Partida Rol por web

Me pongo de pié. Una amplia sonrisa se dibuja en mi rostro. Miro a los demás y veo que están todos bastante nerviosos, casi tanto como yo mismo, aunque procuro que no se me note.

Ahora que estamos ante la hora de la verdad, siento que realmente tengo muchas ganas de formar parte de esta unidad. Volver al departamento con el rabo entre las piernas, no me apetece en absoluto. Sería bastante desagradable, la verdad.

Me posiciono para poder escuchar sin problemas lo que la Sargento Detective Tesla tenga que decirnos.

La pierna me tiembla... intento no ponerme en pié para que no se me vea tan nervioso porque no me puedo estar quieto en absoluto. No sé si es por el maldito café de la máquina o por los mismos nervios pero el estómago parece que se ha montado en la jodida montaña rusa. Que hable ya... que hable ya...

Aquellos instantes se le estaban haciendo eternos al agente Hicks. Una vez transcurridas todas las entrevistas dudaba de todas las cábalas anteriormente echas. El escocés... el sargento motero... el "mister CSI"... el niñato bocazas... En aquel momento le parecían todos mucho mejores candidatos que él mismo a entrar en aquella unidad. ¿Estaba todo perdido? ¿Tendría que regresar a picar datos delante de una pantalla de ordenador?

Los ojos de "la Tesla" no revelaban nada... era una mujer fría y enigmática y, de hecho tenía toda la pinta de jactarse de su actitud. No era de extrañar, con fauna del calibre del Teniente Evans rodeándola tenía que hacerse dura como la roca o caer en el camino. Y no... Helen Tesla no tenía pinta de "perdedora".

Demonios... habla de una maldita vez.

Dirijo una mirada a la Sargento Detective en cuanto sale de la puerta, volviendo a mirar fugazmente al Teniente Evans antes de separarme de allí y esperar en un segundo plano, lejos de los que rodean a la jefa. Dirijo una mirada a uno de los que sigue sentado (Andrew), pero me abstengo de hacer comentario alguno.

- Oh, joder, cállate ya -Murmuro al volver a oír al Teniente. Será pesado.

Me cruzo de brazos y espero.

Por usted, que es tan amable por supuesto. Digo con una sonrisa antes de girarme al resto de los presente ignorandole Debo reconocer que ha sido una ardua tarea la de leer los informes y de hacer las preguntas concretas para las entrevistas. Obviamente alguno pensara que no han sido entrevistas, pero no me gusta comportarme segun el manual, digamos que es algo que aprendi con el tiempo. Cada frase y cada gesto hace que nuestras respuestas sean verdaderas o falsas y que me ayuden a comprender un poco mas a cada uno.

Me callo unos segundos que se que para ellos seran eternos. Bienvenidos a todos, sera un placer trabajar con todos vosotros de una manera u otra.  Vuelvo a mirar al Teniente Señor si comienza la visita o desea decir algo mas a los compañeros aqui presentes, soy toda oidos. Mantengo la sonrisa mientras espero, he visto lo que hacia y se que no se contendra mucho.

- ¿Decir algo? claro: Seguidme.

Las oficinas de la UIDMB ocupan una sección de la tercera planta, a un lado se encuentran los despachos de los tres jefes de escuadrón y los dos tenientes. Y al lado opuesto el despacho de la Capitana Doyle. El resto de la sección esta compartimentada en secciones separadas por paneles móviles, que en este momento dividen el espacio en tres oficinas de la que la más grande, es la que el Teniente Evans os indica como vuestra.

Veis que hay ocho mesas enfrentadas entre si en grupos de dos, aunque por el espacio algo reducido, las sillas de cada uno están colocadas de forma que molesten lo mínimo posible al que se siente detrás. Cada mesa contiene un ordenador de sobremesa. Los equipos son distintos, pero todos tienen entre tres y cinco años de antigüedad.

Una vez dejáis esta sección de la oficina, Evans os lleva hasta la sala de reuniones, una estancia con capacidad para entre doce y quince personas que se encuentra pared con pared con el despacho de la capitana.

