Partida Rol por web

Ambas partes del plan de captura fallaran parcialmente, pero no correremos riesgo durante el traslado: las únicas que podrían hacer algo no se atreverían a hacerlo dado que tendremos un rehen contra una, y la otra temería herir a su ser querido estando cerca de ella.

 El traslado se llevó a cabo sin inconvenientes, para bien o para mal, de modo que acabaron siendo llevados a las afueras de la ciudad donde se ubicaba una mansión en un gran terreno: las puertas del patio se abrieron para el vehículo permitiéndoles adentrarse por un camino decorado por hermosa vegetación a los lados, llegando a la entrada de aquella estructura decorada por una fuente de ángeles dorada. Numerosos hombres trajeados esperaban alrededor del sitio, varios armados con armas de fuego, otros con quirks de mutación evidentes, y algún que otro que seguramente tendrían algún quirk que preferían ocultar de momento.

 Al bajar del vehículo, un mayordomo les recibiría con una expresión penetrante.

 - Nobunaga-sama los espera - indicaría, dándose vuelta para caminar hacia el interior de la mansión, guiándoles mientras eran seguidos y vigilados por los numerosos guardaespaldas.

 El interior de la mansión era tan extravagante como lo parecía por fuera, con cada pasillo decorado por costosos cuadros, jarrones y otras decoraciones impolutas. Durante el camino varios sirvientes se harían a un lado para permitirles el paso, mientras otros tantos guardias les tenían puestos el ojo encima mientras avanzaban por los distintos pasillos hasta la sala donde estaba la persona tras aquel problema.

 En el salón de aquel palacio, lo primero que llamaba a la vista era el enorme acuario que se encontraba de frente a la entrada. Lleno del todo por un agua limpia y cristalina que a su vez iba suavemente teñida de azul recordando al agua del mar, con su interior relleno de arena, rocas y todo tipo de vegetación natural que hacía parecer a aquello un verdadero trozo del cuerpo marino.

 Frente a su pared de cristal, aquel hombre rubio dueño no solo de la multitud de diversos animales que nadaban en las aguas, sino de toda la mansión y sus trabajadores, esperaba sentado en su sofá colocado justamente frente al acuario, centrado y junto a una mesa de costosa madera donde reposaba un toca discos. Al escuchar la llegada del grupo, el hombre se pondría en pie, volteando a recibirles.

 - Finalmente... No tienen idea de cuantos problemas me dieron hasta ahora, pero al final las cosas siempre acaban de esta manera - declararía el hombre de ojos brillantes como un rubí, con una sonrisa de satisfacción mientras iba pasando su mirada por cada uno de los presentes, deteniéndose sobre Jess con curiosidad. -. Tú eres la chica del laboratorio, ¿no?

 Aparte de los numerosos guardaespaldas y algunos sirvientes, presente en la sala y manteniendo algo de cercanía con el hombre rubio se encontraba un chico de cabello castaño y ojos rojos, quién usaba una vestimenta propia de un luchador de artes marciales completada por unos vendajes que cubrían sus brazos, extendiéndose hacia el torso.

 - . . .

 El hombre rubio sonreía, fascinado, mientras se disponía a alcanzar una copa de vino previamente servida sobre la mesa junto a él.

 - Encantado de conocer finalmente a los sirvientes de ese problemático enmascarado. Soy Kazama Nobunaga, aunque de mala manera algunos se refieren a mi como "Midas".

-¿Sirviente? Lo siento, te equivocaste de persona. Pero no tengo nada que decir a alguien tan vulgar y su pequeña y desesperada cruzada por poder en base a un medio tan...deficiente. -lo dijo con toda la condescendencia del mundo, como si estuviera viendo a un niño esmerarse en comer pegamento a pesar de que se trataba de evitar.

No le observaba directamente, con pasivo desdén. Sonaba bastante más fría de lo escuchado hasta ahora, y se notaba que tomaba aquello tan bien y con la misma paciencia sentarse en un chicle.

-En fin. Yo no vine aquí para ayudarte a encontrar tu nariz, payaso. Apresúrate con tu pequeña rutina de regodeo en el tiempo que te queda, y puedes tratar de reafirmarte matoneándome si alimenta tu pequeño ego. Pero te aseguro que no va a terminar bien si me presionas demasiado, así que te recomiendo ser un anfitrión gentil mientras mi estancia dure.

