Partida Rol por web

Estáis frente al Museo Blakros, su silueta se recorta contra el cielo nocturno; su alta torre divide la luna llena en dos partes iguales. 

Sus negras puertas de hierro rodean la sal de exhibiciones rechinando movidas por la fuerza del viento. Más allá las puertas de roble permanecen medio abiertas, una niebla plateada surge de la profunda oscuridad en la que permanece su interior. Os preguntáis como habéis acabado aquí, de pie ante el precipicio de los terrores desconocidos, e inmediatamente en vuestra mente se dibuja la brillante cara del capitán Adril Hestram. Sus atronadoras palabras resuenan en vuestras cabezas tan claras como hace una hora:

- El Museo Blakros ha sido maldecido. Algún tipo de oscuridad se ha adueñado de sus muros y todos aquellos que entran son azotados por el mal, y corren delirando por su salas, más bestias que hombres.

El conservador, Nigel Alduin, un antiguo miembro de la Sociedad, aunque hace unos años abandonó nuestra hermandad por algunas desavenencias- Adril parece estar recordando algún incidente de su juventud.

Nigel ha denegado el acceso a la gran colección de reliquias y pergaminos a la Sociedad de Exploradores, y ha utilizado sus numerosos contactos para hacerse con muchos y excelentes hayazgos, algunos de los cuáles eran muy deseados por la Sociedad...siempre tuvo buen olfato para conseguir tesoros y reliquias. Cualquier cosa que pasara entre Nigel y la Sociedad es pasado; ahora necesita nuestra ayuda. Por supuesto si le ayudamos puede que se vuelva a pensar y vuelva a unirse a la Sociedad, o por lo menos, a compartir sus descubrimientos con nosotros.

Aparentemente el problema en el Museo Blakros empezó esta mañana, poco después que un aprovechado explorador (pathfinder) llamado Lugizar Trantos volviera a Absalom tras muchos meses en la Expansión Mwangi. Supuestamente, en lugar de venir directamente a la Gran Logia y entregar su informe, él vino a Blakros, vendió sus hayazgos a Nigel y desapareció con una considerable suma de dinero. Los pocos que lo han visto, dicen que ha cambiado mucho durante su estancia en las junglas...como demacrado, sus ojos se han vuelto amarillentos y desenfocados, una extraña tos carraspeante que parece romper su ahora demacrado cuerpo le acompaña allá donde va. Lo que él trajo, creemos, es lo que lo ha causado todo. Sacar de ahí a Nigel y acabar con lo que esté provocando esta locura.

Un pequeño mediano observa desde abajo a sus compañeros, girando su cabeza a un lado y al otro. Son extraños y misteriosos para él, pero son los que lo acompañarán en su primera misión como pathfinder, y nada podría hacerlo menos emocionante para Sheen.

Él parecía el más vulgar de todos: un simple mediano, como los muchos trabajadores medianos de Absalom, solo que vestido como una especie de montaraz o viajero, algo deslocado en la ciudad, pero más habitual entre los pathfinders. Apenas podía contener la cara de sorpresa ante lo extraño del caso.

-Yo no sé vosotros, pero yo nunca había visto nada igual -dijo, para romper el hielo.

Junto al mediano se encontraba otra extraño personaje que a pesar de que superadaba con creces su altura, era posiblemente de una estatura baja en comparacion a un humano adulto, llevando una bufanda negra por encima de una capa grisacea de viaje que tapaba su cuerpo, aun que por la silueta no parecia llevar mas que una bandolera y ninguna arma no demasiado grande... Una joven de cabello largo se encontraba mirando atenta el lugar que tenia delante, antes de que sin decir nada ladeara la cabeza a un lado como si intentara ver el lugar con una prespectiva diferente.

Si alguien la miraba directamente en los ojos podia llegar a sentir como si mirara todo con cierta distancia hacia el mundo dando un aire de "incomodidad" aun que en realidad no causaba ninguna sensacion de temor o al menos no parecia una amenaza a causa de su estatura y su rostro de piel clara con claros rasgos de una adolescente.

"Creo que tengo que compartir tu misma opinion, he visto cosas raras pero esta sin duda hasta cierto punto resulta intrigante y puedo decir que se de lo que hablo" La voz de la joven era clara y otorgaba cierta musicalidad en sus palabras transmitiendo sin duda su sentimiento de curiosidad hacia aquel lugar, a pesar de su apariencia algo oscura, era muy probable que su personalidad fuera la de una joven que para su edad aun tenia curiosidad en investigar, tal vez aquel deseo que hacia a la mayoria de aventureros unirse a la sociedad de Pathfinders.