Tras esta parte de la visita Evans os guía hasta uno de los tres ascensores de planta que se encuentran al final de un largo pasillo, y descendéis hasta el tercer sótano, donde se encuentra la zona de retención de mejorados. Se trata de unas 20 celdas independientes para retener a mutantes de diversas clases. Seis de ellas cuentan con equipos de sedación para mantener dormido al huésped mientras dure su estancia, un procedimiento habitual para mejorados con poderes tales como Teleportacion, Fase, y Auto detonación entre otros.

En esta planta se encuentran también dos salas de interrogatorios, aunque Evans explica que aunque normalmente se utilizan las de la segunda planta, con los “somas” nadie quiere correr riesgos, así que tienen dos cerca de los calabozos.

Tras ver la zona de retención de mejorados, que ahora parece un eufemismo para definir el lugar, os lleva al primer sótano. En el entre otras secciones que no os interesan encontráis el laboratorio de investigación criminal.

El laboratorio esta bastante bien equipado, al menos es mas moderno que vuestras oficinas en la tercera planta. Ocupa casi un tercio de la planta, y nada mas llegar dos personas salen a vuestro encuentro, un hombre de mediana edad de rostro agradable, y una joven mujer de color, muy arreglada y con un generoso escote.

El hombre se acerca en primer lugar y os saluda, su tono es suave y tranquilo, casi hasta relajante.

- Bienvenidos a la cueva. Yo soy Sheldon Fitton, el dibujante del departamento, y ella es la doctora Carter, forense. Disculpen que no haya nadie mas para darles la bienvenida, pero nosotros éramos los únicos que podíamos robar un poco de tiempo para presentarnos.

En ese momento la mujer toma el relevo y se dirige a vosotros con una amplia sonrisa y un hablar alegre.

- Bienvenidos. Como ha dicho Sheldon, yo soy la Doctora Carter, pero podéis llamarme Monique. la chica, sin recato alguno, pasea su vista de arriba abajo uno por uno a todos los hombres del grupo salvo el Teniente. Si necesitáis cualquier cosa solo tenéis que pedirlo, ¿vale?

Douglas va mirando todo con ojo clínico, estudiando los recursos disponibles en las diferentes oficinas y zonas, pero, claro está, en cuanto llegan al laboratorio criminalístico, se detiene especialmente para verlo todo con más calma

Douglas O'Rourke. Muchas gracias por darnos la bienvenida. Aquí el tiempo es oro y que se desprendan de un poco de él para saludarnos es un gran detalle dice el CSI primero a Sheldon, con una cordial sonrisa y un tono altamente simpático

Y creo que vamos a vernos a menudo, por lo que lo mismo digo, en cualquier cosa que podamos ayudarles cuenten con ello le contesta a la Dra Carter con la misma cordialidad, aunque guardando las distancias sutilmente, mientras su mano juguetea con la empuñadura de su bastón

Entusiasmado por haber sido seleccionado, observo detalladamente todo lo que nos muestran, ubicando los espacios con precisión milimétrica, tal y como acostumbro para sentirme cómodo y familiarizarme pronto con lo que será mi puesto de trabajo en lo sucesivo.

Sonriente, pienso en la encerrona que nos ha tendido la SD Tesla. - Ya me pareció que había sido una entrevista poco usual... La razón es que no se trataba de una entrevista, sino más bien de una estratagema para ver de qué pié cojeábamos cada cual.

Poco a poco, mientras nos muestran las dependencias, comienzo a pensar en lo que acabo de conseguir, en el traslado que tanto ansiaba. - Ahora, seguramente, tendré la oportunidad de hacer mi trabajo y desarrollar todo mi potencial - Continúo pensando. con mi imperecedera sonrisa de oreja a oreja.

Finalmente, cuando nos presentan a los compañeros del laboratorio, me adelanto a presentarme justo después que lo haya hecho Douglas.

- George McGregor - Digo extendiendo la mano para ofrecer firmes apretones tanto al dibujante - Sheldon - como a la doctora de vertiginoso escote - Monique -. Mirando a los ojos a la doctora, mientras le estrecho la mano le digo - Será un auténtico placer trabajar en estrecha colaboración.

