Partida Rol por web

Kerr pone cara de comprender lo que Schyferr le está contando. Aunque al final se le queda en una mueca extraña.

Tal vez tengas razón. Con eso de ser listo y tonto a la vez. Pero también con lo demás. Aunque ... ¿por qué no hacemos como que seguimos bebiendo nuestro kerbanko y cuando tengamos la ocasión seguimos a Sarreck para saber qué se propone?

Asiento a Kerr

Me parece buena idea. Tampoco está de más saber que traman estos dos.

El camarero les trae una jarra de licor, mientras les cuenta un mensaje.

La dueña les invita y quiere hablar con ustedes mañana si pueden aquí en el bar.

Se va dejando la bebida.

Por la puerta de la cantina aparece Terl.

Parece contento. Al ver a los dos psyclos se sienta junto a ellos.

Schyferr, deberías curarte esa herida del ojo. Tiene mala pinta. Tal vez lo pierdas.

Al oir a Terl, me llevo una mano al ojo de forma instintiva

Si, tienes razón. En cuanto salga de aquí iré a la enfermería a que le echen un ojo, jajaja

Se ríe de su propia gracia.

Lo cierto es que son bastante escurridizos estas ratillas. Es peor que intentar matar a una mosca con palillos

EL camarero sirve una copa a Terl de su licor preferido y no le paga, por supueto.

Un mecánico entra en la cantina buscando a alguien. Tras unos instantes observando se dirije a la mesa de los tres "socios"

Vosotros dos. Dice señalando a Kerr y Schyferr. - Habéis hecho viaje a la cúpula del este.

Espare respuesta y parece algo enfadado.

Lanzo una mirada furtiva a Kerr antes de contestar

Si, ¿Algún problema? ¿ni siquiera podemos disfrutar de un trago después de pisar ese apestoso lodazal?

¡Por supuesto! - Grita el mecánico. - En el hangar no estamos para tirar la basura que os encontráis por ahí. Si os gusta cazar esas repugnantes criaturas no las dejéis en las lanzaderas. Hemos tenido que descontaminar toda la lanzadera y la zona. Ya hemos entregado un informe al respecto. No somos vuestras chachas.

La expresión del mecánico es realmente amenazadora, está realmente enfadado y mira con desprecio a Schyferr, pues le ha contestado a su modo de ver de mala manera.

Al entrar de nuevo, lo primero que escucha Sarreck son los gritos del mecánico cabreado.

-¿Qué demonios está pasando aquí? -dice seria al llegar a la mesa donde había dejado a Schyfer y Kerr-. No quiero jaleos aquí dentro, ¿entendido? Me traen sin cuidado vuestros problemas personales -dice sin inmutarse mirando al operario que estaba armando escándalo y señalándole con la mano la puerta de salida.

Dando un trago a mi bebida

Entonces, si ya has emitido un informe ¿por qué  carajo vienes a tocarnos las narices? sigue haciendo tu trabajo que nosotros intentaremos hacer el nuestro.

Dejando la bebida en la mesa, me inclino un poco hacia delante

Y tranquilo, que si alguna vez encontramos algo más en la nave, iremos corriendo a "emitir un informe"

Digo con un claro rintintín

Al escuchar la ofensa y el gesto del operatrio de mantenimiento, el mecánico alza la mano para golpear al enorme Schyferr.

¡Hijo de una metarroca!

Terl saca tranquilamente su pistola láser.

El mecánico golpea a Schyferr en el pacho con furia, pero el enorme psyclo herido en su orgullo por le herida en el eojo, no se amilana y lanza un fuerte golpe al mecánico, que sale volando por encima de las mesas.

La cara deformada del mecánico por el golpe cae sobre el piso, dejando un rastro de sangre negra sobre su recorrido. No parece moverse, pero el golpe de Schyferr al levantarse y golpearle, ha sido de gran furia.

El jefe de seguridad se levanta y comprueba el cuerpo del psyclo caído.

¡Está muerto! - Mira a Sarreck. - Dejas entrar a cualquiera. Ja, ja. Ríe abiertamente.

Se gira algo más serío a Schyferr.

Tú le has matado. Tu llevale a los depósitos de traslado. Dentro de dos órbitas enviaremos mineral a Psycho. - Mirando a Kerr. - Ayúdale.

Terl se va de la cantina, sin pagar como siempre.

Cabreado por no poder acabar mi cerveza, me levanto dando un último gran trago antes de acarcarme al cuerpo y, mirando a Kerr, le agarro metiendo mis brazos por debajo de los suyos y levantando el torso y la cabeza

Vamos Kerr, siento haberte agüado la fiesta.

Para cuando sarreck quiso hacer algo, le escena se había llevado a cabo. Un gruñido fue todo cuanto pudo decir.

-Os he dicho que no quería jaleos, ¿qué parte no habéis entendido? -les dice cabreada-. Deberías controlar un poco a tus bestias. Al Jefe no le gusta perder personal sin motivo alguno -le dice a Terl después de que éste se burlara de ella.

-Vamos, sacad a esta escoria de aquí -les apremia aún con el semblante serio. Después se va detrás de la barra y se sirve una jarra de cerveza.

Terl no dice nada, solo se ríe y se va del local.

Kerr y Schyferr se van a hacer loq ue les han ordenado. Dejan el cuerpo del mecánico en la morgue y se van a descansar.

Mientras Sarreck hace lo propio, tras recoger la cantina con ayuda de sus tres empleados.