Partida Rol por web

Coloco mis manos de forma que los dedos de cada una tocan la punta de los pares de la otra mano.

-Se suele presentar candidatura.

Voy asintiendo a tus palabras mientras las dices.

-Parece que la confianza que tiene en el señor Smith es mutua, después de todo fue él quien le propuso para el cargo de sabueso, lo que conlleva una candidatura a sherif.
No está mal...

Dejo a penas unos segundos de pausa.

-Pero... ¿Es lo que usted quiere?

Asiento a tus palabras conforme vas hablando. Excepto en la parte de que ha beneficiado a algunos.

-Vaya... Permítame preguntarle ¿a quien cree que ha beneficiado todo esto?

Cuando llegas a la parte de la necesidad de un líder afirmo con gestos, dando a entender que es lo importante ahora.

-No sé si conoce ya el funcionamiento de la ciudad en cuanto a la eleccion de cargos, nos gusta mantener unas raices democráticas.
En el caso que nos ocupa, la eleccion de un nuevo principe, cada clan con representante en el consejo de promogénitos y el conjunto del resto de clanes emiten un voto. El vástago más votado es elegido para la praxis.

Sonrío abiertamente, y me acomodo en la butaca. Imagino que a ella le vale, de igual forma, que Smith se convierta en el príncipe. Ella ascendería a la primogenitura y dejaría el marrón de traer todo al orden a Smith, momento en el que le puede buscar las cosquillas con toda la tranquilidad del mundo para hacerle caer en desgracia. Es un buen movimiento, yo lo haría, aunque lo de ser Sheriff... eso es algo que no me gusta demasiado. Por la sencilla razón de que es la gran diana en la espalda. Si al menos el guardian del elíseo fuera uña y carne... sería otra cosa, aunque claro, es una Malkavian más. Puede ser interesante. Además, abre las puertas a puestos más elevados.

-Aceptaré todo aquello que sirva de ayuda para Boston. -Asiento con suavidad. -Y sobretodo no me olvidaré de aquellos que me tendieron una mano amiga. -Vuelvo a incorporarme un poco hacia ella para volver a susurrar. -Porque la amistad es el bien que más escasea. Por eso hay que ser agradecido con quien te la demuestra. -Sutil el favor por favor dejado caer.

Es el momento de mostrar aprecio y ser más Ventrue si cabe. 

-Es un suponer, pero imagino que si Smith es, finalmente, encumbrado como se merece, el peso de la responsabilidad de la primogenitura de su clan recaerá en sus hombros. -La miro a los ojos. -Permítame el atrevimiento, pero debo decir que no se me ocurriría a nadie mejor para hacerse cargo de lo que ello representa. Belleza, firmeza y determinación. Lo tiene absolutamente todo para ser la candidata perfecta. Lo digo sólo por si no ha considerado la posibilidad. Aunque sea alguien nuevo, puedo verlo en sus ojos. -Vuelvo a sonreír sin dejar de mirarla a los ojos. -Y yo estaré encantado de ayudar en todo lo que esté en mi mano. -También, sutil forma de decir que si acabo siendo Sheriff tendré en cuenta su "Ayuda".

Sospechaba que Green iba a tratar de sonsacarle... pero no pensaba que fuera a ser tan directo. Clayton no sonrió por prudencia, pero respondió con cortesía a su interlocutor.

- La desaparición del Príncipe, así como la de algunos altos cargos, ha dejado un vacío de poder. Un vacío que estoy seguro que varios de los nuestros están y estaban deseando ocupar de antes. Por supuesto no se me ocurriría insinuar que ninguno de los nuestros tenga nada que ver con este ataque... salvo el topo que claramente tenemos infiltrado. - Explicó. No lo insinuaba, pero le rondaba por la mente la idea de que cualquiera podría haber colaborado aunque fuera mínimamente con el Sabbat si veía una oportunidad de sacar tajada con el ataque. 

- Ignoro la distribución de los negocios y cotos de caza en la ciudad anteriores a nuestra llegada, pero asumo que todos ellos se verán modificados ahora. - Continuó. Escuchó la explicación del Primogénito al respecto del funcionamiento en la ciudad y asintió.

