Partida Rol por web

12 de diciembre de 2016 Nueva York

 Tan solo habian pasado un par de horas desde que se ocultase el sol cuando el movil de Cassandra suena, al cogerlo puede reconocer la voz de Jake, su sire.

 -Nena, venid al eliseo cagando leches, el puto sabbat ha invadido Boston y esto nos va a salpicar a todos.

12 de diciembre de 2016 Nueva York

 Tan solo habian pasado un par de horas desde que se ocultase el sol cuando el movil suena con ese estupido tono estandar que le ponen al salir de fábrica, reconoces el numero, es Jake, uno de los muchachos del sheriff, seguro que quiere proponerte algun trabajillo.

 -Hola Johana, ven al eliseo, ya, ha pasado algo importante y nos quieren a todos allí.

12 de diciembre de 2016 Nueva York

 Tan solo habian pasado un par de horas desde que se ocultase el sol cuando el movil suena con esa canción que tanto te gustaba hace unos meses, es el numero de Jake, uno de los muchachos del sheriff, es raro que te llame pues no tienes excesiva relación con él o sus amigos.

 -Hola Lila, ven al eliseo, ya, ha pasado algo importante y nos quieren a todos allí.

12 de diciembre de 2016 Nueva York

 Tan solo habian pasado un par de horas desde que se ocultase el sol cuando el movil que te compró Pricia suena. No reconoces la lista de numeros que aparecen en la pantalla, tal vez deberias empezar a guardar los numeros de la gente que te llama, aunquetampoco son tantos...

 Al descolgar reconoces la voz de Jake, uno de los muchachos del sheriff, es raro que te llame pues no tienes excesiva relación con él o sus amigos.

 -Mesud, ven al eliseo, ya, ha pasado algo importante y nos quieren a todos allí.

Parecía que iba a ser una noche normal. Despertarse junto a su amada, disfrutar de una buena velada, puede que una cópula salvaje al aire libre arriesgándose a ser pilladas por transeúntes despistados o quizás alguna pelea callejera casual donde meterse y demostrar sus dotes.

Sin embargo se encontraba sentada sobre la cama, en posición de loto, atiendo una inesperada llamada de su sire. A pesar de su insurgencia natural hacia el resto del mundo, sentía un profundo respeto por Jake, su mentor, aunque no lo demostrara con sus palabras o gestos.

Te escucho.- El simple hecho de no colgar de primeras al ver a Garnet salir de la ducha desnuda ya decía mucho de la relación, aunque le dedicó un pícaro guiño cargado de intenciones.- Vamos para allá.- No había necesidad de añadir nada más, así que colgó el móvil y lo tiró a un lado, levantándose para ponerse los pantalones que descansaban en el suelo.- Tenemos que irnos cariño, el Sabbat la está liando en Boston y nos requieren en el Eliseo.- A pesar de la gravedad de la situación, no podía ocultar la amplia sonrisa que surcaba su rostro, disfrutando de la situación.

Me encontraba acicalándome con esmero cuando el teléfono sonó. Miré el número y una sonrisa se formó en mis labios. Incluso me permití un gritito de emoción. Era Jake, uno de los muchachos del sheriff.

¡Jake! Me alegro tanto de que me hayas llamado, querido. Dije, con una cercanía que no correspondía a lo poco que conocía a Jake. No tienes que decírmelo dos veces, estaré ahí tan rápido como un toreador en  Rötschreck. Bueno, tal vez no tanto, pero ya me entiendes. ¡Qué emoción! Mientras hablo termino mis retoques y, tras coger dinero, identificación y algunos otros objetos de los que no me solía separar, salí hacia el Elíseo.

En realidad era una pequeña jugarreta, ya que quería pasarme por el show antes, pero daba igual, una buena jefa sabía cuando delegar. Y ella era la mejor.

La ducha que estaba dandome me estaba sentando bien, tenía ganas de moverme, salir con Cass de marcha, disfrutar juntas de la noche y buscar lugares nuevos que ver y lugares donde hacer fotos. Entre las gotas que caian podía oir a Cass moviendose y una sonrisa se dibujó en mi cara. Pero no venía al baño, al contrario respondió una llamada, por lo cual cerré el grifo de la ducha.

