Partida Rol por web

Tommas asintió.

-Siempre es el mismo..

Murmura malhumorado. El robusto hombre se interna en el pasillo y baja por la escotilla hacia el piso inferior, atento. Abrió la puerta donde en teoría estaba su compañero.

-¿Bob? la estas fastidiando...¿donde...? ¡¡Eh!!

Dos sendos golpes hacen que la oscuridad envuelva a Tom.

---

Mirage y Storn se quedan solos arriba, el tiempo pasa y las explociones no llegan.

-Algo va mal.

Anuncia el joven.

La tapa plateada del pequeño reloj de cadena se cerró con un chasquido, ahogando el suave murmullo de las manecillas del reloj. El señor criminal meditó unos instantes, haciendo caso omiso al joven temeroso. No pudo evitar liberar un suave resoplido. Hacía ya casi cinco minutos que Tommas se había ido y más de diez desde que expirase el tiempo para las explosiones. Aquello se estaba torciendo más de lo previsto. "Es la última vez que confío en desperdicios sociales para hacer el trabajo...", pensó malhumorado.

-Bien, señor Storn...-dijo volviéndose hacia el chico con una gentil sonrisa dibujada en los labios-creo que no tenemos más remedio que proseguir...

Miró al chico unos instantes, su aspecto inseguro le resultaba un poco inquietante, especialmente por el hecho de que no pudiera contenerse en el momento preciso...

-Sé que es arriesgado, especialmente ahora que hemos quedado aislados del resto del equipo en territorio desconocido... ¿no tendrá por casualidad otra pistola?-le preguntó señalando el arma que llevaba en la mano-ahora mismo no me vendría mal una...

Tras esto, salió tras la esquina y se encaminó hacia la escotilla que conducía al piso inferior. Una vez junto a esta se giró de nuevo hacia el muchacho, sin perder la sonrisa.

-Después de usted...-invitó con un gesto de la mano.

William maldijo.

-Estoy con usted, Sir, ahora no puedo echarme atrás, necesito el dinero.

Explicó, nervioso, se pasó la mano por la frente para secarse el sudor y luego sacó un segundo revolver, el cual ofreció a Mirage por la culata.

-Cúbrame.

Storm bajó primero, como buen esbirro. Lo hizo despacio hasta que le faltaran poco menos que dos escalones se soltó, cayendo en el suelo, con un giro raudo, pistola en mano, se giró y comprobó que todo estaba despejado.

Hizo una seña a Mirage para que le siguiera.

Desciende tras el chico y hace girar los ojos, exasperado, al verlo caer. Aquello no augura nada bueno.
A su señal descendió el tramo que le restaba y se asomó por un rincón para mirar a ambos lados antes de pasar al otro lado de la puerta, junto al muchacho. Le resultaba algo incómoda toda aquella quietud.

-La cámara debería estar a la vuelta de la esquina...-indicó en con una voz que casi parecía un murmullo.

Con discrección hizo un gesto al chico para que prosiguese el camino, siguiéndolo bien de cerca...

Ambos llegan a la camara. William abre la escotilla y pasa primero.

Es un gran almacén en la oscuridad. Hay un laberinto de cajas de mucha altura. Mirage se gira y se encuentra con el cuerpo de un hombre de dos metros. Se sobresalta y da un brinco, apuntándolo con la pistola, pero poco a poco baja el arma y se deja maravillar por aquello:

Efectivamente es una figura de un soldado imperial chino. ¡De oro macizo!

La maravilla se rompe cuando varios hombres aparecen armados. Policias.

Sobre una caja, aparece la figura familiar de un hombre. Era relativamente alto, casi tan alto como Mirage. Tenía un traje oscuro pero muy elegante, chaleco, y abrigo de cola, no tenía sombrero, por lo que su cabello rizado y dorado se podía ver.

-Así que, tu eres Mirage. El famoso Mirage.

Dijo el hombre con una sonrisilla victoriosa. Claude lo reconoció al instante: Era su nemesis; el agente  James Harper. El gran Mirage había caido en una encerrona. Otro tipo fue mas listo que él y eso no era facil. Mirage no pudo esconder su sonrisa: habia encontrado un nuevo reto y eso era más valioso que el oro para él.

Sopesó la situación unos instanes, mirando a su alrededor, hasta que se volvió hacia el agente de la Scotland Yard. Efectivamente, exhibía una amplia sonrisa ladina.

-Monsieur Harper...-dijo con voz un tanto sibilante-debo decir que no me sorprende en gran medida verlo por aquí...

Mantuvo la mano de que sostenía la pistola hacia abajo, sujetándola con la mano laxa y manteniendo los dedos lejos del gatillo, para no suponer una amenaza grave.

-Hace ya mucho tiempo, ¿verdad?... me resulta bastante decepcionante verme involucrado en un movimiento tan burdo de sus fuerzas de la ley y el orden... pero la escasez de tiempo y de personal no me permitieron preparar nada más especial, lo lamento...

Hablaba con la cabeza semiagachada, con los ojos entrecerrados y una mano apoyada en su bastón plateado. Cuando se dirigió directamente al agente de la policía, alzó la cabeza y nuevamente le sonrió.

-Pero dígame... ¿cómo supo de mi eventual llegada?

-Por mi Sir.

Dijo la voz del chico joven, al lado de Mirage. William apuntó con su pistola a Mirage.

-Ya ve, señor Mirage. Uno tiene sus recursos.

El agente bajó por las cajas gracilmente, cayendo con ambos pies en el suelo, casi sin despeinarse. Anduvo hacia su enemigo, con las manos en los bolsillos de su chaquetón.