- No conocía al detalle cómo elegían aquí a sus cargos, pero es muy similar al resto de ciudades Camarilla que he visitado. Supongo que cada Primogénito reunirá a los miembros de su Clan y pondrán en común su opinión para ver a quién votan. En algunas ciudades está vetado que un clan vote a su propio representante, en otras no... Aquí no sé qué ley aplica. - Comentó. - Y luego están todas las maquinaciones, pactos y juegos para que otros clanes voten al representante que le interesa a cada uno. Aunque al final el voto que cuenta es el de cada uno de los primogénitos. ¿Es correcto, señor Green? - Preguntó.

Compongo un gesto que podrias definir como halagada, Incluso me sonrojo levemente llevando aún un poco más de color a mis mejillas, ya nada pálidas de normal.

-Señor Ford, me sonroja. Espero que en las noches venideras siga pensando lo mismo sobre mí. Sin embargo sigue sin decirme que es lo que usted quiere.
Probaré a ser más directa. ¿Un Dominio? ¿Sheriff? ¿Otro puesto?
Sea sincero conmigo, sabré recompensar esa sinceridad.

-En realidad los dominios son otorgados oficialmente a los clanes en su conjunto, aunque cuando se otorga, digamos el barrio tal al clan Ventrue por los servicios prestados por el señor Clayton, se sobre entiende que el dominio es otorgado al señor Clayton.
Aunque nadie se sentiría ofendido porque usted decidiese compartirlo como vea adecuado con sus compañeros de clan y tan solo quedarse un punto especifico del dominio, es lo que se ha venido haciendo tradicionalmente.
Al fin y al cabo, el apoyo del clan de uno suele ser básico para conseguir nuestros objetivos personales.

Te estudio por unos segundos mientras continuas tus preguntas.

-El voto... Sí, es el que emite el primogénito, pero el resto del clan tiene derecho a solicitar una votación pública y desde luego, que el primogénito perdiese esa votación haría mucho daño a la reputación de ese primogénito, no es nada democrático apropiarse de los votos de tus compañeros de clan.

Sonrío unos instantes antes de continuar.

-Y digame señor Clayton... ¿Que objetivos tiene en nuestra ciudad?

Sonrío, le cojo su mano y beso el dorso de esta. 

-Señorita McKey, estoy seguro de que no ocurrirá tal cambio de parecer. -Valoro sus palabras a la vez que valoro la necesidad de ser sincero. No tengo que por qué serlo. No debo serlo tampoco. Ella simplemente acabará siendo la primogénita, no tengo nada que negociar con ella. Sólo me está probando, aunque tengo que dar la impresión de que confío plenamente en ella o ya me habré ganado unos ojos en la nuca. -Reconozco que un dominio es, en el fondo, lo que más me interesa. Si quiero echar raíces en Boston... necesitaré de un territorio, como todos. ¿Verdad? 

Valoro si decir algo más, sobretodo por el puesto. No se va a creer que sólo haya pedido una porción para mi, que después de las bajas que han tenido ya... territorio es lo que les va a sobrar, así que toca ser más creativo. Decir lo suficiente como para dejarla tranquilita y que no se meta en medio de las cosas que me interesan en verdad y que ya he pedido. Obviamente. 

-Mi pretensión no era la de ser el Sheriff. Esperaba poder ostentar el cargo de primogénito Malkavian, pero el puesto está ocupado. El puesto de Sheriff puede valer de momento, a menos que sepa de algún puesto más elevado en el que pueda ser de utilidad... -Lo dejo en el aire, mirándola a los ojos. -A la ciudad, y en particular, al futuro príncipe. -Digo príncicpe, porque si en el fondo es lo que ella quiere también, sabe que me estoy refiriendo a ella también. -También quiero emprender mis negocios aquí. El dinero es un recurso necesario, pero no quiero dañar la red económica de nadie, con lo que precisaría de posibles asociaciones e información para no incurrir en ninguna desaveniencia. -Sonrío. -No he venido aquí a ganarme enemigos, señorita McKey. Todo lo contrario, ofrezco mi ayuda de buena voluntad y busco asociados en los que poder confiar y, ganar así, dinero e influencia. -Me encojo de hombros. -Me gusta pensar que soy una oportunidad a aprovechar por la gente adecuada. 

Pues muy bien, todo eso es verdad, es una parte de una verdad mayor, pero no hace falta especificarlo todo. Es una sinceridad mayor de la que ha podido recibir en años, pero sin decir nada que no se haya imaginado ya. Yo creo que es un tantazo para Ford.

