Partida Rol por web

He decidido que daré puntos para que los coloquéis en vuestros atributos tras cada escena. Mi criterio es subjetivo, atado a vuestra participación y manejo del personaje. :D

Huren Rharlendigr: 3

Angler: 1

Alalonna: 1

Gloinar: 1

Colocarlo donde en los atributos que queráis.

Día 3, 26 de Octubre de 1453 (46 a. A), Amanecer, Rasbrook

Al día siguiente la actividad en el pueblo era algo mayor. El día era caluroso y los cascos de algunos caballos se hacían notar cerca del establo, junto a la casa de VistaNegra. Dos pelotones de caballos estaban pululando por la entrada, dando vueltas por la residencia-palacio.

Dormísteis bien. Os levantasteis y fuisteis conducidos a otra sala en el interior, junto a la que habíais estado la noche anterior. Allí estaba Iphrus, esperándoos. No había rastro del Gobernador.

Buenos días amigos -dijo. Almorzad bien y marchémonos... mi hija debe andar con esos... (bárbaros...). ¡Ah! Me dijeron que  cuando os viera fuérais al cobertizo que tiene VistaNegra en el jardín, creo que es donde guardan armas... Luego nos veremos en la calle, junto a los soldados.

Alalonna se levantó temprano aquella mañana. Debía organizar su equipamiento antes de partir y no quería hacerlo a las apuradas.

Llegó al salón dónde había estado el día anterior, para desayunar y vio que allí ya aguardaba Iprhus, mucho más recuperado.

-Buen día Iprhus, me alegra que estés mejor. NO dudes que ayudaremos en todo lo que podamos para recuperar a tu hija. ¿Podremos pertrecharnos con lo necesario en ese cobertizo? Estimo que estaremos algunos días afuera, así que necesitamos comida, yesca y pedernal, cantimploras, algunas antorchas, un poco de cuerda... en fin, cosas básicas para poder montar un campamento fuera de la ciudad.

La mujer cogió una taza de café y pan recién horneado que untó con mantequilla antes de comenzar a comer.

No lo sé... -respondió Iphrus-. El guardia me dijo que os acercárais antes de partir. Está saliendo de la residencia por el cesped derecho... quizá os hayan conseguido aquellas armas que todos pedísteis anoche. Gracias una vez mas :D

Iphrus, pese a las heridas de la lucha con los lobos y la pérdida de su hija, parecía estar más "entero", con más ánimo,pues cuatro practicamente desconocidos habían accedido a ayudarle.

- Buenos dias a todos - saluda Huren al entrar en el recinto. Se sienta un moemtno a la mesa y empieza a dar algunos bocados a la comida que encuentra en la mesa mientras sigue pensando en la situacion en la que se ha metido. Escucha a Alalonna hablar con Iphrus y los preparativos que desea hacer...

Mientras come un par de bocados a Huren le siguen dando vuelta en la cabeza muchos pensamientos, todavia le sigue dando curiosidad lo ocurrido el dia de ayer temprano... antes de que los demas digan o hagan algo mas deja la comida y se levanta y se dirije a la salida en busqueda del guardia que los apertrechara.

Al llegar a la puerta dice a los demas: - Saldre un momento, veo que Alalonna se puede encargar muy bien de los preparativos y no hago falta aca, de todos modos no tardare mucho en regresar -

"Sinceramente, prefiero andar solo, en especial si me alejo del enano, al menos esto me servira de excusa, aunque solo sea un momento" piensa Huren cuando sale a hablar con el guardia.

Gloinar andaba con paso firme y enérgico, era una escena bastante cómica pues las pequeñas piernas de enano hacían que se moviese a un ritmo acelerado que no parecía el suyo.

-"Parece que los humanos de aquí si conocen lo que es un desayuno"-pensó para sí, mostrando una pequeña sonrisa ante la comida que estaba servida a la mesa, en la cual estaba Alonna desayunando. Corrió la silla y se sentó a la mesa apresuradamente, dando un pequeño salto para acomodarse mejor a su asiento.

- Buenos días tengan vuestras mercedes. -saludó a los presentes educadamente mientras se acomodaba. Rápidamente en cuanto cobró una postura cómoda se lanzó a la comida como si no hubiese comido en días, masticando con energía y bebiendo gustosamente la leche que estaba servida. Pasados pocos minutos parecían algo más relajado, y comenzó a preguntar sobre los asuntos que serían de su requerimiento para aquella jornada.

- ¿Están ya los hombres con las armas listos Iphrus? Por mi parte en cuanto estéis todos listos salimos sin demora. -dijo rascándose la barriga y dándose pequeños golpecitos.

Huren sale del salon donde estan los demas comiendo y se dirije a la derecha, hacia el cobertizo, se acerca al guardia con intencion de hablarle...

