Partida Rol por web

El nido claramente no es seguro, ya que ahí encontramos a Liam desmayado. Maraen está herida, y Bruma está cargándola. Faire y Liam están inconscientes. ¿Cómo ir juntos al templo sin dejar nadie atrás?

Bruma podría quizá cargar a Liam y Faire, después de todo no era muy lejos. Pero Liam, Faire Y Maraen no creo que fuese algo posible sin hacerle daño. Además no quería ir al templo sin explorarlo primero, quién sabe si esos seres no estarían escondiéndose allí. 

-Bruma...- Digo finalmente.- Necesitamos un lugar que pueda ser fácilmente defendible. Se me ocurre que el templo puede ser ese lugar, pero no quiero que vayamos allí sin haber explorado el área primero. Según lo veo tenemos dos opciones. Opción uno, voy yo mientras tu cuidas a nuestras hermanas o, opción dos, yo me quedo cuidando este lugar mientras vos exploras el templo. Creo que tus habilidades de sigilo son más grandes que las mías, y que tu olfato te permitiría captar el aroma de estos seres en el templo incluso antes de lo que yo podría verles.

Me acerco a Bruma y acaricio su cabeza, tocando con suavidad algunas de sus hermosas hojas verdes.

-Sin embargo no te pediré que hagas nada que no desees, por eso es que te pregunto si estarías dispuesta a explorar el templo.

Bruma escucha el plan de su compañare y con solo mirarle Rayne sabia que iria ella. Por si acaso asintio con su cabeza dispuesta a partir. Bajandose al suelo dejo que Maraen se bajara de su lomo. Entonces estuvo lista para dirigirse hacia el templo pero antes se acerco a la estrella poniendose cerca y tocandole con su hombro en un signo de cariño. Podria pasar algo pero igual Bruma estaba dispuesta a arriesgarse.

-Gracias, Bruma. No hagas nada arriesgado, en el momento que sientas que estás en peligro vuelve inmediatamente aquí. Yo te estaré esperando. 

En ese momento Rayne miró a su alrededor, serían un blanco fácil aquí en lo abierto.

-Mira, Bruma. Conoces mi esencia. Voy a tratar de camuflar esta área, así que cuando regreses guíate por el olfato.

Rayne acarició a Bruma con cariño, y mientras esta se alejaba aconsejó  a Maraen:

-Maraen, voy tratar de esconder nuestra presencia a búsquedas aéreas o terrestres. 

Rayne se acercó a sus compañeros desmayados y los acercó al Árbol sobre el que Maraen descansaba.

-Quédate sobre el árbol, junto a nuestros compañeros, y yo crearé la cobertura.

Diciendo esto, volvió su vista a los cielos, y un destello azul apareció, inmediatamente acompañado de un brillo gris plata. Rayne cerró los ojos y empezó a mover los brazos sobre su cabeza en movimientos circulares, como si estuviese amasando un bollo imaginario. Por varios minutos parecía que nada pasaba, pero lentamente mientras Rayne abría sus ojos la niebla parecía prenderse de la copa de los árboles como algodón, o algas atrapadas por el río entre las piedras. Rayne se movía con la gracia de une escultore, y donde sus manos pasaban por el aire, la niebla se moldeaba y sea arremolinaba, hasta que el lugar donde estaba se encontraba completamente cubierto de niebla.

Todo a los alrededores estaba cubierto de una niebla tan densa que parecía nieve, y si no fuera porque Rayne sabía donde estaban sus hermanas, hubiese sido casi imposible encontrarlas. Esto haría que llegar al templo fuese más difícil, pero también significaba que nadie les vería moverse. Al menos esa era la idea.

La niebla había funcionado más que de maravilla, esperaba tener una cubierta protectora ¡pero esto! Esto sí que era un buen acontecimiento. 

Como me gustaría poder hablar con las plantas ahora...

-Maraen -Susurré casi para mis adentros, no podía arriesgarme a que aquel ser escuchara.- Necesito tu ayuda...ya sé que estás lastimada así que no quiero que te fuerces ¿Crees que podrías atraparla animando las plantas de este lugar?  Si sientes que eso no es posible buscaré otra idea.

Mi corazón late con la energía nerviosa de querer actuar, un impulso de fuego comenzando a moverse en mí. Sin embargo respiro y me aquieto esperando la respuesta de Maraen. ¿Cuál sería un buen plan B?