En frente de el grupo se encontraba Thalbain, un Enano de estatura promedio de su raza, robusto y con rasgos veteranos, una prominente barba color zanahoria le cubre el rostro y sus ojos de un color azul profundo acostumbrados a estar bajo un ceño fruncido observaban con curiosidad aquel panorama... Después de pensarlo por unos segundos, avanzó un par de pasos embutido en una armadura de escamas, afianzando un gran escudo de metal en su brazo izquierdo y su siempre fiel martillo de guerra en el derecho, de su cuello pendía un hermoso colgante con el símbolo de un martillo en plata, al cual solía encomendarle las plegarias que elevaba a su Dios.

A su espalda escuchaba a sus compañeros, que como el ahora pertenecian a la Sociedad, sin embargo a los ojos de el recio Enano eran simples críos comparados con el, pues estaba orgulloso de haber participado en mas de una Guerra en la que su Dios siempre les había otorgado la victoria... Pero eso son cosas del pasado, un pasado que siempre recordará con orgullo, así que sin importarle lo que los demás decían, decidió actuar... De un envión abrió las enormes puertas de Roble de par en par, mientras sus ojos acostumbrados a la oscuridad escudriñaban el interior de la habitación... Con un gesto invitó a los demás a que se acercaran mientras seguía observando concienzudamente el misterioso y terrorífico lugar.

¿Así que ha vosotros también os ha tocado rescatar a ese bribón?-os dice una mujer alta y robusta con el pelo recogido por una banda. Por la voz y sus rasgos faciales sabeís que es una mujer, mirándola de espaldas la podríais confundir con un hombre ya que esa complexión no es la más habitual para una dama y aún menos con el espadón que tiene a su espalda- Ale, p'adentro- mientras avanza decidida hacia la entrada.

Titubeante, Sheen afianzó su capucha en torno a su boca, como si aquello fuese a protegerlo de la extraña niebla, y siguió a sus compañeros hacia el interior de la sala.

Avanzáis sin tomar ninguna precaución ni tan siquiera en hacer elucubraciones sobre que puede estar pasando y como enfrentaros a lo que pueda venir. Entráis en el museo y todo está oscuro y una densa niebla grisácea lo cubre todo, congelandoos los pulmones a cada bocanada de aire. Unos globos de luz cuelgan en la pared tras seis columnas que sostienen el techo de esta estancia y su luz se refleja en la niebla creando una sensación de ultratumba.

Podéis discernir entre la niebla la figura de un enorme guerrero, con sus brazos cruzados en su pecho, con un yelmo solemne se mantiene inmóvil. Más allá yace un sarcófago de diseños variados, y varias cajas de vidrio con cuerpos resecos de pie con cetros y cadenas. Una siniestra exposición de miembros fallecidos hace mucho tiempo de civilizaciones desaparecidas hace mucho tiempo también.

"Esto parece el sueño de cualquier nigromante" Aporto la joven mientras miraba las siluetas y figuras mortuorias entre la niebla que les rodeaba, no parecia demasiado preocupada como si fuera capaz de sacar confianza de algun sitio, aun asi eso no le impedia mantenerse cerca de sus compañeros mientras los miraba de vez en cuando con cierta curiosidad, intentando saber que podia hacer cada uno, aun que al menos el enano y la mujer con el espadon no era muy dificil de adivinar mas o menos cual seria su dedicacion.

"Por otra parte... Seria mejor al menos saber nuestros nombres o alguna manera de llamarnos para evitar que si tenemos algun problema o escalamuza tengamos que llamarnos entre nosotros de una forma confusa y que alguno de nosotros acabe mal herido por algo asi..." Dijo la joven mientras continuaba avanzando con sus camaradas, asi tambien se fomentaria un poco la conversacion en el grupo, aun que tal vez avanzar en silencio seria la mejor opcion.

"Yo me llamo Mariane, aun que los pocos que me conocen me acostumbran a llamar Crow, llamadme asi si os gusta mas, encantada de estar con vosotros"

De pronto notáis un deseo animal de sangre y vuestra capacidades mentales se ven drásticamente apartadas de vuestra mente, sólo podéis pensar en matar, saltar, correr y gritar. Vuestra fuerza y destreza parecen haber aumentado y no os parece necesaria las armas para dañar criaturas, aunque no las dejáis caer ni nada.

