Partida Rol por web

 Dejarías el bar atrás antes de que nadie despertase y pudiese percatarse de tu desaparición. El velo nocturno de la madrugada seria tu compañero durante el trayecto por las calles hacia el punto de recogida, donde el mismo auto que una vez te había tirado a la calle como un don nadie ahora te esperaba para llevarte de vuelta a tu hogar, si era que podías llamarlo así...

 A algunas horas fuera de la ciudad donde sucedió todo, aquella gran mansión te recibiría nuevamente con un gran patio cuidado por los más habilidosos jardineros, habitado por especies exóticas de distintos animales previamente entrenados para ir y venir con falsa libertad por áreas designadas. Nadie intercambiaría palabras contigo, apenas y te dirigirían la mirada: todo era por trabajo, y nada más.

 Fue así como a horas del amanecer las puertas de la mansión fueran abiertas para ti, siendo recibido por varios sirvientes que esperaban previamente tu llegada mientras el resto hacía los arreglos del día.

 - Le llevaremos a arreglarte y asearle antes de que Nobunaga-sama despierte. Los chefs ya están preparando el desayuno, y él esperaba su llegada - pese a todo, los trabajadores se referían a ti con respeto, y no tanto porque te lo tuviesen, sino por ser consciente de la diferencia que había entre ellos y tú a ojos del dueño...

 Luego de que dejases tus cosas, los sirvientes te ayudarían con aquellas desagradables rutinas para verte "perfecto" cuando vieras al dueño. En esta ocasión, no le esperarías para un show en el gran acuario del salón: en su lugar, te llevaron al comedor para que ayudases a completar el desayuno como plato principal... de forma literal.

 Arreglado y ataviado con finas ropas, aquel hombre de cabellos dorados y ojos carmesí esperaba con ansias en su asiento ubicado en una de las esquinas de la gran mesa rectangular que ocupaba gran parte del comedor.

 En la sala solo estaban presentes algunos sirvientes a los lados intentando pasar desapercibidos con la cabeza agachada, siendo que ni siquiera había otras sillas en la mesa dado que nadie más comía con aquel hombre.

 La mesa ya se encontraba repleta de exquisitos platillos de todo tipo para empezar bien el día, yendo desde los más saludables hasta los postres más tentadores, un exceso que Nobunaga no consumiría ni la mitad pero que aún así era preparado todos los días desde cero: era impensable servirle algo del día anterior a aquel hombre, pero el día de hoy incluso eso podría haber sido pasado por alto, pues la ansiedad que el rubio llevaba acumulando durante meses fue despejada en el momento en el que los chefs destaparon el plato principal justo delante de él: Aoi en bandeja de plata.

 De forma literal, el chico había sido colocado sin una sola prenda de ropa con varias piezas de sushi encima, colocadas estratégicamente para no ocupar casi nada de espacio sobre su cuerpo pero aún así cubrir puntos muy específicos, haciéndolo lo más vergonzoso posible para el peliazul, pero más maravilloso para el consumidor.

 - Qué maravillosa sorpresa... - exclamaría Nobunaga con una sonrisa de satisfacción, chasqueando los dedos para que los chefs continuasen con la siguiente parte, consistente en verter agua sobre el chico sin mojar la comida para crear unos dos dedos de profundidad con la bandeja, de modo que el dueño pudiese disfrutar del proceso de transformación antes de tomar unos palillos y empezar su desayuno directamente del cuerpo de su más preciado tesoro.

Solo había dormido cuatro horas en una cama por lo que aprovechó el largo camino para tumbarse en la parte trasera del coche y descansar unas cuantas horas más. De ese modo, estaría descansado para verle a el... A ese ser que a veces podía ser ciertamente repulsivo. 

Nada más llegar a la enorme mansión se sintió agredido por las miradas, nada nuevo en realidad. Dejó que lo llevaran a su habitación y allí sobre la mesa dejó su móvil y sobre con dinero hasta que la jefa de servicio entró. -Vamos, no pierdas el tiempo. Tu tratamiento lleva varias horas y quedan solo tres para que el amo despierte. Ese, tratamiento... Lo odiaba profundamente, cada día de su existencia era un sufrimiento. No estaba delgado por falta de nutrientes y comida, es que literalmente no dejaban que su cuerpo la asimilara prácticamente en lo absoluto. 

Mientras las sirvientas lo limpiaban a conciencia con instrucciones específicas de no mojarlo más allá de una taza de agua antes de ser secado y de eliminar hasta el último vello corporal, la jefa de servicio traía una bandeja con varias pastillas y una jeringa muy grande, junto a un bote enorme de líquido transparente que ponía: Laxante. Lo primero que debía tomarse mientras le bañaban eran las cuatro pastillas... Unas especiales pues le lavaban el estómago por completo dejándolo vacío en cuestión de 30 minutos.  Momento en el que, por orden de la superior, Aoi sería acostado para insertarle todo el contenido laxante que cupiera en la jeringa y así el chico pasaría 40 minutos vaciándose por completo entre varias tandas de jeringa. Un proceso cuanto menos doloroso y de sensaciones muy extrañas para el cuerpo. 

Su amo le quería impoluto, limpio de todas las maneras posibles como si de un muñeco se tratase, ese hombre estaba enfermo. Tras una hora y cuarto de dicha tortura, faltaba que la limpieza bucal comenzase, quedando sus dientes y su boca impolutos en treinta minutos. Dejando el sobrante para arreglar su cabello mientras las demás sirvientas le terminaban de cortar y pulir las uñas de manos y pies, limarle cualquier aspereza y dejar todo su cuerpo como si nunca jamás una mota de polvo se hubiera posado sobre el. 

