Partida Rol por web

Habíais conseguido lo que habíais ido a buscar, pero a un alto precio, todos estabais heridos, la mayoría andaba a la mitad de su velocidad por culpa del sobrepeso que llevaban por lo que el viaje les ocuparía 8 días en lugar de 4 y estaban sin comidas.

El Padre Odo rezó una plegaria por ellos cerrando un poco sus heridas, pero no era muy efectivo y debían esperar al día siguiente para que volviese a intentarlo.

Una vez nos pusiéramos en marcha todo sería más fácil, o al menos eso me habría gustado decir. El peso adicional no solo nos ralentizó, sino que descubrí por las malas que salir a cazar embutido en una armadura pesada era mala idea. No conseguí comida hasta que casi habían llegado a la ciudad, lo que unido al agotamiento que llevaba me tuvieron todo el camino de mal humor, gruñendo cada dos por tres, y sin cerveza con la que aplacar aquella dura travesía. Una vez más, se hacía evidente que íbamos a tener que comprar una mula si pretendíamos salir de nuevo a otro viajecito como aquél.

Durante su viaje de vuelta el primer día no habían encontrado comida, Magnus consiguió un poco de agua de una planta, la suficiente para beber él y el Padre Odo. Aracsam se acercó a la planta y comenzó a beber con ansiedad, llevaba dias sin beber una gota de agua, al hacerlo se sintió revitalizado, lo malo es que dejó sin beber a Gruk y Lambert.

Gruk encontró en su mochila varias comidas que repartió con el grupo, ¿quién se reiría ahora de él por guardar comida para cuando le entrase hambre?

Gruk se había quedado dormido en su guardia por lo que se había olvidado de despertar a Magnus y la guardia se había roto.

Un murmullo te despierta, ves que Gruk está dormido así como tus demás compañeros, pero ves como el Padre Odo tiene los ojos vidriosos y se dirige hacia donde está Gruk, está buscando el colgante, ves como lo coge e intenta ponerselo

Magnus siente un cosquilleo en la cola.

Empezáis a soñar muy vívidamente. Estáis de pie en un paisaje extraño, retorcido, lleno de formas y colores imposibles. En frente vuestro se encuentra una figura indistinguible. Aunque no podéis ver la cara de la figura, o incluso determinar si es hombre o mujer, podéis ver que este desgraciado está sangrando por varias heridas, y se retuerce constantemente de dolor. Llega hasta vosotros, gritando.

-¡Ayúdame! -con una voz que parece venir de kilómetros de distancia.

Corréis hacia adelante, pero la figura se aleja más rápido de lo que vosotros corréis. No conseguis acortar la distancia. Corréis y corréis durante lo que parece una hora a través del paisaje demente, tratando de alcanzar a la suplicante figura. Al final llegáis a una olvidada torre fortificada negra. Recorréis un camino a través de paisajes estrechos y serpenteantes, hasta llegar a una cripta triste y oscura. En el centro de la cripta hay un sarcófago de piedra de gran tamaño. La figura desaparece en él, y os lanzáis sobre la tapa, sabiendo que debéis liberar a la persona cuyo espíritu está cruelmente atrapado allí

Ves como el Padre Odo consigue coger el colgante y ponerselo, comienza a correr alejándose de donde estás adentrandose en el bosque

- ¡Eh! ¡Padre Odo! ¡PADRE ODO! *grito llamando la atención de los demás*  Ha salido corriendo...! Cogió ese collar y se ha ido... ¿Por que lo haría?

Tras correr sin descanso tras la extraña figura durante un tiempo que se me antoja larguísimo, esquivando ramas de árboles grotescos que se extienden como queriendo atraparme y cruzando un panorama que parecía sacado de la mente de algún demente llegamos a una ominosa torre oscura que nos conduce a una oscura cripta y a un sarcófago. 

¡¡¡Ese pobre hombre está ahí dentro y hay que sacarlo!!! Me lanzo contra la tapa y empiezo a tirar de ella, en medio de una sensación de apremiante histeria, destrozando mis uñas en el proceso.

¡¡¡VAMOOOOOS!!! ¡¡¡GRUK, AYÚDAME, HAY QUE QUITAR ESTA TAPA!!!

