Partida Rol por web

Blue Side of Life

Escena 1: El mar en calma

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01/04/2019, 18:10
Eleonora Oldenburg

Podía entender que si aquel centro psiquiátrico funcionaba principalmente por la voluntad de un alma caritativa, las instalaciones fuesen tan precarias. Aunque el hecho de no ver a nadie más que al tal doctor Graves cuando entramos, me sorprendió. Es cierto que estaba habituada al trajín de los hospitales de campaña, pero tanto silencio parecía sospechoso. 

Me costó no hablar mientras el doctor Graves se dirigía a Emily y a Earl como si yo fuese invisible, pero enseguida advertí que allí no iba a tener ni voz ni voto. Recordé la carta de Abraham, su miedo a la oscuridad... Todo me pareció muy rápido. ¿Qué iba a pasar conmigo una vez resolviesen el papeleo? ¿Volvería a verles? ¿Empezaba aquí nuestra aventura siniestra? Me armé de valor y respiré profundamente, nada podía ser peor que la guerra... 

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02/04/2019, 16:06
Emily Lastrong

Aquello de «Si duele es que está curando» que soltó el capitán como si nada me había dejado estupefacta. Apenas atiné a despedirme de él antes de que se alejase, pero mi determinación de dejar allí sola a Eleanora se tambaleaba. Tuve que repetirme varias veces que hacíamos aquello por Abraham, que no la íbamos a dejar allí en realidad, que sólo sería el tiempo justo para destapar lo que fuese que sucedía en esa institución y que si algo nos parecía siquiera medio raro la sacaríamos de allí de inmediato. 

Al entrar en el centro me mantuve a su lado hasta que nos llevaron al despacho del doctor. Lo examiné cuidadosamente. Había colocado una sonrisa suave en mi rostro para no provocar su desconfianza, pero me costaba contener la mía. Todo parecía en orden a simple vista. Lo que proponía sonaba lógico, me imaginaba que sólo le harían algunas preguntas, así que intercambié una mirada con Earl y luego asentí en dirección al hombre. 

—Claro, doctor Graves. Y después nos gustaría también saber más sobre los horarios de visita del centro —dije con tono amable—. Les han recomendado unos amigos así que estamos seguros de que será el lugar adecuado para mi hermana, pero mientras estemos en la isla nos gustará venir a verla.

Notas de juego

Si hay algo que sacar me gasto un punto de Evaluar sinceridad con el doctor. 

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04/04/2019, 00:05
Thaddeus Graves

El doctor detuvo sus pasos al oír la voz de Emily. Se giró para observarla antes de contestar, y aún antes de hacerlo miró un momento a Earl. Parecía ser de esos hombres que esperan que sea otro hombre quien se dirija a ellos para pedir cualquier cosa.

—Por supuesto. Ahora les informarán de todo —enunció, mirando ya a la periodista y dedicándole un asentimiento—. Sus amigos han acertado al recomendarles, sin duda. Ahora, si me disculpan...

Con aquellas palabras abandonó la habitación, guiando a Eleonora para que lo acompañase.

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04/04/2019, 00:21
Thaddeus Graves

Sin lugar a dudas había algo que no terminaba de encajar en aquel médico. No hacía gala de los tics habituales en alguien que estuviera mintiendo, ni apartaba la mirada... Pero era evidente que sus palabras escondían algo más. No tardaste en darte cuenta de que aunque intentaba aparentar normalidad le sorprendía —y mucho— vuestra presencia allí. Sus palabras sobre cómo podían ayudar a Eleonora parecían vacías, como si fueran algo repetido hasta perder significado. Y aunque había hablado de resultados buenos hubo algo en su mirada que te hizo pensar en la otra parte, la que callaba, la de los resultados malos que de repente estabas segura de que también habían tenido, pero no mencionaba.

Sin embargo, no fue hasta que nombraste los horarios de visita que te diste cuenta de que el tipo ni siquiera contaba con algo así. Su respuesta te hizo darte cuenta de que lo que él esperaba era que desaparecieseis tan rápido como habíais llegado... Y que probablemente no volvierais a ver a Eleonora, al menos, hasta que se curase. Era posible que estuviera acostumbrado a familiares que dejaban allí a los pacientes y no volvían a visitarlos nunca, y que al final esa costumbre se hubiera convertido en rutina. Una rutina que le molestaba cambiar, a juzgar por cómo se le habían tensado los tendones del cuello. Aún así, era cierto que el capitán del ferry podía ver a su hija, entonces... ¿Por qué esa molestia? Podías estar totalmente convencida de que el doctor Graves consideraba aquello —sobre todo vuestra posible insistencia— un trastorno innecesario.