Sora emanaba mucha hostilidad contra todo pronóstico, su tono era bajo y amenazante como nunca, aunque aún refinado.

-No pruebes mi paciencia.

La pequeña obsesión de ese sector de la ciudad por el asunto del quirk de Gabriel y la chica genuinamente le aburría sin fin. Sora se contenía pacientemente, entendiendo de forma clara que ante tanta gente el estallar no era una elección sabía, pero no estaba dispuesta en absoluto a ser una muñeca de trapo asustada, y dejó claro que esperaba que le tratarán como una invitada ilustre en todo este asunto.

No era particularmente clasista, pero todo aquello le era tan campesino que poco más parecía un grupo de gente luchando en el lodo por una perla. El tema le provocaba vergüenza ajena casi le hacía reír en esos momentos.

En el final del día eran dos personas ricas, y no iba a conformarse con que le trataran como ganado asustado. Debía ser firme para pasar aquello dignamente hasta encontrar las migas de pan dejadas por su anterior cita.

En cualquier otro momento me habría entretenido y disfrutado mucho de ver todo el lugar... pero no estaba de humor para poder examinar cada cosa entretenida o bonita que veía. El lugar podría ser poyotástico, pero el momento no. Me mantendría tomada de la mano de la doctora todo el rato, no queriendo separarme de ella. 

Ese hombre rubio que nos hablaba ahora no me gustaba tampoco -Yo no soy sirviente de nadie...- diría... aunque realmente no supiera que significase, no me gustaba como sonaba. No le respondí si era la chica del laboratorio, y no me gustaba que me mirase así. Apretaba la mano un poco nerviosa a mi madre... -Devuelve a Gabriel a como estaba... y devuélvenos a nuestros amigos... a todos... O... te castigaré...- no sabía como sonar amenazante, seguramente así tan enfadada y confusa cogiéndole la mano a Sayomi no lo parecería... pero pensaba en ese hombre como en Zeus: Había hecho algo malo y quería castigarle por eso, porque nos había hecho daño a todos. Sora también le hablaba... muchas palabras suyas no las entendía; pero se notaba que también estaba enfadada... Y con ese hombre me daba igual que fuera mala, si él fue malo primero con nosotros.

 Tan pronto como Sora respondió de forma directa y sin tapujos, una ligera muesca de molestia se dibujaría en el rostro de Nobunaga, disgustado.

 - ¿¡Como te atreves!? ¿Nadie te ha enseñado a respetar a tus mayores? Deberías agradecer que los invité con la mentalidad de llegar a un acuerdo que pudiese beneficiar a todos, dado que todos mis hijos concluyeron que no era lo mejor eliminarlos por completo: mi interés esta únicamente en recuperar la inversión que hice en esos laboratorios, pero te advierto que tampoco deberías tentar tu suerte - evidentemente el hombre se había ofendido de sobremanera por la forma de actuar de Sora, demostrando que era alguien fácilmente alterable, aunque tras ver a Jess y escuchar sus exigencias y amenaza volvería a mostrar una ligera sonrisa de confianza. -. Oh, ¿el hombre que cuidaba aquel bar de segunda? Podría considerar liberarlo, pero para eso primero tendré que acordar unos términos contigo y la científica. ¿Me acompañan a tomar algo?

 Los guardaespaldas empezaron a movilizarse entonces, empujando a Jess y Sayomi hacia una de las puertas que daba a otro pasillo, hacia donde también se dirigiría por cuenta propia el hombre rubio siendo seguido por el chico de los vendajes, manteniendo distancia de la pelirroja. Por otro lado, antes de que Aoi y Sora pudiesen optar por seguirles, otro grupo de hombres trajeados les rodearía, y uno en específico básicamente se le echaría encima desde atrás a la chica, abrazándola mientras la puerta que separaba esa sala del pasillo por el que se llevaban a Jess se cerraba.

 - Gawain-chan...