- Hola, soy Huren, uno de los participaran en la busqueda de la hija del emisario - se identifica Huren - necesito que me hagais un favor - sonrie tratando de mostrarse amable "como me cansa actua asi, hace que me duelan mas los huesos, sino fuera que por ser mercader me he acostumbrado a las sonrisitas y halagos, no gastaria mis fuerzas en esto"

- Ayer en la mañana estuve por la taberna y me encontre con un borrachin bastante... alegre, me dio curiosidad su forma de comportarse, pero claro, estaba borracho, sin embargo me gustaria encontrarlo de nuevo, me parece que lo he visto antes, de negocios anteriores que no terminaron muy bien - miente Huren - Por desgracia, como andaba corto de dinero el tabernero me saco del lugar... se que usted tiene sus propias ordenes, pero me gustaria que me ayudara a encontrar a ese borracho, o al menos saber su nombre y donde se queda en la ciudad, quizas incluso nos pueda ayudar en la busqueda...

Huren se queda a la espectativa, sonriendo con la esperanza de recibir una respuesta positiva del guardia...

Claro, -respondió Iphrus a Alalonna y Gloinar. Esta todo pensado. Ahora os aprovisionarán con lo que pedísteis. Por la supervivencia, Alalonna, no te preocupes, cada soldado lleva un par de sacos y candiles en la montura...

Mientras tanto, Húren, que se había adelantado, tan sólo recibía negativas hacia lo que quería saber.

Lo siento señor... en este pueblo hay muchos borrachos... también muchos soldados, como nosotros... y muchos viajeros... como vosotros... ¿Ha visitado usted la taberna? No obstante, un tipo así, según usted lo cuenta, no creo que nos ayude demasiado... Nosotros somos profesionales. Y bien... esto es para usted:

• Daga simple +3 (FU)
  
• Arco 3d6 (FU) (tomar 2 valores mayores)
  
• Carcaj de flechas (25)
• Armadura simple (+3 Defensa ataques de FU)

¿De verdad quiere llevar esa armadura, señor? -finalizó el guardia preguntándose realmente si un tipo como Húren podría acaparar semejante ensamblaje.

Angler apareció en la escena, llegó con paso apesumbrado, no había descansado mucho, no estaba acostumbrado a realizar grandes madrugones, pero este era distinto. Un ápice de bondad se asomaba ahora por las corrientes de energía sinérgica del cuerpo del elfo. Ahora tenía un fin en la vida. Ahora, no era tiempo de pensar en él.

En ese instante vio la cantidad inmensa de comida que tenían ahora disponible. Realmente esperaba que tuvieran tal cantidad de víveres para la misíón, sería una pena tener ahora abundancia y después quejarnos todos de la escasez.

Cogió un pequeño mendrugo de pan, con un trozo de leche fermentada de un tiempo lejano y un vaso de hidromiel.

Buenos días camaradas... - dijo mientras hacia un saludo con la mano y mantenía la cabeza agachada- Es un gusto comenzar una empresa a estas horas del día y con tan grande contingente de personas... - En ese instante creyó atisbar al hombre de las mercancías- Usted es el hombre del equipamiento... ¿Que tiene para mí?

Gloinar asintió, bastante animado tras el atracón que se había dado en el desayuno. Frecuentaba a comer en abundancia siempre que podía, y la verdad es que esta era una de sus grandes aficiones. Tras esto, bajó de la silla con otro pequeño salto, y se dirigió enérgico hacia la salida, en busca de los susodichos hombres. Quería prepararse con prisa, no quería hacer esperar a nadie, además estaba bastante entusiasmado con el tema. Hacía tiempo que no se veía involucrado en ese tipo de asuntos, y tal vez, podría convertirse en una de esas aventuras épicas, de las que se escribieron antaño, y el acostumbraba a contar. A salir, vio al anciano, que estaba junto con algunos soldados, los cuales le entregaban ya el equipamiento pertinente.

-Buenos días caballeros.-saludó el bardo a los presentes alzando un poco la voz para que fueran conscientes de su presencia. En más de una ocasión pasó desapercibido simplemente por su estatura, así que cogió la costumbre de hacerse notar cuando llegaba a los lugares si deseaba entablar conversación con los presentes o cualquier cosa similar.- Iphrus me ha informado de que ya seremos equipados, y marcharemos en breve. No quiero hacer esperar al resto, así que me gustaría estar listo ya para marchar, si no es molestia y os parece adecuado.

A Huren la cara de "amabilidad" le ha ido desapareciendo al escuchar las negativas del soldado, ademas, las frases condescendientes que escucha sobre su capacidad para cargar la armadura que le han entregado hace que se moleste rapidamente... para colmo, se acerca el enano Gloinar a donde él se encuentra.