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04/04/2019, 00:31
Thaddeus Graves

Una vez que abandonasteis aquel despacho el doctor avanzó por aquel pasillo sin esperarte. Avanzó hasta tres puertas más allá y sacó una llave con la que abrió una consulta. Mientras tanto una mujer con uniforme de enfermera se cruzó con vosotros, dedicando al hombre un humilde saludo.

La sala era como tantas otras que habías visto antes. Menos preparada que las de la ciudad, mucho más que los lugares improvisados que debíais usar en la guerra. El mobiliario era escaso, con un camilla, una mesa con dos sillas y ni siquiera un biombo para separar las dos partes de la consulta. El doctor te hizo un gesto para que te sentases en la camilla y volvió a asomarse a la puerta.

—Por favor, dile a Hopkins que venga —enunció, probablemente hablando a la enfermera que antes habías visto.

Después se colocó a un paso de ti y te miró a los ojos un momento.

—Cuénteme cómo se encuentra tan detalladamente como pueda —te pidió, apartando ya la mirada y acercándose a coger un bolígrafo de la mesa.

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04/04/2019, 19:42
Earl McDormand

Agradecí al capitán su respuesta. Noté cómo mi intervención le había llamado la atención, pero por su contestación no me pareció que se hubiera sentido excesivamente incómodo. Al fin y al cabo, se veía un hombre experimentado por la edad y se habría encontrado de todo durante su vida. Probablemente lo que le había dicho tampoco era nada del otro mundo en comparación.

Me despedí del hombre y agradecí de nuevo su amabilidad a la hora de explicarnos todo lo que nos había dicho con respecto su hija y el funcionamiento interno del Blue Side.

—Eso espero. Muchas gracias por su ayuda señor McCarty. Hasta pronto. —dijo en referencia a lo de verse en algún momento. El hombre le había caído bien y se quedó con las ganas de fotografiarlo. Aunque pensó fugazmente en lo interesante que sería hacer un reportaje sobre la vida del capitán, ahora no era el momento para eso.

Una vez en el sanatorio, inspeccioné el lugar hasta que el doctor que se presentó con su apellido nos vino a buscar y continuamos el tour por el interior del edificio. Sentí el impulso de coger la mano de Eleonora, pero me contuve. 

En el despacho explicamos la falsa situación de Eleonora aunque la mayor parte de detalles las daría Emily. No sabía por qué, —en realidad sí lo sabía—, pero no me salían las palabras. Me cohibí y me sentí muy incómodo por dejar a Eleonora en ese lugar.

Cuando Graves se levantó con la intención de llevarse ya a la chica la miré preocupado, sin poder disimular. Suerte que Emily intervino, aunque sus palabras no fueron lo suficientemente amortiguadoras como para que el doctor Graves no se diera cuenta de que algo me ocurría.

No me dio tiempo a reaccionar. Mi mirada se quedó fija mientras las dos figuras salían del despacho.

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04/04/2019, 20:04
Earl McDormand

En cuanto Eleonora y el doctor salieron por la puerta, pestañeé fuerte y me di una palmada floja en la frente.

—Lo siento, no sé que me ha pasado —comenté a Emily sin mirarla directamente, aunque si la chica se fijaba vería que mi mirada seguía mostrando inquietud—. No sabía qué decir.

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07/04/2019, 14:13
Emily Lastrong

Mantuve la compostura, con esa sonrisa tranquila y cortés en los labios, hasta que el hombre se dio la vuelta. Pero mientras se dirigía a la puerta taladré la espalda del doctor con los ojos entrecerrados y los labios apretados en una fina línea. Las palabras de Earl me sacaron de mis pensamientos y tuve que pestañear para comprender de qué hablaba. 

—Oh, no te preocupes —le quité importancia con una ligera sacudida de cabeza—. No ha sido nada. 

Mis dedos tamborilearon sobre el reposabrazos de la silla que ocupaba, gesto que desvelaba mi inquietud y que me había acompañado desde que era pequeña. Mi mirada aún contempló la puerta cerrada algunos segundos más antes de buscar la de Earl. 

