Partida Rol por web

SR, todos, me juego el cuello...aunque la chica me tiene desconcertado, o es muy buena actriz o esta en las sombras hace poco y mas perdida que un pulpo en un garaje. Medito Gabriel ante la imagen que tenia delante.

Por los cojones de buda este es un arresto casual*...mascullo Gabriel para si, cerrando los ojos y dando un ligero cabezazo a la pared que tenia detras.

Con los ojos aun cerrados y apoyados en la esquina donde se habia ido a sentar, Gabriel sonrio ligeramente antes de hablar.

Celda de seguridad standar, cemento reforzado con aislamiento wifi, dos camaras en lados opuestos señalo a ambas lentes a los lados de la celda barrotes de hierro forjado cerrando los laterales y una barrera para evitar que nadie se de un paseo por el astral.

Abriendo los ojos de nuevo, Gabriel miro a todos los presentes, tal y como sospechaba muchos de ellos debian de ser SR o llevar tiempo en las calles, sin mencionar que si el elfo era un mago corporativo de Aztek; a juzgar por el acento al hablar, se comia su mascara antigas.

Soy Ethan se presento al resto, es el nombre que ponia en su SIN despues de todo.

Juan, Juan Sin miedo, o eso dice mi Sin, y esculpo una amplia sonrisa en mi rostro de adonis elfo latino, si resulta un poco cantoso tanta y tan buena gente aqui presente, los caballeros  Errantes no se mueven si no hay algo seguro, no son como la vieja estrella solitaria. Pero es de mala educación hablar en lengua que no es conocida por todos los presentes, asi que pasemos al gringo  *

En un Atlaner educado y culto.

¿Presentaciones? Mira, no espero que esto se alargue demasiado, así que no veo el motivo. Pareceis buena gente y tal.  Dice Orfebre apoyando la mano en el pecho y sobreactuando un gesto condescendiente. Para unos sospechosos detenidos. Pero esto no tiene nada que ver conmigo, y mi juicio sobre vosotros... bueno, no tiene mucha validez legal. Pero me van a abrir esa puerta de un momento a otro, cuando esto se aclare.

Orfebre vuelve unos ojos poco convencidos hacia la puerta, con la esperanza de que sus palabras tengan algún tipo de poder Deus Ex Machina.

Cuando se le acercan, Encina deja de gimotear y parece que bufa como un gato cabreado. Se encaja más aún contra la pared y rehuye cualquier tipo de acercamiento. Olía a monte, a monte y sudor, como si la hubieran estado martirizando e interrogando durante horas. Más aún, un animal libre... y lo encierran.

Habéis estado sudando en la celda durante un rato sin acceso a vuestra llamada de teléfono o a un abogado; en otras palabras, el mundo sigue girando sin vosotros. Comenzáis a preocuparos seriamente que, en un irónico giro del destino, puede que realmente vayáis a cargar con un crimen de los que no habéis cometido y algunos comienzan a contemplar sus posibilidades reales de abrirse paso por la fuerza.

Pero justo en ese momento, escucháis el ruido de una de las puertas de seguridad del corredor y las voces de los detectives Quinn y Redoak discutiendo con una enfurecida abogada. Escucháis frases como “orden de registro”, “detención aleatoria”, “causa probable”, “identificación putativa” e “interrogatorio ilegal sin asesoramiento de un letrado”.

Poco después, un disgustado oficial de uniforme abre la puerta de la celda y una mujer sonriente de baja estatura, vestida con un traje gris de raya fina pasa por delante de él. El poli casi parece asustado de la pequeña humana. Es atractiva y esbelta, con pelo corto de teñido de color naranja neón y unas pequeñas pecas en la mejilla. Aparenta catorce años, si no fuera porque empieza a hablar como un robot dispensador de terminología legal en modo automático...

