Partida Rol por web

Miro a Jaimie.
- Lo que ha dicho es: "lo ví última vez al lado de la pizzeria de Upham´s House. Casi en el centro civico Jane". - guardo silencio un segundo a ver si esta vez lo entiende - Un sitio, un rastro.
Salvo que alguien sepa exactamente donde tenia ese apaño para dormir. Así que de momento, todos juntos. - "Putas ganas tienen de ponerselo mas facil al Sabbat para cazarnos"

Los veía discutir, era todo lo que estaban haciendo desde que han entrado en el Elíseo. Son el epítome de la sociedad vampírica. Independientemente de que seas Camarilla o Sabbat. Es agotador tratar de hacer grupo, pero no me voy a rendir tan fácilmente. Ya sólo quedaba ponerse en marcha, miro a Arthit y a Clayton.

-Bueno, es una noche preciosa para dar un paseo, ¿no creéis? Alejémonos un poco y haré que traigan mi coche. Pero... dadme un segundo. -Miro a aquella a la que el primogénito Toreador ha hecho mirarnos. -Señorita Andrea. ¿Gustaría de acompañarnos? Su compañía será grata.

Y si dice que sí, pues adelante. Caminaremos un poco hasta un lugar en la que llame a mi muy mejor amigo para que venga a recogernos en coche.

Clayton agradeció con un asentimiento que Ford ofreciera su coche. Él también había venido en avión y no había podido conseguir un vehículo todavía. 

Estaba alejándose con pasos cortos y bien medidos, cuando Ford advirtió que Green y Andrea hablaban y señalaban a su grupo... El Ventrue se detuvo y esperó a la posible respuesta de Andrea a la invitación de Ford. Sonrió a la mujer y añadió:

- Por supuesto, su ayuda puede resultar inestimable. - Corroboró. - Arthit, Ford, cuando queráis... - Comentó indicando con un leve gesto la salida.

-Si Randy o Corso confían en sus habilidades, yo propongo que nosotros vayamos a por el rastro que parece mas fresco: la pizzería. Mientras que otro podría investigar el centro cívico. ¿Os parece a todos?

Después de esto, voy repartiendo a todos los presentes una tarjeta con mi teléfono:

-Si alguno de los grupos consigue averiguar algo, que informe al resto. Si os parece -miro a Randy y Corso-, llamarme a mí, seré el enlace en este grupo -miro al resto-. Si al resto también lo ve bien, si encontramos algo llamaré a Clayton para que os informe. 

Vaya, no sólo es cuerpo. También nos consigue transporte, está empezando a ganas puntos.

-Si nena, estoy de acuerdo... -saco varias tarjetas como la que le di a la Tremere y las voy repartiendo entre los nuestros.-Si por lo que fuera necesitais llamarme a mí.

Al parecer aquí nadie me ha explicado sus habilidades concretas, supongo que ésta es una desventaja de la Camarilla frente al Sabbath, dónde al ser unos mierdecillas débiles todos se conocen muy bien, por la cuenta que les trae. Si fuera rencoroso me volvería cerrado y les confundiría un poco... pero bueno, a la mierda, tarde o temprano veré que saben hacer, y espero que sea pronto para que pueda hacer alguna estrategia en base a ello... o decidir quién merece ser salvado y quién sacrificado.

-Nena, cuanto tengamos el taxi, haremos un pequeño desvío a mi casa. Ahí tengo que recoger a Caricias y a mi caravana. La caravana nos vendrá mejor, que los taxistas, porque no sabemos que vamos a encontrarnos y cuanto menos testigos mejor. En la caravana si cabemos todos, pero que nadie toque el hueco de Caricias, es un poco territorial.

--Nada de paradas-- digo regresando al interior del elíseo --El tiempo apremia, y no quiero ser pesimista pero... pinta mal...no logro encontrarlo.

Ya tenía asignado su grupo, así que no se molestó en decir nada ni en hablar con nadie, tan sólo esperar a que todo se resolviese. Que después de todo, ya había actuado bastante demasiado allí dentro, y no venía mal quizá una dosis de tratar de desentenderse de todo y dejar que las cosas vinieran como viniesen: alguien tenía que ir a recoger un perro, pues estupendo. Después de todo una vez vio a un subnormal pretender colar un lobo en mitad de la ciudad como quien no quiere la cosa, así que estaba curtido en esas lides.

-...

Miró a Jack, esperando una confirmación muda de la siguiente etapa. Después de todo lo acababan de declarar poco menos de Cabecilla Oficial, y Antuán era un hombre que prefería seguir al líder desginado. Semanas de ver cómo la Estirpe trata a los que no siguen al líder designado te hacen desarrollar esa costumbre; el vicio de no querer que te despellejen, que es muy malo.

