Partida Rol por web

Blue Side of Life

Escena 1: El mar en calma

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28/04/2019, 03:42
Narrador

El tipo era, desde luego, bueno con los eufemismos. Te bastó un vistazo rápido a los papeles extendidos para ver que cuando decía que os comprometíais a escuchar los consejos de su médico lo que quería decir era que estabais obligados a seguirlos, y que de no hacerlos podría considerarse que seríais responsables directos de lo que sucediera. Además de eso, había una exención de responsabilidad expresa, y el compromiso de que en caso de fallecimiento ellos se quedarían con el cuerpo por el bien de la ciencia.

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28/04/2019, 03:45
Narrador

El tipo era, desde luego, bueno con los eufemismos. Te bastó un vistazo rápido a los papeles extendidos para ver que cuando decía que os comprometíais a escuchar los consejos de su médico lo que quería decir era que estabais obligados a seguirlos, y que de no hacerlos podría considerarse que seríais responsables directos de lo que sucediera. Además de eso, había una exención de responsabilidad expresa, y el compromiso de que en caso de fallecimiento ellos se quedarían con el cuerpo para su estudio.

Además, había una sección sobre las visitas en la que quedaba claro que veríais a Eleonora sólo cuando los médicos lo estimasen oportuno, y pudiendo supervisar las visitas.

Pero eso no era lo peor. Según lo que decía uno de aquellos papeles escrito con un montón de palabrería legal, una vez que Eleonora fuese su paciente sólo ellos podrían darle el alta. No podría marcharse de allí ni aunque ella o vosotros lo solicitaseis. De hacerlo, ella sería considerada una persona incapacitada y fuera de sus cabales, y cualquiera que la ayudase sería a ojos de la ley igual que quien se lleva a un niño del lado de sus padres.

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28/04/2019, 03:48
Thaddeus Graves

El hombre asintió al oír que no siempre te sucedía aquello cada tres horas, como si eso encajase en lo que estaba pensando. Luego te echó un nuevo vistazo mientras dabas más explicaciones, y aunque no se pronunció sobre el asunto de los medicamentos por el momento sí te pareció percibir cierto disgusto en su expresión.

—Comprendo —enuncio—. Cinco meses es un tiempo razonable para que la mente empiece a asumir lo que uno ha vivido. —Parecía estar dando ya su veredicto, como si no necesitase preguntarte mucho más—. Probablemente la suya no es capaz de digerirlo todo. En el frente no hay tiempo para ello y muchos soldados que han llegado con nosotros han estado mucho tiempo siguiendo adelante a duras penas. Pero es tras la vuelta a casa, al volver a sus rutinas, cuando todo el estrés al que se han sometido los ataca de golpe. Las pesadillas son una reacción normal, y estoy seguro de que es por ellas por las que se despierta gritando. Pero no se preocupe: si tiene cura —No se te escapó el condicional que utilizaba, a pesar de lo seguro que se había mostrado cuando estabas con Earl y con Emily—, la encontraremos.

—En cuanto a sus crisis y la inmovilidad de sus piernas —prosiguió—, puede ser un síntoma de lo mismo. Y habría ido a más, de no ser porque le pondremos remedio antes. Una parálisis como esa asusta más de lo que debería, pues no es tan peligrosa como otras. No va a extenderse hasta bloquear sus pulmones y hacer que se ahogue por no ser capaz de respirar, por ejemplo —dijo, entrando en ser innecesariamente gráfico—. Si le sucediera, haga que me avisen de inmediato.

Llegado ese punto miró un instante hacia la puerta y luego a tus ojos.

—Por el momento, eso es todo. Aquí no tendrá que preocuparse por no hacer vida normal por culpa de los medicamentos: la cuidaremos. Su vida normal será estar tranquila, y eso lo podrá hacer sea cual sea la cantidad recetada. Así pues, no se preocupe por nada.

—Lo que sí siento —añadió después— es que no haya llegado mientras aún estábamos en nuestras nuevas instalaciones. Las habitaciones allí eran prácticamente las de un hotel de lujo.

—¿Tiene alguna duda, señorita?

No hizo falta que lo dijera de manera explícita para que tuvieras claro que, si no tenías ninguna duda, allí acababa tu reconocimiento. Probablemente te llevarían a tu habitación, que a saber cómo sería, y en breves empezase tu tratamiento.