Con los músculos en tensión, las venas marcadas por todo el contorno de mis brazos y gotas de sudor resbalando por mi piel, era incapaz por mucho que lo intentara. Aquella tapa era pesada, ni con mi fuerza lograba moverla. La desesperación hacía mella en mi mente, debía hacerlo, pero no podía. Tenía que liberar a aquél hombre, no sabía porque, pero si que debía ser así. Tenía que... Tenía...

Los gritos de Magnus me sacaron del sueño, haciendo que me pusiera en pie con un sobresalto. Aturdido, miré alrededor, tardando un poco en comprender lo que estaba pasando. Cuando lo hice, mi rostro se crispó.

—¿Humano robar collar? —gruñí, enfadado—. ¿Por dónde ir? Gruk recuperar. Amigos quedar aquí.

Cogí el pico únicamente, y eché a correr hacia dónde había escapado. Ahora que no llevaba la armadura —me la había quitado para descansar— y el peso adicional se quedaría en el campamento, no me costaría demasiado alcanzar a un ciego de patas cortas.

_ El Padre Odo nos ha robado... ¿por que habia eso? Gruk, yo iré contigo. Algo ha debido pasarle. Un servidor de Ulrick no se comporta así.

Dice Magnus levantandose.

El silencio del enmascarado fué tan sepulcral cómo siempre, cansado y algo hastiado miró a sus compañeros mientras intentaban abrir aquella tapa, no veía que pudiera aportar mucho, y tampoco es que estuviera de humor para andar llevando a cabo ejercicio físico.

Mientras contemplaba dubitativo lo que estaba sucediendo no podía evitar imaginar la de opciones y razones que podía haber para que el padre Odo hubiera robado semejante artefacto - Es un artefacto del caos, probablemente fuera dominado -  les dijo a sus compañeros en un tono leve sin apenas alterar su entonación.

Los gritos de Magnus alertan a Gruk y Aracsam que despiertan de su sueño, Lambert en cambio sigue durmiendo placidamente, o no tan plácidamente ya que ahora está solo para salvar al hombre de sus sueños.

Gruk corre tras el padre Odo y no tarda en alcanzarlo, cuando lo agarra el padre parece escapar de un trance en el que estaba sumido

-¿Qué ha pasado?

Sujeté al hombre con fuerza del brazo, a pesar de que no era necesario; el sacerdote se había detenido y no parecía decidido a volver a escapar. De haberlo hecho, tampoco habría llegado muy lejos.

—Humano avaricioso robar cráneo —dije señalando sus manos—. ¿Por qué engañar y huir de noche? Deber volver y dar explicaciones.

No era una sugerencia, sino una orden. Sin muchos miramientos empujé al hombre hacia delante para que echara a andar, con cuidado de no tirarle pero sin dar lugar a dudas de que, si no se movía, le llevaría a rastras.

Lambert se había despertado después de que Gruk montase un escandalo y diese voces mientras hablaba con el Padre Odo.

¿Yo he robado el cráneo? No tiene sentido -dice el hombre confuso y horrorizado-. Estaba soñando, aunque era un sueño muy real, iba hacia alguien, alguien necesitaba mi ayuda y me pedía que lo ayudase, era tan real... realmente creí que esa persona moriría si no iba. El colgante es más peligroso de lo que parecía a simple vista... Debéis despojaros de cosas, no podemos ir tan lentos sabiendo del peligro de este colgante, debemos apresurarnos en volver o alguna de estas noches el poder maligno del colgante se saldrá con la suya

Los gritos del ogro consiguen arrancarme de tan desconcertante sueño y consigo arrastrarme de debajo de las mantas para, con esfuerzo, levantarme sintiendo como me duele hasta el último de mis huesos. Definitivamente no estaba en mis mejores momentos. Me estiro notando como las vertebras de mi dolorida espalda restallan, aliviando un poco la presión. Mucho mejor, sí...

Frunzo el ceño al oir al padre Odo. Por las barbas de Manann, que yo he tenido ese mismo sueño y estábais todos conmigo en él. ¿Tal es la influencia de ese maldito objeto?

Volvéis a poneros en camino, cuando estáis en la parte más profunda del bosque el cráneo comienza a emitir un lamento desgarrador.

Ese grito parece atraer hacia vosotros a los hombres bestias, porque en poco tiempo os veis rodeado por cinco hombres bestias diferentes, podéis ver a un bestigors, un centigors, un gors, un ungors y un brays