- Mantened los ojos bien abiertos, cuidado con donde ponéis los pies. Mirad sobre vuestras cabezas, no quiero sorpresas. Así que adelante - dice a los que van en vanguardia, los jinetes van desmontados y llevan a sus monturas de las bridas.
Seguís avanzando en el interior de la montaña, el camino en algunos puntos se estrecha y tenéis que pasar en hilera de a uno. Todo el camino es ascendente, pero más tarde, cuando os parece que lleváis horas caminando, el camino empieza a descender, lo cual es aún más peligroso, ya que los caballos corren el riesgo de partirse una pata o caer rodando. Por ello van en vanguardia.
Claudio -dije susurrando mirando bien al suelo, sin despegar la vista de éste- ¿no te parece más bien raro que Pizarro se haya tomado así, casi indiferentemente, que los indios nos mintiesen con respecto al templo? Si lo piensas es hasta lógico, pero cada dia que pasamos aquí costará una barbarie a los que están en nuestro punto de partida... Además... te confieso que ayer, Pizarro y don Almagro estaban... ¿cómo decirlo...?
En esos momentos carraspeé, pues me pareció que alguno de los otros soldados podría oir la conversación tras aglutinarnos todos por la sinuosa vereda descendente.
...¿practicando algún ritual? ¿No viste el humo blanco?
Mientras iba hablando con el soldado de la pata de palo, iba mirando a todos lados, una vez que sabía que mis pies llevaríanme con cuidado propio sobre la gruta: quería ver si había huellas o simplemente evidencias en el camino o en las paredes acerca de los indios, es decir, si alguna vez habían pasado por allí o simplemente nos habían mentido otra vez...
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 33 (Exito)
Pues eso, tiro Descubrir para ver si hay evidencias (actuales o no) de indios cruzando dicha galería.
Los corredores están tranquilos, aparte de vosotros no parece haber nadie. Aunque en realidad, con tantos hombres, tanto metal repicando y tantos pies casi arrastrándose por los corredores, es imposible escuchar nada. En cuanto a la vista, apenas puedes ver mucho más allá de donde va el primero de los hombres , que no es otro que el propio Pizarro. Pues la débil luz de las antorchas no vale de mucho en aquella oscuridad tan absoluta.
Hacia delante no ves ni rastro de nada ni de nadie, en cuanto a la parte trasera del grupo, te es imposible ver nada tampoco. Miras al suelo, desde luego la tierra estaba removida y desgastada, lo cual no indica más que este corredor se usaba habitualmente.
-No vi ese humo que dices, solo vi una luz que se encendía. Pero la sorpresa en la cara cuando los descubrimos la verdad es que cuadra con lo que dices. Como ya he dicho en alguna ocasión este asunto no me huele bien desde el principio amigo Heriberto, nos han metido en la boca del lobo sin pensarselo dos veces, yo creo que lo único que les interesa es el oro; y con respecto a los indios no creo que mintieran. Abre bien los ojos y cuidate.-Le digo a Heriberto mientras me muevo con cautela pués no es facil manejarse con una pata de palo en la piedra aun con una calza de cuero en la punta. Muevo la antorcha de aquí para allá continuamente sobre todo fijándome en el suelo y en el techo, pués en estas cuevas suele haber murciélagos y no sabemos si son peligrosos o no.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 22 (Exito)
Tiro descubrir, para ver si hay peligros cercanos, rocas sueltas, suelo deslizante, bichos que te muerdan XD.
Los corredores están tranquilos, aparte de vosotros no parece haber nadie. Aunque en realidad, con tantos hombres, tanto metal repicando y tantos pies casi arrastrándose por los corredores, es imposible escuchar nada. En cuanto a la vista, apenas puedes ver mucho más allá de donde va el primero de los hombres , que no es otro que el propio Pizarro. Pues la débil luz de las antorchas no vale de mucho en aquella oscuridad tan absoluta.
Hacia delante no ves ni rastro de nada ni de nadie, en cuanto a la parte trasera del grupo, te es imposible ver nada tampoco. Miras al suelo, desde luego la tierra estaba removida y desgastada, lo cual no indica más que este corredor se usaba habitualmente.
El camino discurre sin ningún incidente, los hombres avanzan en silencio, pronto lo que al principio era un guirigay de cuidado se convierte en una marcha silenciosa en la que lo único que se escucha es el tintineo de los yerros y los cascos de los caballos y un relincho aislado de cuando en cuando.
Deben haber pasado muchísimas horas, los hombres están pesarosos, desconcertados, expectantes, como si esperaran a que algo ocurriera, pero nada ocurre y la marcha discurre sin más: monótona hasta más no poder.