Me fuí secando con la toalla inicialmente el pelo y salí al quicio de la puerta mientras veia como hablaba. Por el tono, era su sire, y por su forma de hablar, era algo importante. No es que Cass se expresara mucho en palabras hablando así con su sire, por lo cual no entendía de lo que hablaban pero el guiño que me mandó me hizo sonreir a pesar de la seriedad de su conversación. Entonces Cass colgó y se dirigió a mi contandome, un tanto resumido, lo que ocurría. - Vaya... que raro que Nathaniel no me haya dicho nada. - Le respondí mirando hacia mi movil el cual seguía insonoro - Pero bueno - entonces fue cuando solté la toalla al suelo y sugerentemente moví mis caderas y me llevé un dedo a los labios - ¿Puedo vestirme? ¿O tengo que hacer algo antes de ello? - y lancé un guiño que decía mucho por sí mismo.

Es una oferta muy tentadora, sin duda.- Se acercó lentamente mientras se mordía el labio inferior, repasando visualmente cada centímetro de su cuerpo. Cuando estuvo a un solo paso de Garnet, estrechó la distancia con un movimiento sutil aunque brusco, pero controlando la fuerza: La diestra la posó sobre sus torneadas nalgas, estrechando la suave piel entre sus manos, clavando un poco incluso las uñas, para pegar ambas caderas; mientras que la zurda hizo un remolino con su cabello, pegando un leve tirón para obligarla a levantar la cabeza y dejar el cuello a su merced.

A diferencia de sus manos, dio besos dulces, sensuales, una tortura lenta que ascendía desde la clavícula, pasando por el mentón, hasta situarse en el lóbulo del oído, dándole un leve mordisco con los labios.

Vístete.-  Susurró antes de soltarla y alejarse unos pasos hacia atrás, terminando de prepararse.

Un extremo sentimiento calido de placer inundó mi cuerpo cuando al acercarse Cass, me agarró con aquella sutil fuerza caracteristica de ella y que a mi me volvía loca. La caricia en mi culo junto a la clavada de sus uñas cual colmillos dejando la marca en su propiedad hizo que me mordiera le labio inferior y pusiera mis manos sobre sus hombros pasandolas a su pecho y soltando un suspiro de placer, el cual no podía aguantar más. Al darme aquel tirón me dejé hacer para disfrutar al máximo de aquel momento de tortura y placer, que hacía Cass al solo darme besos por el cuello y de alguna forma deseando que pasara a mayores.

Justo cuando me dió la leve mordida en el lobulo de mi oreja, es cuando mi mente pensó en lo proximo que seguiría a ello, pasando a la cama y disfrutando un rato del enorme placer de nuestros cuerpo unidos en una voragine de deseo y lujuria sin limites... Pero no.

Caliente cual una plancha, ardiendo cual estufa en invierno, desprendiendo el calor que el placer me provocaba debido a los actos de Cass, ella misma lanzó un cubo de hielo a mi oreja al decirme tan sutilmente al oido que me vistiera. Mi cara cambió de placer y casi sumisión a enfado e indignación. Cogí la toalla del suelo cuando se volvió y se la tiré a la cabeza un poco a modo de quejarme - Serás mala, calentarme así para luego dejarme con la miel en los labios. - Mi cara se inflaba a causa de que guardaba el aire en mis mejillas a modo de niña pequeña cuando quería algo y solo se aguantaba el aire en sus mofletes hasta que le hicieran caso - No es justo, y lo sabes - Y aprovechando que giraría lo más seguro y estaba frente a la cama di unos pasos hacia ella para saltar encima suya tumbandola en la cama.*

Una vez en aquella posición planté un beso en los labios de Cass antes de que dijera nada para luego ir hacia su oido y susurrarle sutilmente - Me vistiré si es lo que deseas, pero me vas a pagar este calentón por cien. Y con el movil apagado. - tras ello fue cuando hice acto de levantarme para vestirme como me había pedido antes de mi berrinche.

 Llegais al Eliseo tras sortear como mejor habeis podido el trafico de la noche Neoyorquina. En la sala ya se encuentran la mayoria de los vástagos de la ciudad, puede que se os escape alguno, pero más o menos los conoceis a todos.