La mesa donde le hicieron tumbarse boca arriba estaba fría, pero no se quejó. Le habían dejado el cabello suelto y pedido que se mantuviera completamente estático durante todo el tiempo que durase el desayuno del señor. Eso sería muy duro, humillante y vergonzoso... Pero no podía hacer nada al respecto. Eran los caprichos de un hombre terrible al que no quería hacer enfadar. Se dejó llenar de Sushi hasta el último centímetro y esperó con los ojos cerrados a que lo llevaran hasta el centro de la mesa, cosa que no tardaron en hacer.  Por el rabillo del ojo podía sentir y ver medianamente a aquel hombre, notando también que el estaba completamente rodeado de más comida. Era un derrochador, al menos sabía que los criados se beneficiaban de aquello dándose banquetes a todas horas, eso le parecía bien. 

No se esperó que la razón por la que la bandeja era de bordes altos y del largo exacto de la mesa tenía que ver con el fetiche de su amo. ¿Cómo no lo pensó antes? Cuando empezaron a llenarle de agua para que se transformase, suspiró y dejó que empezara a comer. Aquello era una tortura aunque debía agradecer que no empezase a comer antes de ser transformado pues entonces la vergüenza y humillación sería máxima. - Buen provecho, amo... Miraba al techo mientras hablaba. -No es una sorpresa si se pide expresamente... ¿No?

 El comentario provocaría una pequeña risa del hombre, quién antes de responder degustaría otro bocado de las múltiples piezas de comida que reposaban sobre el cuerpo del tritón, acompañado con las otras porciones repartidas en distintos platos alrededor de la bandeja.

 - Supongo que tienes razón, pero es que nunca tengo suficiente de ti - respondería con una de sus sonrisas, visiblemente satisfecho con aquella "agradable" forma de empezar el día. -. Cierra la boca un momento... - añadiría tras tomar una porción de Sashimi, colocándola sobre los labios de Aoi con los pasillos antes de acercarse y posar los suyos sobre el pescado, mirando hipnotizado los ojos del tritón con sus rostros tan cerca antes de abrir la boca para tomar el sashimi y comerlo mientras volvía a acomodarse en su asiento. Durante ese breve periodo, el chico pudo percatarse del casi imperceptible reflejo de los lentes de contactos que usaba el hombre usualmente: de otro modo, no habría forma de que le hubiese visto a los ojos durante tanto tiempo sin haber acabado sufriendo los efectos de su quirk...

 Naturalmente, Nobunaga no tendría prisas por terminar su desayuno, alargando aquello por largos minutos que para Aoi pudieron ser eternos, antes de finalmente limpiarse con unas servilletas y ponerse en pie, habiendo acabado apenas una pequeña parte de todo lo que había en la mesa, pero consumiendo casi todo lo que tocó el cuerpo de Aoi.

 - Muy bien... - luego de haberse divertido lo suficiente, la sonrisa y mirada del rubio adoptarían un tono más serio, casi imperceptible para el resto pero para Aoi una señal de tratar temas de trabajo. -. Te espero en mi estudio.

 El jefe abandonaría el comedor antes de que los sirvientes se pusieron manos a la obra de inmediato a recoger todo: el equipo de servicio secaría rápidamente a Aoi y le tendrían preparado ya uno de sus conjuntos usuales. Tras lo cual, el chico podría ir a recoger nuevamente las cosas que había dejado en su habitación antes de ir a ver al rubio: no obstante, una figura conocida cruzaría su mismo camino.

 Un chico de apenas unos años más que Aoi, de largo cabello castaño recogido en una coleta y una tez clara acompañada de un físico visiblemente ejercitado, vestía con ropa ligera y atlética que favorecía su figura musculosa, así como unos vendajes ajustados en sus manos hasta los antebrazos, y por debajo de las rodillas hasta los pies, ocultándose dentro de las botas que usaba.

 Raiden Nobunaga, segundo hijo adoptivo del jefe, y aquel que abiertamente odia a su padre. Generalmente el rubio no le da mucha atención a los hermanos más allá de cuando necesita algo de ellos, pero de Raiden no pareció necesitar nada desde hace años, quedando relegado por el tercero y mucho más con la llegada de Aoi, siendo que ese odio que el hijo tenía hacia su padre también iba dirigido penetrantemente hacia el tritón, algo bien sabido por él dado que no se esforzaba en ocultarlo delante suyo, como fue en ese caso donde al atravesar el mismo pasillo se encontraron de frente, y sin apenas dirigirle la mirada Raiden se limitaría a pasar junto a Aoi propinándole un golpe con el hombro para quitarlo de su camino. Lastimar al chico fuera de una orden del dueño generalmente significaría algo peor que la muerte para el responsable, pero los tres hijos adoptivos, pese a la falta de atención de su padre, poseían una autoridad por encima a la de los simples trabajadores, y más que todo Raiden cuando se trataba de castigar a Aoi, siendo el principal responsable de las golpizas que recibía durante al fallar en sus entrenamientos.

 - Mght... - sin decir nada, Raiden seguiría su camino perdiéndose por la mansión, permitiendo que Aoi retomase el suyo hacia el estudio de Nobunaga.