-AAAAHHHHHH

Por otra parte, necesitaba aquellos cigarrillos. ¿En aquella maldita ciudad que hedía y con todo aquel estímulo alrededor? Unos minutos más sin un paquete entre las manos y juraba que se volvería loco: ya le empezaba a picar la cabeza de forma horrible.

Mientras esperamos el coche, miro a Randy.

-Yo no veo aquí ninguna nena, ninguna muñeca o cualquier otro tipo de apelativo que alguien como tú pueda creer ingenioso o gracioso -digo mirando al hombre-. Ya te dije mi nombre y espero que lo utilices de ahora en adelante.

"Si no, me encargaré de arrancarte la lengua personalmente".

Mi tono es educado y mi sonrisa clara y encantadora.

Tras esto miro el reloj, esperando que llegue el coche*.

Al oir a Jaimie intento apagar el fuego antes de que se produzca.
--Ummm... Por favor, no tenemos tiempo para esto ahora.
--Quizas no había sido buena idea juntar a Randy y sus modales con una mujer...
--Ummm... No hay tiempo que perder, si no salimos ya, mejor no molestarnos pues la búsqueda sera para no entrar nada, como he dicho no logro captar su esencia... Lo cual no es buena señal...

Tras hablar en un aparte con McAllister me acerco al grupo.

-A ver panolis. Los grupos los hago yo y cada uno irá con alguien de Boston, no vais a ir solos los de fuera sin saber donde vais.
El gafitas, la señorita y el futuro primogénito conmigo. Los otros con Jane.
Dos cosas, aqui hay una cadena de mando, primogenitos, sabuesos y el resto, si yo digo salta, saltais y si yo no estoy y lo dicen el próximo primogénito de si mismo o la señorita saltais tambien.
¿Claro?

No doy tiempo a contestar y sigo.

-Mejor, porque el que no lo tenga claro se queda aqui.

Parece que voy a empezar a andar casi atropellando al que tenga delante pero paro y miro a Randy.

-Tú, se empieza de cero y hasta que no se es algo no se puede optar a mejorar. Y cuida a quien contestas, yo te habria escachado la cabeza, McAllister tiene mejor talante, pero si le tocas los huevos hará más que escacharte la cabeza, probablemente te la arranque antes de que te des cuenta de que te has pasado.

Sin más me dirijo hacia la puerta y cuando voy a salir grito.

-SIEMPREEEE LISTOOOO!*

Sonrio y sigo a Cage.

  Seguís a los primogénitos hasta un parking subterraneo. Cage se dirige a una vieja camioneta pickup hecha una mierda, lo más probable es que ni arranque.  Jane hace que un SUV compacto de esos que se llevan ahora encienda las luces al pulsar la llave.

 Cage da la vuelta para montar y cuando lo volveis a ver es un negrazo de casi dos metros y complexión herculea. Os apretaís en la camioneta y salis del garaje.

 Entro al coche y dejo que decidais quien monta adelante y quien atras.

 Ya que soy el segundo al mando, tomo la iniciativa y monto en la parte de adelante.

 -¿Se te ocurre algun sitio por el barrio en que el que pueda dormir así en un apaño?

 Me acerco al trio que conformais con Arthit dando saltitos.

 -Si! Voy con vosotros! ¿Os llevo?

Cuando dice "el gafitas" alzo la vista y frunzo un poco el ceño.
Por fin.... Ya era iba siendo hora de dejar la cháchara y empezar a actuar.

Sin decir palabra tomo asiento en el "chatarramovil" me gustaban las cosas con carracter, no tanto cacharro supermoderno, lo mio eran los cosas antiguas...
Por el camino voy trasteando dentro de mi bolsa preparando cosas para el siguiente ritual.

-¿Yo?

Le miró con sorpresa.

-Yo llegué ayer, y ni siquiera he podido poner un pie en la ciudad. Pero si buscas un sitio donde alojarte puedo ayudarte a buscar un hostal... no, perdona, cómo lo llamáis... un motel o similar para pasar una noche. No tendré problemas en ubicar uno.

Respondió.

-Por cierto y hablando de todo un poco: uau, vuestros Antiguos son majos. O eso o les gusta mucho, mucho degustar su venganza como plato frío -explicó- De donde vengo el tal gangrel hubiera sido despiezado siete veces... probablemente en un acto público además. ¿Sabéis si es progenie de alguien importante? ¿De alguien muy importante?
 

-Yo no veo aquí ninguna nena, ninguna muñeca o cualquier otro tipo de apelativo que alguien como tú pueda creer ingenioso o gracioso -digo mirando al hombre-. Ya te dije mi nombre y espero que lo utilices de ahora en adelante. 