 En el estrado de las grandes ocasiones podeis vislumbrar a la primogenitura al completo y a Caledros paseando de un lado a otro de la tarima.

 Jake, quien se puso en contacto con vosotras está en un lateral, hablando con otro de los azotes del sheriff.

Joan cogió la llamada con cierta prisa, sabía que tenía que ser importante si la llamaban tan pronto y no se equivocaba al ver el nombre en la pantalla:

- Si, enseguida voy para allá.- dijo escuetamente pero tenía una sonrisa impaciente en los labios. En cuanto colgó y se guardó el móvil en el bolsillo, cogió su casco de la moto y fue a donde la tuviera aparcada.

12 de diciembre de 2016 Nueva York

No se esperaba la llamada, y esta lo dejo algo intranquilo. Una convocatoria del principe no se daba a la ligera.

-Entiendo, alli estaré.-dijo escuetamente tras lo que espero si su interlocutor tenia algo que decirle y tras eso colgo.

Se dio prisa en cambiarse y arreglarse para la reunion. Tomo sus cosas y partio para el eliseo. Fuera lo que fuera lo sabria aquella noche.

Llegais al Eliseo tras sortear como mejor habeis podido el trafico de la noche Neoyorquina. En la sala ya se encuentran la mayoria de los vástagos de la ciudad, puede que se os escape alguno, pero más o menos los conoceis a todos.
En el estrado de las grandes ocasiones podeis vislumbrar a la primogenitura al completo y a Caledros paseando de un lado a otro de la tarima.
Jake, quien se puso en contacto con vosotras está en un lateral, hablando con otro de los azotes del sheriff.

La chica, vestida con una camiseta manchada de aceite de motor y unos vaqueros rotos de la misma guisa paso entre los vástagos sin apenas saludar a nadie y se acercó hasta Jake saludándole con un cabeceo:

-Ey, que pasa? Ha pasado algo grave?- preguntó metiendose las manos en los bolsillos con actitud despreocupada.

Entré en elíseo con paso lento y elegante, pero si llegar a ser ostentoso, calculado. Iba vestida de forma bastante elegante, con un vestido negro y zapatos a juego. El maquillaje tapaba la palidez de mi rostro y remarcaba los labios, haciéndome parecer algo más mayor de lo que realmente era. Dediqué una sonrisa junto con una inclinación de cabeza a todos los que se girasen a mirarme. Lo primero que hice fue acercarme al estrado y, sin llegar a subirme, dedicarles una reverencia bastante exagerada a los que allí se encontraban.

Como siempre, es un verdadero honor haber sido invitada. Dije, pasando por alto que en realidad había sido convocada más bien. No me importó que me escuchasen o no, probablemente tenían cosas mejores que hacer, pero había que mantener el protocolo. No se me pasó por alto el nerviosismo del príncipe. ¿Qué habrá pasado?

Tras incorporarme y dedicarles otra breve inclinación de cabeza en muestra de respeto, recorrí la sala con la mirada y localicé a Jake. Mis pasos me llevaron hasta allí. ¡Oh, Jake! Le saludé, dándole dos besos*. No sabes lo contenta que me ha puesto tu llamada. Son pocas las veces que nos juntamos todos. ¡Habría quedado fatal que me perdiese algo así!

¡Johanna! Exclamé con una radiante sonrisa en mi rostro. Qué alegría verte a ti también, querida. La miró de arriba abajo y la habló en voz más baja. Tengo un pañuelo, por si lo necesitas. Seguro que el servicio tiene quitagrasas. Me puse a rebuscar en mi bolso sin siquiera escuchar su respuesta.

Joan suspiro pasándose la mano por la cabeza recordando que tenia que aprender a ser amable, pero le resultaba difícil rodeada de tanta gente y en especial con la actitud de Lila.

-Eh...hola Lila yo también me alegro de verte...- se miro los lamparones negros y grises de la ropa- ¿lo dices por esto? no te preocupes de verdad, estoy bien así, ya si eso luego me cambiaré -no tenía ninguna intención de hacerlo, por supuesto, pero con tal de que la dejara en paz diría casi lo que fuera.

Nunca le había gustado el Elíseo.