-Hey, para que lo sepáis, les he dicho que tienen que someteros a una rueda de reconocimiento y hacer que el fiscal presente cargos o dejaros marchar. He amenazado con hacer que los castren por arresto aleatorio y violación de vuestros derechos legítimos como ciudadanos de los UCAS. Todavía estamos lejos del límite legal de las 48 horas de retención, pero con este caso la han jodido bien. Y los polis de alquiler no tienen protección integral bajo los estatutos del Acta de Inmunidad Cualificada.

No estáis seguros de haber entendido todo eso, o algo de ello ya que estamos, pero inmediatamente os reparte una de sus tarjetas a cada uno (un ARO*, claro). En ellas pone:

Annie “Imaginaria” Goldsmith

Abogado criminal

Apenas tenéis tiempo para acabar de leer la tarjeta, cuando la menuda mujer continúa:

-Bueno, ¿qué hacéis ahí parados? Conozco un Soybucks^© en la esquina donde podemos hablar de negocios, si estáis dispuestos. ¿Nos vamos?

Haciendo un enorme esfuerzo por por no soltarle un gracias puto picapleitos de mierda, tomo el ARO, inclino la cabeza y salgo de la celda.

Quién coño es esta tía y porque nos saca de aquí y qeuda con nosotros, esto no cuadra, sera mejor permanecer alerta pienso para mí mientras comienzo a caminar por el pasillo.

Encina no sabía que el Soybucks era un sitio de comidas, pero ella se interesa por el cacharrito que le han dado y empieza, instintivamente a trastearlo. Por purso seguimiento de la persona carismática, sigue a la mujercita. Algo la atraía y la seguía, con un gato sigue un cordelito. Lo sigue, su instinto le empuja y no sabe por qué.

- ¿Que cojones...? - pienso malhumorado cuando los polis aparecen. Lo siguiente que pasa me deja estupefacto. - ¿Por que cojones nos ayuda esta tía? - me pregunto mientras cojo la ARO. Luego simplemente salgo de la celda con la misma cara de pocos amigos con la que entré. - Hasta más ver. - digo a los polis mientras me alejo por el pasillo.

Interesante. Es un giro del destino muy interesante el que hace que me levante del lugar que ocupaba en la celda y atraviese su umbral abierto. No hago preguntas pues mi prioridad, es abandonar la comisaria cuanto antes. Así que, previendo lo que va a ocurrir hago una seca inclinación de cabeza ante la abogada que acaba de aparecer antes de decir. Sugu. E imagino que su repentino interés así como las circunstancias que han propiciado nuestro encuentro, son totalmente fortuitas. Pero me encojo de hombros y con mi zurda agarro una de las tarjetas que no tarda en desaparecer en uno de mis bolsillos internos. Examino el rostro de la bogada impasible y tan solo, me queda por añadir. En realidad, no importa. Y asintiendo casi imperceptiblemente, me pierdo por el pasillo de la comisaria en dirección a la calle y al lugar de la cita.

Uh, no es lo que me esperaba se encogió de hombros Gabriel al ver entrar a la abogada, curioso y mas curioso como su apariencia traicionaba sus conocimientos legales.

Gracias dijo sencillamante Gabriel aceptando la tarjeta, no había razon para no ser educado y dado que tenia esa horrenda sensacion de acabar de conocer a un posible contacto en las calles, ser educado y respetuoso era la forma correcta de hacer las cosas.

Nunca sabes si estas hablando con una atractiva mujer o un espiritu insecto a punto de arrancarte la jeta de un mordisco.

Por favor, guíe el camino hizo el gesto Gabriel de dejar pasar a la abogada en direccion al Soybucks, sin ni siquiera mirar a los dos policias, no eran relevantes, aunque la reacción de los dos ante la abogada no era la normal.

Aunque era una posible fuente de trabajo y Gabriel adoraba su trabajo...cuando tenia...

"Imaginaria..." dice Orfebre al pasar junto a la abogada. Habla con el mismo aire socarrón y desinteresado que suele usar con las mujeres con las que intenta ligar. De algún modo las cualificaciones y desenvoltura de esta chica parecen promoverla al mundo adulto. No es que quiera nada más, es la pose que suele usar con las mujeres en general, y no suele tratar con críos. ¿Significa que eres una imaginación colectiva? Porque pareces haber convencido a toda esta gente. Aminora la marcha y mira con gesto sospechoso a la chica desde atrás. Reprime un impulso de pincharle la espalda con un dedo como se pincha con un palo a un cuerpo abandonado en una cuneta para comprobar si está cadáver. ¿Será sólida? ¡Qué estupidez!