Creo que le voy a responder algo... ¿espera que? 

--Ummm... Por favor, no tenemos tiempo para esto ahora.
--Quizas no había sido buena idea juntar a Randy y sus modales con una mujer...
--Ummm... No hay tiempo que perder, si no salimos ya, mejor no molestarnos pues la búsqueda sera para no entrar nada, como he dicho no logro captar su esencia... Lo cual no es buena señal...

 Bah, maldita sea, tiene razón.

-Ok tío, lo primero es lo primero.

-A ver panolis. Los grupos los hago yo y cada uno irá con alguien de Boston, no vais a ir solos los de fuera sin saber donde vais.

Me pregunto si se da cuenta de que ya propuse yo que algún local nos guiara. Estos viejetes sólo se escuchan a si mismos.

El gafitas, la señorita y el futuro primogénito conmigo. Los otros con Jane.
Dos cosas, aqui hay una cadena de mando, primogenitos, sabuesos y el resto, si yo digo salta, saltais y si yo no estoy y lo dicen el próximo primogénito de si mismo o la señorita saltais tambien.
¿Claro?

No doy tiempo a contestar y sigo.

-Mejor, porque el que no lo tenga claro se queda aqui.

Por Dios, quedarse aquí, de nuevo se me hará eterno, y eso es mucho para un vampiro.

-Tú, se empieza de cero y hasta que no se es algo no se puede optar a mejorar. Y cuida a quien contestas, yo te habria escachado la cabeza, McAllister tiene mejor talante, pero si le tocas los huevos hará más que escacharte la cabeza, probablemente te la arranque antes de que te des cuenta de que te has pasado.

-Esa es la idea colega.

Si, sin duda no me escuchó cuando repliqué lo de empezar de cero. Detrás de tanta roña debe tener un metro de cera de grosor en las orejas. No me extrañaría. Aunque no me ha gustado el tono que me ha dicho eso, y quizás fuera del Elíseo, en otra ocasión le ponga su cabeza en su sitio... y probablemente sea fuera de su cuello.

Cuando nos vamos por FIN, y nos subimos a esa chatarra de mierda, miro a la Toreador con una ligera sonrisa. Me pregunto si representará al tópico finolis, o le echará pelotas y se sentará sin abrir la boca.

-¡Listos! -doy un par de golpes, al lateral de la pickup para dar el aviso al conductor de que ya estamos todos, pues me he sentado detrás, al aire libre. Quiero que me de el aire.

Ya que el Tremere coge asiento de copiloto, imagino la Toreador se sentará conmigo.

-Escucha tía, mira... se que hemos empezado con mal pie, porque soy muy directo y tu vienes de un submundillo de cosas de esas de etiquetas y tal... ni yo quiero entender tu mundo, ni tu el mío... pero quería que supieras, que no te guardo rencor. No te voy a pedir perdón, porqué soy lo que soy, y tenemos que aceptarnos, pero trataré de recordar tu nombre. Así que haz que mi esfuerzo merezca la pena y no te dejes matar, sería una pena ver ese culo convertirse en ceniza, ¿ok?

Miro atraves del retrovisor a Antuan con una sonrisa bailona en la cara.

-Supongo que se refiere al qe se habia buscado Noah. Y sí, hay algunos hotelitos y bed and breakfast, nada muy grande. Luego hay miles de sitios que podrian servir, desde casas vacias a locales cerrados y cualquier sotano o yo que sé, la gente es muy imaginativa.
Vayamos al barrio y preguntaré por ahí.

Sonrío al ver acercarse a la señorita Fernández. Parece que nos vamos a poder poner en marcha en breve, y es algo que agradezco, ya que tengo ganas de cambiarme y asearme un poco, ya que parece que he hachado raíces en esta ciudad. Será bueno ir acomodándose, buscar un refugio y esas cosas. No puedo evitar dirigirme a ella al acercarse a nuestro grupúsculo. 

-Se que no tenemos aún demasiada confianza, pero la verdad es que debo decir que es usted una verdadera belleza. Déjeme tratarla como se merece, no conduzca, haré que conduzcan para usted.

Bueno, tras la charla de Cage yo me encojo de hombros, no soy una persona que vaya a implantar límites, yo soy la persona que se salta los límites y hace que todos vean que son absurdos. Pero es gracioso, igual digo que salten en algún momento. Me río para mí mismo.

-Bueno, caminemos un poco, nos vendrá bien estirar las piernas, evitar la artrosis y los militia de más. Luego llamaré a mi amigo y os lo presentaré en confianza. Es mi padre, es mi hijo y es mi amigo. Marchemos. Por cierto ¿Vais armados?