Aquél recinto donde se reunían todos los de su especie aparentando una falsa máscara para contentar al regente con palabras vacías, una tela de araña que se tejía de manera invisible lentamente, mientras se miraban unos a otros de manera lasciva aburridos de su no vida, buscando una nueva presa para su orgía carnal.

Nada más bajar del coche, como acto reflejo, pasó la mano por los hombros de Garnet, más un movimiento de posesión que de protección o cariño.- Que nadie se atreva a mirarla. Es mía.- Mensaje mental que transmitía con la mirada, inquisidora y letal vigilando a todo aquél curioso que osara posar sus ojos en la acompañante pelirroja.

A medida que se adentraba en el Elíseo, desentonando entre tanto traje de gala con sus míseros vaqueros desgastados y camiseta corta de Metallica, dejando ver los abundantes tatuajes que adornaban sus brazos, percibió el evidente nerviosismo de Caledros, dando vueltas por el estrado, sacándole una sonrisa.- Esto pinta bien.

Cuando atisbó a su sire, Jake, entre toda la multitud, se acercó a él, todavía arrastrando a Garnet en su prisionero agarre. Junto a él, vio a Lila y Johanna.

- ¿Qué pasa, chicas? – Las saludó levantando el puño, esperando que se lo chocaran, sonriendo esta vez de forma más cordial, despreocupada. Por último se giró a su sire.- ¿Llego tarde para la diversión jefe?

El Eliseo era un lugar bastante diferente de lo que debia de ser el lugar de poder de un señor de la guerra. Parecia mas bien un teatro donde los vastagos se reunian a socializar que de un bastion de guerra o un simbolo de grandeza. 

Me puse a dar vueltas por alli lenta y minuciosamente mirando quien se encontraba, haciendo tiempo hasta que por fin comentaran cual era el tema a tratar en esta reunion. 

El nosferatu ya estaba por alli, aquello estaria interesante...

Cass y yo llegamos juntas al Elíseo. Aún no sabía muy bien que había ocurrido, salvo por las palabras de Jake que me había transmitido en su momento mi amada caballera de rockera armadura, y tenía que reconocer que el no saber nada me mantenía nerviosa.

Al salir del coche noté como dulce vampiresa, abriendome la puerta, me llevaba pasandome su brazo por mis hombros a modo posesiva, ante lo cual reí muy picaronamente tras el maquillaje que llevaba aplicado a juego con la palidez de mi piel, pues a veces me agradaba aquellos celos que tenía Cass, incluso me divertía poniendola yo misma celosa comprobando cuan sobreprotectora era.

La falda plisada negra que llevaba, calló ante mis largas piernas favorecidas por los zapatos de tacón que llevaba quedandose a unos centimetros sobre mis rodillas, mientras que la blusa de tono carmín realzaba la figura de mi cuerpo mostrando un sugerente y bello escote en el cual no costaría mucho fijarse en el. Al llevarme Cass agarrada por los hombros simplemente puse una mano sobre la falda, y la otra tratando de rodear la cadera de mi protectora.

Al entrar ví como el principe del lugar estaba más nervioso de lo habitual, cosa que me preocupó. Jake estaba siendo rodeado por algunos vastagos y nosotras nos estabamos dirigiendos hacia él, pero ante aquel lugar ví a Nathaniel, mi sire, por otro lado hablando con otros vastagos de la zona. Quería saludar a las demás pero justo antes de llegar, detuve los pasos de Cass poníendo mi mano sobre su pecho y dandole un beso antes de pasar mi boca a su oido para susurrarle - Quiero ir a ver a Nathaniel, saludarle y preguntarle algunas cosas, no tardaré mucho así que puedes quedarte aquí con las demás si quieres. - Me acerqué un poco más a la oreja para darle un leve mordisquito - Tranquila, tu eres MI chica - Y continué el camino para saludar a los demás

Un una mano alzada a modo de saludo lejano les hablé - Hola Jake, hola chicas, un placer veros, ahora vengo que tengo que hacer unas cosillas. ¿Me cuidais a Cassi un ratito? - Y entonces soltandome de esta poco a poco hasta dejar por completo la mano que tenia en el hombro en contanco con mis dedos le dediqué un guiño con una muestra de lengua un poco traviesa al haber dicho aquello, y sin más fui directa hacia Nathaniel