- Bien, lo del borracho tendre que averiguarlo en otra ocasion - dice Huren molesto, no pudiendo evitar mirar con odio al soldado, misma mirada que dedica a Gloinar por un instante antes de regresar al salon donde estan los demas - Voy a comer algo mas antes de prepararme con la armadura - empieza a caminar Huren mientras se aleja del soldado y del enano.

Al entrar al salon, se sienta pesadamente (el peso de la armadura que carga lo obliga) y empieza a comer uno que otro bocado mientras va colocandose poco a poco la armadura...

- Alalonna, puedes ayudarme a colocarme lo que me falta de la armadura - digo mientras estoy forcejeando un poco con el aparatoso equipo...

La mujer había acabado su desayuno última. Si bien no desayunaba copiosamente, le gustaba hacerlo en forma pausada, le caía mejor la comida y comenzaba el día con un humor excelente. Las prisas a la hora de comer no eran para ella. Estaba por encaminarse al lugar dónde podría conseguir sus armas, cuando el anciano volvió a entrar en la estancia y solicitó su ayuda.

-Oh, por supuesto Huren, faltaba más- Sin tratarlo como un inválido en ningún momento, colaboró con él en colocarse las piezas que restaban y lo ayudó a ajustar los broches más difíciles de alcanzar.

-Si me disculpan, Huren, Iphrus, iré en busca de mis armas, no quisiera ser responsable de retrasar la partida.

Con una semi sonrisa se dirigió al almacén en busca de una buena espada a dos manos, un arco corto y una armadura de cuero para tener alguna protección..

Húren volvió, parecía malhumorado. Quizá estaba preparado para cargar contra quien fuera con sus "artes", o quizá aún pensaba en aquel borracho. Despues siguió comiendo.

Angler tomó unos alimentos y algo de Hidromiel. Luego saludó a los presentes.

No soy ese, señor elfo -le dijo el hombre. Vaya al cobertizo. Así lo hizo. Allí se encontró a Alalonna y al enano Gloinar, que estaba hablando con el guardia.

Me han dejado esto para vosotros, señores -dijo-:

Alalonna

• Espada "Atacar" +4
• arco "Atacar" 3d6 . Tomar 2 mayores valores.
• Carcaj: 20 flechas.
• Escudo Defensa +1 contra ataques de FU

Gloinar:

• Libro de sortilegios.
• Hacha: "Atacar" +5

Angler:

• Cimitarras (2): Atacar +6, +3 con una sóla.
• Armadura Simple (+3 Defensa contra ataques de FU)

Aquellos tipos parecían contentos, miraban sus armas... era más o menos aquello que habían pedido, aunque quizá no precisamente lo que tenían en mente. Parecía un buen comienzo. En esos momentos, Iphrus llamo a Húren, y luego al resto.

Vamos señores -dijo. Es hora de partir. Quien sabe dónde está mi hija... Hemos de ir al "Nido de Sur", pasando por Vanfinder, a través de la Ruta Sur del Bosque... Bueno, no os preocupéis si no habéis oído hablar de ese sitio. Estos hombres conocen a la perfección el bosque. Vamos a ir a ver a un amigo de VistaNegra, que él mismo me ha recomendado. Antes vivía en Rasbrook, pero fijó su residencia entre esta ciudad y otra villa de importancia. No obstante suele venir por aquí, a veces. VistaNegra cree que puede ayudarnos en la búsqueda de esos seres que se llevaron a mi... -finalizó.

espero que sea así. -pensó Iphrus

¿Sabéis montar a caballo? -preguntó de nuevo rascándose la cabeza.

- Si, yo se montar, pero desde hace años que no lo hago - "y no me apetece para nada montar ahora, pero si es mucho el camino a recorrer tendre que montar para no retrasar a los demas, solo espero no sufrir demasiado"

- Eso si, busquenme la montura mas tranquila que tengan, no tengo intenciones de ir galopando por todo el camino, y mucho menos con todo esto que cargo encima - digo haciendo señas con las manos a la armadura que llevo puesta

Huren empieza a caminar lentamente por alrededor del grupo para hacer tiempo, cada vez mas su humor esta peor y teme que la montura que reciba sea como la armadura que pidio... Se detiene un momento y aspira profundamente, el dia y la busqueda apenas esta comenzando...

Alalonna escuchó divertida la respuesta de Huren. El hombre, a pesar de su edad, era orgulloso y se notaba que no estaba dispuesto a ser una carga. Bien por él. Si nos vemos en un aprieto, no se echará atrás. Siempre es bueno contar con compañeros valientes.

-Yo no tengo inconveniente con los caballos. En el ejército nos enseñaron a combatir encima de uno, y no creo haber perdido las mañas, aunque ya no lleve el uniforme. Dinos donde están los arreos así podemos prepararnos y salir cuanto antes. Huren, si lo deseas, puedo cabalgar a tu lado.- no quiero ofenderlo, pero estoy segura que si necesita ayuda será capaz de morderse la lengua antes de pedirla.