-Mmmpppffff!- bufó el enano con notorio disgusto ante la palaberia de la chica, dejando escapar un halo helado, producto de la extraña niebla... Por un momento se alertó por la silueta del guerrero que alcanzaba a divisar en la distancia, pero aún no descartaba que se tratara de una simple escultura al lado del sarcófago, después de todo estaban en un museo.

-Mi nombres es Thalbain Stonehammer de Highhelm, imaginé que lo habían investigado en la Sociedad de Pathfinders antes de salir a la misión..... novatos- Exclamó el enano con voz tosca, procurando hablar en voz no muy alta, pero lo suficiente para que sus nuevos colegas lo pudieran escuchar, entonces tomó su amuleto y después de cerrar los ojos por unos instantes y susurrar algunas palabras, apuntó con el en diversas direcciones, buscando detectar algun vestigio de magia e intentando relacionar aquella extraña bruma con algun tipo de conjuro.

Parece que todo brilla con magia, pero puede que sea la niebla que se entromete por todos los rincones.

Veis como desenfundo el espadón- Vamos... seguro que hay algo que cortar- Me veis hacer movimientos que os recuerdan a los de una pantera en busca de una presa- A que esperais, VAMOS!!-corro hacia el guerrero y adopto una posición ofensiva esperando alguna reacción.

Yo soy Maigon, cuando estéis dispuestos podemos comenzar a lo que hemos venido. Digo en tono cortante, dando a entender que soy hombre de pocas palabras, por lo menos con desconocidos.

-Vaya -dijo el mediano, mirando a Mariane-, qué modales los míos. Yo soy Sheen Kavon... y sí, soy un novato -añadió, con una sonrisa.

Entonces vio como su compañera Lirianne se lanzaba hacia adelante, con la valentía propia de alguien consciente de su superioridad física. Eso puede ser peligroso, pensó.

Con sus sentidos en alerta al máximo, había algo que le daba muy mala espina y toda precaución era poca. Así pues, al igual que su compañero, usó su talento para examinar la zona.

Acabo de leer que la carisma tambien baja a 6 :

MIST -TAINT ED TEMPLAT E
Any living humanoid, giant, or monstrous humanoid who fails
his DC 12 Will save against the mist’s corrupting influence
degenerates into a raving madman, little more than a
bloodthirsty animal. Those who make their saves are immune
to the mist’s influence for 24 hours. Those who fail gain the
Mist-Tainted Template: their Intelligence and Charisma
are both reduced to 6, they gain a +2 to their Strength and
Dexterity, they become immune to fear, they gain a +10 to
Climb checks (and a climb speed of 20 feet), they gain a +5
to Jump, Hide, and Move Silently, and they also gain a slam
attack (1d4 for Medium creatures). This template adds +1 CR
to the base creature.

Mariane escucho con atencion los nombres de sus compañeros, realmente tampoco sentia que saber sus nombres podria llegar a marcar un gran cambio, pero siempre era mejor conocer un poco de aquellos que te acompañaban, sobretodo de la sociedad ya que podia llegar a encontrarselos en otras ocasiones, por otra parte siguio andando con tranquilidad mirando hacia delante.

De repente la joven se detuvo unos instantes y comenzo a mirar alrededor como si buscara algo con la mirada y despues se giro para ver la espalda de su compañera, que se habia lanzado en medio de la niebla hacia un blanco incierto, en ese momento ladeo su cabeza unos segundos y una sonrisa se dibujo en su rostro, algo que no acaba de cuadrar con el aspecto que habia dado la joven hasta el momento.

Tras ese succeso y sin mediar ninguna palabra volvio a andar, esta vez accelerando un poco la marcha adelantando sin demasiado problema a sus compañeros mientras sus movimientos se volvian ligeramente mas violentos y nerviosos, como si estuviera esperando o buscando algo mientras su estupida sonrisa parecia no querer borrarse de su rostro y sus ojos no parecian mirar fijamente un punto intedeterminado de la niebla, poco a poco aproximandose a la compañera que se habia lanzado al ataque.

Avanzo con precaución hasta la figura inmóvil del guerrero y me pregunto si será este el tal Sheig Wraithbane. Con cuidado le hablo esperando alguna contestación: - Hola, ¿puedes oirme? en tal caso decid vuestro nombre.

Véis como el monje avanza y pregunta a uno de los cadáveres expuestos en esta sála.