Partida Rol por web

El salón se está llenando, aunque podría acoger a una multitud mucho mayor. Por ahora observo como los invitados solo van creando pequeñas parcelas ocupadas en un territorio brillante pero desolado.

Incluso en la recargada decoración del lugar los vestidos de las damas resultan llamativos y vistosos. Los hombres, como de costumbre, pasamos más desapercibidos, incluso anodinos. Desde luego mi vestimenta no desvela mucho de mí mismo, salvo por su extrema sobriedad.

Al fin me acerco la copa a los labios y el champagne me resulta extrañamente agradable, el trago se alarga y la copa vacía buena parte de su contenido. Salgo de mi rincón en la sombra y camino despacio hasta una de las barras. Mi copa se posa en el marmol, acomodo minuciosamente los guantes que cubren mis dedos y solo entonces me giro hacia la mujer que disfruta de su bebida de color bermellón, a juego con el tono que cubre sus labios y que contrasta con su piel pálida y sus cabellos claros. Se hace llamar Putada, aunque yo todavia no lo sepa.

Tras mi máscara, mis ojos recorren lentamente el vestuario sensual y la figura voluptuosa de la mujer, hasta que encuentro su mirada bajo el antifaz que le cubre el rostro y allí me detengo.

- Ahora ya sabemos mucho el uno del otro - hablo sin apartar la vista - pues dicen que una máscara revela más que un rostro.

Tal vez después... - hace una pequeña reverencia a modo de disculpa, al caballero que le pedía mano para el baile.

Lentamente, con paso seguro, observa a cada uno de los asistentes, sobretodo a la mujer del vestido negro-rojo corpiño rojo, la de las alas , la chica de la lencería y la del traje blanco, no en el sentido de importancia, ya que en las que mas se fija, son las mujeres de las que no se ha detenido a observar , en lo largo de la noche, le gustaría compartir alguna conversación.

Con su bebida de fresas , se dirige al balcón a disfrutar de la brisa marina en su rostro cubierto, eso olor a sal del mar, la frescura, aun se sentía acalorada.

Mientras disfruto de mi zumito de tomate un hombre se acerca a mí... bueno un hombre... digo lo de hombre porque lo único que se distingue de su faz es la barbilla afeitada... el hombre va absolutamente cubierto por una gran capa oscura y una máscara dorada... Sus palabras parecen haberme leido el pensamiento...

Si eso es cierto, por lo que veo tu eres un hombre muy misterioso e introvertido... ¿acierto?

Si antes hablaba de la película Amadeus ahora tenía delante de mí al Padre de Wolfi.... espero que no fuera como el de la película pues al final Mozart acaba muriendo de locura por la visión del personaje de su padre que se aparece constantemente...

¿Qué te hace pensar que mi disfraz me define realmente? ¿acaso sabes quien soy?... le lanzó el reto a ese misterioso hombre.

 Acerco de nuevo la copa a mis labios y en un instante solo queda el cristal entre los dedos, mientras siento el alcohol descender suavemente por mi garganta con las burbujas haciendo estremecer mi piel bajo la capa.

- Si fuera tan introvertido como dices es posible que nuestra charla jamás hubiera existido, aunque la gente tiene esa impresión, a veces - me detengo otro instante mirándola antes de continuar.- A todos nos define nuestro vestuario, siempre. Al igual que nuestra actitud, las máscaras que escogemos hablan de nosotros por partida doble: por el modo en que nos ocultan y por lo que dejan a la vista de nosotros mismos.

Aunque la cita no es más que una metáfora, en el caso de aquella mujer sin duda resulta cierta por partida doble: el estilo muy particular que ha elegido, que la diferencia del grupo. Y lo que muestra de sí misma, puesto de relieve por su atuendo provocador: sin duda un caracter fuerte y una personalidad intensa.

Llamo al camarero con un gesto mientras sigo hablando con la dama. Parece retarme a adivinar, a describirla... pero en cambio solo digo: - Tengo mis ideas, pero francamente, no me importa tu nombre esta noche. Tampoco te diré el mío, solo soy una Sombra. - Cuando el camarero al fin se acerca pregunto a la joven - Me acompañas? Con un poquito de vodka ese zumo podría mejorarse...

Aquella Ala me sumergía en una especie de baile ancestral, con su ilimitada grandeza que me hacía sentir pequeño, tan pequeño que podía pasar desapercibido por aquella monumental pista de baile. ¿Quizás era esa la forma que quería que nos sintiéramos? Pequeños desapercibidos, sencillos humildes ¿y a la vez pletóricos, especiales y elegantes?

