Partida Rol por web

Ciel miró a Nuevia quien, si bien no mostraba signos de cambiar su fachada impasible, sabía había oído lo que Mezyotl decía, y no arriesgaría un viaje que lo pusiese en peligro. Ciel por su parte quería que Nuevia descanse, ya que, aunque no pareciese, debía de estar agotada.

-Creo que no habrá daño en que nos quedemos aquí esta noche. Sólo para asegurarnos de que no hay serpientes gigantes o nada no amistoso. ¿Qué dices, Nuevia?

Por toda respuesta la búho giró su cabeza hasta quedar con los ojos firmes en las ojos de Mezyotl. Así se mantuvo por unos segundos hasta que finalmente Nuevia giró la cabeza Ciel notó el cambio. Ni por cerca ella confiaba en quien lo había separado de su lado, pero estaba dispuesta a esperar esta noche al considerar las potenciales amenazas un mayor riesgo que Mezyotl.

-Bien. Creo que dormiremos aquí esta noche. ¿Hay algo en lo que podamos ayudarte para preparar nuestra morada?

Los ojos de Ciel viajan a la construcción.

- ¿O dormiremos allí?

Claramente el prospecto de dormir en un lugar con tanta historia lo emocionaba, pero quería que sea Mezyotl quien decida, después de todo este era uno de los hogares de su gente.

Podríamos marcharnos.

Las palabras nunca salieron de Nuevia. Pero Ciel podía notar el tono de sus miradas. La posición de sus plumas, sus silencios estirándose al mirar la puerta.

Podríamos marcharnos, dejar a este hombre aquí, con los mismos seres dormidos que te separaron de mí. Podríamos estar a mitad de camino hacia las demás para cuando él despierte. Lejos de sus manos que causan hambre y sueño.

Ninguna de estas cosas dijo Nuevia en voz alta, y ninguna de estas cosas Ciel dio señales de contemplar.

-Buenos días, Nuevia-. Fue lo que finalmente dijo, acariciando la cabeza de Nuevia, y sacando una baya ligeramente aplastada de su bolsillo para ella.

Ciel miró entonces a Mezyotl quien, esperaba, no tardaría mucho en despertar. Y consideró aprovechar este tiempo para escribir un reporte de todo lo que había sucedido.

Mientras Nuevia comia, algo molesta porque se quedaron Ciel pudo observar al hombre frente suyo. Habia algo particular en como dormia, te preocupaba el ritmo de sus latidos y su forma en quedarse muy quieto. Te hacia sentir que para quienes no observaran con atension podria parecer un muerto pero Ciel podia sentir su vida. Su propia esencia en él pero tambien la del hombre. Talvez incluso seria facil ver que soñaba.

Pero su pensamiento se esfumo al verlo despertar. Este se estiro con mucho cuidado, si bien no haciendolo aproposito dejaba ver su privilegiada musculatura mientras aflojaba las tensiones de la sista en sus musculos. "Buenos dias. Ciel, Nuevia."

"Estan listos para partir?" pregunto y fue para afuera a mirar el cielo.

Era muy interesante ver como su respiración era tan lenta que parecía inexistente. Ciel recordó las clases de la Academia, donde aprendió acerca de los diversos animales y la hibernación, en donde sus funciones biológicas disminuían. Pero nunca lo había visto en un humanoide, y, por lo que entendía, se suponía que la hibernación duraba mucho más que una noche.

Ciel escuchó las palabras del hombre luego de ver sus músculos marcarse. 

-Mmm por mí parte creo que sí- Dijo Ciel mirando a Nuevia- Pero me gustaría conseguir algo de comer. Nuestras provisiones quedaron con nuestro grupo y no tuve precisamente tiempo para preparar raciones de viaje.

Ciel se rio de su observación, pero el humor de Nuevia pareció volverse más como el de una baya agria. Guardaron silencio unos segundos.

-En todo caso... creo que sería mejor comer algo antes de emprender un día de caminata

Ciel se emocionó ante la posibilidad de conocer los árboles frutales de la cultura de Mezyotl. ¿Serían plantas conocidas para él o serían un misterio?

Sin embargo, mientras caminaban en su búsqueda encontraron un espíritu de piedra, como algunas les llamaban, también golem cómo  algunos registros en ruinas sugerían, o Anima Petra. Ciel no sabía el origen de dichos seres, pero sí podían verlos a veces en la cercanía de ríos o zonas pedregosas.

-Si y no- Susurró Ciel- Sabemos de su existencia, y hemos interactuado con elles, pero en muy pocas ocasiones. No encontramos un método de comunicación aún, así que en su mayoría siguen siendo un misterio para nosotras.

-No tenemos registros de que sean agresivos... ¿Podemos acercarnos?- Preguntó. Pero sus pies ya se movían en dirección a aquel ser. Ciel juntaba piedras mientras caminaba, para poder ofrecerlas al Anima Petra.

-Mmm... tenemos algunas construcciones de piedra, pero es verdad que son las menos, en su mayoría nuestro hogar está hecho de madera viva. Sin embargo, nunca han entrado a la ciudad, ni por piedras ni por otros motivos, aunque algunas estrellas reportan haberles visto en las cercanías.

Ciel observó a su alrededor, en busca de algún signo de que las piedras de los Golems provenían de las construcciones de Mezyotl.