 Sentado en un mueble junto a la ventana que daba al jardín, el rubio leía el periódico de esa mañana mientras esperaba al chico. En la sala se ubicaban varias estanterías que iban desde el suelo al techo, repletas de libros de todo tipo así como algunos trofeos o antigüedades de colección. También había un escritorio donde algunas veces Nobunaga se dedicaba a escribir por pasatiempo, y poco más.

 - Ven, Aoi. Siéntate.

Dejó que el hombre disfrutara de desayunar, en completo silencio como este le había pedido. Entonces, en cuanto terminó fue secado, vestido y arreglado de nuevo por el cabello antes de poder pasar por la habitación y tomar sus cosas. Solo así iría hacia la habitación de su amo.

-Hmh. Se dejó chocar, hacía tiempo que aprendió el mejor camino para evitar peleas innecesarias pues era muy capaz de esquivar a ese chico pero no quería. Eso solo haría que su ira creciera y explotara hasta algo incontrolable que no quería experimentar. 

Por fin llegó al estudio, tocó la puerta tres veces y tras el permiso para entrar, se presentó en su interior dejando el sobre con dinero sobre la mesa. Usualmente le pedía sentarse sobre sus rodillas, pero viendo que había más sillas en esa ocasión y que no se lo había pedido explícitamente, se hizo el loco sentándose frente a el, en la silla. Abrió el móvil y sacó el chip de USB que había arrancado previamente el día anterior. Cuando el hombre le permitió hablar, lo hizo. 

-No creo que fuera este hombre quien asesinase a tu compañero de negocios. Si estaba relacionado con quien lo hiciera, ya no lo está actualmente pues cuando entré, el grupo entero prácticamente recién se conocía.

Kurai Kenkyusa. Quirk, visión de rayos X. Puede atravesar con su vista los objetos. Tiene una fijación extraña por experimentar con los seres vivos que le parecen interesantes, quizá es su visión retorcida del mundo la que la hace perfecta para estar en un grupo de villanos. 
Void. Sujeto experimental del que tienes más información en el informe que te mandé y aquí dentro. Señaló entonces el USB
Sayomi Hiraka. Alias Pause. No voy a entrar en su historia de fondo, ya la conoces. Lo que no sabes es que el gobierno no la encerró, la hizo trabajar para ellos en el mismo hospital que reventó ayer. Al parecer es la causante de varias mutaciones, sospecho, por su comportamiento, que se cansó en algún punto por ética o alguna otra razón y abandonó el hospital junto con los sujetos de prueba: Void, Jess y Gabriel. Hizo una pausa y suspiró . Pronto llegaré a comentarte sobre Gabriel. Su compañera la Doctora Mayers, quien figura en todos los estudios aquí guardados Dejó caer el chip USB sobre la mano de Nobunaga No dejó nunca el hospital y de trabajar para el gobierno, ¿O ya no era del gobierno si no una meta personal? Aún me queda aclarar esto. Actualmente Mayers se encuentra retenida con nosotros en la guarida, va a empezar a trabajar para Gabriel. 

Demasiada información, lo sabía pero también era lo que tocaba.

Sora Himeko. Alias Eclipse, Alias Gawain. Una ex idol venida a menos por... ¿Locura? Aún no entiendo bien qué pretende yendo por la vida del villano. Es una de las compañeras que fue reclutada junto a mi. Su Quirk registrado era Melody, una tapadera. El real es indeterminado aún. Por lo que he visto, alteración de la temperatura, creación de lava a causa de las altas temperaturas, creación y control del fuego... Control de energía a altas temperaturas capaz de condensarla en rayos. De momento no tengo más información de ella.

Nakamura Keitaro. No tengo mucha información de el, es reservado, la pareja oficial de Sora. Parece que solo la sigue por amor aunque por sus expresiones tranquilas ante ciertos eventos, no parece ser inocente de nada. Su Quirk es sin duda peligroso a la par que útil, puede dominar cualquier arma con solo tocarla, llevándolas a veces a niveles imposibles.

Lo cierto es que no quería hablar de la pequeña Jess, pero aquello era parte de su trabajo sin duda. Encendió su móvil y le enseñó la foto de la pequeña posando con algunos de los Ranger.

Jess. Tienes toda la información en los papeles que mandé por foto y en el chip de USB... De verdad no quería hablar de ella, pero se forzó a ello, respiró profundamente y su rostro de pronto se puso serio, mentalizandose en su trabajo. Es una niña en todos los aspectos, diría que posee un grave retraso de aprendizaje así como emocional. Posiblemente ha sido sujeto de pruebas desde que nació. La usan como arma aunque parece que cuidan de ella tanto como para evitar que la dañen.

Gabriel. Alias Zeus. Toda la información posible está en los papeles que mandé por foto y el chip USB. Añadiré que Gabriel solo es el recipiente y Zeus el huesped. Van a la par, pero no tienen nada que ver uno con el otro. Parece ser otro de los experimentos que se llevaban a cabo en el hospital, uno fugado. Tiene un ideal demasiado fantasioso que quiere cumplir a toda costa: sacar a la luz la verdad del mundo y guiar a la sociedad a un futuro brillante Negó un poco Infantil sin duda. Es posible que sea causado por todo lo que encubre el Gobierno.

Mayers. Investigadora y doctora. La causante de gran parte si no todos los experimentos hechos en el Hospital. No tengo mucha más información sobre ella por ahora.

Bueno, hasta el momento la información iba bien. 

Los únicos sospechosos de matar a tu compañero de negocios son: Sayomi, Void, Jess, el propio Zeus y Kurai. Aún no he descubierto nada sobre ello, pues he preferido no preguntar, aunque lo haré pronto. 

