Partida Rol por web

- Que os rellene una autorización entonces, para presentarla cuando os la pidan.

El hombre sonrie en cuanto aparece Diane, en parte aliviado de salir de la sala y en parte contento de ver una chica guapa preguntandole.

Si, si, claro... ¿que necesita?

Diane sonrió a Samuel mientras seguía hablando.

- Verá, si se pudiese demostrar que un sospechoso actuó de mala fe, cometiendo un par de delitos federales en el camino, ¿qué posibilidades hay de que un juez se arriesgase a no autorizar todos los medios al alcance de la policía para detenerle?

Samuel te mira un tanto sorprendido por tu pregunta, pero igualmente trata de responder.

Bueno, normalmente los jueces autorizan todos los medios necesarios, siempre que los mismos no superen el posible beneficio. Por ejemplo si el delincuente hubiese robado una carta, que es un delito federal, y usted tuviese pruebas, autorizaria un registro de su casa, pero si fuesen solo indicios, probablemente no... de todas formas si quiere explicarme el caso concreto tratare de ayudarla.

Diane se giró para hablar con los demás.

- Si os parece bien, me acerco a hablar con el fiscal y a plantearnos nuestra situación actual.

Diane parece escuchar un momento, girandose de nuevo al abogado. El pobre hombre va a empezar a pensar que oigo voces ya... aunque con los auriculares no es muy lejano a la realidad. Al menos no me pasa con en las series antiguas y veo el espectro electromagnético constantemente... eso si sería perturbador. Útil, pero perturbador.

- Señor Jones, parece que su cliente quiere hablar con usted de nuevo. 

Samuel se muestra un tanto contrariado pero acude junto a su cliente sin dilacion.

Tras observar el interrogatorio a través del cristal, salgo de allí contagiado por la excitación del momento pero la misma excitación la transformo rápidamente en satisfacción por el buen trabajo realizado tanto por Darrell como por Diane. 

Me muestro exultante. Inoportunamente exultante ante la ira contenida que muestra Darrell.

- ¡Vamos allá! - Le digo a Darrell y a Hicks. - Conduzco yo.

Agarro mis cosas rápidamente.

- Tenemos prisa, así que vamos en mi coche. - Literalmente. No tomo ninguna llave del armarito, si no una luz azul de vehículo policial de emergencia, de esas que se colocan sobre el salpicadero, y me dirijo a mi propio coche, que tengo aparcado en el párking desde esta mañana cuando llegué al trabajo.

Diane les vio irse, suspirando.

- Supongo que esa es mi señal para volver al despacho. Por cierto, Hellen, deberíamos pedir una orden para las grabaciones de las camaras de ese guardamuebles, para poder tener pruebas más contundentes... sobretodo si Jackson tiene algún complice.

George, Darrell y Andrew dejan la comisaría a toda velocidad.

Dalo por echo replico a Diane mientras comienzo a cursar algunas peticiones para poder tomar esas grabaciones y poder ver si se llevo a la hermana d Darrell a ese almacen.

Tengo un maldito mal presentimiento, creo que nos esta ocultando algo y desde luego no es bueno. Maldita burocracia y desde luego maldita sea que quiera hacer las cosas bien y no espiando tras el cristal.

Tal vez deberiamos comprobar tambien donde esta el apartado de corrreos puede que veamos si tiene un complice. 

- Estoy en ello.- contestó mientras buscaba en la página de correos la información sobre el apartado.

El apartado de correos esta en una oficina de correos en el sur de Boston.

De nuevo en comisaría, Darrell informa que su hermana esta a salvo. Daniel al parecer no le hizo ningún daño, a parte de secuestrarla, y un pequeño corte en la muñeca para escenificar la supuesta tortura.

Las ansias de venganza del joven de los Jackson, le llevaron a una locura que ha durado tres años, mientras se preparaba pacientemente, alimentándose de su odio desmedido contra el agente Cox, preparando con cuidado cada pieza de su plan, pero ese mismo odio desmedido y vuestras impresionantes habilidades, han logrado hacer fracasar sus planes de venganza.

Todo, desde la nota amenazante en la mochila de Nathan, el secuestro de Clair, la escena de tortura, las vedadas amenazas sobre el tiempo. Todo no era mas que una elaborada trama para lograr que el agente Cox se precipitase, que se lanzase sin pensar a salvar a su hermana, y la viese morir por sus propios errores, pero Daniel no contaba con que este mantuviese la sangre fría, mas incluso que el mismo.

Ahora, Daniel espera su juicio, y si las pruebas no fuesen suficientemente abrumadoras, el testimonio de Clair y la confesión del propio Daniel ante el agente Cox, acabaran de convencer a cualquier jurado. Stark ha prometido que ira a por la perpetua, pero en el peor de los casos, Daniel pasara los próximos veinte años entre rejas en una prisión de alta seguridad.

Y todo por vengar la muerte de un hermano, al que en realidad tenía idealizado. Un delincuente sin escrúpulos que traficaba con niñas sin que nadie de su familia lo supiese. El amor y la familia son fuertes motivadores, pero quizá algunas personas como el propio Daniel deberían preguntarse si las ansias de venganza no le han cegado tanto como para no ver la realidad.

Pero vosotros os habéis ganado un merecido descanso, y aunque sabéis que al día siguiente os espera de nuevo la oficina, y un pequeño montón de casos sin resolver, cuando dejáis la comisaría aquella tarde, no podéis dejar de sentiros en optimistas, victoriosos, y ante todo, satisfechos por un trabajo bien hecho.