-Espero que no tomen las de vuestras construcciones, sería una pena verlos deteriorados. ¿Crees que es posible hablar con elles? No tenemos registro de que eso haya sucedido. Claramente presentan algún tipo de inteligencia y sintiencia, pero no tenemos registro de que presenten ningún lenguaje.

Ciel miró a Nuevia y se mordió ligeramente el labio ante los ojos de ella que ya advertían la curiosidad de Ciel.

-Mmm... ¿Crees que deberíamos seguirles o...? Sería mejor que volvamos con mis compañeras. ¿Verdad?

Ciel observó a Nuevia. Sabía que ella no quería pasar más del tiempo necesario con Mezyotl pero... la oportunidad de ver donde los golems llevaban las piedras era demasiado tentadora para dejarla pasar.

-Debo volver con mis compañeras- Dijo Ciel mirando hacia la jungla- Pero... podemos destinar hasta el medio día para seguir estos golems. Yo también quiero saber donde van, y quizá en estas horas logramos aprender algo interesante. 

Ciel sintió las plumas de Nuevia agitarse en su hombro, pero ningún comentario vino luego de esto.

-¿Te parece?- Dijo a Mezyotl.

A pesar de la lechuza, ambos siguieron juntos y en una direccion distinta al grupo. Lo cual era algo que Nuevia debia suponer que pasaria. Mezyotl por su lado asintio ante la pregunta y se fue sigiendo al ser dejando a la estrella su espalda. Talvez porque le tenia confianza o solo no le tenia miedo.

Asi fue que siguieron a ese golem pequeño, que avanzaba sin temor y sin mirar para atras mientras dos seres mas grandes que él le seguian. Pronto notaron a otros golems moviendose en la misma direccion. La variante era el temaño de cada uno de ellos y de las piedras que llevaban con elles.

El camino se volvia cada vez mas largo desviandose las ruinas. Veian por el bosque a otros animales mas chicos todos herbiboros, faltando en lo que encontraban a los peligros que Mez habia advertido a ambos. El dia recien empezaba por lo que talvez esos seres peligrosos estaban durmiendo.

El destino de los golems era un enigma al que Ciel no quería resistirse. Al viajar por las ruinas, sin embargo, notó que los animales que se encontraban en su camino eran todos herbívoros, lo que le hizo pensar que los peligros de los que Mezyotl hablaba eran nocturnos. Pero la curiosidad de nuevo lo llamó a preguntar.

-Mezyotl... esos animales que dijiste que se encontraban en esta zona... ¿eran de casualidad nocturnos?

Una leve sospecha le decía que un patrón estaba indicando lo contrario, el paso del tiempo, las ruinas deshabitadas. ¿Cuánto tiempo había pasado Mezyotl en aquella torre?

La explicación de cómo su gente estaba relacionada con el sol resultaba sumamente interesante. Y algo en la situación hizo que Ciel pensara ¿qué pasaría si una estella cómo el sol hubiesa bajado a la tierra?

Obviamente el sol mismo no lo habría hecho, puesto que condenaría a la tierra entera a la muerte por su ausencia en el cielo, pero algo le llevó a pensarlo por unos momentos.

-¿Quienes eran estos que atacaban de día?- Preguntó Ciel con curiosidad.

En ese momento llegaron a un lugar extraño, y Nuevia fue a explorar. Cuando volvió con las noticias los ojos de Ciel se dilataron.

¿Será acaso que están ayudando a crecer a une de les suyes?- Ciel inhaló derepente con la sorpesa de su siguiente idea- Quizá incluso... ¿Creándolo?

Ciel miró alrededor a ver si la actitud de los golems había cambiado de alguna manera, y luego miró a Mez.

-¿Crees que podemos acercarnos sin que se incomoden?

Y diciendo esto miró alrededor, en búsqueda de alguna piedra que pudieran quizá ofrecer a los golems.

-Okay- Dice Ciel más decidido- Mantente alerta por si algo sucede, recuerda que aún no logramos encontrar un lenguaje común con elles.

Diciendo esto Ciel levantó las manos en señal de no agresión y se acercó lentamente, atento a la reacción de los golems, concentrándose en lo que parecía ser el Golem mayor. Si los Golems juntaban sus piedras para traerlas aquí ¿Qué cosas interesantes habrán traído sólo por estar hechas de piedra?

Ciel mira con mucha curiosidad que hay una piedra que tiene el símbolo del árbol corazón. Parece que un golem estuvo en contacto con alguna de las estrellas.

Su sorpresa fue aún mayor cuando vio el pilar. 

-Wow- No sólo era un descubrimiento que podría cambiar muchas cosas, sino que tenía una presencia en la que sólo querías quedarte observando su belleza, contemplando sus colores.

Ciel rodeó la piedra para ver bien de dond estaban saliendo esos golemsitos. 

¿Podría ser, acaso, que este portal sea lo que le daba vida a las piedras? Me quedo observando, tratando de confirmar esta teoría. Viendo si alguna piedra tocaba esta luz.

¿Habría otras estrellas que bajaron antes que nuestra comunidad? O incluso ¿que ahora mismo están en estas tierras? o ¿sería sólo una casualidad de una cultura con conocimientos de astronomía?