Ayer se unió al grupo un nuevo integrante. Angelo. Quirk. Bueno, vampirismo. Como los de las novelas, chupa sangre para sobrevivir y ganar fuerza y capacidades sobrehumanas. No tengo mucha información sobre el aún por obvias razones.

En cuanto terminó de hablar, se sintió algo libre pues tener toda esa información retenida era duro. 

 Siguiendo al chico con la mirada, el hombre asentiría conforme al verle entregar el dinero antes de tomar asiento delante de él, sin mostrar ninguna reacción en particular a esa decisión antes de prestar atención a su informe.

-No creo que fuera este hombre quien asesinase a tu compañero de negocios. Si estaba relacionado con quien lo hiciera, ya no lo está actualmente pues cuando entré, el grupo entero prácticamente recién se conocía.

 - Mght... - escuchar eso nada más empezar dibujaría una mirada de duda en el rostro de Nobunaga, quién pese a todo esperaría a escuchar el resto antes de opinar.

Kurai Kenkyusa. Quirk, visión de rayos X. Puede atravesar con su vista los objetos. Tiene una fijación extraña por experimentar con los seres vivos que le parecen interesantes, quizá es su visión retorcida del mundo la que la hace perfecta para estar en un grupo de villanos. 

 - Suena a un quirk interesante... Si su mentalidad solo gira en torno a saciar su curiosidad, no debería ser muy difícil manipularla para ponerla de nuestro lado...

Sayomi Hiraka. Alias Pause. No voy a entrar en su historia de fondo, ya la conoces. Lo que no sabes es que el gobierno no la encerró, la hizo trabajar para ellos en el mismo hospital que reventó ayer. Al parecer es la causante de varias mutaciones, sospecho, por su comportamiento, que se cansó en algún punto por ética o alguna otra razón y abandonó el hospital junto con los sujetos de prueba: Void, Jess y Gabriel. Hizo una pausa y suspiró . Pronto llegaré a comentarte sobre Gabriel. Su compañera la Doctora Mayers, quien figura en todos los estudios aquí guardados Dejó caer el chip USB sobre la mano de Nobunaga No dejó nunca el hospital y de trabajar para el gobierno, ¿O ya no era del gobierno si no una meta personal? Aún me queda aclarar esto. Actualmente Mayers se encuentra retenida con nosotros en la guarida, va a empezar a trabajar para Gabriel. 

 - Entonces no es un grupo formado al azar: están relacionados por los laboratorios como trabajadores o experimentos... Interesante - esto parecía resultar del agrado para el jefe, quién sonreía con sutil emoción.

Sora Himeko. Alias Eclipse, Alias Gawain. Una ex idol venida a menos por... ¿Locura? Aún no entiendo bien qué pretende yendo por la vida del villano. Es una de las compañeras que fue reclutada junto a mi. Su Quirk registrado era Melody, una tapadera. El real es indeterminado aún. Por lo que he visto, alteración de la temperatura, creación de lava a causa de las altas temperaturas, creación y control del fuego... Control de energía a altas temperaturas capaz de condensarla en rayos. De momento no tengo más información de ella.

 - Oh, ¿esa no es una de las chica con la que Luck llenó su habitación de mercancía? - el tercer hijo de Nobunaga, Luck, resultaba ser, entre muchas cosas, un fanático de las Idols, y al tener una fortuna no escatimó en mercancía exclusiva de Gawain. -. Hay videos de ella derritiendo calles y estructuras con sus rayos: definitivamente es un poder del que preocuparse, pero recuerdo alguna vez haber tratado con alguien así... ¿Cuándo habrá sido...? - intentaba hacer memoria del hecho, pero no parecía que fuese a acertar ahora.

 Respecto a Keitaro, no parecía impresionarle o interesarle de forma particular, aunque claramente no ignoraría su relación con Sora.

Jess. Tienes toda la información en los papeles que mandé por foto y en el chip de USB... De verdad no quería hablar de ella, pero se forzó a ello, respiró profundamente y su rostro de pronto se puso serio, mentalizandose en su trabajo. Es una niña en todos los aspectos, diría que posee un grave retraso de aprendizaje así como emocional. Posiblemente ha sido sujeto de pruebas desde que nació. La usan como arma aunque parece que cuidan de ella tanto como para evitar que la dañen.

 - Interesante... Sus sentimientos hacia sus protectores debe ser fuerte, pero no hay mente inocente que con el tiempo no seda: igualmente habría que ver que utilidad le podría dar y si vale la pena. Realmente no quiero andar educando a una niña malcriada... - lo decía como si él mismo se encargase de la mayor parte del proceso de "crianza" y no sus distintos trabajadores...

Gabriel. Alias Zeus. Toda la información posible está en los papeles que mandé por foto y el chip USB. Añadiré que Gabriel solo es el recipiente y Zeus el huesped. Van a la par, pero no tienen nada que ver uno con el otro. Parece ser otro de los experimentos que se llevaban a cabo en el hospital, uno fugado. Tiene un ideal demasiado fantasioso que quiere cumplir a toda costa: sacar a la luz la verdad del mundo y guiar a la sociedad a un futuro brillante Negó un poco Infantil sin duda. Es posible que sea causado por todo lo que encubre el Gobierno.

 - Así que el sujeto de la máscara es algo así como un parásito... Eso podría dar problemas, pero ninguno con el que no podamos lidiar.

 De igual forma, los datos sobre Mayers no resultaban interesantes para Nobunaga, siendo alguien secundaria en todo eso.