Ya estaba tardando en llegar la dichosa pregunta. Green estaba tanteando y estudiando a Clayton, y éste lo sabía.

- Mi primer y único objetivo, de momento, es cumplir con la misión que la Arconte me encomendó. Ayudarles a librar esta ciudad de Sabbat y a recuperar el control para la Camarilla. - Explicó. Luego recuperó un poco la postura corporal de cuando estaba todavía vivo y ladeó un poco la cabeza, pensativo.

- Pero debo admitir que he conocido a personajes muy interesantes en esta ciudad, y con el permiso de la primogenitura... si esto se estabiliza pronto, me gustaría quedarme una temporada. De momento nada a muy largo plazo, se lo aseguro. Me considero un miembro útil de nuestra sociedad, y creo que puedo aportar bastante a esta ciudad... si por una vez se me escucha. He intentado aconsejar a muchos en el pasado, pero solo unos pocos deciden hacerme caso. - Confesó con cierta pena en sus palabras.

- Le aseguro que mi intención no es meter mis narices en ningún negocio local... ya tengo los míos a nivel internacional y por ahora funcionan bastante bien. -

Se encogió de hombros. 

- Le confieso que no tengo muy claro si quiero quedarme o no... Pero cuando me decida se lo comentaré a usted y al resto... y en caso afirmativo les pediré permiso para establecer una residencia en algún lugar de la ciudad, aunque sea de forma temporal. -

Dejo que cojas mi mano y que la beses.

-Adulador...

El tono es de chanza, sin recriminarte nada realmente y siguiendote el juego.

-Así que primogénito, vaya... No es poco, y sin embargo...

Dejo unos instantes en los que parece que dudo de si continuar o no.

-En realidad, estaria usted el segundo en cualquier lista, a nadie se le escapa que Arthit no es un candidato especialmente adecuado, por joven y por poco dispuesto y la Guardiana es muy celosa de su puesto, no creo que aceptase abandonarlo.

Dejo que la informacion se pose en tu mente.

-Si la señorita Sullivan llegase a abandonar el puesto, la lógica dictaria que fuese usted el relevo.

Asiento a tus palabras.

-Veo que es usted un hombre comedido. No me disgusta, aunque se tenga en estima a usted mismo y sus consejos, tampoco lo veo mal.
Hasta que no te valores a ti mismo, no valorarás tu tiempo. Hasta que no valores tu tiempo, no harás nada con él.
Es una reflexión que se me ha mostrado muy acertada, desde hace mucho tiempo.

Parece que me pierdo unos momentos en reflexiones propias, manteniendome en silencio y completamente inmovil con la mirada en el vacio.

-Bueno... Lo que ibamos diciendo, parte de su mision comprende que se establezca un liderazgo claro en la ciudad, le seré claro, creo que el señor Smith no puede ejercer ese papel en este momento.
Es demasiado joven, una lástima que Saumel no haya tenido tiempo de... Tutorizarlo mas tiempo.

Espero tu respuestas antes de continuar.

Ahí estaba el verdadero motivo de la reunión. Clayton lo había sabido desde el principio. Con el asunto de los Sabbat más controlado, las luchas por el poder se iban a acrecentar. Y cada uno movería sus cartas y peones para conseguir la mejor baza posible. Y en esos momentos, ¿qué mejor baza que la de ser Príncipe? Bostón era una ciudad importante en el mundo mortal... y para la Camarilla también.

Fingió reflexionar pero sus pensamientos estaban muy claros desde hacía horas.

- El señor Smith es organizado, tiene contactos e influencias, y respeta las normas de la Camarilla por encima de todo. Quizá sea demasiado estricto y quizá este nuevo papel le pueda venir grande... por ahora. - Admitió. - Si no es Smith... ¿qué otros posibles candidatos habría para ocupar el cargo de Príncipe? - Preguntó.

- Y lo más importante señor Green. ¿Cómo planean convencer a Smith de que lo mejor es que sea otro quien ocupe el cargo? Ahora mismo no podemos permitirnos una guerra interna. -

Levanto las cejas dando a entender mi sorpresa ante la revelación. Aunque no tardo en responder con una sonrisa y asentimiento, para agradecer la información.

