el negocio se dedicaba a vender artilugios cargados con supuesta magia, curas para la calvicie y para el cáncer, velas aromáticas que atraían dinero o que ataban a sus amores platónicos, hierbas medicinales cuyo aroma inundaban el lugar, santos de lodo de toda clase y quien sabe qué cosa más tirada por ahí.

Por lo que, pedir carne en un lugar así era simplemente anormal, pero, el hombre le señala una puerta que tenía ahí detrás y Samuel camina hacia ella sin soltarte de la mano.

Una vez adentro, se nota un pasillo que solamente tenía como destino unas escaleras que bajaban hacia una suerte de sótano.

Los tacones negros golpean el piso de cemento, la oscuridad era casi completa, dificultando bastante el paso sin temer tropezar por algo.

Bajando los escalones, la temperatura va bajando cada vez más y más de manera abrupta, y el sonido de un cuchillo golpeando una mesa se va escuchando más claramente.

Era un lugar especialmente creado para el corte de carne, con desagüe a la alcantarilla y con azulejos que alguna vez fueron blancos, sin embargo, ahora estaban manchados con una cantidad inconmensurable de sangre.

En el centro, había una mesa metálica, esas que normalmente estaban instaladas en las morgues y a su alrededor había varios frigoríficos que tampoco eran comunes en un lugar así.

Un hombre de gran altura estaba de espaldas a la mujer, sentado sobre una elegante silla que desentonaba con lo desastroso del lugar, frente a él, había una pequeña mesa de cocina y al parecer estaba comiendo algo, aquel hombre escuchaba un poco de música clásica, Moonlight Serenata de Bethoveen para ser precisos.

Samuel carraspea su garganta y el hombre sin voltear, baja el volumen de su radio.

- Curioso, van dos visitas que recibo en la semana, imagino que debo de estar bendecido de alguna manera – aquel hombre seguía sin voltearse, exhalando un aura tétrica que pocos seres podrían aguantar sin sentirse incomodos –

- Hola Walton –

- ¡Más vale que sea la última vez que uses ese nombre! – dice esto con tal énfasis, que logra girar levemente su rostro, demostrando una melena parda y unos ojos completamente negros –

- Perdona, Shamil – dice algo nervioso Samuel, era la primera vez que lo veías así de asustado en muchísimo tiempo –

El hombre se levanta de su silla, arrastrándola un poco, se notaba que era realmente alto, de casi dos metros, se voltea y su rostro no demostraba ser nada tranquilizador, casi al punto de preferir que se haya mantenido de espaldas.

No era alguien feo en el sentido de comparación con un nosferatu, simplemente contaba con un aire extraño que parecían ser un conjunto de malignidades abrazadas en torno a su ser.

- Sabes bien que no cualquiera puede venir aquí Samuel – le reprocha Shamil –

- Lo sé, no la traería de no ser que está pasando algo extraño, la han asignado a Erebo, ¿Conoces la ciudad? –

Shamil tenía varios borbotones de sangre en la comisura de su boca, por lo que debía limpiarse con una servilleta que tenía ahí cerca.

- ¿Para qué? – te hace directamente la pregunta a ti ahora -

Notas de juego

Shamil Ler

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02/03/2019, 00:38
Katherine "La dama de Northumbria"
Sólo para el director

- ¿A qué hora debes tomar el avión…o irán en barco? –

-Anne nos ha preparado un viaje en avión a  las 4 AM, calcula unas 26 horas de viaje, por las 6 AM. Por lo general esa idea me contrariaría, pero si no tengo mal entendido, ahí la noche puede ser casi eterna. No te preocupes, estaré bien.

- Tenemos poco tiempo, vamos – dice y se levanta, esperando que lo sigas –

Era su naturaleza, comportarse enigmáticamente, hacer las cosas de golpe y esperar que lo sigas siempre.

Se subieron a su carro que lo tenía estacionado al costado del inmueble, una vez ahí montados, comienza a hablarte.

- Tengo un amigo…bueno, conocido…que quizá podría brindarnos algún tipo de información con respecto a todo este embrollo

Sintió una sorpresa inesperada, cuando Samuel, tan calmado, de repente salía a toda prisa. No pudo evitar seguirlo. Quería estar con él, y aunque no lo admitía, se preguntó que era tan importante como para interrumpir la velada.

En cuanto comentó lo del amigo, o más bien, conocido, que tenía información, se imaginó a un Nosferatu. Además el sitio al que la llevaba distaba mucho de ser idílico. Se le pasó por la cabeza, si un Nosferatu iba a querer compartir información con una "Toreador" a las que solían tener mucha rabia por motivos obvios.