 Los únicos sospechosos de matar a tu compañero de negocios son: Sayomi, Void, Jess, el propio Zeus y Kurai. Aún no he descubierto nada sobre ello, pues he preferido no preguntar, aunque lo haré pronto. 

 - Definitivamente debió tratarse del enmascarado: después de todo, habrá sido idea de él atacar el hospital y el resto de laboratorios, ¿no? - deduciría mientras desviaba su mirada durante unos momentos al jardín por la ventana. -. Mi contacto era mi enlace al proyecto para crear humanos con quirks artificiales... Realmente no pensaba que tuviese futuro, pero si se daba algo quería tener control sobre ello: y parece que al menos tuvieron tres casos mínimamente exitosos... Definitivamente ya no hay forma de recuperar el proyecto, pero me aseguraré de cobrar mi parte de los resultados que sobrevivieron - dicho de otra forma, tenía en su punto de mira tanto a Zeus como a Jess y Void, al primero como alguien a quién hacer pagar por el desastre y los otros dos como recompensa por su inversión...

Ayer se unió al grupo un nuevo integrante. Angelo. Quirk. Bueno, vampirismo. Como los de las novelas, chupa sangre para sobrevivir y ganar fuerza y capacidades sobrehumanas. No tengo mucha información sobre el aún por obvias razones.

 - Qué coincidencia: hace solo unos meses escuché del asesinato de una familia de vampiros en la ciudad donde estabas... Pensar que uno quedo vivo solo aumenta su valor. Habrá que ver cual es su posición real en todo esto... - si no pensaba en su propia satisfacción, Nobunaga pensaba en negocios.

 En todo caso, toda la información había sido más que suficiente para satisfacer al hombre.

 - Entregaré los documentos y el pendrive a Hanzo para que me de su opinión... Ahora... - con una sonrisa en su rostro, el rubio indicaría a Aoi con un gesto de mano que se acercase, alcanzándolo con sus manos para tirar de él y forzarlo a tomar asiento sobre su regazo con las piernas a los lados, posando entonces una mano en sus caderas mientras la otra la subía al rostro del chico, acariciando su mejilla mientras se perdía en su mirada. -. No sabes cuanto he esperado por recuperar el tiempo perdido mientras estabas trabajando... Tú también me extrañabas, ¿cierto?

 Con un sonrojo en el rostro propio de la excitación del momento, y una sonrisa que reflejaba las emociones que invadían al hombre, obligaría al chico a acercarse más hasta que sus rostros estuviesen uno frente al otro, respirando directamente sobre sus labios antes de buscar un apasionado beso que buscaba devorar al joven.

Pronto comprendería hacia donde iba todo aquello, hasta el momento, no sabía qué clase de compañero de negocios era el que había muerto a causa de Zeus, cosa que le hizo recapacitar y asentir. - Sí, posiblemente fuera Zeus en su huída del hospital junto con Jess, Void y Sayomi. Señor, le seré sincero. Lo que se hace allí dentro... Lo interrumpió Nobunaga rápidamente.

 - Entregaré los documentos y el pendrive a Hanzo para que me de su opinión... Ahora...

Suspiró, eso indicaba que no quería su opinión, ¿Lo habría enfadado? No... No era eso y pronto lo descubriría. Se resistió un poco pero las manos del hombre pronto lo alcanzaron para llevarlo sobre sus rodillas. -Ngh... Estaba completamente atrapado, dejó que el hombre rodease su cadera con un brazo y al final, no evitó que este lo besara. Sentía repulsión pero no podía hacer nada. Mientras el hombre se deleitaba devorando los labios de Aoi, este sacó de uno de sus bolsillos la pistola y apuntando con fiereza hacia el cuello de Nobunaga, no dudó y disparó varias veces hasta que el cargador se quedó vacío y sin balas.

-Hmpf... Los besos de aquel tipo no habían parado más que cuando el cargador fue completamente vaciado, había logrado hacerle un muy leve rasguño en la piel siquiera? No, era de oro. Joder, no lo conseguiría jamás... El tipo había logrado mover su mano lo suficientemente rápido en una de esas caricias " casuales " como para protegerse de aquella manera. 

 El hombre sabía bien lo que se hacía en los laboratorios, y por eso tuvo cierta confianza al invertir en el proyecto esperando resultados. Fue a partir de eso que Zeus se volvió su enemigo, interfiriendo y provocándole perdidas cuando aún no había reclamado algo... Pero eso eran problemas para después, pues el hombre ahora tenía toda su atención puesta en el chico sobre su regazo.

 Los labios del hombre devoraban los de Aoi mientras su lengua invadía la boca contraría, en un intercambio de aliento y saliva forzoso para el peliazul mientras se deleitaba explorando con una mano sus caderas y la otra su rostro y cuello, siendo esta de más arriba la que se movió a gran velocidad hacia su propio cuello para recubrirlo con una fina pero resistente capa de oro que impediría que las balas surtiesen algún efecto: aquel intento de asesinato terminaría dibujando una sonrisa en el rostro del rubio mientras aún se deleitaba con el sabor de su presa, haciendo desaparecer el material de su cuello antes de someter al chico yendo a sujetar sus muñecas para hacerle alzar las manos por encima de su cabeza, y así expuesto como estaba bajar por su rostro hasta llegar a su cuello.

 - Buen intento, pero ahora es mi turno de atacar... - declararía antes de dejar mordiscos y lamidas sobre el cuello del chico.