-Muchas gracias por su confianza, señorita McKey. -Me relajo en la butaca, que me haya dado un objetivo para escalar ya es muestra suficiente. También es síntoma de que la tal Sullivan le sobra en este momento, por lo que sí hay que mover ficha, es mejor hacerlo pronto antes de que los intereses de ambas converjan. Pero no hay que dejar esto en el aire. -Arthit es un buen muchacho, un poco voluble, tal vez. Pero bueno en el fondo. -Me encojo de hombros y acabo sonriendo abiertamente. -Imagino que la señorita Sullivan no tendrá planeado un viaje. ¿Verdad? -Dejo la broma en el aire.

Paso la mano por la piel de la butaca, mirándola durante unos segundos. Quizá va siendo hora de recabar algo de información de los cainitas que viven en esta ciudad. Al menos, la información que quieren que conozcamos el resto. 

-Perdone mi indiscreción. -Continúo devolviendo la mirada a sus ojos. -Pero como le he dicho, no quiero inmiscuirme por error en los asuntos del resto. ¿Le importaría informarme de los pesquisas de cada uno de ustedes? Ya sabe, negocios, tratos que hay que respetar, dominios existentes... cualquier cosa que debiera conocer. 

Y así ya tendré un hilo del que empezar a desenmarañar.

 Dejo que mis ojos se entrecierren hasta ser dos meras rendijas.

 -Yo mismo. El señor McAllister, que quiere que le diga... Incluso usted seguramente. Al señor Smith no hay que convercerlo, hay que ganarle en la eleccion. Otra cosa será como se lo tome, pero no deberia ocasionar un problema serio.

 Ya tenemos un miembro de su clan bastante desapegado de nuestra sociedad, no seria demasiado problema un segundo.

Sonrio y entrecierro los ojos.

 -Un viaje no, pero... Ella es una mujer de recursos, con mucho conocimiento sobre el sabbat y dotes para la investigación.

 ¿Que puesto le puede sugerir esta descripcion?

- Tal y como está la situación... y dado el poco apego que creo que el resto de primogénitos tienen por Smith... no creo que sea difícil que alguien le gane en la elección. Así que... si le parece bien puedo hacer lo que esté en mi mano por convencer a Smith si no gana de que es lo mejor temporalmente. Que lo vea como una oportunidad. - Explicó. Sí, eso sería lo mejor para la Camarilla.

Se encogió de hombros. - Pero claro, la mayoría de los primogénitos... o al menos unos tres, tendrían que ponerse de acuerdo y votar al mismo candidato. - Declaró. - Si quiere converse un poco con McAllister cuando vuelva, y pónganme luego al día. Trataré de ayudarles. - Ofreció. Todo con tal de evitar una guerra entre los suyos.

- Ah. Y yo no soy un buen candidato. Ni ningún otro Ventrue. Si Smith viese a otro de los nuestros con tales aspiraciones nada nos libraría de una nueva guerra. - Eso por no mencionar que Clayton consideraba que ocupar un cargo similar era ponerse una diana en la cabeza. No, era mejor ser el consejero...

-Entiendo sus argumentos señor Clayton. Ciertamente será dificil poner de acuerdo a una mayoria por un candidato.
No hable con él, no queremos que se ofusque antes de que pase nada, en mi opinion aún es bastante probable que el señor Smith sea proclamado para la praxis.

Guardo de nuevo silencio, tal vez una pausa demasiado larga ara una conversación normal.

-En cualquier caso agradezco su franqueza, tendré en cuenta su opinion.

Cambio de postra en el butacón, sentandome de manera mas cómoda.

-Esta usted convencido del tema del topo. ¿Por que no un espia?

Me quedo mirándola durante unos segundos, pensando en lo que me acaba de decir. Es una pequeña pregunta trampa, porque con esa descripción bien tiene cabida en dos puestos que me vienen a la cabeza. Aunque en uno más que en otro. Lo que plantearía otro problema, ¿Dejar de ser Primogénita para acabar en otro puesto dentro del elíseo, o "trascender" la trama local de las propias ciudades para enfrascarse en una aventura mucho más diferente? Me llevo la mano al mentón. De todas formas, la primera jugada me serviría, a la perfección, para embotellar al resto y, sobretodo, para establecerme a placer en la ciudad. Además... en el caso de que Arthit se ponga un poco tonto... me debe un gran favor. Sonrío.