 Escoltadas por los guardaespaldas y acompañadas por aquel hombre, llegarían a una especie de estudio que daba con una vista al jardín: en la sala se ubicaban varias estanterías que iban desde el suelo al techo, repletas de libros de todo tipo así como algunos trofeos o antigüedades de colección, con un mueble junto a la ventana y un escritorio con algunos libros. Los guardaespaldas se repartirían por los alrededores de la sala, dejando al rubio llegar hasta el mueble junto a la ventana para tomar asiento, con aquel chico de los vendajes acomodándose detrás de él.

 - Eres Jess-chan, ¿cierto? He escuchado bastante de ti... Entiendo que eres algo así como el mayor proyecto de los laboratorios, y lo más cercano a un éxito perfecto. Para que te hagas una idea, soy uno de los principales inversionistas de esos laboratorios, y ahora que están destruidos quiero obtener mi correspondiente ganancia: naturalmente, ya hice los arreglos con el resto de inversionistas, y todos aceptaron sin muchos problemas la repartición que les propuse, de modo que llegamos a la conclusión de que te ofrecería servirme a mi - declararía Nobunaga, con un tono de voz cálido y amable. -. Trabajando para mi puedes ganarte fácilmente todo lo que necesitas para vivir: techo, comida, y te sobrará dinero para comprarte cualquier gusto que tengas... Sin mencionar que, bajo mi protección, no habrá persona que quiera perseguirte nuevamente para capturarte, ni a ti ni a ella... - su mirada pasaría entonces hacia Sayomi, con una sonrisa cómplice.

 - . . . - de momento, la doctora permanecería en silencio, mirando fijamente al hombre.

 -  A cambio, también podría considerar liberar a vuestro amigo, siempre y cuando luego lo convenzan de no meterse de nuevo en mis asuntos...

 Tan pronto como aquel nombre fue susurrado al oído de Sora de manera cuanto menos espeluznante, el cuerpo del guardaespaldas que la sujetaba empezaría a derretirse convertido en una especie de masa blanca, revelando debajo la verdadera identidad del hombre trajeado: el pelirrojo fanático.

 - Sabía que no pasaría mucho hasta encontrarnos de nuevo - comentaría con una amplia sonrisa, manteniéndose pegado a ella mientras la sujetaba por debajo del pecho con los brazos.

 - ¡Sora! - ver como alguien se le echaba encima de esa forma a la chica pondría alerta a Aoi, aunque la rápida reacción de los guardaespaldas acercándose y amenazando con usar sus armas o quirks detendrían cualquier intento del chico por hacer algo.

 Naturalmente, aquello solo haría que el pelirrojo disfrutase más de todo aquello.

 - Deberías darme las gracias, Gawain-chan: no te imaginas lo mucho que tuve que esforzarme para convencer a mi padre de que te permitiese trabajar para mi si solo salía bien. Justo ahora debe estar convenciendo a esas chicas de trabajar para él, como pago por los laboratorios destruidos donde invirtió mucho de su dinero, y teniendo en cuenta lo inocente que es esa chica y lo mucho que se preocupa la doctora por ella... Dudo que se vayan a negar, por el bien de la otra - dicho eso, el chico haría un rápido movimiento para subir una de sus manos y sujetarla del pecho, con una sonrisa de oreja a oreja. -. Yo... tengo otros planes para ti: Quieres recuperar a tu chico, ¿no? Acompáñame a un sitio más privado, y entonces hablaremos de negocios...

-Aoi. Jess ya no está así que no tienes que fingir más, tu quirk te hace el más fácilmente atrapable. Lo bueno es que yo tampoco tengo que seguir pretendiendo.

La mano de Sora se levanto, mientras había una mirada un tanto ausente en ella. Estaba en rango y contacto de acción. Podría...sin embargo, sencillamente se posó en la mejilla ajena en una caricia.

-¿Oh? ¿Hiciste todo esto por mi, Luck? ★ -el tono de Sora saltó al...tono de Gawain, o más bien el suyo propio antes de todo. Sonaba risueña y acaramelada, el tipo de personalidad efervescente que parecía eternamente entusiasta por todo.

-Por supuesto, conozco tu nombre, hay poca gente tan afanada en hacer una colección completa de artículos limitados. ¡Apuesto que hasta tienes uno de los pocos set de ropa del aniversario 3 que use en el escenario!