Pero si el True Brujah así lo consideraba, ella estaba dispuesta a darle una oportunidad.

Miedo no sintió, era díficil sentir miedo para ella. Su vida era del tipo que generaba horrores, incluso ya desde mortal, a veces causados por ella, a veces por otros, pero estaba curada de espantos. Pero aún, había sitio en su corazón para las sorpresas. ¿Carne de primera? ¿Se había vuelto loco su amado?

Una sonrisa asomó al instante, tras ese breve aturdimiento, al reconocer que era una clave. Finalmente, moviendose en la mas profunda oscuridad (y guiándo de la mano a su amado, pues ella como asesina, no necesitaba ni ver de lo acostumbrada que estaba) se acercaron hasta el hombre de espaldas.

Cuando mencionó Walton y el otro se enfadó, sintió con un poco de decepción como Samuel se encogia un poco. Pero ella mantuvo firmeza por ambos, mientras le acariciaba con un dedo su mano para darle valor.

Entonces, ¿se llamaba Shamil? Por lo menos ahora. Se anotó mentalmente, preguntar a Samuel que pasaba con el nombre de Walton.

- Sabes bien que no cualquiera puede venir aquí Samuel – le reprocha Shamil –

- Lo sé, no la traería de no ser que está pasando algo extraño, la han asignado a Erebo, ¿Conoces la ciudad? –

Shamil tenía varios borbotones de sangre en la comisura de su boca, por lo que debía limpiarse con una servilleta que tenía ahí cerca.

- ¿Para qué?

-Yo no soy cualquiera, Shamil.-recalcó, manteniendo la mirada, retándole a decir lo contrario. Quizás Shamil fuera un espíritu arrollador, pero ella no iba a ser menos, y esperaba que entendiera que estaba ante una igual- Soy Katherine, la dama de Northumbria.

En cuanto Samuel le comentó la situación y él le preguntó directamente a Katherine,ella observó a Samuel de reojo, pues no sabía la confianza que se tenían el uno al otro y simplemente dijo tras pensarlo detenidamente.

-Hay una guerra en ciernes, a la Reina no le ha gustado que el Sabbath se la arrebatara, y mi marido me asegura que tu podrías tener información. ¿Estamos perdiendo el tiempo, Shamil? -ahora era Katherine quien quería demostrarle una personalidad fuerte a Shamil.

 

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02/03/2019, 03:38
Shamil Ler

Samuel te mira algo nervioso, era bastante particular verlo en ese estado de alerta, el tal Shamil te observa de pies a cabeza y luego guía sus negros ojos hacia tu esposo.

- Sal un rato – no era un tono arisco, pero tampoco ameno, era una invitación que Samuel obviamente no quería aceptar, sin embargo, luego de pensar un poco, acata la sutil orden y te toma de la mano para besarla y asegurarte que todo estaba bien –

Hecho esto sube por las escaleras y una vez que el sonido de la puerta cerrándose se escuchara claramente, Shamil vuelve a sentarse en la silla donde originalmente estaba.

- Curioso… - empieza a decir - …tu marido siente un afecto interesante hacia ti, sin embargo, no es co-dependiente, sabe que a pesar de dejarte conmigo, estarás bien, eso solo implica que sabes cuidarte sola, por lo que intuyo que, a pesar de tu fachada y tus toneladas de maquillaje, no eres del clan que dices ser, posiblemente seas una Assamita que se hace pasar por Tremere o Ventrue…o quizá, una Toreador – comienza a cortar la carne cruda que tenía enfrente – antes era conocido como Walton Buck, psicólogo recibido en Cambridge, pero luego me cambiaron el nombre a Shamil Ler, - se lleva un trozo de carne y espera a tragarlo para seguir hablando – también soy un mercenario y me han contratado para la misma misión que tú, así que imagino que estamos yéndonos hacia el mismo destino…sobre Erebo, he acudido a mis contactos al rato que Anne abandonó mi local pidiéndome que la ayude, es una ciudad pequeña, de unos doscientos mil habitantes, el lugar es una verdadera joyita para la mayor escoria de la mafia rusa…poco me importan los movimientos políticos ni las demostraciones de poder entre la Camarilla o el Sabbat, por lo que si he aceptado es porque tengo mis propios objetivos –

Termina de hablar y al mismo tiempo termina de comer, bebe una copa repleta del líquido escarlata que tanto requieren los vampiros para subsistir.