Tras lo que parece una eternidad de descenso, empezáis a notar primero que el aire está menos viciado, después la oscuridad empieza a clarear y finalmente véis como rayos de luz se cuelan en el túnel, la salida está próxima.
Dice en voz baja, siendo la acústica de la cueva suficiente para escucharle - Extremad las precauciones, no quiero sorpresas. Cuando lleguemos a la salida yo mismo saldré el primero y echaré un vistazo. Hasta que no os dé la señal no continuéis ¿queda claro?- los hombres responden afirmativamente - bien, continuemos.
Continuáis el descenso durante otro larguísimo rato hasta que por fin véis el final del corredor, la luz inunda el corredor y a los que van en vanguardia les hace daño a la vista.
Pizarro da la orden de apagar las antorchas, entonces con su espada en la diestra sale del túnel hacia la luz, tras cinco minutos que parecen eternos, nada se mueve, nadie se mueve, todos contenéis la respiración mientras preparáis vuestras armas, pero nada ocurre hasta que una sombra se acerca a la entrada del túnel y un hombre asoma la cabeza: es Pizarro.
- Este túnel muere en la selva, ante nosotros tenemos una selva espesísima. Aquí hay plantas y animalillos que no había visto en mi vida. El templo no debe de andar lejos. Salid de ahí ordenadamente, ocúpate de que todo el convoy salga en orden y forme donde pueda. - diciendo ésto desaparece.
- ¡ Bien muchachos ! ya habéis oído. ¡ Fila de a uno y adelante ! ¡ seguidme! - y tras decir esto sale fuera con su caballo asido por la brida mientras los primeros jinetes de uno a uno salen fuera.
En pocos minutos todos los hombres están fuera, el sol aunque no os dé directamente en los ojos pues la espesura lo impide, es suficientemente potente para que sus rayos penetren y hagan que a todos os duelan los ojos al salir a la superficie.
Ante vosotros se alza una selva espesísima que se dispersa en todas direcciones, no véis donde termina y tenéis que formar de mala manera entre la espesura.
Esta sí que es buena porque no tenéis ni la más remota idea de cómo lo va a hacer Pizarro para orientarse en un terreno como éste. El caso es que aquí estáis, al menos todo lo referente al paso se ha cumplido y no habéis sido molestados por los indios, algo que ya es un comienzo.
Cuando todos los hombres , caballos y bultos están ante él más o menos en formación grita
- ¡ Escuchad los sonidos de la selva ! ¡ el templo está cerca ! - dice sonriente - rompan filas, la marcha ha sido dura. Descansaremos unos minutos antes de proseguir.
si escucho lo que Heriberto y Claudio hablan, con mi conocimiento màgico quiero saber si se algo màs de ese posible ritual...
Motivo: Empatia
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 11 (Exito)
Motivo: Conocimiento mágico
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 50 (Fracaso)
Tomo el burro y lo ato a unas raíces que sobresalen del suelo, me quedo apostado justo a el, en le suelo, admirando el paisaje, pero con cara de preocupación, por las palabras que a la mañana nos dijo Pizarro, entre murmullos digo...porque, porque, nos dijo eso... si tenia a todos convencidos, a cuento de que vinieron esas palabras....
Estás casi seguro de que Pizarro miente en ese punto. Además, hay algo muy extraño en todo esto, primero dijeron que irían al templo, luego que esperarían al día siguiente y luego en mitad de la noche... os hizo salir a todo, estás sumamente desconcertado.
...observo lo que hacen Pizarro y Almagro, y si en algún momento están juntos, intento acercarme discretamente, para oír lo que hablan...
Vi a Queitano apesadumbrado, cansado tal vez. Más bien parecía desganado... Vi como murmuraba, pero no alcancé a oir sus susurros.
¿Qué le ocurre señor Queitano? Se que no parece un lugar digno para el descanso, porque no podemos ver ni los flancos o la vanguardia y lo que nos prepara, o tan siquiera si ahora mismo nos vigilan esos indios o algunas de las criaturas de la selva... ¿es por eso por lo que se preocupa? Ciertamente don Pizarro parece muy seguro de sí...
Heriberto, soy el pri..primer defensor tanto de Don Diego, como de Do..don Francisco, incluso de esta expedición aunque maldita pa...parezca, no..no comprendo la actitud de nuestros se..señores, a pesar de tener la certeza de que, lo que esta mañana de madrugada, nos dijeron no sea cierto, o no por lo menos to..todo... miro con cara de esperar una respuesta que alumbre algo a esta oscura situación...
Veo como Heriberto habla con Queitano, me acerco a ellos con un odre de agua en la mano.-Gustan de un sorbo de agua.- Les digo al tiempo que mato a varios mosquitos con la mano en mi cara.- ¡Malditos mosquitos!-