Partida Rol por web

Darryl asintió con una sonrisa, rozando la mano de Walter un segundo antes de levantarse y salir de aquella sala tan viciada por la sombra de la muerte, a la que Walter parecía haber logrado dar esquinazo. Y por poco su negligencia intentando curarle le termina de sentenciar... pero ya era tarde para lamentarse por aquello.

Una vez abajo, buscó al Treasurer con la mirada antes de acercarse a él, pero no parecía andar por ahí. Aprovechó para echar un vistazo y buscarle para así también fichar al resto: también quería saber si Chris y Abbie seguían hablando, si no se encontraba a ninguno supuso que así sería.
 

La pareja se encontraban sentados en un sofá del fondo, evidentemente teniendo una conversación más privada mientras el resto se arremolinaba en torno a una mesa, ya fuese sentados o de pie. Parecían preocupados.

-...A santo de qué, a ver. -comentaba Janet, que llevaba la misma cara de preocupación que cuando Darryl llegaba a casa de madrugada y su madre lo esperaba en la cocina-. Con lo buen chico que ha sido.

-Eso no le concierne al Club. Es un amigo, pero no un member -replicó Mark, de nuevo cejijunto.

-Esa no es excusa. Se supone que siempre tenéis un ojo puesto en vuestros amigos -criticó Laura con aquel rintintín que empezaba a sonarle familiar.

-No me vengas con memeces ¿eh? Será que no hemos tenido suficiente mierda en el plato últimamente.

Dimitri le tiró de la manga a Darryl y le explicó en voz baja:

-Ha llamado el Sheriff Whetler. Travis estaba encerrado en su casa con una crisis nerviosa o un ataque de histeria, o algo así. Ha herido a un agente cuando han intentado entrar, y por no ficharlo han llamado al Club para que nos encarguemos de él. Eliot y Max están en ello.

Escuchó la conversación con el ceño fruncido, sin entender muy bien de quién estaban hablando. La explicación de Dimitri no se hizo esperar y aquello le dejó todavía más extrañado. ¿Travis, con un ataque de histeria? Y aun más: ¿con un ataque de histeria como para pegarle un tiro a un poli? Aquello era muy raro.

- Creo que tendremos que tener en cuenta lo que le ha ocurrido... pero también tenéis que comprender que teníamos problemas más graves como para andar detrás de todas las amistades del Club. - intervino por fin, colocándose en algún punto intermedio de la discusión. Aun así, quería saber qué decían Eliot y Max sobre lo ocurrido, ya que Darryl no creía en las casualidades. - Ahora mismo no vamos a descubrir nada hasta que esos dos estén de vuelta. -

La discusión se sucedió, como se veía venir. Al final Mark se levantó de la mesa y Laura subió con su padre de nuevo, acompañada por Abbie que ante el revuelo dejó apartada la conversación con Christopher. La llegada se hizo esperar, y casi una hora más tarde se escuchó el motor de la ranchera. Mark se levantó y se encaminó hacia afuera, y lo mismo hizo el resto.

El pickup rojo de Eliot estaba aparcado delante del garito y ambos estaban subidos en la parte trasera, sujetando por los sobacos a un Travis maniatado y amordazado que no dejaba de moverse como una lagartija. Gimoteaba y gruñía, lívido como el mármol y ojeroso, con los ojos rojos, despeinado, y la camisa manchada de sangre.

-¿Qué cojones está pasando? -exigió saber Mark, alzando los brazos como incógnita tan sorprendido como el resto.

Los rostros de Maxwell y Eliot, una vez más cerca, estaban serios como tumbas. Doggy evadió su mirada; Eliot miró a Darryl fijamente y después al President.

-Es un traidor. Es un puto traidor y le ha estado pasando información a Ogden, que no es más que la misma puta que le comió el tarro a Darryl. 