—Ese hombre no me gusta ni una pizca —sentencié, frunciendo un poquito el ceño—. No es sólo que este lugar aterrador me desagrade, es que ese doctor —pronuncié esa palabra con el tono que usaba cuando la periodista que llevaba dentro me hacía dudar de algo o alguien— sólo nos ha dicho lo que cree que queremos oír. Y además, estoy segura de que le incomoda que queramos visitar a Eleanora, él esperaba que la dejásemos aquí y nos fuésemos para no volver más. Nos considera un trastorno innecesario, Earl. Estoy segura. 

Resoplé en voz baja y me froté las sienes con las yemas de los dedos. 

—Sé que estamos aquí por algo y estoy convencida de que lograremos destapar este lugar. Mi determinación no ha disminuido ni un ápice. Pero maldita la gracia que me hace dejarla aquí sola. 

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08/04/2019, 20:04
Eleonora Oldenburg

Ni siquiera se había dignado a caminar a mi lado, estaba claro que para el doctor Graves no eran importantes las personas o al menos los pacientes. Su prisa me incomodó. Me senté en la camilla y empecé a hablar:

-No puedo dormir. Desde hace casi un año me despierto cada tres horas. A veces gritando, a veces sin poder respirar. No recuerdo lo que sueño, solo un fogonazo blanco de luz que me ciega cuando al fin abro los ojos. No puedo trabajar porque me tiemblan las manos y tengo crisis periódicas en las que no consigo mover las piernas.

Me costó mirar a otra parte que no fuesen los ojos del doctor Graves, aunque mantuve la cabeza gacha. Temía no haber sonado convincente, no haberme presentado como una joven vulnerable.

 

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09/04/2019, 19:59
Earl McDormand

La mala sensación que se me había quedado por la situación con el médico se desvaneció ligeramente al ver que Emily no le daba importancia a lo ocurrido. Aunque no desapareció y la periodista desveló lo que yo mismo también había sentido desde el principio. Ciertamente, ese hombre no daba demasiada confianza.

Asentí a las palabras de la chica mientras me levantaba de la silla en la que me encontraba. Estaba incómodo y mis piernas lo notaban con un hormigueo desagradable que esperaba se desvaneciera al moverlas.

Me crucé de brazos mientras mis ojos inspeccionaban algunos objetos que había en el despacho pero sin ser consciente de lo que estaban observando. Mi cabeza se puso en funcionamiento. De hecho, una arruga que siempre me aparecía en la sien se hinchó un poco.

—Lo sé. Y sí, tienes razón, ha sido excesivamente precavido con lo que nos ha dicho. Espero que Eleonora esté bien —comenté sin ánimo de dramatizar más el momento—. Pero ahora tenemos que centrarnos en el...— No acabé la frase. En lugar de eso, me dirigí hacia la puerta y acerqué la oreja sin llegar a tocarla. No me fiaba de que alguien pudiera estar escuchándonos.

—Veremos. —dije finalmente, tras permanecer unos segundos más cerca de la puerta. Luego me dirigí a la mesa que separaba las sillas de los visitantes de la del doctor. Eché un vistazo por encima y luego miré a Emily de reojo manteniendo mi cuerpo ladeado. También miré hacia la puerta por si alguien entraba, disimular.

Notas de juego

Iba a tirar algo pero si no lo he entendido mal en las reglas me espero a que me diga el Master y edito con la tirada.

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11/04/2019, 00:14
Narrador

Al repasar el lugar con la mirada Earl se dio cuenta de varias cosas. La primera, de que aquel despacho no correspondía al doctor Graves. Un par de diplomas de la pared llevaban distintos nombres que ni siquiera coincidían entre ellos. También había un par de estanterías con libros y algunos objetos exóticos de adorno. Earl no fue capaz de identificar ninguno de ellos, pero sin duda debían pertenecer a alguna tribu sudamericana, egipcia o algo similar. El chico no sabía demasiado de esas cosas.

Al acercarse a la puerta y escuchar al otro lado Earl no percibió ningún sonido. El pasillo estaba en calma. Viéndolo desde la puerta al fotógrafo le dio la impresión de haber sido limpiado sólo de manera superficial recientemente. Desde luego, no estaban acostumbrados a recibir visitas.

Además, en la fotografía que había en el escritorio había una mujer de unos treinta y cinco años: demasiado joven para ser su esposa, demasiado mayor para ser su hija. Un segundo vistazo bastó para darse cuenta de que, además, la toma debía de ser bastante reciente.