-Si esto falla sólo quédate oculta en la niebla...- Susurro a Maraen antes de caminar suavemente hacia otro lado, y una vez ahí pararme, así no revelaba la ubicación de Maraen.

Contemplé la idea de usar la soga para atarla, pero pensando en Ciel y qué haría en este momento, y cómo actuó con los lagartos decidí por algo más. Puse mi rostro más firme, y me acerqué a unos 3 metros.

-¿Dónde está Ciel?- Pregunté casi automáticamente. Antes de caer en la cuenta de que no sabría de quien le hablo- Nuestro compañero de Pelo rubio ¿Qué hicieron con él?

Respiro profundo y reevalúo mi estrategia. Nunca es bueno acorralar a un animal asustado, pues es ahí cuando muerde.

-Mira... No voy a hacerte daño... Sólo queremos a nuestro compañero. No sabíamos que estaban vivos. Mi compañero es un estudioso y quería ver si había algo sobre vuestra cultura...-El pensamiento me da una sensación fría de adrenalina recordando el momento- Pero eso no les da derecho a llevárselo contra su voluntad. No queríamos una pelea y menos por unos pergaminos viejos y tres plantas, sólo dinos donde está y nos iremos cada uno por nuestro lado, no intentaremos nada con vuestra torre ni con ustedes.

Maraen asintio y se quedo aun prolongando la duracion del hechizo mientras se quedo oculta.

No podia liberarse a pesar de su esfuerzo y por lo que tuvo que escuchar lo que decia Rayne sobre su expedicion. Por un momento te parecio que convenciste a la mujer y esta se relajo. "Yo no lo tengo, estara con mi compañero yendo a nuestra ciudad." respondio rapido. "Si en verdad le interesaba nuestra cultura entonces aprendera rapido ahi." comento fijo en ti.

"Esas plantas y pergaminos son nuestra cultura. Junto con el oro que no nombraste." dijo con algo de molestia pero sigue sin pelear. Aunque de pronto frente a ti se transforma achicando su cuerpo y sus brazos siendo reemplazados por las alas de un pajaro. Te sorprendiste en su forma pero por otro lado tenia sentido porque la mujer sin cambiar mucho su color se convirtio en un guacamajo de color azul que se libero de las ramas tras su cambio de tamaño y empezo a volar hacia el cielo.

Parecía haber logrado algún tipo de avance con aquella persona, pero antes de poder preguntar más, esta cambió de forma y tomó a los cielos.

-Sólo quiero encontrar a nuestro compañero. - Gritó Rayne a la figura que se alejaba.

Les había dicho que probablemente Ciel hubiese sido llevado a su ciudad, pero Rayne no sabía que estos seres existían ayer a esta misma hora, mucho menos sabía dónde estaba dicha ciudad.

De repente una idea se presentó. Parecía haber algún tipo de conexión entre les guacamayes y estas personas, y si podía apelar a elles quizá elles enviarían a estas personas el mensaje que necesitaba enviar.

Rayne cerró los ojos, inhaló profundamente y sintió su corazón iluminarse con calor, al tiempo que expandía sus pensamientos.

-Gucamayes, requiero su asistencia. Encontrémonos. *

Al abrir los ojos, sin embargo, sintió como si su cabeza fuera mucho más ligera, y tomó tres pasos hacia atrás antes de recuperar el equilibrio. En su afán de querer enviar su mensaje rápido para no perder a esa persona azul se había extendido de más, y ahora necesitaba sentarse por un momento. Así lo hizo. Sentándose junto a Maraen.

Está bien, pensó. Después de todo aún tengo que esperar que lleguen las aves, está igual de bien esperarles sentade.

Maraen tenía razón en cuanto al descanso, y Rayne obedeció. Se quedaron juntes, mientras descansaban y veían cómo les Guacamayes llegaban une a une. Sabía, por encuentros anteriores, que les Guacamayes preferían la palabra hablada a la psíquica.

-Gracias por su presencia.- Dijo Rayne parándose con cuidado y posicionándose en el centro del claro. 

- No sé cuantes de ustedes vieron a la mujer azul, aquella que vuela con plumas de ave. Pero una de nosotras está perdida. Fue llevado por una de las personas azules. La mujer dijo que quizá lo llevaron a su ciudad, pero no sabemos donde queda eso.

Rayne respiró, observando a les Guacamayes.