Comenzó a elaborar lo que sabía y lo que creía que debía hacer. Tras dejar su punto claro, parecía que aquel chico era sencillamente inmune a captar señales de peligro, por lo cual determinó que el mejor curso de acción era mostrar en entusiasmo que quería ver. 

-Lamento haber actuado rudamente en el centro comercial, pero no conozco a esa chica y esa mujer así que estaba desconfiada de que prepararan alguna cosa. ¡Pero resulta que si eras tú solamente!  -no era reacia al contacto, al menos al que quería, por lo cual se mentalizó en dejarle. No iba a corregir el error del rival, funcionaba ena industria y aquí también- Ah...~ llevaba buen tiempo teniendo que fingir en público para no atraer atención, es refrescante. Estoy hasta agradecida.

La yema del dedo índice tocó la nariz ajena.

-Hablemos. Gawain-chan está en es-ce-na ♪

También se te perdió la nariz.

Parece que Sora tuvo más éxito en enfadar al tipo que a mi... mucho más que yo, porque ante mis palabras en vez de enfadarse se rio... y a mi lo que dije no me hacía gracia como para sonreír. No me gustó como hablaba de Gabriel -No quiero tomar nada... he dicho que quiero ver a mis amigos primero...- diría enfadada... Y estaba de verdad dispuesta a castigarlo.

Pero entonces sus matones empezaron a empujarnos, siendo que en mi encontrarían algo de resistencia -¡Ey, no empujéis!- les diría enfadándome e intentando que no me llevasen a ningún lado. Esperaba que la doctora hiciera algo, pero de momento ella se dejaba empujar... y me preocupé bastante más al ver que trataban tan mal a Sora agarrándola así -¡Sora no!- gritaría molesta intentando que no se me llevasen... hasta que al final cerraron las puertas.

Estaba realmente molesta en aquella habitación. Me daba igual todas las cosas que pudieran haber interesantes que mirar, ahora mismo estaba enfadada por culpa de ese hombre, el cual empezaría a hablar cuando se sentase tras el mueble. Él preguntaría si yo era Jess, empezando a decir que yo era un gran proyecto y que él era un inversor de esos laboratorios... palabra que realmente ahora mismo no sabía que era; pero si tenía que ver con esos lugares donde estuve desde luego ya hacía que no me gustase.

Él hablaba, muchas cosas que realmente no estaba entendiendo, pero si que entendí aquello que dijo de que quería que trabajara para él... idea que no me gustaba lo más mínimo, porque él había hecho cosas malas como lo que le ha pasado a Gabriel y eso no me gustaba. Decía que me daría muchas cosas... y que nadie querría capturar o hacer daño a la doctora, cosa que sin duda me hizo reaccionar levemente...

Pero me quedaría quedaría aún callada, sin darle ninguna respuesta a lo que decía, pues tampoco dijo que haría nada... En parte porque esperaba que la doctora dijera algo... pero también... -He dicho... que devuelvas a Gabriel como estaba y me devuelvas a todos mis amigos...- repetiría lo que dije fuera de este cuarto, con el mismo tono molesto. No quería hacer ni decir nada hasta que hiciera lo que había dicho. No sabía porque la doctora no decía nada

 La acusacion dejaría descolocado a Aoi, quien miraría a la chica con ojos confusos.

 - ¿Qué...? ¿De qué estás hablando...? Puedo usar mi quirk sin...

 - Ya basta, Aoi, no es necesario seguir - afirmaria Luck, dedicando una mirada a Aoi. -  Pero no pierdas la mascara: ve a ayudar a padre con la chica.

 Pasados unos segundos de haber escuchado su orden, Aoi terminaría por asentir, y con esa falsa expresión de preocupación se dirigiría hacia la puerta por la que se llevaron a Jess, siendo seguido por algunos guardaespaldas que no le impidieron el paso.

 El pelirrojo seguiría atentamente los movimientos de Sora, sonriendo con fascinación al sentir su mano y escuchar su voz dirigirse a él de esa forma.

 - Oh~, Gawain-chan, ¡realmente me recuerdas! - aquello parecía alegrarlo genuinamente. - Entiendo que hayas actuado asi: ¡por eso quise darnos la mayor privacidad posible! - explicaría, con una radiante sonrisa, con una indescriptible felicidad dada aquella oportunidad. - Fue un dolor de culo aguantar a padre con todo el asunto del enmascarado, pero esto lo hace valer totalmente la pena - añadiría, con una sutil malicia asomando en su mirada. - Veamos hasta donde haras llegar este juego...