Me percaté de la mesa y de sus condimentos pero no quería empezar a comer todavía me apetecía el champán y así agarré con premura una copa para depositarla en los labios. Mi cuerpo se ruborizó y se relajó, veía todas aquellas siluetas elegantes, esbeltas y a la vez provocativas, y saboreé la bebida mientras mis ojos se posaban en uno y otro cuerpo, que con una reverencia o inclinación de cabeza saludaba si alguna dama o caballero me miraba. 

Me sentía como nuevo con aquella chaqueta de seda fina al tacto y pegada que marcaba mi esbelta silueta, provocando bajo la camisa con unos botones abiertos dejando al descubierto lo que sería una ranura en el pecho. Me sentía eufórico pero me contenía bajo esa copa, dejando que mi cuerpo sintiera las múltiples sensaciones que me transmitía aquella estancia. Para después empezar a degustar de modo provocativo algunos manjares más sinuosos, haciendo que mi boca perfilada por una lengua juguetona dejara entremezclar los fluidos jugos de aquel manjar exquisito que refrescaba mi boca, y me permitía engolosinar los alrededores, dando con mi lengua los últimos lametazos para que no manchasen aquellos fluidos mi ropa de estreno. 

Después me acerqué a la pista de baile después de tomar y depositar la copa de champán en la mesa, para mover al ritmo de la música mi cuerpo que lo sentía ligero, y a la vez tonificado por el deporte del día.

Ya estaba mucho de estar en la pista sin nadie quisiera bailar de los nuevos, me acerque a una chica no porque la ví desde que entro como a todas sino porque me llamaba la atención de una forma o otra necesitaba saber mas de ella. Me acerque a Rosa Carmesí sonriendo como si tan solo mirarla pudiera lograr sacar una sonrisa de mi rostro. Buenas noches mi princesa. Y me inclino como una persona que demuestra respeto. Perdone si moleste o interrumpo se espacio pero no podía dejarla de mirar. Me gustaría poder hablar. Espere su respuesta.

Más invitados se sumaron a aquella fiesta, tal elegante como misteriosa, tarea complicada el saber quién se ocultaba tras aquellas máscaras, algunas más discretas que otras. A pesar del movimiento, en cierto modo reinaba la tranquilidad, y Fantasma, nombre que por el momento mantenía guardado observaba de un lado a otro, quizás por simple curiosidad mientras a su vez vaciaba lentamente la copa que portaba en la mano con infinita paciencia hasta acabarla por completo.

El hombre oculto bajo aquella máscara adornada de plumas blancas se acercó a un lugar concreto de la sala, no le valía cualquiera, tenía que ser ese. Una barra. Una mujer. Un traje rojo. Una máscara dorada. Parecía sola y aburrida, aunque no era más que una mera conclusión, tal vez errónea, tal vez no. Sin embargo si no se atrevía a comprobarlo nunca lo sabría.

Con elegancia fue dando paso tras paso hasta llegar a aquella mujer cuya identidad ignoraba por completo, y también su apodo o como se hace llamar en una fiesta donde los nombres de cada uno no tenían importancia. - ¿Quién iba a pensar que un lugar así organizaría una fiesta de este tipo? - Comentó una vez llegado a su lado para romper el hielo, un tono grave y elegante a su vez.

Apoyó los codos en la barra, ambos, y entonces giró su rostro semicubierto hacía la dama de rojo. - Buenas noches. Espero no importunarla. - Saludó cortesmente aquel hombre como si pidiese permiso para una agradable conversación. 

El hombre que se autodenominó como una sombra rechazó el reto de identificarme... que pena... podría haber sido divertido, de hecho lo divertido de un baile de máscaras es jugar a adivinar quien se esconde tras esa máscara... En lugar de eso me aconsejó añadirle vodka a mi zumito... Vamos a ver, me he pedido un "zumito de tomate", si le hecho vodka deja de ser un "zumito", para pasar a ser un Vodka con tomate... ¿por qué la gente piensa que añadiendo alcohol a cualquier cosa va a mejorar? Me giro para ver al resto de invitados y efectivamente, la mayoría parece que piensan que con sus combinados etílicos son más sofisticados... No es que rechace el alcohol, de hecho me gusta de vez en cuando tomarme mis copas, pero rechazo la idea de convertirme en una "bebedora social"... bebo cuando me apetece, no cuando la situación o alguien me lo impone o sugiere...

Hasta el momento el baile está siendo bastante aburridillo, me esperaba algo bastante distinto... me esperaba una fiesta de disfraces animada y lo que me he encontrado hasta el momento es una pasarela de figurines posando e intentando acercarse los unos a los otros como si estuvieramos en un escaparate... la verdad es que tengo la tentación de acercarme al que pone la música y decirle que ponga algo más movidito... arrancar la cola de gasa y salir a la pista para moverme un poco....

