Partida Rol por web

El grupo logra reunirse en un claro desde donde se divisa una panorámica de todo Sunnydale. Es una especie de mirador natural donde las parejas van a hacerse arrumacos. De hecho hay un par de vehículos con parejas en su interior. El coche de Giles está parado junto al de Cordelia, que al final se ha decidido a acompañarles. Faith y Angel hacen acto de aparición momentos después. Estáis de nuevo juntos, esta vez en el oscuro, silencioso y, posiblemente, peligroso bosque...

 Una vez nos hemos reunido todos, me bajo del coche y voy hacia el maletero, lo abro y saco una ballesta, un par de flechas, y una estaca. Trabo la estaca en un lateral de mi cinturón, y las flechas las guardo en un pequeño carcaj en el otro lado del cinto.

- Los que no tengais experiencia en el combate, os recomiendo quedaros atrás, aún así, coged algo de aquí para defenderos, sólo por si acaso... Tratad de no hacer ruido.

Cargo una flecha en la ballesta y me preparo. Les echo una mirada a Buffy, Faith y Angel, y mientras me dirijo hacia donde creo que estaba el monstruo-demonio o lo que fuese, y les digo:

- El resto, servíos vosostros mismos como mejor os parezca, creo que el demonio está en esta dirección...

Y avanzo con cuidado, por un lado dando tiempo para que se armen y me sigan, por otro, para estar bien alerta en caso de lo que pueda pasar...

aun sin acabar de creerme que esté aquí en lugar de ligando con un chico guapo en el bronze, me bajo de mi coche. abro el maletero cuando el bibliotecario dice que nos armemos. cojo el destornillador para las ruedas y avanzo con el levantado, mirando a todos lados, andando junto a los demás que van armados con esas armas rancias del bibliotecario. como he terminado aquí?

Espero a que los que tienen experiencia se armen mientras me quedo aparte mirando hacia el bosque. Tengo un mal presentimiento. Cuando me vuelvo para tratar de coger algún arma, veo a Cordelia con el destornillador en la mano y estoy a punto de decirle algo pero me contengo. No es el momento. Bastante hace que está aquí tratando de ayudar aunque me pregunto por que.

Me acerco hasta el maletero del bibliotecario y le echo un vistazo a ver lo que contiene. Vaya. Está claro que esperaba problemas pero ¿no tiene armas de fuego? ya sabe, pistolas o escopetas. ¡Estamos en América! ¿No sería mejor que esto? Pregunto mientras sostengo en la mano una de las estacas de madera.

 Sin dejar de mirar hacia el bosque respondo

- Ves demasiadas películas, conseguir armas de fuego no es fácil, ni barato. Además, los vampiros son inmunes a las armas de fuego, sólo con decapitación, y madera atravesando su corazón podemos dañarlos, y bueno, el resto de demonios suele ser similar, normalmente las armas de fuego no suelen servir, siempre es mejor usar objetos bendecidos, o bien asegurarse de que no van a levantarse cortándoles la cabeza...

Y dejo que mi voz se vaya apagando hacia el silencio, estoy un tanto nervioso al darme cuenta que ya estamos sobre terreno y aún no sabemos qué tipo de amenaza podemos encontrarnos...

Willow traga saliva mientras observa una y otra vez el maletero del profesor.

Finalmente alarga la mano y con una coge una estaca y con la otra coge agua bendita... armas que no requerían mucha experiencia y eran fáciles de manejar. Empieza a andar con cuidado y temblorosa en medio del grupo, sin llegar a ir primera, pero sin quedarse al final.

 Tras ver cómo los amigos de B se apresuran a coger las armas del bibliotecario compruebo que tengo, como siempre, varias estacas en los bolsillos traseros de mis pantalones.

Me abro paso entre ellos dejando muy claro que en este terreno estoy muy por encima de todos ellos y echo un vistazo a ver qué tiene el estirado británico en su coche.  Tampoco tiene gran cosa, agua bendita... estacas, armas propias de un cobarde como Giles. Cojo una de las hachas y aunque no es algo que considere efectivo me llevo también uno de los frascos de agua bendita...nunca se sabe...

Tras haber cogido las armas me quedo a un lado observando uno a uno el variopinto grupo...a qué clase de cazadora se le ocurre llevar a su corte real a cazar... no son más que estorbos.

Ante las palabras del bibliotecario me quedo pensativo unos segundos, despues meneo la cabeza. Vale, lo que tú digas. Tú eres el experto. Me guardo la estaca con la que estaba jugueteando en la chaqueta y cojo el otro hacha. Si a nadie le importa, me quedo con esta.

Como alguien nos vea, de noche por el bosque con hachas y ballestas... nos vamos a meter en un lío de los gordos, suponiendo que no nos mate un monstruo horrible, claro.