El ghoul por poco empalidece ante las palabras de Eliot. Ya le olía muy mal que Doggy no le mirara al llegar allí, pero las palabras de Eliot fueron como un mazazo directo a su mentón, pillándole totalmente fuera de juego. ¿Cómo... cómo había sabido Travis quién era realmente Roxane Ogden? Estaba casi seguro que aunque alguno la hubiese visto antes y la viese ahora no serían capaces de asociar que se trataba de la misma mujer.

- ¿Qué? ¿Qué tipo de informac...? - se dió cuenta de quiénes estaban ahí fuera y negó con la cabeza - Vamos a hablar de esto dentro, por favor. -

Aquello podía ser una terrible herida a su credibilidad, pero ya en una reunión anterior había dicho que conocía a Roxane Ogden. Quizás no fuese para tanto... pero si algo tenía bien claro Darryl es que no iba a dejar que supieran que Chris también lo sabía. Era una culpa que de tener que cargar, debía ser él solo.

Hubo un denso silencio mientras las miradas se centraban en Darryl y en Travis, quien no dejaba de gimotear y revolverse. La palabra traidor había salido de la boca de un member, y eso solo significaba una cosa, sobre todo tratándose de un ex-member que ya tenía sus propios pecados a la espalda.

-Qué va a pasar ahora. No vais a llevarlo a Mayhen, ¿no? -dijo Janet, aterrada.

Mark empezaba a resollar como un toro embravecido, y restalló contra quien no debía avanzando un paso hacia la viuda.

-Eso ni te importa ni te incumbe. ¿Me oyes? No sois putos members de este Club.

Laura saltó cual galgo poniéndose junto a Janet, que parecía temerosa ante la ira de Mark. Pero la joven Russel tenía las agallas de su padre.

-No somos putos members pero estás hablando con la viuda de uno de ellos y con una hija que casi pierde un padre por tu Club. Lo que hacéis aquí afecta de verdad a la gente de fuera. ¡Por Dios! ¡Travis era mi canguro cuando era un Prospect y ahora lo lleváis atado como a un cerdo al matadero! ¡¿Es que no os dais cuenta?!

Dimitri se metió de por medio mientras Laura hablaba, interponiéndose entre ella y Mark, aunque ella intentó sortear al Sgnt. at Arms para encarar al verdadero líder.

-Laura. Laura, Laura, haz el favor de calmarte, ¿quieres? -dijo con toda la suavidad de la que pudo hacer acopio. Intentó cogerla por las muñecas y echarla hacia atrás-. Estás montando una escena. Laura, escúchame, joder. Te estás metiendo donde no te llaman.

Chris también se había acercado a incluso Oscar parecía dispuesto a meterse de por medio. Las cosas se estaban tensando demasiado.

-¡No me toques! ¡Suéltame, Dimitri!

-¡¿Crees que por ser la hija de Walter tienes derecho a venir aquí a tutearnos y decirnos cómo tenemos que hacer nuestro trabajo?! -ladró Mark-. Tú has tenido una puta carrera gracias a lo esfuerzos de tu viejo, porque si fuese por la zorra de tu madre todavía ibas para puta como ella. 

-¡Bastardo de mierda! ¡Repite eso! ¡Repite eso si te atreves, pedazo de mierda! ¡Me haces daño! -chilló mientras forcejeaba con Dimitri-. ¡Estáis todos envenenados hasta la médula! 

-¡Suéltala, Dimitri! -exigía Janet, tirando del brazo de Dimitri.

-¡¡Tu madre era una zorra adicta!! ¡Y tu eres otra puta zorra de mierda! ¡Y te lo repetiré todas las veces que me de la puta gana!!

Christopher se había metido entre Mark y Dimitri, solo para hacer más espacio entre ellos antes de que aquello llegase a las manos, tratando de calmar al President.

Hasta ese mismo instante estaba manteniendo la respiración para no comenzar a ponerse nervioso: desde la anterior noche casi había rejuvenecido un par de años y no quería volver a perder los estribos. Janet se metió por medio y eso ya pintaba mal, pero Darryl supo que iba a arder Troya desde el momento en el que escuchó como Laura alzaba la voz.

