Partida Rol por web

Ciertamente lo es, y directa también. No se anda por las ramas, lo que es de agradecer comenta Douglas y sonriéndole a Diane añade ¿Ves como no había motivo para tanto nerviosismo? Ahora, simplemente a relajarse y esperar...

Por cierto, si me acabo trasladando aquí tendré que buscar alojamiento. ¿Alguno conoce algún sitio tranquilo y limpio, a ser posible con una casera que pudiera encargarse de las tareas domésticas? Por un momento parece que Douglas buscara una réplica del 221 B de Baker Street, Mrs Hudson incluída...

- Cuando quieras, responde Darrell a McGregor. Luego se acerca al grupo de la chica que acaba de salir del despacho por si puede averiguar algo sobre su entrevista.

El siguiente es Andrew y después llaman a Darrell que se atusa el pelo con la mano derecha y muestra una sonrisa a los otros: Veamos qué tiene que decirme la Sargento.

Apenas un minuto despues de que salga Hicks, y antes de que Darrell entre en el despacho, la mujer pelirroja que estaba en el despacho con la sargento Tesla, sale del despacho. Camina con paso acelerado sin decir nada ni mirar a nadie hasta donde esta el teniente.

- Acompañeme Teniente. Tenemos trabajo.

El tono de la mujer es firme, y esta claro que pese a que no lleva ninguna identificación a la vista, es la superior del teniente. Este cuando ella le habla se pone firme y asiente, y tras un gesto hacia el resto, la sigue dejando la habitacion.

Viendo que la conversación se disgrega, y Heaven parece más en su mundo que otra cosa, me planteo si sentarme o unirme al nuevo grupo que se está formando. Dejo que la decisión se tome por mi cuando la Capitana Doyle sale del despacho en que la sargento está llevando a cabo las entrevistas, y el siguiente en pasar es el de antivicio, Darrel. Así pues, y viendo que al final van a acabar hablando del encuentro con Tesla, para el cual prefiero no verme influenciado, me retiro con tranquilidad unos pasos y vuelvo a tomar asiento en uno de los sofás, dejándome mullir por la comodidad del asiento y reflexionando sobre lo que ha dicho el Teniente.

Cinco personas en el otro escuadrón... me pregunto si conozco a alguno de ellos. Y aquí estamos ocho. Podría ser pasable uno o dos, ¿pero tres? Por lo menos no implica un gasto adicional en algunos casos, y en esa parte me alegro de conservar mi rango de sargento y la paga. Lo único que me escama es que Tesla parece tener mucho poder en todo esto, por mucho que comande la unidad... sacudo la cabeza, demasiados pensamientos metidos, y encima me estoy dejando llevar por toda la preocupación y los nervios que hay en el entorno. Maldita animosidad...

Tras observar detenidamente a la capitana cómo se va con el teniente, me giro repentinamente hacia Douglas.

- Tengo un amigo, Pete, que alquila una habitación. - Respondo a su anterior pregunta - Lamentablemente, no tiene a nadie que se encargue de las tareas domésticas, pero si lo hablas con él no dudo que podrías llegar a un acuerdo para contratar una asistenta entre ambos. Es una casa de tres plantas, con aparcamiento, bastante agradable y en buen vecindario. Se encuentra en el distrito de South Boston.

Eso suena muy bien, amigo George, gracias! Esperemos a ver qué dice la SD Tesla y si la respuesta es la que creo, me pondré en contacto con tu amigo para lo de la habitación y el servicio doméstico contesta con rapidez y seguridad el CSI, sonriendo al ver que su deducción inicial era correcta...

Así que esa mujer es la capitana de la que me habló Helen... Parece que es de las que va a por faena, sin muchas zarandajas...

Y si todo va bien y cerramos el trato, una vez instalado, podéis contar con una pequeña fiesta de inauguración. Aunque no se trate de eso realmente, habrá que celebrar mi traslado y las nuevas amistades,. ¿no os parece? les dice, haciendo extensiva la invitación al resto de candidatos

Y riendo, añade Prometo no poneros hormigas fritas y escorpión al caramelo de entrantes, palabra!

Diane negó levemente con la cabeza. Si acababan en la unidad, sería un trabajo muy interesante.

- Dicen que el escorpión no esta malo. A mi mientras esté bien cocinado... que eso de sentir como tu comida se mueve mientras masticas no me atrae demasiado.

No puedo contener la risa ante el comentario de Diane sobre los escorpiones.

- Muy bueno, Diane. - Le digo, aunque reprimo un poco la risa cuando veo que quizá no era su pretensión contar un chiste.

- Si todo va bien, recuérdamelo luego y te paso el anuncio que colgó el otro día Pete al respecto, así puedes ponerte en contacto con él si te interesa. Lo tengo en mi email. - Le aclaro a Douglas. - Y estaré encantado de asistir a ésa cena de inuguración, por supuesto. - Sonrío ampliamente al decir esto.

Viendo la afabilidad y las buenas vibraciones que se están sintiendo en esta sala de espera, me apenará profundamente que no me elijan para la unidad. De hecho, la entrevista con la sargento Tesla no ha sido muy esperanzadora, que digamos, pero tampoco ha sido una entrevista al uso. Lo cierto es que me tiene desconcertado esa visita al despacho de la S.D. Tesla.

El sonido de unos pasos precede a la apertura de la puerta de la sala donde os encontráis. Un hombre entra en la sala y os lanza una mirada cargada de desprecio que sin duda no presagia nada bueno. Se trata de un hombre blanco de unos cuarenta años, fornido y muy alto. Viste un traje marrón y arrugado que debe haber visto días mejores.