Notas de juego

Puedo darte más información si gastas un punto de tu reserva de Recogida de Pruebas. :)

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11/04/2019, 00:23
Thaddeus Graves

En el momento en que empezaste a hablar el doctor te miró una vez más antes de empezar a tomar notas en un cuaderno. Asintió en más de una ocasión mientras hablabas, pero no dijo nada por el momento que te animase a seguir. No parecía sorprendido con tus palabras. De hecho ni siquiera parecía sentir demasiado al respecto de ellas, como si las evaluase sólo desde un punto de vista analítico.

—Entiendo —dijo, hablando como si fueras ya una paciente más.

Tardó un par de segundos en volver a hablar mientras terminaba de tomar notas.

—¿Siempre es cada tres horas? —preguntó poniendo de nuevo sus ojos sobre ti—. ¿Le sucede todas las noches? ¿Ha probado a medicarse? ¿Calmantes, pastillas para domir, infusiones...? —Volvió a poner sus ojos sobre el papel—. ¿Cuánto tiempo pasó desde que volvió del frente hasta que comenzaron esos episodios?

Era difícil estar segura sobre si el doctor se habría creído tu interpretación. Pero si no lo había hecho, desde luego, no había dado evidencias de ello en absoluto.

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11/04/2019, 19:42
Earl McDormand
Sólo para el director

Notas de juego

¡Me lo gasto! :O

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18/04/2019, 11:41
Narrador

Los objetos exóticos que había por la habitación tenían algo en común: todos pertenecían de una u otra manera a tradiciones ocultistas. Había una cruz de los muertos egipcia, un símbolo maya que representaba la línea entre vida y muerte... Y una especie de media luna grabada con símbolos celtas que Earl estuvo seguro de que guardaba una daga en su interior. Una daga ritual.

De todos modos, no fue eso lo que más llamó su atención. Cuanto más observaba aquel cuarto más le daba la impresión de que era un despacho compartido entre varios doctores, construido sin poner demasiado empeño en disimular. El brillo de la luz que entraba por la ventana, además, le hizo darse cuenta de que aunque todo el despacho había sido limpiado superficialmente, había una zona especialmente impoluta: el suelo de delante de una de las estanterías estaba un poco más desgastado que el resto, pero mucho más limpio. Sobre uno de los estantes de la otra, además, al lado de los libros, vio un manojo de llaves. Había algunas pequeñas, como las que podrían usarse en las puertas de un despacho como aquel, y otras más alargadas y oscuras, más propias de cerraduras antiguas.

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18/04/2019, 11:14
Emily Lastrong

No necesité que Earl me dijese nada. En cuanto vi que se acercaba a la puerta comprendí por qué dejaba la frase a medias. Y viendo cómo después comenzaba a inspeccionar, me puse en pie yo también y me coloqué junto a la puerta entreabierta. No era la primera vez que nos veíamos en una situación así, registrando algún lugar en busca de una noticia o algo que fotografiar.

—Yo vigilo —le dije, instándole a que siguiera buscando mientras yo me encargaba de que nadie nos pillase con las manos en la masa. 

Notas de juego

Perdón, pensaba que estábamos esperando a que Atre resolviese algo de lo de tus tiradas, pero me ha dicho que te lo resolvió en privi, así que me estabais esperando a mí :S.

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19/04/2019, 10:45
Earl McDormand

En una primera revisión sólo me quedé con una visión general de los objetos que más destacaban en el despacho. Comprendí un poco más el uso que le daban a ese estudio pero nada aparentemente relevante. Fue en una segunda lectura con más detenimiento cuando empecé a ver y sobre todo comprender más.

Me sentí más cómodo cuando Emily se puso al lado de la puerta. Puede que el hecho de que los dos estuviéramos de pie cantara un poco. Pero no dudaba en que la chica sabría disimular bien si alguien venía. Y yo también. Estábamos más que acostumbrados a trabajar así.

¡Chist! — Llamé la atención de Emily un instante. Me encontraba al lado de una estantería y le indiqué con el dedo unas llaves que había encima de un estante. Por supuesto no iba a cogerlas, pero simplemente quería que ella también se percatara de que eso estaba ahí. En otro momento ya le contaría con más detalle lo que estaba observando y las conclusiones a las que estaba llegando.

Luego, sin esperar ninguna respuesta y mientras Emily no avisara de que venía alguien, seguí investigando con más detenimiento el despacho. Esta vez me agaché en una zona del suelo que me había llamado más la atención.