 Pasar tanto tiempo alejado de él había despertado muchas ansias dentro del hombre, misma que dejaría salir ahí mismo explorando opciones que anteriormente nunca había alcanzado: deseaba todo del Aoi, y darle todo de sí...

¡BAM...!

 Entonces, el sonido de otro disparo haría desviar la atención del jefe, volteando hacia un lado para ver de donde vino la bala que pasó justo por detrás de su cabeza impactando en la pared.

 - Oh, vaya, fallé... - se lamentaría aquel chico con la pistola.

 Hablando recientemente del fan de Idols, había hecho acto de presencia en el estudio sin siquiera haber hecho ruido al abrir la puerta. De cabello pelirrojo y con un año más que Aoi, Luck era reconocido por todos en la mansión como el hijo más parecido a su padre adoptivo: muchos describían en secreto a Nobunaga como un total enfermo, pero es que su hijo era directamente el tipo de persona que era odiada por todos por gusto. El haber intentado matar al rubio y fallar apropósito solo era una forma de burlarse de los intentos de tritón por hacerlo: después de todo, el chico realmente no necesitaba de armas para acabar con su padre si así lo quería. Se bastaba con su temible quirk Envy para desarmar a cualquier enemigo que tuviese por delante, y darle una probada de su propia medicina...

 - ¿Necesitas algo, Luck...? - le preguntaría el rubio de mala gana, visiblemente irritado de haber sido interrumpidos.

 - Es que Hanzo me envió para recordarte que tienes una reunión con unos inversores, ya sabes... Negocios - explicaría el chico con una sonrisa de satisfacción, pasando a ver entonces con más atención a Aoi y reprimir una muy leve risa por la situación en la que estaba.

 - Cierto, esa reunión... Supongo que tendré que dejar esto para luego...

 De ese modo, Nobunaga soltaría finalmente a Aoi, suspirando pesadamente y esperando que se bajase él mismo de su regazo para poder ponerse en pie.

 - Iré de inmediato... Aoi - pero antes de retirarse, el hombre voltearía a ver al chico, dedicándole una sonrisa expectante. -. Recuerda visitarme esta noche en mi habitación: deseo continuar donde nadie nos interrumpa...

¿Qué le pasaba a ese hombre? No solo no se había enfadado, de alguna manera lo había encendido aún más. Enfermo, Nobunaga le disgustaba mucho pero no podía hacer nada contra el y lo sabía. Dejó que este hiciera lo que quisiera por muchas arcadas que le dieran sus manoseos hasta que escuchó el disparo y el creciente disgusto en su amo.

Alguien mucho peor había ingresado en la habitación, burlándose de el como de costumbre. Las palabras de Nobunaga se cruzaron en su cabeza como peligrosas. - Sí, amo... Al menos eso le dejaba el día entero libre. Miró a Luck por un instante y se levantó, no quería hablarle, aquel tipo era peligroso y lo sabía bien. - Con permiso... fue lo único que dijo antes de hacer un rápido movimiento e intentar salir del estudio sin mayor complicación. 

 - ¡Un momento! - justo cuando Aoi pasó a su lado, el pelirrojo se adelantó a alcanzarlo sujetando una de sus muñecas. -. No tienes nada que hacer ahora, ¿no? Es que necesito que me ayudes con algo. No hay problema con eso: ¿cierto, padre?

 El rubio se limitaría a asentir antes de dejar el estudio, entregando así de forma indirecta a Aoi para que ayudase a su hijo con lo que tuviera que hacer, siendo que con una de sus sonrisas de oreja a oreja Luck soltaría al chico y empezaría a andar para que lo siguiese, llevándolo a su propia habitación.

 El cuarto del tercer hijo estaba bastante cargado de lujos de alguien que compraba todo lo que quería: todas las consolas de última generación, una gran computadora, una enorme cama, un closet lleno de costosa ropa a la moda... Y un montón de posters promocionales de distintas Idols, así como figuritas, peluches, algunas almohadas... Era un fanático coleccionista, así como un revendedor que siempre compraba cantidades absurdas de los productos apenas salían solo para quedarse uno y luego vender el resto a precios exagerados. Tal como había comentado Nobunaga antes, Luck también era fan de Gawain, siendo que había varía mercancía de Sora en su tiempo de Idol: en su mayoría ninguna mostraba el rostro, siendo que entonces era una idol de identidad anónima que usaba un velo, pero también tenía los últimos productos de cuando reveló su rostro finalmente antes de anunciar su retiro para pasarse al mundo de los villanos.

 - Es bueno que hayas venido hoy, verás... Hice planes con un amigo de salir a pasar el rato: le dije en su momento que invitaría a mi novia para presumírsela, pero hace unos días rompí con esa puta, y no puedo quedar mal con él, así que... - con una sonrisa de oreja a oreja, Luck sacaría de su closet un conjunto que había estado guardando para la ocasión: una falda y blusa femeninas. -. ¡Te toca hacerte pasar por ella!

Cerró los ojos esperando que fuera una mala broma. Nobunaga no le había dado permiso para hacer lo que el quisiera con Aoi, aunque sabía que al final Luck se antepondría a todo usando su poder si quería, era el mimado solo por eso. - Vamos... 

Llegaron a la habitación y mientras más hablaba menos le gustaba el plan. - No. Ayudar no es una orden explícita, me voy. Rápidamente declinó aquello y se decidió por pasar, salir de la habitación y no hablar con tarados mentales hasta que cayera la noche y no le quedara más remedio. No pensaba vestirse de mujer, aquello era denigrante. ¿Qué se habían creído?