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01/05/2019, 09:22
Earl McDormand

Nada de lo que observé a continuación me reveló mucho más de lo que ya había averiguado. La expresión de mi cara lo dijo todo y Emily me conocía lo suficiente como para que lo entendiera sin que dijera nada.

Suerte que ya me estaba levantado cuando escuché pasos que provenían del pasillo. A penas me dio tiempo a mantener la compostura desde mi posición que el hombre que se presentó con el nombre de Nicholas Browning abrió la puerta sin tan siquiera llamar.

Mi cuerpo estaba tenso, pero mi expresión era neutral. Fuera quien fuera el que entraba, debía evitar levantar sospechas. Observé al hombre una vez dentro del despacho, analizándolo sin que se notara mientras saludaba con un pequeño asentimiento con la cabeza y un simple «—Buenos días—» que solapó el principio la presentación de Browning. Por el momento, no me apetecía llamarle Nick.

Desde donde me encontraba, me crucé de brazos y escuché lo que el hombre nos decía con una expresión bastante hierática. Sin embargo, y a excepción de lo que comentó sobre el tema económico, mi preocupación fue aumentando de forma exponencial.

En cuanto me tendió la estilográfica, me quedé unos instantes parado. ¿De verdad pretendía que un proceso como aquel se hiciera de aquella manera, deprisa y corriendo? Me descrucé de brazos y miré a Browning unos segundos. Mi expresión no era negativa: ni desafiante, ni enfadada, ni nada parecido. Simplemente era seria.

Seguidamente cogí la estilográfica, me acerqué a los papeles que había preparado y dirigí mi mirada al primero empezando por la izquierda, siguiendo un orden lógico.

—Entiendo por su comentario sobre la formación que usted no es médico. ¿Me podría decir cuál es su función en el Blue Side, por favor?—pregunté con educación, sin apartar la mirada de la hoja que había escogido. Aún y así, no esperé que me respondiera a esa primera pregunta. Preferí continuar comentando y preguntando, esperando que me resolviera las dudas a continuación.

—Disculpe, pero me voy a tomar un instante para leer la documentación. No crea que no me fío de ustedes. Es sólo que tengo la costumbre de leer todo lo que firmo con todo detalle antes de hacerlo. Lo mismo que le ocurre a ella, si no me equivoco— Señalé hacia Emily, invitándola a leer también, esperando que cuatro ojos y dos cerebros percibieran más que dos y uno.

A la hora de la verdad, no hizo falta leer con demasiado detalle, ya que con un simple vistazo leí cosas que me provocaron náuseas. Tuve que esforzarme para que no se notara, aunque varios apretones de labios demostraron en más de una ocasión mi negativa hacia lo que estaba leyendo. Apreté la estilográfica con fuerza con la finalizad de canalizar mi rabia.

Busqué también información sobre cómo subvencionaban todo aquello para seguir acogiendo pacientes, haciéndose cargo de todos los costes. Sin embargo, no dije nada al respecto.

—Sobre las visitas...— Expulsé las palabras con disgusto, esta vez sin tratar de camuflarlo—. Aquí especifica que «sólo podemos citarnos con el paciente cuando los médicos lo estimen oportuno.»

Me incorporé y miré a Browning a los ojos antes de lanzar la pregunta.

—¿Eso quiere decir que aunque nosotros avisemos de que queremos verla, tendrá que ser aprobado por el médico para que se pueda organizar la visita? ¿Qué condiciones son las que lo imposibilitan?— Mi expresión seguía siendo tan o más seria que la de antes, dando a entender que ese punto me preocupaba, aunque no era el único ni el que más.

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01/05/2019, 22:41
Nicholas Browning

El tal Nick no pareció tomarse a mal las palabras de Earl. Cruzó ambas manos por delante de su cuerpo, a la altura de la cadera, simplemente esperando, y allí permaneció de pie mientras este leía. Ni siquiera pareció pensarse tomar asiento al otro lado de la mesa.

—Me encargo de la administración —enunció antes de seguir hablando, con aparente buen humor—. A mi madre le habría encantado que estudiase medicina, pero me mareo con sólo imaginar sangre. Aquí por suerte nunca hace falta, pero supongo que no habría podido acabar la carrera si me pasase la mitad del tiempo desmayado, ¿no es así?