Cojonudo, es gratificante saber que hemos perdido el tiempo como idiotas y que te lo acaben confirmando. Lo que había dicho, vaya. "Burocracia...". Chaqueta de cuero al hombro y seguir al grupo como si estuviésemos en una visita guiada. Suelto un sonoro silbido cuando nos enseñan nuestra oficina, casi mesa-sobre-mesa.

- Parece que vamos a sudar el codo todos juntitos, ¿eh? -Comento

Al menos haré un par de cambios en mi mesa. Para empezar, quiero un maldito retrato con la foto del último lanzamiento de Michael Jordan de triple con victoria final para los Bulls. Sigo al grupo al siguiente paro en el camino, los de laboratorios. Mientras el viejo del bastón y el zanahoria se presentan, miro la pantalla de Sheldon Fitton con auténtico interés.

- Pues dibuja usted muy bien -Comento, señalando el monitor-. Ésto es porno japonés, ¿no?

Le resto importancia con un gesto de la mano.

- Sólo bromeaba, es usted todo un artista. Gerald Stinson, un placer ver sus dibujos -Le alargo la mano, aunque no me paro mucho ya que pronto estoy acercándome a Monique. Ay, Monique. Suena tan... exótico. 

- Vaya, vaya -Mi mirada se pierde en su escote un buen rato, antes de: - ¿y hay que morir para poder caer en tus manos? -Sonrisa.

Mientras los demás se dedican a saludar a Sheldon y a la Dra Carter, Douglas se acerca discretamente a la SD Tesla y le dice en voz baja Una vez termine el tour turístico, me gustaría hablar con usted, Helen. En privado, claro está. Su rostro no refleja más que su sonrisa habitual, sin que trasluzca el motivo de esta petición. Y una vez recibe respuesta de Tesla, vuelve al lado de Diane, ahora exhibiendo una sonrisa mucho más cordial

Bueno, ¿lo ves como no había nada por lo que preocuparse? Ahora tendrás que ser tú quien me haga un poco de guía en los próximos días, poorque seguro que conoces esto como la palma de tu mano...

Diane miró atentamente por aquellas dependencias que no conocía, volviendose algo más retraida al acercarse a los laboratorios. Su secreto quedaría al descubierto ahora ante sus antiguos compañeros... esperaba que no cambiase mucho el trato que tenía con ellos.

- Sheldon, Monique.- dijo a modo de saludo.- Supongo que todos estaran tan liados como siempre, así que no os preocupéis.

Al final resulta que la sorpresa más grande que nos tenían reservada es que la unidad va a estar compuesta por todos los entrevistados. Sus más y sus menos, es muy probable que todos tengan un pie fuerte, y con tanta pata se podría hacer una mesa bien consistente, si conseguimos igualarlas todas.

Una vez en la visita, la verdad es que presto más atención a la gente que al ambiente, porque al fin y al cabo todas las comisarías acaban siendo iguales si sabes fijarte, curiosidad aquí o curiosidad allá. A lo que sí que presto más antención, de todas formas, es al laboratorio, que parece que voy a tener que usar más que el nada que hacía antes. Mientras el resto se dedica a saludar al dibujante y la forense, yo sigo investigando desde una distancia prudencial los objetos, pero dejo el oido puesto lo suficiente como para escuchar la conversación... y las tonterías del muchachuelo.

Los sigo casi de las ultimas mientras el Teniente reparte simpatia por segundos. Con un gesto saludo al resto de los miembros que hay en el laboratorio y tuerzo el gesto con el comentario de Gerard, me parece que no le va a gustar nada lo que le diga.

Cuando quieras Douglas replico en un susurro mientras espero que termine la visita sin ningun incidente desde luego

Sheldon os estrecha la mano segun vais saludandole, hasta que escucha a Gerald lo del porno Japones y se vuelve contrariado hacia la pantalla justo para oír que es una broma. Vuelve a mirar al joven Stinson con una sonrisa en los labios, aunque aun un poco confundido.

- Muchas gracias, hago lo que puedo.

Luego comienza a mostraros las instalaciones, incluido una zona acondicionada para acoger a Douglas y Diane.

- Tengo entendido que vamos a vernos a menudo. Cualquier cosa que necesiten solo pidanla.