El enano miraba dubitativo los caballos, mientras sus compañeros alardeaban de valentía y destreza con estos. La verdad es que no le daban en absoluto miedo, el problema era manejar a aquellas fieras, y sus cortas piernas no le ayudaban a ello en absoluto. Gloinar miraba de un lado para otro, en busca de un pony o cualquier otra criatura que acostumbraran a montar los de su pueblo, pero parecía que no había más recursos. Se acercó serio a uno, y se quedó mirando la montura desde un costado, a una altura bastante cómica.

-"Vamos a ver como lo hacemos..."-meditaba, mientras se atusaba la rojiza barba que cubría todo su rostro y le llegaba hasta la cintura más o menos.

El elfo discreto sigiloso y remolán. Mientras caminaba hacia su supuesto caballo en un gesto de bravura y compasión cómica, con sus brazos y flexionando las rodillas, colocó su cabeza en medio de las cortas piernas del enano, para elevarlo y que así pudiera llegar al caballo.

¿Esta es la solución?, querido Gloinar.....dijo mientras reía mirando a los demás.

Parecía que a el elfo ya se le habían olvidado los incidentes que acaecieron en el primer encuentro de todos nosotros.

Lo único que quería era ayudar.

Los cuatro compañeros y el joven Iphrus se dieron prisa en salir.

Húren se adelantaba y buscaba una buena montura, al tiempo que Alalonna se preparaba también. Mientras tanto Gloinar parecía algo deseperado ¿un enano montando a caballo? Esas piernas sólo estaban hechas para pisar las húmedas cuevas de la tierra... Angler parecía querer ayudarle sin compromiso alguno.

Uno de los soldados se dirigió a ellos:

Estas son vuestras monturas -les dijo mientras acercaban los caballos a cada uno, perfectamente ensillados y con riendas-. No os garantizo un gran viaje, no por el caballo, sino por el terreno y el viaje por este bosque. Por los caballos no os preocupéis. En cuanto a ti, Gloinar... creo que lo más lógico es que vengas con alguno de nosotros, o tus compañeros. No te ofendas ni creas que reproducimos estereotipos gratuitamente pero... son caballos muy grandes... ¿ves? ¿Qué dices? En cuanto nos digas partiremos sin más dilación.

El bardo se sobresaltó al notar como se elevaba a causa de Angler, de golpe estaba a caballito sobre sus hombros, y el rostro  del enano tornaba a rojo de enfado por el comportamiento de su compañero. Por un segundo estaba pensando en empezar a patalear y a golpear con fuerza la cabeza del elfo, pero las enemistades no le convenían, así que mantuvo un gesto serio, con una mirada mas bien perdida desde aquella posición, mientras apretaba las mandíbulas de rabia, intentando tragarse su propia ira.

-" Tendría que cortarte la cabeza en dos, apestoso elfo. Todos los de tu raza son iguales... "-pensaba mientras se contenía. Pese a la rabieta del enano, la verdad es que la situación era clara, y el soldado que se dirigía a él tenía toda la razón. Aquellos caballos eran demasiado grandes, y si no poseían ninguna otra criatura sobre la que fuese más fácil cabalgar difícilmente iba a mantener el equilibrio más de dos pasos. Ante la situación mantuvo silencio, como asintiendo acerca de las afirmaciones que se le hacían, no le quedaba otra.

Cita:

Cuando Huren escucha esto, casi responde enfurecido, Alalonna tambien pensaba que él era un inutil... cuando vio la situacion del enano penso en decirle a Alalonna que fuera a ayudar a Gloinar, que el enano la necesitaba mas que el... pero luego observo impavido como el elfo cargaba con Gloinar y vio la frustracion que el enano sentia. "No soy el unico con dificultades, despues de todo, Alalonna solo quiere ser amable y de entre todos ellos, prefiero que cabalgue ella a mi lado"

Doy un suspiro de resignacion - Gracias Alalonna, sera agradable que tu cabalgues a mi lado - intento sonreir a pesar del mal humor que todavia siento.

Empiezo a acercarme a los caballos y busco el que mejor me acomode, despues de todo, el viaje seria doloroso para mi debido a mis huesos...

Cuando intento subir a la montura del animal, el dolor de mis huesos me traiciona y apenas puedo encaramarme en el animal, empiezo a dar empujones sobre la silla y sobre mi mismo para acomodarme correctamente...

Al terminar de sentarme en la montura miro a los demas: - Que estais viendo!?, ya he dicho que desde hace años que no montaba! - digo bastante frustrado.

- Vamos! No os quedeis ahi parados, terminar de montar y salgamos - termino diciendo para que se olviden del espectaculo que recien les acabo de dar