Pasé la mano por encima y luego, desde esa posición, me fijé en si la estantería tenía algun mueble tipo armario o algo que tuviera puertas y se pudiera abrir, con la intención de mirar en el interior. Luego me levanté y miré tras los objetos y libros que ocupaban los estantes.

Notas de juego

Pues investigo más, lo que me dé tiempo.

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22/04/2019, 20:53
Eleonora Oldenburg

-No siempre es cada tres horas- contesté. -He probado con calmantes, pero los que funcionaban me dejaban tan atontada que no podía hacer vida normal al día siguiente.

Tenía miedo de mis respuestas, de todo lo que pudiese implicar que me drogasen demasiado y no poder investigar qué le había pasado a Abraham.

-Pasaron cinco meses desde que volví de Europa hasta que empezaron los episodios.

 

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28/04/2019, 03:23
Narrador

Agacharte en esa zona sólo sirvió para confirmar lo que ya habías notado: parecía más limpia que el resto. Estabas justo ante una estantería con unas puertas de cristal. Contenía libros que daban la impresión de ser de medicina, aunque antes de que pudieras ponerte en pie y examinarlos con más atención pudiste escuchar pasos en el pasillo. Alguien se acercaba.

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28/04/2019, 03:26
Narrador

Ante ti, Earl comenzó a inspeccionar la habitación. A ti solían dársete mejor esas cosas, pero era él quien había tomado la iniciativa. Desde tu posición cerca de la puerta pudiste repasar el lugar con la mirada, dándote cuenta de varias cosas. La primera, de que aquel despacho no correspondía al doctor Graves. Un par de diplomas de la pared llevaban distintos nombres que ni siquiera coincidían entre ellos. También había un par de estanterías con libros y algunos objetos exóticos de adorno. No fuiste capaz de identificar a esa distancia ninguno de ellos, pero sin duda debían pertenecer a alguna tribu sudamericana, egipcia o algo similar.

Antes de que pudieras recrearte más, sin embargo, escuchaste algo a tu espalda. Alguien venía por el pasillo.

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28/04/2019, 03:30
Nicholas Browning

El hombre que entró sin llegar a llamar a la puerta tenía unos treinta y cinco años, pelo corto y el tono de piel rojiza de quien ha recibido demasiado sol últimamente. La otra opción sería algún tipo de problema médico, aunque ni Earl ni Emily habrían sabido decir cuál exactamente. Iba vestido con un traje de color azul oscuro, y llevaba bajo el brazo una carpetilla de la que rebosaban un montón de papeles. Emily había tenido el tiempo justo para avisar a Earl antes de que el tipo entrase, y cuando lo hizo se dirigió directo a la mesa. No se sentó donde antes había estado el doctor, sino que se quedó de pie a un lado.

—Bien, buenos días —saludó—. Mi nombre es Nicholas Browning, aunque pueden llamarme Nick si lo prefieren. Les traigo todo lo que deben firmar para que podamos cuidar de su amiga.

Dejó en ese momento la carpeta sobre la mesa, que no era más que un trozo de cartón.

—No sé si ya les han informado, pero no tienen que preocuparse del desembolso económico: nosotros nos haremos cargo de todo. Aunque, por supuesto, si desean hacer una donación... Este es un buen momento.

Mientras hablaba el hombre sacó los distintos papeles a firmar. Estaban escritos con todo tipo de palabrería legal, y haría falta un buen rato de estudio para saber exactamente a qué se estaban comprometiendo. Sin embargo, la actitud del tal Nick dejaba claro que estaba allí para agilizar el proceso. Era algo extraño, pues normalmente de ese tipo de cosas solía encargarse una secretaria, aunque él trataba el tema con total naturalidad.

—Bien, no quiero entretenerles demasiado... —dijo—. En resumidas cuentas, lo que aquí dice es que nos comprometemos a dar a su amiga los mejores tratamientos de los que dispongamos, a cuidarla como estoy seguro de que ustedes tanto como yo querríamos que nos cuidasen si estuviéramos en su estado, y a avisarles de cualquier cambio. Ustedes, por su parte, se comprometen simplemente a avisarnos cuando quieran verla, y a escuchar los consejos de sus médicos. Entiendan que ni ustedes ni yo tenemos la formación ni la experiencia para saber qué es bueno para ella, y que ellos saben mejor qué cosas podrían desestabilizarla.

El tipo le tendió una estilográfica directamente a Earl.

—Firme en las líneas de puntos. Y si tienen cualquier duda, aquí estoy para resolverla.