 Tras apartarse finalmente de la chica, pero manteniendo siempre una mano sobre ella, Luck terminaría por superar una de las manos de Sora antes de empezar a caminar hacia otro pasillo, acompañados por varios guardaespaldas que mantenían cierta distancia.

 - Gawain-chan, ¿sigues con ese asunto que anunciaste con tu retiro? Casarte con una causa y eso - preguntaría por sacar conversación, antes de llegar a una puerta que daría con su habitación.

  El cuarto del pelirrojo estaba bastante cargado de lujos de alguien que compraba todo lo que quería: todas las consolas de última generación, una gran computadora, una enorme cama, un closet lleno de costosa ropa a la moda... Y un montón de posters promocionales de distintas Idols, así como figuritas, peluches, algunas almohadas... Era un fanático coleccionista. Como era evidente, Luck también era fan de Gawain, siendo que había varía mercancía de Sora en su tiempo de Idol: en su mayoría ninguna mostraba el rostro, siendo que entonces era una idol de identidad anónima que usaba un velo, pero también tenía los últimos productos de cuando reveló su rostro finalmente antes de anunciar su retiro para pasarse al mundo de los villanos.

 Luego de entrar, sin haber soltado la mano de la chica en ningún momento, Luck sonreiria nuevamente mientras cerraba detrás de sí la puerta, haciendo sonar el pestillo al pasarlo.

 - Muy bien: Ya tenemos la privacidad que necesitamos - anunciaría orgulloso, dedicando una mirada profunda a todo el cuerpo de la chica antes de quedarse nuevamente en su rostro. - ¿Te gusta mi habitación? Me costó lo suyo encontrarle puesto a todas tus cosas...

En el centro comercial quería darme la mano también. ¿Qué hace?

Intuyendo que era algo relacionado al quirk que tuviera, retiró la mano sin brusquedad, pero con firmeza.

-Tomemos tiempo para más contacto, jeje... -usualmente le daba alegría ver fotos de habitaciones así de cubiertas de su imagen, en este caso no, realmente- ​​​​​Es realmente admirable el trabajo de acomodar cada figura...de forma escalonada y si no me equivoco, en orden de fecha de lanzamiento. ¡Estupendo!

Dió unos pasos dentro de la estancia. El pestillo no le tranquilizó para nada, de hecho, le hizo enfadar bastante, pero mantuvo la compostura.

-¿Sobre mi mayordomo? Ahora que estoy aquí no tiene motivo que este aquí, deja que marche que ya tiene arreglado su paquete de retiro de servicio.

Lo sabía, Aoi también estaba metido.

 Aquella respuesta haría asomar un ligero gesto de impaciencia en el hombre, quién tras unos segundos chasquearía los dedos para que uno de los guardaespaldas presentes llamase por la radio para cumplir aquella petición. A los pocos minutos, llegarían por la puerta el herido de Aoi, acompañado por Mayers y un pequeño grupo de escoltas. El chico permanecía con una expresión preocupada, mientras la científica se mostraría ligeramente sorprendida al ver a Jess y Sayomi allí.

 - Realmente lograron traerte aquí... - concluiría Mayers al ver a Jess.

 - Como puedes ver, tus compañeros están bien - declararía entonces el hombre rubio, confiado. -. Doctora, ¿podría hacerse cargo de las heridas de Aoi-chan?

 Visiblemente irritada, Mayers intercambiaría una mirada con Aoi antes de proceder a usar su quirk con él, colocándole ambas manos encima y rodeándolo por un aura dorada que empezaría a sanar todo su cuerpo.

 - "Aoi-chan" - resaltaría Sayomi, ahora más decepcionada que preocupada. -. No nos equivocábamos... Aoi era el traidor, ¿no? - concluiría la mujer, provocando que la sonrisa de Nobunaga se ensanchase mientras en el rostro del tritón solo se reflejaba pena y arrepentimiento, incapaz de decir nada.