 - ¿Enserio? Vaya, es una lastima... - suspiraría con tono derrotista. -. Si me ayudabas pensaba colocar somníferos en la cena de mi padre para que no te molestase mucho esta noche, pero supongo que no hay nada que hacer... - añadiría mientras la sonrisa volvía a su rostro.

 Aoi lo tenía claro: Nobunaga se pondría especialmente pesado y meloso aquella noche, la simple idea era desagradable y provocaba escalofríos, pero con ayuda de Luck podría evitarse esa mala experiencia... Solo si le ayudaba.

Frenó en seco y se giró a mirarle a la cara. -¿Juras? Aoi estaba muy serio sobre aquello, se había librado durante mucho tiempo de varias perversiones y gran parte de ello había sido gracias a Luck, aunque siempre todo tenía un precio. En este caso, el precio era cuanto menos elevado pero... valía la pena sin duda.

Tenía en ese armario ropa que no quería ni tocar, así que optó por la opción más sencilla que le daba. Un uniforme escolar femenino. -Sabes... No voy a preguntarte por qué tienes ropa femenina en este armario ni para qué. Eran los dos igual de enfermos sin duda... Suspiró y lo miró fríamente. - ¿Vamos? Cuanto antes acabemos esto, mejor para los dos. Se le hacía terriblemente incómodo llevar la falda, sentía que en cualquier momento esta iba a volar y enseñar todo de el... ¿Cómo podían las chicas sentirse cómodas con una prenda así? 

 - ¿Alguna ves te he fallado?

 Ver que Aoi se acercaba al armario haría mostrar una sincera expresión de sorpresa por parte del pelirrojo, misma que ensancharía su sonrisa con emoción.

 - No jodas, ¿enserio lo harás? - no parecía creerse que de verdad fuese a aceptar algo como eso, pero luego de escucharlo solo negaría con la mano. -. Obviamente la tengo por si se daba estos casos donde necesitaba que te vistieses de chica, ¿para qué más?

 Instantáneamente luego de que el peli-azul se hiciese el cambio de ropa, lo primero que haría Luck seria ignorar sus palabras y acercarse por detrás para levantar la falda a la vez que sacaba su teléfono.

 - Nice, nice... Realmente te queda mejor de lo que esperaba - diría luego de unos segundos tomando fotos antes de soltar al chico y guardar el teléfono. -. Pero sí, deberíamos irnos moviendo: mi amigo ya debe estar esperando afuera, y es algo impaciente los días soleados.

 De ese modo, saldrían de la habitación y posteriormente de la mansión, donde uno de los autos de la familia los recogería para llevarlos de vuelta a la ciudad y dejarlos en el sector comercial. Una vez fuera del auto, Luck no tardaría en pasar el brazo por detrás del cuello de Aoi para apoyar la mano en su hombro, manteniendo la cercanía con una sonrisa.

 - Recuerda, debes actuar convincente si quieres que cumpla mi parte - advertiría el chico antes de caminar hacia un café, donde parecía que se iban a reunir con su amigo dado que iba directamente a una de las mesas de afuera.

 - Ya pensaba que no ibas a llegar - diría el chico sentado en la mesa al verles acercarse.

 - Ya sabes lo que les cuesta arreglarse a las chicas para salir - se excusaría Luck con una sonrisa.

 En ese instante los problemas de Aoi se multiplicaron de sobremanera: lo de ir vestido de chica ya era un inconveniente de por sí; tener que fingir para Luck solo lo empeoraba; pero lo que podía hacer de todo aquello un infierno personal era el hecho de que el amigo con el que se estaban reuniendo era alguien que Aoi conocía... Angelo.

 - ¿Así que esta es la chica de la que tanto me has hablado? Nada mal - comentaría con una sonrisa el vampiro: o realmente no se había dado cuenta de la identidad del chico, o realmente estaba fingiendo no conocerle, siendo esto último lo más probable.

...

 Su mirada confirmaba que definitivamente estaba fingiendo.

La privacidad que logró cambiándose, se la quitó Luck haciéndole esa foto. -¡Para! ¿De qué vas? Suéltame, animal. Le pegaría una coz en la cara a modo de reprimenda, sabiendo que eso no le haría nada. 

Tenían un modo de interactuar algo curioso. Se odiaban, pero a la vez se hacían favores mutuamente. Desde fuera cualquiera diría que eran cercanos, aunque fuera una gran mentira. 

Se subiría al coche y esperaría su destino, con gran incomodidad por la ropa. 

-A... Por poco se le escapaba, se había quedado algo shockeado nada más ver quién era el que los esperaba.-Ah. S-Siento... Haber hecho esperar más de la cuenta. Se disculpó con varios formalismos antes de acceder a sentarse en la silla. De cualquier manera, debía huir de ahí. -Mi nombre es Ai, un placer conocer a un amigo de Luck. Sonrió con la mayor naturalidad que pudo mientras decidía jugársela un poco a Luck por la encerrona.

-¿De qué os conocéis? Siento mucho si Luck a veces causa problemas, puede parecer un ser frío y sin alma pero en verdad tiene un lado muy tierno y dulce. Apretaría la mano de luck en señal de ser una buena novia enamorada. -Le encantan los peluches suaves y adorables. Soltó una risita. Por mucho que odiara aquello, no tenía mayor salida que irse por el lado de ponerlo en vergüenza para que quisiera irse cuanto antes del lugar, no quería que Angelo lo viera más así. 