Después de eso dejó que ambos siguieran leyendo hasta que Earl volvió a preguntar. El hombre carraspeó y buscó a qué línea exactamente se refería antes de contestar.

—Verán —dijo bajando un pozo la voz—. No digo que sea su caso, pero aquí recibimos todo tipo de pacientes. Por ejemplo, dese hace unos meses tenemos a una mujer que sufre de los nervios, y cada vez que venía alguien de su familia viene se pone mucho peor. Sólo con la idea de verlos, se pierde todo el trabajo de semanas y debe pasar días sedada. Se trata sólo de casos como esos, en que realmente es un riesgo para la salud del paciente. O con pacientes violentos, claro, si está claro que va a intentar herir a alguno de sus visitantes. De todas formas, no se preocupen: en todo el tiempo que llevo aquí, las visitas que se han denegado se pueden contar con los dedos de una mano.

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01/05/2019, 22:51
Narrador

En aquellas hojas no había, como era de esperar, ninguna referencia a cómo se financiaba el psiquiátrico. Venían pormenorizados los deberes y obligaciones de pacientes, visitantes y empleados, pero nada sobre de dónde salían los fondos que lo sustentaban. A Earl sí le dio la impresión de que todo estaba redactado con meticulosidad, cuidado y con la garantía de que pasase lo que pasase el hospital no sufriría consecuencias legales... A no ser que cometiesen una verdadera negligencia, claro. Aunque incluso si eso sucediera, daba la impresión de que tenían medios de sobra para maquillar la verdad.

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09/05/2019, 19:57
Emily Lastrong

Cuando vi el gesto que me hacía Earl hacia unas llaves no me lo pensé dos veces. Acorté la distancia que me separaba de esa ese estante con largas zancadas muy poco propias de una señorita y alargué la mano para cogerlas. Mis labios se curvaron en media sonrisa para mi compañero mientras me las guardaba en el bolso. 

—Para una emergencia —le susurré en el camino de vuelta a mi puesto de vigía. No tenía, en realidad, ni idea de qué puertas abrirían, pero tal vez nos hiciera falta comprobarlo si las cosas venían mal dadas. 

En cuanto escuché los pasos que se acercaban le hice un gesto y regresé a mi silla, colocando ambas manos encima de mi regazo. 

El tipo que entró a continuación no me gustó nada, aunque traté de disimular este hecho colocando una sonrisa cordial y comedida en mi rostro. 

—Buenos días, Nick —saludé, simpática. Al fin y al cabo de momento no sabíamos si necesitaríamos a ese hombre y mi sonrisa siempre había sido mi mejor arma.

Eché un vistazo a los documentos a medida que Earl me los iba pasando y tuve que contenerme para no alzar las cejas con desaprobación al leer ciertos apartados. Finalmente le devolví el último a mi compañero y amigo y miré a Nick. 

—Oh, todo parece muy sensato —aseguré, aunque mis ideas iban en una línea totalmente opuesta—. Pero no he visto en ningún punto que se indique el procedimiento que tendremos que seguir si queremos llevarnos a mi hermana. Esperemos que no suceda, claro está, pero entiendo que podríamos sacarla de aquí en cualquier momento aunque no le hayan dado el alta, ¿no es así? Al fin y al cabo Earl es su esposo.

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11/05/2019, 16:50
Earl McDormand

Seguía serio a medida que iba escuchando los ejemplos que iba contando Browning sobre los pacientes, como para hacernos entrar en razón sobre por qué era tan estricto el proceso para concertar una visita. Sin embargo, la seriedad pasó a ser una completa preocupación por lo que estaba llegando a mis oídos. ¿En serio íbamos a permitir que encerraran a Eleonora junto con toda esa gente?

Intentaba ser lo más comprensivo y respetuoso posible con los... «problemas» de los pacientes, pero la idea de dejar ahí a Eleonora corriendo el peligro de que alguien la hiriera o... quién sabía qué, no me dejaba nada tranquilo. Casi era mejor dejar de leer todos aquellos papeles llenos de escritos cada cuál más alarmante, aunque prácticamente ya me lo había leído todo. 

Me quedé callado esta vez, tras la pregunta de Emily. Al parecer ella estaba consiguiendo mostrarse más estoica y eso era lo que necesitábamos ahora. De hecho, cuando escuché las palabras «Earl es su esposo», mi corazón dio un vuelco. Pensaba que lo había superado.