-Casualmente estaba en la comisaría defendiendo a uno de mis clientes legítimos (es decir, uno que paga por mis servicios). Pero la verdad, cualquier abogado de oficio recién salido de la facultad podría haberos sacado de allí. Me he limitado a acelerar el proceso. No puedo soportar los abusos policiales.- contesta Annie a vuestras dudas con una sonrisa y un guiño, mientras recogéis vuestro equipo.

Más tarde, cuando cada uno tenéis una taza de sojacafé caliente en la mano (a día de hoy pocos pueden permitirse el café “real”), la abogada os expone sus intenciones:

-Ocasionalmente me llegan encargos de ciertos colegas y amigos. Uno de ellos está buscando subcontratar a unos cuantos y buenos metahumanos para hacer un pequeño trabajo. Ya que los de Caballero Errante han sido lo suficientemente amables de agruparos, me imaginé que podría aprovechar la circunstancia.

Acto seguido, desliza por la mesa una caja de cerillas con el logo y dirección de un bar llamado el Banshee  en las Barrens de Seattle y un número de commlink escrito con bolígrafo, además de una hora: 7 pm.

-Llamad a este número cuando lleguéis y mi contacto os estará esperando. Creo que os merecerá la pena el paseo.

Señorita Anni, muchas gracias, acaba usted de mejorar ligeramente mi percepción sobre las "personas" que se dedican a su profesión.

 Y aunque no me guste nada, estoy en deuda con usted, asique le debo unaque puede gauardar para cuando  para cuando lo necesite, le entrego mi tarjeta, en papel .* 

Caballeros, por mi esta bien y asistiré a la reunión, le veré allí un poco antes si estan deacuerdo. Señorita, digo dirigiendome  Encina,espero contar con su compañía tambien.

 Me despido con un gesto de la mano y voy a casa a buscar mis cosas. 

Deuda. Giri. Asiento levisimamente ante la selección de palabras del mago y mantengo el rostro impasible. Lamentando profundamente el gusto de estos occidentales por lo que sea que estoy bebiendo, pues seguro que no es café, me limito a soltar un suspiro mientras acabo mi taza. Se que por mi parte seria una incorrección pedir una taza de sake. Por tanto contengo mis ganas y fijo mi vista en la abogada que nos ha liberado. Memorizo tres datos. Lugar, hora y numero. Por mi parte nada mas hay que añadir. Allí estaré. Es mi deber. Y sin mas preámbulos, me despido de los presentes para perderme en las calles camino a mis aposentos para equiparme. Pues tengo la sensación de que todos mis talentos van a ser necesarios.

A Orfebre se le ensombrece el gesto. Nos han preparado muy bien para esta zorra y su cliente. Creía que era una simple detención ilegal, pero me parece que esos Caballeros Errantes deben tener algo del gremio de Leo, el cazatalentos. No puede ser sólo una coincidencia. No hay mucho sentido en fingir ser otra cosa que un Shadowrunner. Te llamas Goldsmith... dices... musita Orfebre mientras anota el número en su commlink. Bueno, entonces a mí podeis llamarme Orfebre, para no confundirnos. Los hispanohablantes lo tendrán más fácil de pronunciar. Dice mirando con una sonrisa socarrona a "Juan sin miedo" y el tipo que parece un luchador de lucha libre.

Encina no entendía lo que realmente había sucedido, pero guarda la targeta y se encuentra en una tesitura que le crea un dilema. Ahora tenía una deuda. Le habían hecho un favor en su clan esto se pagaba con favor. No podía faltar a la cita y allí estría; puntual y atenta a lo que pudiera ser ... bajo su punto se visata ... un apoyo para pagar su deuda.