Ni Dimitri, ni Chris ni ninguno de los presentes pudo parar aquella jauría entre la bestia que habitaba dentro de Mark y la garra que Laura había sacado de alguna parte, y cuando el ghoul sintió que la mandíbula le dolía de toda la fuerza que estaba haciendo con los dientes, dió varios pasos para colocarse junto al costado de la pickup y apretando el brazo comenzó a golpear con todas sus fuerzas la chapa para armar un buen estruendo.

- ¡¡BASTA, BASTA, BASTA, BASTA!! - exclamó a cada puñetazo, sin importarle que sus nudillos comenzasen a sangrar y la mano comenzase a dolerle como mil demonios. Aquello era una miseria después de sentir su carne atravesada por las postas de la escopeta del otro día. - ¡Dejad de hablar como si se hubiera decidido nada! ¡Travis ha perdido el control y es motivo de sobra para tenerlo atado, pero todavía no sabemos nada! ¡El tema de Ogden ya está solucionado, así que calmaos de una puta vez! -

De repente Darryl gritaba más que nadie y hundía la chapa del pickup bajo el peso de su rabia y de sus manos. Todos le miraban, Laura lloraba, e incluso habían soltado a Travis para intentar agarrar a Mark. Hubo unos breves segundos de silencio y la primera en moverse fue la joven Russel. Empujó a Dimitri, que levantó las manos en alto, y echó a caminar hacia su coche.

-Laura, espera, joder.

-Todos adentro -dijo Mark señalando la puerta del Club. Maxwell y Eliot volvieron a coger al prisionero.

Dimitri alcanzó a Laura y se escuchó una sonora bofetada.

-Ponme una mano encima otra vez y será mi padre el que te ponga una bala en la cabeza. ¿Me oyes?

Y dicho aquello se montó en su coche y se largó de allí. Segundos después, Janet la siguió haciendo lo mismo. Los únicos ajenos que quedaban era Abbie, congelada en la puerta como si hubiese visto un cadáver y Oscar tan rojo como un tomate. Aquellas no eran formas. Se les estaba yendo de las manos.

Los gritos cesaron y se intercambiaron por los llantos de Laura. A un alto precio, pero había conseguido cesar la pelea, por lo que se agarró el puño con un gesto de dolor.

- Esto tiene que acabar... lo antes posible. - fue todo lo que le salió de dentro tras aquella explosión de rabia. Con los hombros caídos se dirigió de nuevo al interior, incapaz de dirigirle la mirada a Abbie. El trato tenía que tener lugar lo antes posible y tenía que conseguir que lo que le fuera a pasar a Travis se pospusiera hasta que todo acabara... o el Club iba a arder, y no por la mano de los Burning Tires o la Hermandad

Minutos más tarde todos estaban sentados en la mesa menos Walter. Travis estaba encerrado en el garaje y Oscar había subido con el VP mientras que Abbie se había quedado fuera, probablemente pidiendo que la sacasen de allí lo antes posible. Mark no levantaba la mirada de la mesa, con la mandíbula en tensión. Todos se miraban de reojo, especialemente a Darryl, y fue Eliot quien, cigarrillo en boca y ya por el segundo, habló primero.

-Whetler nos esperaba en casa de Travis. Entramos como pudimos y nos peleamos con él hasta reducirlo. Estaba histérico y me tiró por los aires. Sí, Travis me tiró por los aires como si fuese un muñeco de trapo. -Le dio una calada honda y paseó la mirada por la mesa. Le temblaba la mano-. Estaba como loco y decía que todo era culpa de Darryl, que Roxane le había expulsado y era culpa de Darryl. Es su puto esclavo, como este.

-Decía que si no conseguía sangre pronto iba a morir... -explicó Maxwell con apenas voz sin mirarle-. Parecía un yonki desenfrenado con la fuerza de dos luchadores de sumo. Los ojos rojos... Convulsionándose a veces... No era Travis.