-Entonces... mi pedido es... no sé si algune sabe donde puede encontrarse esta persona, pero si alguien puede hablarle, por favor pregúntenle donde está esta ciudad. O si alguno de ustedes sabe donde podemos encontrar a nuestro amigo, se lo agradeceríamos.

Rayne observa a les Guacamayes y se siente un poco conmovido por su predisposición a ayudarles.

-Gracias, Amigues. Su ayuda es invaluable, y su voluntad me llena de emoción.

Rayne contempla sus opciones. Dos de ellas estaban inconscientes, y Maraen estaba herida. No podía viajar con elles de inmediato, pero tampoco podía en buena consciencia dejarlas y marchar sóle con Bruma. Ya les atraparon una vez, así que claramente su planificación no fue suficiente para mantenerles a salvo. 

Rayne pensó en las palabras de les Guacamayes y pensó que había entendido mal. Claramente les guacamayes se referían a que los azules cuidarían las ciudades, pero decía que los azules cuidarían el camino.

-Cuando dicen que los azules estarán cuidando el camino, no sabía que había más azules tan cerca. ¿Creen que elles nos ayudarán a pasar a salvo? o ¿Creen que buscarán otro enfrentamiento?

“De nada.” dice uno y otros entusiasmados como antes.

Uno y otro se agita casi como si negara a tu conclusion.

“Los azules cuidan las ciudades. No hay caminos.” respondio uno de ellos. “No sabemos porque se pelean. Si ambos son amigos nuestros.” respondio otro y unos cuantos le secundaron. "Igual los azules estan dormidos. Hace poco que se despertaron dos por ustedes y antes uno por ustedes tambien."

Cuando Rayne escuchó las palabras de les guacamayes algo se movió en su interior. "antes uno por ustedes también"

El rey de las espinas. ¿Quién más? Veníamos siguiendo su rastro cuando encontramos la torre. Quién más habría venido hasta aquí y encontrado a los "guardianes" sin haber informado al Corazón. Tenía que ser él.

- No buscamos pelea con los... "Guardianes" Pero se llevaron a nuestro hermano, y al menos una de nuestras hermanas está herida. Queremos solucionar esto de la mejor manera, pero los azules no están dando su mejor primera impresión.

Rayne respiró profundo, dejando que su ansiedad comenzara a derretirse como el hielo que se forma en las montañas cerca de Caelum Nouveau.

- Y respecto a esta otra estrella... ¿Saben de casualidad qué pasó con ella? ¿Hacia donde fue?

Rayne contempló sus posibilidades. Les Guacamayes parecían creer que las estrellas estarían seguras en el templo, y elle no quería dejar pasar más tiempo sin saber sobre el paradero de Ciel.

-Gracias- Dijo a les guacamayes.- Creo que tendremos que pedir su amabilidad una vez más. 

Y diciendo esto se volteó hacia sus compañeras.

-Sé que algunas de ustedes necesitan descansar, y recuperarse. Este templo, a diferencia de los lugares anteriores, parece un lugar seguro, según informan les Guacamayes. Si ustedes lo desean, creo que lo mejor sería que se queden aquí recuperándose, y Bruma y yo vayamos a buscar el paradero de Ciel. Recomendaría que descansen, y que pidan refuerzos al Árbol Corazón. 

Volvió la vista hacia les guacamayes.

-¿Habría un problema de que mis compañeres tomen aquí refugio mientras buscamos a Ciel?

"Confiamos en les guacamayes." comenta Maraen. "Pero no creo que tengas que irte sola en la busca de Ciel, es nuestra hermana tambien y no queremos dejarlas solas en esta exploracion. Queremos ayudar." dijo Maraen pareciendo decidida, aunque avanzaba al refugio esforzandose en su andar.

Rayne frenó ante las palabras de Maraen. ¿Qué hacer? Obviamente sus hermanas tenían buenas intenciones. Pero ir tras Ciel en el estado en el que se encontraban las expondría a mayor daño. Quedarse esperando la recuperación llevaría a que el tiempo pase, lejos de Ciel desconociendo su paradero. 

-Maraen- Dijo finalmente Rayne, no tratando de esconder sus dudas- Tus intenciones son buenas, y todes queremos ver a Ciel devuelto a nosotres, pero ¿Realmente te sientes bien como para viajar ahora? Nuestras compañeras están aún desmayadas. Si crees que ir juntas es una buena idea escucharé tu consejo, porque puede que estés viendo algo que ignoro, pero sino... quizá deba ir a buscar a Ciel... por mucho que no desee separarme de ustedes.