  El pelirrojo solo reiría por la reacción de Aoi, antes de dejar de molestarlo mientras volvían a la ciudad y se reunían con su amigo. Angelo alzaría una ceja al percatarse del error que el chico estuvo por cometer, disimulándolo con una de sus sonrisas ante su corrección antes de negar con un gesto de mano.

 - Angelo, el gusto es mío.

 En ese momento la situación era... particular: Luck claramente quería disfrutar de avergonzar a Aoi con todo aquello, a la vez que Aoi quería librarse avergonzando al propio Luck, y Angelo como un neutral solo podía disimular su mirada de curiosidad esperando a ver como actuaba cada uno con el otro.

 - Nos conocimos en un bar de apuestas: casi lo sacan por pensar que hacía trampas de alguna manera - revelaría Angelo con una de sus sonrisas, reprimiendo entonces una leve risa por el comentario hecho por Aoi sobre los gustos del pelirrojo.

 - Oye, no digas esas cosas... - lo que Aoi no tomó en cuenta era que Luck era excelente contraatacando. -. Se que anoche te llamé así en la cama, pero es que realmente eras muy suave... - su sonrisa se ensancharía, sintiéndose victorioso.

 - Pff... - por la risa reprimida de Angelo, era punto para Luck.

 - ¿Qué tal si empezamos a movernos? Quiero ir a comprar unos mangas que salen hoy - propondría entonces el pelirrojo, recibiendo un asentimiento del vampiro quién se levantaría para seguirlos.

 Nada más empezar a andar, Luck haría su movimiento rodeando la cintura de Aoi con su brazo para posar la mano esta vez en sus caderas, manteniéndolo cerca de él con una sonrisa de oreja a oreja.

Se sonrojó muchísimo cuando Luck contraatacó pero no iba a quedar ahí la afrenta. Sin duda encontraría alguna otra cosa que decirle.  -Vamos, aunque me sorprende que vayas antes a por manga que a por el último CD de Hey! Con lo que te gustan, tu habitación está repleto de ello, ¿No? Sabía que con eso pisaba minas, no era algo que a Luck le gustase dejar ver de el. Empezó a entender que podía llevar la delantera y terminar con la farsa antes de lo esperado.

 - ¿De verdad? - preguntaría Angelo con curiosidad, soltando una pequeña risa. - No sabía que eras el tipo de friki coleccionista.

 - Esta exagerando, solo son algunos pocos... - responderia Luck forzando la sonrisa, aprovechando un instante para lanzar una mirada de advertencia a Aoi. - Entonces así jugaremos...

 El chico tenía claro que Aoi no pensaba ser quien jugase el papel colaborativo en aquel favor que le hacía, pero definitivamente no iba a quedarse de brazos cruzados.

 - ¿Qué hay de ti, Angelo? ¿Muchas chicas para escoger una? - le preguntaría al vampiro.

 - Bueno, ahora que lo dices hace poco conoci a un grupo bastante interesante: todos tenían buenas caras... Pero la mayoría esperaría algo serio - explicaría.

 - Que lastima... ¿Sabes? Podrías pasar el rato conmigo y Ai si lo quieres - de forma descarada, el pelirrojo introduciria la mano por detras de la falda del chico para sujetar su trasero, con una sonrisa de oreja a oreja. - A ella le encantan esas cosas, ¿cierto, amor?

Le había dado donde le dolía, se podía notar a leguas. Cuando Luck le puso la mano en el trasero se sobresaltó levemente, pero lejos de sonrojarse mientras le pellizcaba la mano sin que se diera cuenta Angelo, sonreiría siguiendo el juego, cambiando por completo el contexto de la frase.  -¡Oh! ¿Te refieres al karaoke? Sé que te gusta mucho ir, pero no creí que llegarías a invitar a un amigo. ¿No decías que te daba vergüenza? Entonces se abrazaría a Luck y le besaría la mejilla, algo que posiblemente al chico también le molestaría. -¡Entonces podemos ir tras comprar unos manga! Qué ilusión me hace que seamos más en el Karaoke. Gracias cariño. Si aquello era la guerra, usaría todo en su mano para ganarla. 

 - ¡Tsk...! - definitivamente el pelirrojo le había subestimado: con el control que tenía Nobunaga sobre él daba por hecho que Aoi era alguien más obediente, y es que en otras ocasiones donde había hecho tratos con él no le había dado tantos problemas, pero en aquella ocasión en particular claramente no se estaba conteniendo en joder su reputación. Sobre todo aquel beso le tomaría un tanto por sorpresa, algo que se reflejaría por un ligero rubor en su rostro. -. Serás...

 - Awww... Realmente hacen bonita pareja - se sumaría Angelo con tono burlón para ambos; obvio que desconocía el trato que llevaba a Aoi a hacer todo aquello, pero eso no quitaba que pudiese echarse unas risas por verle actuar así mientras avergonzaba a su amigo.

- Cállate...

 Tras unos minutos de caminata, llegarían a aquella tienda de mangas donde Luck iría directamente a comprar aquel que buscaba mientras Angelo daba algunas vueltas viendo otros, siendo que el pelirrojo aprovecharía la ocasión donde su amigo no estaba cerca para encarar a Aoi.

 - ¿Qué mierda haces? Si sigues con tus tonterías puedes irte preparando para que padre esté despierto toda la noche contigo... - amenazaría directamente, siendo que claramente el pelirrojo era de considerar dejar ir a Aoi si tanto lo quería, pero eso le podía costar la razón por la que aceptó en primer lugar...