Una vez sentados se mantuvo firme en la mesa, dejando a hablar a Eliot y luego a Max por mucho que quisiera contestar al primero. Intentó ser lo más digno posible ante aquellas acusaciones, pero en cuanto ambos terminaron de hablar se apresuró a intervenir.

- No tenía ni idea de que Travis era su ghoul. Ni siquiera sabía quién era en realidad Roxane Ogden hasta que me la encontré la otra noche en el Iridium. Por eso dije ayer aquí que la conocía y que estaba pudiendo negociar con ella. No soy su puto esclavo, nunca lo he sido y si vuelves a insinuarlo vamos a tener un problema. - le respondió desafiante al Member - Travis no se va a morir si no bebe, pero no va a ser él mismo hasta que su cuerpo no se limpie del todo. Si Roxane le ha dado la patada un motivo tendrá: al fin y al cabo él nos ha traído un montón de documentos relacionados con todo el imperio de Anthony Ogden... tú mismo fuiste con él, Eliot. -

Aunque lanzó una mirada al President para ver si descifraba algo en su rostro, volvió a mirar a Eliot rápidamente. - Roxane ha encontrado a uno de los traidores: una vampiro que le vendió a la manada dónde estaba el refugio de Anthony. Por eso me ha dicho que va a llevarse a los Burning Tire al norte y a devolverles a la manada lo que es suyo. ¿Quieres meterme en el puto saco de Travis, Eliot? De puta madre, sométeme al mazo si quieres, pero hazlo cuando todo esto termine y no ahora. -

Maxwell mantuvo la mirada baja, como si no pudiese creer lo que pasaba. Eliot no.

-Mira Darryl, me importa un rábano las excusas que tengas para esa o para el otro. Me importan una mierda. ¿Sabes por qué? Porque Travis le vendió nuestra posición para el intercambio y ahora David está muerto. Y George está muerto. Y Travers está en la cárcel. Fue ella la que nos tiró a los Burning Tire, la que dio la puta orden, y gracias a quien nuestros hermanos están muertos. Muertos, ¿entiendes? Muertos y enterrados. Y quizás a ti se te haya olvidado lo que es la lealtad y la hermandad, pero vete a decirle ahora a Janet que su marido y el padre de sus hijos está en la puta tumba por el hijo de la gran puta que está encerrado atrás. Vete y dile al padre de George que ahora está metido en un puto asilo de mierda que tenemos al asesino de su hijo. ¿Eh?  Tú no has tenido que coger el cadáver de tus hermanos, mancharte con su sangre y verlos desvanecerse a tu lado porque estabas a tomar por culo por la mierda que esa te metió en la cabeza. Descuidaste lo que el parche significa. ¿Y quién te dice que no tenía también vendida nuestra posición para esta noche? ¿Qué habría pasado si en vez de pescarle hubiésen muerto, no sé, Dimitri y Mark? O los Prospects. O yo. Porque lo mismo que no sabías que Travis era su ghoul, igual hay más mierdas que te está ocultando. Así que no te atrevas a defenderle o justificarle, o a la otra. Porque NADA de lo que vaya a hacer ahora va a arreglar el pasado. Y NADA de lo que pueda hacer para mejorar el futuro nos va a devolver a nuestros hermanos caídos.

- Nada va a cambiar el pasado, Eliot, pero podemos cambiar el futuro, joder. Si Travis le ha dado la puñalada al club que pague por lo que ha hecho: ¡en ningún momento estoy diciendo que se le perdone! Sólo pido que no hagamos nada ahora. Es un estúpido echarnos gasolina por encima cuando todavía no hemos terminado de apagar el fuego. Encerremos a Travis, y cuando Roxane y la manada hayan firmado ese contrato, y una vez nos hayamos desligado de la manada por completo... entonces, y solo entonces deberíamos remover toda la mierda que queda. - no iba a dejar que Eliot le achantara, aunque tenía buena parte de razón en mucho de lo que decía - Porque... ¿qué cambia ésto? ¿Ahora vamos a cerrar la puerta del club y hacer como que no ha pasado nada? ¿Acaso crees que yo puedo estar también de parte de ella? Sólo déjame concertar la jodida reunión de paz y si lo que quieres es verme lejos acarrearé con las consecuencias. Pero no se te ocurra pedirme que permita que quemen mi casa: quizás tú tengas los huevos más cuadrados que nadie, pero no toleraré que mucha gente de aquí que me importa se vea involucrada en una puta guerra si puedo evitarlo. -