- ¿Dónde esta la sargento Tesla?

Su tono es autoritario, y casi parece que escupe mas que pronunciar el apellido de la sargento.

Me remuevo en el asiento al escuchar unos pasos firmes que se detienen frente a la puerta que lleva al resto de la comisaría, y entra un nuevo invitado. Su aspecto y ferocidad dejan muy claro que no es otro aspirante que llegue soberanamente tarde, y pregunta por la sargento, así que soy el primero en tomar la palabra y le señalo la otra puerta con la mano.

-La sargento Tesla está entrevistando a un candidato ahora mismo, en su despacho. -No hace falta decir más, viendo su actitud, e incluso me podría haber ahorrado el qué está haciendo, pero no me gusta nada la gente que se comporta de esa manera y dado que tampoco he sido descortés, no hay represalia que pueda hacerme sin caer él bajo aprieto. Y si se queja... bueno, no será la primera vez que me enfrento a alguien.

Y justo cuando termino de hablar, a los pocos segundos se abre la puerta del despacho para que salga el poli de antivicio y la sargento Tesla se queda en el marco de la puerta, mirando al nuevo invitado que tenemos... otro teniente. Cuando menciona mi nombre, me levanto del asiento con tranquilidad y avanzo en dirección al despacho, porque a menos que el teniente quiera hablar en privado, no hay motivo por el cual no pase ya directamente. Le lanzo una mirada de reojo a Heaven, y espero que la conversación no me deje igual que a ella, porque no ha abierto la boca desde que ha salido del despacho.

Douglas lanza un sonoro suspiro al ver cómo Lloyd trata al recién llegado Coño, lo único que ha faltado es ponerle luces de neón para anunciarle dónde estaba

El CSI destina unos segundos a estudiar al recién llegado, su lenguaje corporal... y justo en ese instante, Helen Tesla abre la puerta de su despacho para llamar al siguiente candidato.

Sus ojos escrutan las reacciones de los tres, y sus dedos se cierran sobre la empuñadura de su baston, como por casualidad

El hombre mira su reloj exasperado, y cuando se abre la puerta de la sargento lanza una mirada furibunda hacia la Sargento, pero no dice nada hasta que la puerta se cierra. Con un tono fiel reflejo de su rostro vuelve a dirigirse a los presentes.

- Coño, ¿habéis estado tomando café y pastas? Bien, no importa. Yo soy el Teniente Evans, podéis llamarme Teniente, Señor, o Dios, lo que os guste mas. La unidad de la que vais a formar parte esta a mi cargo, y por lo tanto es mi responsabilidad directa. Eso quiere decir que vamos a desarrollar una relación muy bonita, y si alguno me toca los cojones desarrollaremos una relación mucho más física. ¿Me he explicado con claridad?

Alto y claro, Señor! contesta Douglas con el mismo tono seco que han empleado con ellos. No hay ni una sombra de la sonrisa habitual hasta el momento en el rostro del CSI, y sus ojos continúan analizando al teniente

¿Esto va a ser una ducha escocesa o una unidad de policía? Porque que jueguen con nosotros al poli bueno y poli malo me parece ridículo, aunque las malas pulgas del tipo este sean ciertas al 100x100. Por no decir que el organigrama de mando debe ser más largo que el rollo de papel de los aseos...

Darrell sale sonriendo del despacho tras dar la mano a la Sargento Detective Tesla. Se cruza con Lloyd y le susurra un "suerte" cuando pasa junto a él. Entonces el teniente hace su aparición especial intentando dejar claro que tiene el mando y que somos sus corderitos.

- Claro, teniente - dice mostrando su amplia sonrisa.

- Joder, una panda de somas mudos. Mirad nenes, en el cuerpo de policía contestamos a nuestros superiores.

Luego dirige una mirada hacia el despacho de la Sargento.

- Joder, ¿hacéis manitas ahi dentro o sois lentos como una atencion personal a mi?

- La Sargento Detective Tesla se toma su trabajo en serio, teniente - daba la impresión que la actitud hosca de superior amilanaba al resto pero Darrell estaba acostumbrado a ese trato.

No sé si además de contestarle correctamente, desea que le haga una disertación sobre la entomología forense o algún otro tema de mi campo de trabajo que pueda ser de su interés... Señor! Ahora sí que asoma una sonrisa cínica en el rostro de Douglas, mientras sus ojos se clavan en los del teniente.

Puede que sea un oficial de rango superior y que, a lo mejor, vaya a ser su superior, pero en estos momentos el CSI considera que no tiene porqué aguantarle ni un pelo más... más que nada porque él aún pertenece a la Policía de Baltimore

Más que nada para demostrarle que no soy mudo, y asegurarme por mi parte de que usted no está sordo, porque que yo sepa, le he contestado en un tono de voz más que suficiente... Señor!

Observo la nueva lucha de poder que se desata en la sala, procurando que no se me escape la risa ante el último comentario de Douglas.

Lo cierto es que las malas pulgas y la prepotencia desplegadas por el Teniente Evans me suenan bastante. Demasiado, diría yo. Tanto que prefiero permanecer en silencio e ir viendo de qué pié cojea cada cual antes que aventurarme a una "discusión filosófica" como la que se está montando ante nuestras caras.

Diane se removió inquieta en su sitio ante el numerito que estaba montando el teniente. No sabía porque, pero había asumido que su superior era Haigh. Aparentemente no era cierto... y a quien tenían de superior era un cromagnon xenofobo al que sólo le faltaba orinar en la sala para marcarla como su territorio.