Partida Rol por web

Decidís viajar en la furgoneta de Oz donde no iríais tan apretujados como en el viejo coche de Giles. A estas horas de la noche el edificio de la funeraria está tranquilo y silencioso. Hasta llega a dar un poco de miedo. Oz aparca la furgoneta en un lateral del edificio y bajáis todos a la calle. Está haciendo un poco de frio y se está levantando algo de viento.

-Este viento no le va bien a mi pelo, me voy a despeinar -dice Cordelia con fastidio mientras se baja del vehículo-. Vaya sitios a los que nos traes, Giles.

 Me bajo de la furgona y miro a Cordelia cuando hace su comentario pero no le respondo y me concentro en lo importante.

- Bueno, ya estamos aquí. Pensemos qué hacer ahora. Podemos quedarnos por fuera, escondidos, de guardia, y esperar a ver si pasa algo, o bien entramos y tratamos de encontrar algo. Opino que deberíamos esperar a ver si vemos algo sospechoso, en caso de que no pase nada siempre podemos contar con que nos llamen Buffy, o Angel...

Willow siente un escalofrío. En cualquier otra ocasión, no le hubiera importado estar ahí, pero con todo lo que había vivido y visto estas últimas horas, estaba realmente aterrada.

Sí, será lo mejor. Asiente temblando levemente, no se sabe si por el frío o por el miedo.

Decidís entonces montar guardia dentro de la furgoneta de Oz. El chico pone la radio y una música suave alegra un poco el ambiente. El tiempo transcurre perezosamente hasta que oís llegar a un coche por la carretera. Es un viejo sedán blanco. El vehículo se detiene frente al edificio y se baja un hombre de mediana estatura vestido con un traje y un maletín. Saca una llave de su bolsillo y abre la puerta. Después cierra tras de sí.

-¿No es un poco tarde para venir al trabajo? -comenta Cordelia mirando aburrida su reloj-. ¿Cuánto tiempo tendremos que estar aquí, Giles?

Shhhhhhhhhhhhhit. Manda callar a Cordelia. Willow se inclina un poco hacia adelante para hablar con Giles. ¿Lo ha visto profesor? ¿Cree que es sospechoso? Pregunta en voz baja sin saber porque. La verdad es que raro sí que era. Fuese quien fuese...¿qué hacía allí a esas horas?.

-¿Y si es el dueño de la funeraria, o el encargado?

Miro a Willow y asiento:

-No parece muy normal venir aquí en medio de la noche y no parece que sea por cuestiones de... trabajo. Quizá deberíamos intentar averiguar qué está haciendo.

Los cuatro os acercáis cautelosamente a la entrada de la funeraria. El hombre ha dejado la puerta sin echar la llave y esta cede en cuanto la abrís. Entráis en un pequeño vestíbulo amueblado con un par de sillones y un escritorio para atender a las visitas. Un pasillo frente a vosotros se interna en el edificio. Al fondo, hay una puerta con un cristal esmerilado. Hay luz que viene de ahí.

-Uuhg, que falta de gusto tienen al decorar este lugar -comenta Cordelia mirando a su alrededor. Después se fija en Giles y Willow-. Vosotros sois las cabezas pensantes, ¿ahora qué?

 Hago una señal a Cordelia para que baje el tono, y susurro para que no me oiga el que entró antes

- Creo que deberíamos vigilar al que entró antes que nosotros a ver qué está haciendo aquí, es la razón por la que decidimos entrar, así que con cuidado, y sin hacer ruido...

Willow entra en silencio y detrás de Giles. Cuando oye a Cordelia le susurra.

¿Quién va a serlo sino?¿Tú? Bromea tapandose la boca para no hacer ruido al reír. Si por ti fuera nos estaríamos haciendo la manicura unos a otros como si fueramos chimpancés quitándonos los piojos.

Luego escucha atenta al profesor Giles, y asiente con seriedad, siguiéndolo.

Giles y Willow se adelantan por el pasillo seguidos por Cordelia y Oz. Al llegar al final del corredor y alcanzar la puerta oís claramente la voz de un hombre. Parece estar hablando por teléfono con alguien:

-Sí, sí, ...está todo dispuesto... Mañana voy a recibir un nuevo cuerpo... sufrió un accidente de coche pero creo que podrá aprovecharlo señor Dumont... por supuesto... estoy a su servicio...

 Haciendo gestos rápidos, les indico a todos susurrando

- ¡Escondeos!

Y me aparto de la puerta para esconderme en algún sitio.

Willow sonríe, poco a poco, esas cosas de espías le iban gustando, lo que no le gustaba era la acción. Sabía que había gato encerrado. A la orden del profesor, Willow corre a esconderse también, y decide memorizar todo lo que oiga para investigar después, ya que es lo único en lo que puede ayudar.

El pasillo tiene, aparte de la puerta iluminada, varias puertas más. Así que os escondeis en otras habitaciones antes de que os descubran. En silencio, oís como el desconocido cuelga el teléfono, apaga las luces y sale al pasillo. Le escucháis caminar hasta la puerta principal, salir y luego cerrarla con llave. Lo último que llega hasta vuestros oídos es el sonido del coche alejándose. Se ha ido y os ha encerrado en el edificio.

Salís de vuestros escondites y os reunís en el vestíbulo de la entrada.