 - Hizo un excelente trabajo manteniéndome al tanto del grupo - confirmaría Nobunaga. -. Lamentablemente, no pudimos dar con el chico del proyecto ni la chica que siempre lo acompaña, y el vampiro dio muchos problemas que impidieron que lo pudiesen capturar, pero será cuestión de tiempo a que aparezcan en alguna parte. En todo caso, Jess-chan, ya he cumplido con parte de tu exigencia, pero no puedo ir y revertir mi quirk sobre el enmascarado si antes no te lo ganas: ¿Has considerado ahora mi oferta? Como una de mis herramientas contarás con los recursos para posicionarte como una de las personas más poderosas de la ciudad, o de país, y eso se traducirá en protección para ti y tus seres queridos. Lo único que pido es obediencia absoluta: detesto a los niños malcriados que no respetan a sus mayores...

Vería como traerían a Aoi y a la doctora que vino con nosotros desde el hospital flotante, quien pareció sorprenderse de verme allí -No están todos...- diría cuando él hombre dijo que ellos estaban bien. Faltaba gente, como Angelo, Kurai o Void... por lo tanto no estaban todos los que dijeron.

Esa otra doctora empezó a curar a Aoi cuando el tal Midas se lo indicó, siendo que entonces Sayomi empezó a hablar dirigiéndose a Aoi y Nobunaga... usando otra vez esa palabra de "traidor" pero ésta vez refiriéndose al peliazul. Y el rubio parecía confirmarlo... siendo que aquello me hizo mirar al peliazul -Aoi-chan...- le diría... ¿De verdad nos había hecho mal? Pero entonces Ángelo no lo había hecho... todo era realmente muy raro... pero si de verdad Aoi eso hizo tan malo que acabó con Gabriel así, hizo mal.

Entonces el hombre me volvería a hablar a mi, diciéndome otra vez eso de la oferta y de que no haría nada más hasta que no le respondiera ni me lo ganase -He dicho... que devuelvas a Gabriel como estaba...- diría entonces ante su insistencia de que yo respondiera. O era muy tonta o era increíblemente dura negociando... seguramente la primera, pero eso hacía que en lo segundo fuera bastante dura sobre mis condiciones -No me estás diciendo de que será ese trabajo, solo que quieres que sea una herramienta, y quiero saberlo. Y has hecho que Aoi-chan nos traicione y haga cosas malas, y eso es muy malo porque Aoi-chan es nuestro amigo... ¿Cómo se que cuando yo haga lo que tu dices, tu vas a hacer lo que has dicho y no nos harás más cosas malas?- diría con seriedad. Ha hecho que Aoi nos traicione y eso estaba muy feo... a saber que otras cosas feas podría hacernos -Y no seré muy lista... pero por lo que entendí de lo que dijiste, eres tu quien quiere que nosotras trabajemos para ti porque si no lo hacemos, perderás todo eso que has invertido. Y a nadie le gusta perder las cosas...- apretaría un poco la mano de la doctora, quien aún no había hablado... no sabiendo porque; pero si ella no hablaba yo seguiría a su lado -Así que si quieres que pensemos esa oferta, mis amigos deben estar bien- terminaría diciendo intentando ser firme.

 Luego de que la chica apartase su mano, en el pelirrojo se dibujaría cierta expresión de lastima y decepción, pero le restaría importancia negando con la cabeza antes de dedicarse a disfrutar de la presencia de su idol en su habitación.

 - ¡Te diste cuenta! Me aseguré de que todo fuese perfecto: muchas Idols hacen las cosas bien, pero siempre supe que tú eras la mejor - aseguraría, entusiasta.

 Mientras Luck se dirigía hacia una mini-nevera en una esquina para sacar un par de latas de cerveza, se voltearía sorprendido al escuchar aquel comentario.

 - Eres directa, ¿eh? - primeramente, le ofrecería una de las latas a Sora por si quería beber con él, siendo que en cualquier caso terminaría abriendo la suya para tomar un par de sorbos de la espumosa bebida. -. Me parece justo... Ya no lo necesito si te tengo aquí... - confesaría, sacando de su bolsillo su celular en el cual empezaría a llamar a algún número, dando una indicación simple y clara a través del teléfono. -. Dejen libre al mayordomo: a mi padre no le interesa, y yo ya tengo lo que quiero - tras colgar, guardaría el celular y dedicaría una sinceramente falsa sonrisa a Sora. -. ¿Contenta, Gawain-chan?