Me acerco a la sombra y le digo... Mírame... Mira mi vestido y mira al resto... ¿crees que tengo ganas de estarme aquí quieta en una esquina bebiendo vodkas? Al resto les gustará permanecer horas recreándose en sus modelitos recargados.. yo he venido cómoda y ligera con ganas de bailar... Si tienes ganas de moverte y quieres acompañarme, vente conmigo... pero te aconsejo que al menos te arremangues la capa o empezarás a cocerte como centollo... le digo al tiempo que le guiño un ojo y me dirijo hacia el centro de la fiesta....

Casi oculto en un rincón de la vasta sala, pero visible a medida que se acercaban los invitados a la pista de baile de esa zona había un púlpito cargado con equipo electrónico, tablas de mezcla, amplificadores y otros chismes que un Dj joven ataviado con un pequeño antifaz daba uso para amenizar el ambiente.

- ¿Que?. ¿Claro, que canción?. Gritaba para hacerse oir y escuchar a la vez ante la petición de canciónes que le llegaban a sugerir.

Fantasia permanecía en el balcón expectante de todo, de momento estaba deduciendo quien era cada persona en la fiesta de disfraces, al parecer habían mas invitados en la fiesta, unos los había llegado a conocer a otros no, pero le gustaría.

Sobre todo a unas cuantas de aquellas mujeres, sobre todo una que realmente le gusto y sonreía. Deseando que se acercara al balcón y emprender una conversación con ella.

Me terminé la copa de champán observando el ir y venir de la gente. La mayoría de las mujeres habíamos optado por trajes de época, más que nada porque quedaban increíbles con estas máscaras que nos habían prestado y ellos con traje también la mayoría.

Me quedé sorprendida de la cantidad de gente que había en el lugar. ¿ Todos estos estábamos metidos en el campamento o eran de fuera y sólo habían venido para la fiesta?

Era el momento de hacer algo o me iba a acabar durmiendo o emborrachando yo sola en una esquina y para eso, una no se molesta en arreglarse tanto, hubiera venido en mi ropa habitual y no de aquella guisa.

Me cogí otra copa de champán.

- Vas a acabar borracha si sigues a este ritmo...

Y con ella, me fui a la pista y me puse a bailar. Al menos parecían haber visto cómo me acercaba a la pista y pusieron una canción bailable.

Aquella canción si que me gustaba, así que animada terminé mi copa y me fui a la pista. Antes de cruzar la distancia que me separaba de la barra de bebidas y la zona de baile miré con ojos de gata a mi alrededor, curioseando si habia algo o alguien que me atrajera de alguna forma.

Quizás si...Pensé con una sonrisa a la vez que levantaba mis brazos y me movía de forma sensual al ritmo de la música. Me dejé llevar de tal forma que entrecerré mis ojos hasta dar con mi espalda sin querer con alguien.

- Perdona. ¿No abré derramado tu copa?. Dije extendiendo mi mano para tocar el antebrazo de ella, disculparme así ante la mujer del antifaz (disfraz1).

Seguí bailando junto a ella y busqué con la mirada quien mas teniamos alrededor.

- Espero que se vaya animando esto. 

Las burbujeante sensación del champán en mi paladar se vio interrumpido por una melodiosa voz a mis espaldas. Placer, uno de los galanes que habían acudido a la fiesta, se había aproximado con galantería y me saludaba de manera caballerosa. - Buenas noches sean también para su persona, bien caballero - respondía su inclinación con una elegante reverencia acompañada de una gentil sonrisa - será un placer contar con su agradable compañía. Una entretenida plática ameniza cualquier velada. Dirijo mi mirada hacia la pista de baile con anhelo, donde varias parejas se mueven al son de una rítmica música, y después a mi nuevo acompañante - ¿os parecería muy descortés si os pidiera que me sacarais a bailar mientras hablamos?

La música empezaba a ser más movida, era evidente que el Dj había cambiado el ritmo al ver que algunas parejas se animaban a salir a la pista de baile...

Bien, parece que esto comienza a despertar... me dirijo al centro de la pista de baile y comienzo a dejarme llevar por el ritmo de la música... cierro los ojos y dejo que mi cuerpo se mueva al compás... giro sobre mis  pies y extiendo mis brazos... en uno de mis movimientos golpeo sin querer con mi brazo la copa de una de las invitadas provocando que esta caiga al suelo y rompa en mil pedazos...

Vaya...perdona, lo siento mucho, ha sido un accidente... ¿si quieres te puedo ir a buscar otra copa?