Monique luce una sonrisa deslumbrante mientras saluda a todo el mundo, sin decir nada mas hasta que Sheldon comienza a enseñados las instalaciones. En ese momento se queda algo mas rezagada y aunque no susurra, esta claro que se dirige a Stinson.

- Cariño, prefiero que a ti te traigan vivito y coleando, sobretodo coleando.

Hicks no pudo evitar un golpe seco de su cabeza en señal de asentimiento cuando se enteró de la noticia. Estaba dentro... todos lo estaban. La sargento Tesla se había currado una especie de entrevista encerrona que, si bien no puntuaba para entrar o no (la decisión ya estaría tomada pro un maldito comité) si le ayudó a conocernos un poco más a cada uno de los miembros de aquella bizarra unidad. Andrew se preguntó qué imagen se había llevado de él.

- Joder... esa tipa sabe lo que se hace. Es una jodida bruja manipuladora pero la prefiero de jefa antes que a un australopitecus como Evans. - pensó Andrew para sí.

De pronto su trabajo en el registro se convirtió en pasado... en algo que no volvería a ver en su vida. Ni siquiera regresaría a recoger su jodida taza de desayuno y cuatro papelorios más. Que le den... Sabía que sus compañeros de allí, toda una cohorte de calienta sillas profesionales acabarían por ernterarse del "nuevo destino del bueno de Hicks" y, aunque no le envidiarían por ello sí sentirían cierta punzada de rabia al comprobar que, después de todo, el tiempo siempre pone a cada uno en su lugar.

La turné comenzó con más nerviosismo; mesas, asientos, salas de juntas... el laboratorio. Todos miraban expectantes aquí y allá con cientos de preguntas aún revoloteando sobre sus cabezas y aún sin ánimo suficiente como para formularlas. ¿Cómo se dividiría la unidad... científicos por un lado y patea-calles por otro? ¿Quién sería mi compañero? Por dios que no me toque con el bocazas... ¿Y los vehículos... qué hay de los vehículos? El rostro de Andrew revelaba toda estas situación de incertidumbre y, aunque iba saludando como un autómata a cuantos nuevos agentes le iban presentando, su mente seguía envuelta en elucubraciones.

De pronto, vio su propia expresión reflejada en el rostro del Sargento Avon. Como él se había quedado rezagado y también parecía absorto en sus propias preguntas por lo que decidió hablarle en un privado susurro para compartir impresiones.

- ¿Qué le parece la decisión sargento? ¿Cree que todos estamos preparados para la UIDMB?

Parecía un buen tipo... observaba con distancia el numerito del chaval que flirteaba exitosamente con la negra de exuberantes (y apetitosos también) pechos. Hicks se acercó un poco más al sargento y le susurró todavía más en voz baja.

- Me apuesto diez pavos a que antes de una semana ya se lo ha tirado. - afirmó con media sonrisa. - Quizá con uno de esos enormes pechos en la boca termine por callarse un rato. - pensó para sí.

Darrell intenta contener con poco éxito un pequeño suspiro cuando la Sargento Tesla les dice que todos están dentro. Por fin podía volver a sentirse útil y devolver a la UIDMB los favores que ya le habían hecho.

Sigue al resto por el recorrido de visita pero no presta demasiada atención a las instalaciones pues él normalmente no suele pisar las oficinas aunque puede que ahora sea de otra manera. Sin embargo la zona de celdas y contención si le llama la atención...le recuerdan a estos últimos años y aunque sabe que lo que meterán allí son criminales no puede evitar un cierto sentido de claustrofobia y represión.

Luego llegan a la zona de laboratorios donde se presenta junto a los demás: Darrell Cox, dice dando la mano a Sehldon y Monique...menuda devorahombres...cuidado niño, una mujer como esa se desayuna a dos o tres como tú...

Mil gracias! Le contesta muy amablemente Douglas a Sheldon, y haciéndole un gesto a Diane de que le dé un vistazo al sitio que tienen reservado para ellos, añade en tono simpático

Bueno, escoge qué despacho te gusta más. Yo no tengo manías, mientras pueda colocar todas mis cosas