 Visiblemente confiado, habiendo entregado la que era básicamente la única carta que tenía contra la chica, el pelirrojo se pasearía por la habitación hasta un mueble donde tomaría asiento, aún con el celular en la mano.

 - Se que ya no estas trabajando, pero... Pensé que, aprovechando que estabas aquí, podría tomarte algunas fotos... Ya sabes, imágenes exclusivas que nadie más conocerá - pediría con una ligera sonrisa, esperando la reacción de Sora.

 - EL mayordomo esta bajo cuidado de mi hijo, y al resto no lo pudimos capturar - explicaría Nobunaga cuando Jess resaltó la ausencia de miembros del grupo.

 Ante su mirada, Aoi solo pudo apartar la mirada, apenado por aquello y sin encontrar palabras para decir mientras dejaba a la chica tratar con el hombre rubio. Las negativas y demandas solo ponían a prueba la poca paciencia de Nobunaga, algo evidente por como su sonrisa empezaba a desvanecerse y comenzaba a convertirse en una expresión de molestia y disgusto.

 - ¿Me estás exigiendo algo? ¿Acaso crees... que realmente soy yo el que tiene algo que perder? - el hombre se levantó de su asiento, con su mirada clavada sobre los ojos de Jess. -. ¡El trabajo es ser útil para mi! Acabar con gente problemática para mis planes, destruir organizaciones que van contra mis proyectos, ser como Aoi-chan en obediencia y lealtad - su mirada se pasaría momentáneamente por el resto del grupo, antes de volver amenazante hacia la chica. -. No tengo que demostrarte nada: por si no te has dado cuenta... ¡SOLO TENGO QUE DAR UNA ORDEN PARA ACABAR CON TODOS USTEDES! - tras haber alzado la voz de esa forma, Nobunaga intentaría recuperar la compostura respirando lentamente, volviendo a un tono más calmado, pero igual de enfadado. -. Estoy intentando ser lo más civilizado posible contigo, pero que sepas que siendo tú y el chico slime los únicos que me interesan, no me importaría acabar con todos los demás y someterte a obedecer por la fuerza: Ya te dije que no me gusta criar niños malcriados.

 - Jess... - le llamaría entonces Sayomi, en voz baja. -. Este no es un hombre al que debas desafiar... No tendremos forma de salir ilesos si se descontrola todo ahora... - aseguraría, intercambiando alguna mirada con Mayers entendiendo que estaban en la boca del lobo.

-¡Estoy a gusto! Una selfie o dos no dañarían para la fecha, pero te meterás en problemas legales si las compartes. -concedió con ánimos chiclosos. Curiosamente, comenzaba a encontrar extraño su propio acto. Le agradaba, era parte de su personalidad genuinamente, pero se sentía últimamente desconectada de ello al punto de que comenzaba a serle ajeno de alguna forma. Quizá con la frustración y seriedad de los últimos días, comenzaba a sentirse más cómoda solo con su "acto" mas serio y refinado.

¿No era más propio de un villano? O quizá solo sentía que no todo el mundo merecía emociones honestas y cálidas como esas. Al menos no la persona que tenía delante.

-¿Tienes una familia muy grande?

Procedió con cautela. Entendía que debía estar preparado para lidiar con su enfado, pero debía comprender como...para poder, muy dedicadamente, tomar propias represalias. No estaba segura aún del alcance de todo aquello, pero entre personajes villanezcos, debía dejar claro que aquello no iba a ser tolerado...un ejemplo. Para que nunca más se le ocurriera a nadie aquello.

Lento, ahora.

Con el mayordomo seguramente se refería a Keitaro, diciendo que estaba con su hijo o algo así. Y el resto no habían sido atrapados, ante lo cual me alegraba. Mientras intentaba mirar a Aoi después de haber dicho todo lo que tuviera que decir, el hombre pareció estar enfadándose por mis palabras...

Por como me preguntó aquello de que estaba exigiendo algo -Si... Lo dijiste cuando llegamos y dijiste que querías coger ganancias haciendo que trabaje para ti. Si no trabajo para ti, entonces no coges ganancias y las pierdes... hasta yo lo entiendo- diría ante sus palabras, realmente respondiendo como si aquello no fuera una pregunta retórica hecha para amenazarme. No me gustaba como se oía ese trabajo, sonaba muy feo.