Por raro que pareciese, Eliot se levantó de la silla con los puños cerrados sobre la mesa y fue el propio Mark el que pegó una voz para que se volviese a sentar. Se giró hacia Darryl.

-¿Es que alguien ha dicho que no vayamos a hacerlo, Darryl? Nadie ha dicho que no vayamos a dejarte hacer tu puto trato, ni que el Club esté cerrando puertas. ¿Es que no estamos siendo lo bastante transigentes contigo y con tu mundo? ¿No te hemos dado suficiente confianza? Llevamos una semana dejándote lidiar con todo a tu puta manera. Ahora te estamos diciendo que no tienes respeto por tus hermanos, ni por tu parche, ni por nada, y en vez de cerrar la bocaza y callarte y guardar respeto, sigues protestando como un crío al que le han quitado los caramelos. Lo que me acabas de demostrar es que no te importa que hayamos cogido a una rata, a la rata que se cargó a nuestros hermanos. No compartes nuestro sufrimiento ni nuestro dolor. Eso es una falta de respeto, no solo para ellos y sus familia, sino para todos los demás.

No te mereces estar sentado en esta mesa.

- Transigentes... - él había vuelto para ayudar, había puesto también su propia vida en peligro y había hecho cosas que no estaba obligado a hacer. Podía haber ignorado la llamada y seguir con su vida, fuera la que fuese, y sin embargo estaba allí tragándose un marrón que ni siquiera era su puta culpa. No del todo, al menos.

- Transigentes, entiendo. Si Christopher y yo no nos hubiéramos enmarronado e ido a la boca del lobo, todavía estaríais dandoos cabezazos contra la mesa sin saber qué hacer. No quiero un trato de favor, pero tampoco quiero que parezca que me estáis perdonando la vida por permitirme estar aquí y ser lo que soy. Quizás tengas razón, Mark. - se levantó de la mesa, rígido como una estaca de madera, mientras los brazos le comenzaban a temblar... más no era rabia, si no impotencia - Haced lo que os plazca. Avisad vosotros si queréis a la manada, y yo concertaré la cita para mañana y que hoy podáis hacer la venta. Si me necesitáis estaré disponible por teléfono. -

Exceptuando a Chris todos allí eran humanos, pero en aquel momento no les veía tan diferentes a la manada o a los vampiros: unos seres interesados que no dudan en pedir ayuda pero luego siguen exigiendo un estúpido respeto que ni ellos mismos tenían. Con esos pensamientos se dirigió hacia la puerta de la sala de reuniones para abandonarla, si nada se lo impedía.

Aquello fue suficiente, y Darryl dijo "basta" pero de una manera bien diferente. Salió de allí henchido de rabia y algo más que costaba definir. Era un lago de aguas profundas y turbulentas.

Fuera, cerca de la verja, todavía estaba Abbie esperando a alguien.

Salió directo en dirección a la Parentela, intentando calmarse con la ayuda de su respiración mientras llegaba hasta Abbigail. El ghoul la saludó con un gesto de cabeza y su mueca ya dejaba claro que se sentía casi vapuleado por algún tipo de fuerza invisible que no alcanzaba a definir. - Hola. No deberías haber estado presente antes... lo siento. Ya no sé cuántas veces me he tenido que disculpar por ésto. - se llevó una mano a la cara, impotente. Volver había sido una ruleta rusa de emociones y gente como Abbie no debería verse metida en medio - Jé, espero que ahora entiendas un poco mejor por qué no me he planteado dejar 'mi mundo'. -