-Se me ocurren dos puestos en los que podría encajar. -Observo las reacciones de Sarah a lo que voy a decir a continuación. Las pequeñas reacciones faciales involuntarias, no la ruborización. -Tal y como me la está dibujando, su puesto ideal sería, precisamente para el de Sheriff. Recursos, información y capacidad de investigación. -Además, si ella fuera el Sheriff, el resto de los sabuesos se quedarían donde están, por lo que mi asentamiento sería mucho más sencillo y rápido, que no tener que estar compitiendo por un puesto en el que ni encajo, ni quiero, sólo por obtener visibilidad. La miro a los ojos. -El otro puesto que me viene a la cabeza es el del Arconte. Pero la información que tiene es del Sabbat y no hay un Justicar a mano, queriendo erradicar a esa Secta. Su cometido es más acabar con los diabolistas anarquistas. Aunque todos sabemos que el Sabbat es conducente a los núcleos anarquistas. -Me encojo de hombros. Como he dicho, estoy mucho más interesado en la primera parte de mi exposición. -Una ciudad con nuestros problemas necesita de la resolución efectiva de sus cargos. Si yo fuera cercano al príncipe, le aconsejaría recolocar a Sullivan en un puesto en el que sea de ayuda a la ciudad y, por lo tanto, a su equipo de confianza. Colocando en el puesto que deja a alguien que está claramente a su favor y ha demostrado ser de utilidad. -Dejo esto último en el aire, sin apartar la mirada de los ojos de Sarah y, mostrando una sonrisa cómplice.

Obviamente, no me hace falta recalcar la evidencia, no voy a poner nombres a lo que ya se intuye con facilidad que quiero decir. Sería un insulto para ella y para esta conversación. Me gustará saber qué tiene que decir al respecto. 

-Por cierto ¿Se sabe cuándo se procederá a la elección del nuevo príncipe? -Vuelvo a incorporarme hacia ella. -Esto es como una colonia de hormiguitas, cuanto más tiempo pase, las hormiguitas más habrán trabajado para su propio beneficio... lo que no beneficia a nadie en particular. 

Clayton aceptó con agrado que el señor Green comprendiera su postura. El cambio de tema le sorprendió un poco, aunque ya era hora de que alguien decidiera tomar cartas en el asunto e investigarlo un poco más.

- Espía... topo... ¿Qué más da? Tanto si es un Sabbat infiltrado, como alguien que ha vendido nuestros secretos... sigue siendo un enemigo al que hay que tener en cuenta. Y al que hay que encontrar y llevar ante la justicia. ¿No? - Preguntó de forma retórica aunque realmente interesado en conocer la respuesta del primogénito.

- El problema no es que sea un espía... o un topo. Si no que seguimos sin saber quién es, y no tenemos la seguridad de que no vuelva a comprometernos. No podemos permitirnos... por la seguridad de todos nosotros, no saber quién ha traicionado a toda la Camarilla. - Se encogió de hombros. - Quizá incluso desde su punto de vista esté justificado... o pensaba utilizar a los Sabbat y no creía que su ataque fuera a tener mayores consecuencias... las posibilidades son infinitas... Pero sea como sea, es un peligro para nosotros. Y yo personalmente dormiría más tranquilo por el día sabiendo quién nos ha traicionado una vez, y habiéndome asegurado de que no vuelva a hacerlo. -

Fue totalmente franco en aquel tema.

Sonrio mientras llegas a las conclusiones a las que queria que llegases.

-Efectivamente, el cargo de sheriff es uno de los adecuados y además, cumple el requisito de que es un cargo que la ciudad autogestiona, no es encesaria influencia externa.

Dejo que asintamos a las palabras que voy diciendo, dandolas por buenas.

-Actualmente el cargo está libre y han sido nombrados tres sabuesos como candidatos al puesto. Usted no lo quiere, podria defender sus motivos de una manera mas que válida, supongo.
Luego tenemos a dos recien llegados, Jamie y Jack Sunrise.
El brujah parece más del tipo apto para seguir como sabueso, mas accion que seso. La toreador por otra parte parece algo más apta, por lo que dijo Clayton es experta en armas de fuego y no parece demasiado estúpida.
Solo si no parece haber ningun otro candidato válido podremos ofrecerle a Jane el puesto, que aceptará por el bien de la ciudad, dejando el cargo de primogénita a alguien adecuado.

Te señalo con la mano.

-Supongo que tiene claro que ha de hacer...

Niego con la cabeza.

-No no... No me he explicado bien, no me refiero a una diferencia semantica, si no a la posibilidad e que alguien nos haya estudiado desde fuera.
No estando entre nosotros.