Tomo mi copa mirándo la fiesta, la verdad  veo que la fiesta se desarrolla como cualquier fiesta nada en especial, me acerco a la pista y me pongo a bailar no sé si estoy siendo arritmico o no pero me dá igual

Con su bebida de fresas , se dirige al balcón a disfrutar de la brisa marina en su rostro cubierto, eso olor a sal del mar, la frescura, aun se sentía acalorada.

Plata mira a la recién llegada al balcón, aunque bajo esa máscara es difícil imaginar que estará pensando, si ese rostro oculto sonrie, se muestra serio o indiferente. 

El apura su copa, pero con calma, saboreando la última gota despacio y se acerca a ella, quien tiene mas cerca. 

- El aire aquí es menos viciado, se puede percibir la bruma del mar. Comenta al quedar en pie a su lado, pero no la mira directamente a ella, presta atención a la pista. Al parecer ha habido varios tropiezos y copas han caido rompiendo y esparciendo cristales.

En varias oportunidad señorita Carmesí el estar acompañado es bueno. Extiendo mi brazo hacía ella para que lo tome y un gesto de sonrisa acuña mi rostro para mirarla a los ojos. Si viniera de vos señorita no sería ningun problema, vamos a bailar y dejar que el momento se detenga para nosotros. Me estaba empezando a gustar este baile y no solo por la comida o bebida sino que la chica me agradaba.

Me acerqué a Disfraz1 y a Putada y empecé a bailar con ellas, alguno de los discos eran para bailar solos, otros baladas y demás que se podían bailar en compañía. De todas formas no quería ser descortés pidiéndole a una el baile así que empecé a bailar con las dos, pero me acerqué más de lo habitual ya que el champán me iba haciendo efecto, cuando para mi decepción me llevé los vasos rotos de la copa que las muchachas echaron por el suelo y de paso también por mi vestimenta, pantalón... allí justo donde estaba, los cristales se rompieron provocando que la pista fuera un peligro para cualquiera. Llamé con un brazo a alguno de los camareros para que se acercara a ver el hecho. Señoras tened cuidado es mejor alejaros un poco estaré aquí para que nadie se acerque, dije en tono normal, esperando a que el camarero barriese la pista, señalé a los demás invitados para que no se acercaran, ahí donde se había producido la rotura.

Mira de una manera bastante seria y extraña a la persona de la mascara plateada.

Así es, me gusta el olor del mar, me trae buenos recuerdos..., además que se esta fresquito, con el calor que hace... - dice respondiendo a aquel hombre.

Al ver que las chicas se animaban a bailar, no pudo evitar sonreir y que se le iluminaran los ojos.

Sin que lo esperara, coge la mano a aquel hombre de la mascara de plata....

Como no vayamos a la pista, nos quedaremos sin oportunidad de ligar con ninguna ¿ no crees ? - dice con una sonrisa cómplice a aquel hombre.. - No podemos quejarnos, las chicas se mueven bien y de manera muy sensual - Fantasia incitaba a aquel hombre a que saliera a bailar, no con ella precisamente, sino con el cumulo de chicas que se estaban juntando en la sala de baile, con suerte, quien sabe, podía acabar muy bien con alguna ella misma.

Apenas llevaba unos momentos bailando yo sola en la pista cuando alguien chocó conmigo y sí, derramé algo del líquido de la copa, pero por suerte no cayó encima del vestido.

- Tranquila. - Respondí a la mujer ( Radiante ). - Creo que es una señal para que beba más despacio. - Mostré una sonrisa ante aquel comentario, pues la verdad es que los que habían organizado aquella fiesta nos podías haber hecho buscar un acompañante primero, porque ir así en frío y sin vaselina...

- Yo también espero que la cosa mejore, porque sino voy a hacer otra versión de Cenicienta y a las doce me voy a dormir, con o sin zapatito de cristal.

Por el momento en la pista bailoteando se estaba bien.

En ese momento, al estar cerca, escuché a pesar de la música cómo una copa se rompía y me di la vuelta. No estaba segura de lo que había pasado, pero casi me parecía que una mujer estaba pidiendo disculpas a otra.

- Hay que ver qué torpes estamos!

Un hombre se acercó a nosotras y se puso a bailar directamente. Por lo que miré a la otra mujer unos segundos.

- Sí, lo normal suele ser ponerse a bailar al lado sin decir nada. Qué campeón!

Tíos raros siempre había en las fiestas, así que tampoco iba a decir nada. Había pasado de estar sola en la pista a estar en un grupo de tres, que ya era algo positivo o eso creía.

Me dio la risa ante las palabras del hombre, por suerte, no podía leer mis pensamientos.