Pero entonces fue cuando dijo que de una orden podía acabar con todos nosotros. En ese momento me lo quedé mirando únicamente a él al igual que me miraba a mi. Me quedaría también callada cuando dijo que únicamente les interesaba yo y Void, y que acabaría con todos los demás para someterme a la fuerza a sus órdenes.

Escucharía entonces a mi madre, diciendo que no debía de desafiar a ese hombre... ante lo cual la miré algo confundida -Yo no le estoy desafiando... le estoy diciendo la verdad. Y ha dicho que acabaría contigo... le diré que pasará si hace eso para que se lo piense- le diría a Sayomi. No hacía esto por desafiarlo, por quedar sobre él o porque quisiera enfadarlo más... le estaba diciendo de forma clara como podría llegar a aceptar su oferta y que pasaría si hace todo lo que ha dicho.

Soltaría la mano de Sayomi un segundo para dar un paso adelante -Si les haces algo a mis amigos... A mi mama... Te mato- lo dije así de claro al hombre, nulamente intimidada por sus palabras -Si das esa orden, si les matas a ellos o la matas a ella, yo no tengo nada por lo que vivir... Me dará igual que me mates... Pero antes de que lo hagas tu o tus hombres, te habré matado yo a ti- le diría al rubio con tono neutral y explicativo mirándole fijamente sin despegar mi mirada. Y no lo decía como amenaza... lo decía como un hecho incuestionable de que eso era lo que iba a pasar. No se mentir al fin y al cabo... y todo lo que decía era verdad -Mi madre siempre dice que todo el mundo hace las cosas por una razón. Y si no has ordenado acabar con nosotros aún, es porque como dijiste antes te interesamos más vivas que muertas para sacar ganancia y esa es la razón. Y yo quiero que demuestres que cumples tus promesas y liberes a Gabriel porque quiero que todos mis amigos estén bien, esa es mi razón. Si quieres que trabaje para ti, quiero lo que nos has ofrecido, que Gabriel esté como antes y que todos mis amigos y mi mama estén siempre bien- terminaría diciendo al final. No tenía más exigencias, ni quería nada extra ni nada más... Lo que me movía a mi era la lealtad a mis amigos, querer que todos estuvieran bien siempre. Aunque siendo un jefe así nada poyotástico, seguro que no tiene mucha lealtad y estoy segura de que muchos "amigos" suyos lo van a "traicionar" como dijo Sayomi o Sora.

 Definitivamente estaba irritado por las palabras de Jess, sin pensar que la chica fuese a ser tan terca para aceptar su trato de manera pacifica, mucho menos que se atraviese a amenazarlo de muerte si no cumplía sus exigencias.

 - Realmente eres terca, ¿no? Pero supongo que eso te hace más inteligente de lo que Aoi-chan dijo... - suspirando pesadamente, Nobunaga decidiría acercarse dando pasos lentos y tranquilos, mientras los guardaespaldas se mantenían en su sitio. -. ¿Eso es lo que quieres? Muy bien, aceptaré tus condiciones... ¿Tenemos un trato? - entonces, el hombre extendería una mano hacia Jess buscando que la chica la estrechase para cerrar aquel acuerdo, mientras su mirada permanecía clavada en sus ojos.

 Pero antes de que la chica tomase una decisión, Sayomi se adelantaría a tomarla suavemente de la muñeca, con la suficiente firmeza para evitar que aceptase aquel gesto mientras miraba ahora con molestia al hombre.

 - No lo toques, Jess... Él nunca tuvo las intenciones de negociar nada - concluiría, provocando que una ligera sonrisa se dibujase en el rostro del rubio.

 - Al fin alguien que piensa con la cabeza - alagaría de forma burlona, apartando la mano para esconderla detrás de él con la otra. -. Es tu última oportunidad, pequeña: puedes trabajar para mi por las buenas, o someterte por la fuerza y poner en riesgo a tus amigos. Tus amenazas no servirán contra mi, te lo aseguro: SIEMPRE obtengo lo que quiero.