Partida Rol por web

- Hermana, me llevas contigo? Te prometo que me portaré bien.

Rebecca está dispuesta a hacer un esfuerzo sobrehumano para no quedarse sola. Le entra pánico sólo de pensar en que se quedará sola.

Aunque, Rebecca ya se imagina cuál será la respuesta.

Cuando Sarah se gira para hablar con su hermana, descubre que alguien se acerca por la ladera del sur, por donde hacía casi dos días sus parientes se habían ido.

Sin embargo no eran del clan, eran hombres desconocidos. Uno de ellos muy alto y feo, calvo.

Sarah hace un gesto a su hermana para que se esconda.

Alguien viene. - La susurra.

Rebecca se calla de repente y agudiza los sentidos. Y difícilmente se aparta a un rincón y se tapa con la escasa sábana que les queda. Contiene la respiración.

Observáis extrañadas, son cuatro hombres y una mujer. Parecen extraños, pero visten ropas similares a las de su clan.

Uno de ellos se adelanta hacia vuestra posición, como si supiera que estáis ahí.

No te muevas.- Le susurra Sarah a Rebecca.

Sarah se coloca delante de Rebecca y mira a los desconocidos mientras se adelanta un paso. Su mirada es algo altiva y les dice a la defensiva.

- ¿Quienes sois? ¿Que buscais? No tenemos nada...

Una voz de hombre contesta.

Somos del clan vecino. Venimos a negociar un pacto, no venimos a iniciar una guerra...

Poco después observais que se gira a sus compañeros y les dice algo. Todos se ponen muy visibles en el centro de la aldea.

Sal, por favor.

Los hombres os sonríen.

¿Qué clase de hombres dejan a un par de mujeres desvalidas atrás? Han faltado a su honor desde luego.

Me acerco bajando mi arma lentamente pensando en las consecuencias de esta nueva noticia.

Sin duda, la situación es peor de lo que esperábamos. No me gusta, mujer. Llevadnos hasta vuestro refugio y veamos qué solución podemos tomar al respecto.

Archibald se situa tras Stephen intentando no acercarse demasiado.

Sabía que aquí no quedaba nadie mas.

Tu hermana esta enferma? como os han dejado aquí solas y con una de vosotras enferma?

A quien se le ocurre dejarlas aquí solas habiendo demonios por aquí cerca... estos McEnroe son unos cobardes insensibles! maldición! este invierno va a ser mas duro para ellas que para nosotros.

Observa detenidamente a su interlocutora...

No es, para nada, poco agraciada y al haberse quedado aqui con su hermana demuestra coraje.

... y se sonroja visiblemente, por un momento deja de observar el entorno y su atencion se centra en la muchacha, pero rapidamente desvia la mirada y hace como que vigila en prevision a una trampa... que es plenamente consciente de que no sucedera

Las palabras de los dos hombres convencen a Sarah de que sus intenciones no son malas, se aparta un poco y les invita a entrar.

- No podian llevar a mi hermana porque el viaje les retrasaria y al final seria peor, eso fue lo que me dijeron los ancianos de mi clan, mis padres y mis hermanos, a excepcion de Rebecca -con un gesto señala a la pequeña que esta tendida- estan muertos, ella es lo unico que me queda de mi familia, no la podia dejar aqui.

Rebecca asoma la cabeza tras las sábanas, al ver que su hermana deja paso a los desconocidos.

No os preocupéis pequeñas, ahora estáis bajo la protección de Stephen McDonaughey.

Me acerco a las chicas enfundando completamente mis armas, aquí no nos van a hacer una emboscada.

La situación es grave desde luego, si incluso los McEnroe han abandonado a sus tierras no podemos esperar obtener ayuda de nadie. Tenemos que decidir qué hacer.

En silencio, me acerco detrás de mis dos compañeros y examino la situación. Veo que las dos jóvenes no tienen muchas posibilidades de supervivencia allí solas. No sera bueno dejarlas. Afortunadamente, por el tono de mis compañeros, voy comprendiendo que no las van a dejar abandonadas. Algo que me hace asentir satisfecho. Veo también como mis compañeros enfundan sus armas. Por tanto, yo presto toda mi atención a mi entorno por si aparecieran algunos de estos demonios. Pues me parece necesario estar prevenido por lo que pueda pasar.

Un pájaro de los demonios sobrevuela la aldea de los McEnroe. El ruído es ensordecedor.

PAsa de largo, dirigiendose hacia la cúpula de los monstruos.

Para Sarah y Rebecca hacia donde han ido los del clan.

De pronto, se escucha en la lejania un aullido que yo ya conozco. Instintivamente, me agacho pues el aullido, crece en intensidad. Sobre nosotros aparece uno de los extraños seres voladores de los demonios. Mientras nos sobrevuela como si fuera un buitre, yo miro hacia atras para ver que es lo que hacen mis compañeros. Y, cuando ha pasado de largo. Yo me alzo y digo. ¡Davay, davay!. ¡Eso malo!. Ir casa. Y acompaño mis palabras con un gesto de la mano con la esperanza de que todos entiendan lo que digo.

Archibald mira al cielo otro de esos pájaros de los demonios al oír a Omigo Archibald se dirige a Ewan

Ayúdame a hacer unas parihuelas para la enferma no podemos dejar aquí a las mujeres se vuelve a las McEnroe y dice

Os llevaremos a nuestra aldea, no os podemos dejar aquí con esos demonios rondando ese pájaro va en la dirección de su guarida si vienen aquí estáis perdidas luego reflexiona aunque en nuestra aldea no tenemos mucha comida... este invierno vamos a ir muy justos, pero al menos estaréis protegidas

Archibald esta mas atento de lo normal con esas mujeres... especialmente con Sarah