Siguiendo a Faith, sonrió al escuchar como el chico de la tapa del cubo protesta por no tener artillera moderna a mano. Chico...hace un momento me atacabas con la tapa de un cubo de basura...esto es una gran mejora.

Tomo la espada y hago varios movimientos y molinetes con ella para comprobar su equilibrio.

Buffy se acercó hasta el coche la última y cogió un par de estacas que se guardó en el bolsillo de atrás de los pantalones.

Bueno, vamos allá... dijo suspirando.

Era imposible huir del destino, siempre acaba atrapándote.

El grupo se internó entre los árboles siguiendo a Giles, el cual les llevaba hasta el lugar en donde se había topado con el demonio la primera vez. A medida que avanzaban, el bosque se hacía más denso, más oscuro y más misterioso. Al cabo de un rato llegaron a un claro. Era espacioso y la luna lo iluminaba tenuemente. Estaban en el sitio en donde el demonio había aparecido hacía unas pocas horas...

Mientras camino, miro a las cazadoras alternativamente... Cuando vine a la ciudad creí que Buffy necesitaría mi ayuda...pero si el ingles es capaz de guiarla sin tropiezos peligrosos, tal vez sea Faith la que mas necesite de mi ayuda.

La miro mas detenidamente.

Tal vez no necesite mi ayuda...pero es posible que si que necesite un amigo. Aunque no lo crea o sepa.

Me acerco un tanto a ella, y sabiendo que puede oírme, le susurro casi de forma inaudible.

Que te parece, si cuando pateemos el culo a ese demonio de tres al cuarto, no intercambiamos los móviles para estar en contacto...aun te debo una historia...

me faltan ojos para escudriñar todo lo que hay a mi alrededor. cada sombra que proyectan los árboles a la luz de la luna me aterra, cada sonido, por pequeño que sea hace que de un respingo. sigo sin creer que esté aquí y buscando un demonio... niego con la cabeza. porqué les he seguido?! espero que nadie se entere de esto...

Siento un cosquilleo ante las palabras de Ángel, nunca antes he estado acostumbrada a tanto rodeo con alguien especial... todo suele ser siempre muy rápido y al grano, ...supongo que serán reglas de vampiros... intento ocultar una tímida sonrisa y volver a mostrar mi rostro de dureza e indiferencia.

Bueno... no veo incoveniente en tu oferta, no me vendría mal intercambiar historias contigo sin un público de fondo, y por cierto, me alegro de que por fin hayas aceptado a contarme algo de ti...señor misterioso... 

Continúo caminando con paso ligero preparada para la batalla... allá vamos peligro...

Willow seguía en su posición intermedia, sujetando con fuerza la estaca y saltándo de vez en cuando, cuando alguien pisaba una rama o algun pájaro salía volando.

Para intentar sentirse mejor, observaba a los compañeros que estaban en la misma situación que ella. Cordelia parecía algo desorientada, cosa que tampoco le extrañaba.

Luego posó su mirada en la tipa dura, que al lado del chico-demonio se volvía un corderito de gelatina.

Sin comentarios... Piensa suspirando y volviendo a centrar su atención en el entorno.

Yo no veo nada. ¿Vosotros veis algo?. Aqui no hay nada. El demonio se ha ido. ¿Nos vamos nosotros? digo nervioso al llegar al claro. La idea de enfrentarme a un demonio, aún con un hacha y mucha ayuda me pone nerviso. Si al menos supiera exactamente lo que es un demonio sabría exactamente el miedo que debo tener pienso mientras sujeto el hacha con fuerza pero eso de demonio es muy genérico. Cuando te dicen vampiro sabes a que atenerte pero cuando dicen demonio... ¿cuernos, azufre y vender el alma? Inmerso en mis penosos pensamientos camino lentamente por el claro, buscando algún rastro del demonio pero con demasiado miedo para hacerlo de forma efectiva.

me giro hacia xander, deteniéndome para hablarle. te quieres callar! no solo eres un gallina sino que seguramente el demonio ha oído tu lloriqueo y ha huído. resoplo enfurecida y vuelvo a la marcha, tensa por lo que pueda aparecerse de un momento a otro. he dicho demonio? ya me he vuelto loca, como ellos...

Llegas a toda velocidad al bosque, poniendo a tu fiel furgoneta al límite. Estás en un claro desde donde se divisa una panorámica de todo Sunnydale. Es una especie de mirador natural donde las parejas van a hacerse arrumacos De hecho hay un par de vehículos con parejas en su interior. Descubres el viejo coche del bibliotecario aparcado al lado de un deportivo rojo con la matrícual Queen C, sin duda el de Cordelia. Pero no hay ni rastro del grupo...