-Sabiamos que el oro era algo que llamaría a varias bandas, dejamos caer a algunos agentes, y el idiota de su amigo se tragó el anzuelo del señor Storm hasta el fondo.

Su mano salió despacio de la chaqueta, sosteniendo un par de grilletes que tintineaban.

-Se acabó, Mirage.

Miró de reojo al muchacho y su sonrisa no hizo más que ampliarse.

-Vaya, parece que esta noche no dejan de surgir nuevas sorpresas sin ninguna novedad...-comentó divertido-aunque confiaba en que ese par de idiotas no lo estropeasen esta vez... por curiosidad, ¿dónde los tienen?

Se giró hacia el muchacho sin prestar atención al arma que portaba y apoyó ambas manos sobre el bastón (la pistola ya había desaparecido poco después de entrar bajo uno de los pliegues de su chaqueta).

-Dígame, Storn, si es ese su verdadero nombre... ¿qué le prometieron?, ¿formar parte del equipo, un ascenso?-Mirage lo estudiaba con una mirada penetrante y astuta-me temo que no es más que otro peón...

Con un ágil movimiento alzó el bastón y golpeó con él la mano del muchacho que portaba el arma, aprovechando el factor sorpresa, para luego deslizarse tras él y rodear su cuello con el mismo mientras con su otra mano lo apuntaba con el arma.

No, el primero, tirada de habilidad, en VA pon 6

-Por honor, Sir, por honor, no podía permitir que alguien como usted robara esto para sus planes.

Responde William, algo titubeante, eso si, quizá quería creerse esas palabras, necesitaba creerlas.

-A cambio de esto seré de nuevo readmitido en el cuerpo como ayudante de Harper.

Mientras charlaban, Mirage hizo una artimaña que le llevó a perder su arma y acabar de rehen, miró de reojo a su atacante.

Un revolver mas grande salió casi como por arte de magia del chaqueton de Harper, apuntando con su oscuro cañon al "malvado criminal"

Los ojos del agente no titubearon. Se mantuvieron firmes, tanto como su pulso.

-Vamos, Mirage. Está atrapado, no puede huir, sus hombre están detenidos, no tiene escapatoria.

Y era así, salvo por la entrada al almacen, posiblemente estuviera sin salida, pero era eso o entregarse.

Miró al capitán de la guardia con su ladina sonrisa inamovible.

-Vamos, Harper, no es esta la primera vez que me desvanezco frente a su inestimable presencia...-dijo divertido-¿acaso pretende arriesgar la vida de su joven ayudante?

Con cada palabra que decía daba un nuevo paso hacia la puerta, tirando del chico, y procurando ocultarse bien tras este para evitar los disparos de Harper y sus acólitos.

-¿Ves, chico?... no les sirves para nada, eres tan solo una marioneta más en sus manos...-le susurraba al joven Storn con aquél tono burlón.

Cuando se vió lo suficientemente cerca (sabiendo que en cuanto soltase al muchacho se asegurarían de acribillarlo para evitar su huida), empujó al chico contra el policía más próximo a él y a la puerta y disparó contra Harper (sin siquiera molestarse en apuntar) una vez antes de salir disparado por la puerta. Era su única oportunidad de salir de allí sin mayores consecuencias...

Harper ordenó el alto el fuego, con el suficiente tiempo como para que Storm no acabara muerto. Más, Harper tenía puestos los ojos en su presa y no la iba a dejar escapar. El agente saltó por encima de un acurrucado Storm como si éste solo fuera un par de cajas y corrió hacia Mirage, justo de frente, éste le metió un pistoletazo, dándole en lla cara, una linea sangrante le surcó la mejilla del polícía.

Mirage tuvo que encerrarse en el interior para no ser capturado.

Aquel lugar era mucho más pequeño que el otro. Estanterías con viejos libros, para Mirage, un tesoro, para otros, algo secundario que exponer con el oro. Tras buscar una salida que no fue encontrada, Mirage se sentó en el suelo abatido: Se pegaría toda su vida en la carcel.

Sus ojos captaron algo que le hicieron dejar de pensar eso y ponerse en pie. Un viejo tomo con letras chinas pero que sorprendentemente pudo entender aunque no tuviera idea de chino:

Grimorio hecho con piel humana.

¡Maldita sea!, con todo aquél desbarajuste había confundido la ruta de salida y acababa de encerrarse él solo... Claude suspiró exasperado. Empezaba a temer que la estupidez de sus "compañeros" se le estuviera pegando... De todas formas mantuvo la puerta cerrada a cal y canto, con el enorme cerrojo en forma de timón que había en el centro girado por completo. Tendría que buscar alguna salida pero, ¿¡cual!?

Al cabo de un rato ya había desistido en buscar salida alguna, aquél sitio parecía sellado por completo, menudo plan de huida... Podía escuchar la voz de su buen amigo James en su cabeza "Idiota, no debíste precipitarte...".
Aburrido, decidió examinar cuanto le rodeaba. Parecía tratarse del resto de artículos y mercancía a exponer en el gran museo. Un objeto en especial llamó su atención. Se trataba de un libro con cubierta de algún tipo de cuero. "Esto no es cuero para nada...", pensó Claude sorprendido al percatarse de lo que se trataba realmente. Ahora estaba demasiado absorto en aquél libro como para recordar siquiera el lío en el que estaba metido.
Sin poder evitarlo, abrió con delicadeza la cubierta del volumen, espectante...