- He visto a través de las pistas que me ha brindado con tu presencia, por ello te he brindado la misma cantidad de información con respecto a mis orígenes, pero al darte mis razones, exijo un quid pro quo de tu parte, por lo que escucho tu verdadera razón para ir a ese lugar, no lo que deseas vender a la gente, sino lo que te guardas para ti -

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02/03/2019, 03:44
Katherine "La dama de Northumbria"
Sólo para el director

Cuando vio a Samuel irse, pensó con cierta satisfacción sobre si misma, que confiaba en ella. Aunque también era posible que confiase un poco en la lógica de él, al verle analizar abiertamente toda la situación.

Se dio cuenta, a medida que hablaba, que todo cuanto decía era verdad, y eso le puso en una grave situación. Debería asesinarlo ahí mismo. Se prometió a si misma, que tras esta reunión, dejaría el maquillaje y pasaría a la taumaturgia. Había estado ideando un collar fabricado por si misma, para solventar el "problema" de la piel de tal manera que fuera indetectable y nadie pudiera, con tan alto nivel de análisis como le había sorprendido, ni olerlo por medios naturales o místicos.

Cuando mencionó su historia, su nombre auténtico, recordó el enfado de antes, y tuvo que deducir que probablemente detestaba recordar su vida anterior. La única duda era si se veia demasiado por encima del pasado como mortal, o por lo contrario, añoraba tanto la vida que le parecía un insulto.

Katherine conocía bien el ocultismo, y pocos clanes comían carne de esa manera. O mejor dicho, líneas de sangre... era una criatura exótica en realidad. Lo observaba con el mismo interés analítico que de bien seguro él la observaba a ella. Probablemente incluso pensó en la posibilidad de que Katherine le asesinara tras revelar que sabía lo que era. Pero también debió pensar en aquello que la frenó; Samuel.

Samuel lo había considerado apto para la reunión, así que se vería obligada a escucharlo todo antes de darle el beso de la muerte. Y él lo sabía. Él debía confiar en que lograría convencerla de alguna manera que su secreto estaba a salvo y que era mejor estar en buenos términos que asesinarlo.

-Por lo visto, según lo que me cuentas -no llegó a afirmar ni desmentir su clan de origen, era práctica e iba a lo que ahora mismo importaba- es el criadero perfecto para cabezapalas del Sabbath. A mí no puedes exigirme quid pro quo.

Dijo y esperó en silencio unos segundos, desafiante. Aunque lo que más rabia le daba, es que le daba la sensación de que al hombre se le daba bien la empatía, por mucho que ella la enmascarase, y sabía que en realidad iba a contarle todo tarde o temprano, porqué de todas formas si no quedaba convencida ella, esto acabaría en un baño de sangre. Y no dudaba que Samuel no se habría ido tampoco demasiado lejos. Así que puso toda la carne en el asador.

-Está bien, admito que soy una hoja envenenada, y sabes que tal admisión puede acabar en violencia, estoy segura de que lo sabes. Todo dependerá de lo que puedas garantizar a favor de tu silencio respecto a eso y tus motivaciones, Shamil. Sí, poseo veneno, pero mi veneno va hacia los elementos nocivos. Me considero una jardinera que cuida sus plantas y elimina la mala hierba. Asesino a aquellos que lo merecen, pero no a lo loco, pues sino Anne ya estaría muerta. Al igual que en el jardín, una debe saber cuando es la temporada de poda y cuando la temporada de regar. Mi jardín es la humanidad, quiero preservarlos, protegerlos de los horrores de la eternidad, y cuando veo que la mala hierba o las zarzas asoman, las doblo o en última instancia las corto por lo sano.

Hizo una pausa, mientras se acercaba hacia él. Sus manos se posaron a escasos centímetros de él. Como una serpiente a punto de saltar, pero engañosamente tranquila, engañosamente relajada.

-El Sabbath es nocivo. La camarilla es nociva. Incluso muchos autarcas són nocivos. Pero de todos esos lodos, se pueden rescatar algunas flores hermosas. Flores que no verán el Sol pero no desean dañar a las que sí pueden. Mi auténtico objetivo es aprovechar el conflicto de Erebo para arrancar malas hierbas en todas partes, por el bien de la humanidad. Y eso me lleva a la siguiente cuestión -sutilmente una de sus uñas rasgó un poco de su piel, dejando asomar una gota de sangre-¿Eres una flor bonita o una mala hierba? ¿Que te motiva Shamil?