Partida Rol por web

este...hombre como lo llamais lo hemos encontrado cercano a las tierras de los demonios que hemos visto

Y tras detallarlo de arriba a abajo digo Ha demostrado ser un gran aliado, pero uno nunca sabe que esperar de forsteros y mucho menos como este

Ewan estaba ansioso por probar la comida alli servida delante de el, por desgracia sus maneras ya gustaban poco a los ancianos y prefirio esperar a que ellos dieran permiso.
Momentos antes la vision de su religioso compañero recitando una de sus ya mas que usadas notas se esfumo, como lo hace una brisa mañanera tras el primer rayo del sol entre las humedas nubes, al ver la cara de incredulidad del barbaro invitado y una ligera sonrisa de picaro se dibujo en su semblante.

Al escuchar las palabras del sabio el cual, ya habia dictado sentencia sobre sus acciones, una nueva rabia invadio el corazon del nervioso muchacho y hubiera explotado si no fuera por que en ese momento dio permiso para comer y su boca estaba llena y ocupada de manjares.

Tosio un par de veces y acompaño esa seca tos con buen vino y agua para bajar la comida que sus dientes no masticaba tan rapido como el desearia.
Entonces alzando un trozo de carne con su mano derecha para pedir la palabra, el conocido como McDoll se adelanto a hablar y prefirio ocupar su boca nuevamente con comida en vez de palabras, por respeto a quien mas de una vez se rio de sus "locas" aventuras, segun muchos habitantes de ese mismo pueblo.

No tardo demasiado en hablar, fue sincero y directo, eso es bueno, pero McTreat penso que aun no era suficiente.
-Sfi...sif--Dijo al fin aun masticando.-Perof este...nañññ.. este hombre, me salvo la vida como ya creo haberlof... haberlo dicho delante de todo el pueblo.-Nuevamente de su escasa barba resbalo algo de agua, al beber de una jarra cercana para poder tragar con rapidez lo que aun masticaba y poder hablar con mas respeto al anciano.
-Este hombre aqui presente, que se hace llamar Omigo o al menos eso creemos, salio de la ¡GRAN!...-Y acompaño la palabra con un gesto con ambos brazos dibujando un circulo en el aire que por poco golpea el suave rostro de Linda-...Esfera, el nido de la enorme bestia de extraño color, voladora. Y de alli tambien salieron esos seres tan grandes como los demonios de las historias y tan fuertes que tenian el mismo poder que un dios, hacian rugir el cielo y lanzaban rayos... ¡Si! rayos por sus manos-Enfatizo. Tras lo cual hizo una leve pausa para volver a sentarse pues, de la emocion de contarlo se habia levantado y ahora trataba de tragar saliba y volver a serenarse.-Todos lo vimos, mataron a nuestras reses pero no a nosotros, porque estabamos ocultos, yo hubiera muerto de no ser por el.-Golpeo entonces el estomago rechoncho del extranjero dedicandolo una sonrisa-Tambien me dijo que era una especie de granja, pienso yo, pues insinuo que ellos comian humanos, tal vez su tribu esta aun dentro de ese gran nido o ya hayan sido devorados.-Miro a todos en ese momento, asustado, intentando trasmitir su propio miedo a la vez que extraña curiosidad-¿Se da cuenta ahora venerable anciano? Yo no le menti cuando les conte mi encuentro con el ser de la cueva, era el mismo que los que vimos al encontrar nuestras vacas, ¡Los mismos de los que el huia! Que piensa ahora anciano. ¿Tiene que creerme, verdad? Linda ya se lo a dicho, todo es cierto.-Resoplaba mientras sus manos buscaban nerviosas donde posarse, se denotaba que estaba nervioso a la vez que excitado.

Con cierto estupor miro a mi alrededor. No logro entender lo que dicen estas gentes. Sin embargo, el aire en la choza es cálido, todos alrededor han empezado a coger algo de comida.

Mi mano se adelanta lentamente mientras mis ojos se desplazan de un lado a otro. Finalmente mis dedos notan el cálido tacto de la carne asada. Con un gesto rápido me aferro a un trozo de carne y rápidamente me lo llevo a la boca.

El sabor es delicioso, tal vez sólo sea por el hambre.

Levanto mi mirada, y con aspecto de hacer un brindis con un trozo de carne alzo mi brazo y digo sonriente:

-Omigo,...Lincherlo!

El silencio de unos segundo me obliga a bajar el brazo, intento mantener una sonrisa forzada. En voz baja digo en tono de pregunta:

-¿de nada... Gracias?

Una risita nerviosa se me escapa:

jiji....ji.....jiiiiiiiiiiiii

Mientras degustaba la comida de los platos, Stephen miraba con temor al anciano que los observaba con mirada severa.

Por una vez debo dar la razón a McTreat, todo lo que ha relatado es cierto. Esas criaturas horribles son las culpables de todos nuestros problemas con el ganado. Debemos estar prevenidos por si volviera a ocurrir lo mismo, aunque no sé como podríamos enfrentarnos a esos demonios. Son tan grandes como dos de nosotros uno encima de otro, y poseen extraños poderes como si tuvieran el poder de las tormentas en sus manos.

Por eso, quizás el extranjero que ha logrado escapar de ellos puede sernos de gran ayuda para entender como enfrentarnos a esos seres, o bien como evitarlos.

El anciano tras escuchar cuidadosamente los relatos de cada uno de los comensales, incluido la de Omigo, se levanta dejandon de comer.

Sin duda habéis estado apunto de morir, eso es cierto, lo que me preocupa es donde lo habéis encontrado. El clan rival de las montañas del sur, es el dueño de aquella zona de la estepa. Tal vez ellos hayan sido devorados por estos demonios.

Os pido una vez más y viendo que los dioses os han protegido, que vayáis a la aldea del clan McEnroe, bajo su protección, y verifiquéis mis temores.

El anciano hace un gesto para que os mantengáis comiendo mientras él se retira.

Saldréis mañana, llevaros cuanto necesitéis de armas y comida. Nadie del poblado podrá negaroslo. Si los McEnroe han sido exterminados tal vez sus vacas no ayuden en este invierno tan duro que se avecina.

Mc Treat se mantubo sentado no sabiendo donde colocar sus nerviosas manos, pues aun parecia que quisiera seguir comiendo, pero sabia que mientras el anciano hablara era mejor no hacer otra cosa distinta a escucharle.

Una vez hubiera terminado de hablar, el nervioso personaje miro a los ojos a cada uno de sus compañeros, con un extraño brillo en los suyos, una extraña mezcla entre excitacion, por el nuevo viaje que les aguarda y temor, por lo que pueden llegar a encontrar.

Sin obtener una respuesta similar a la suya, Treat chasqueo la lengua algo resignado y no tardo en coger de nuevo algo que llevarse a la boca y masticar con energia mientras su lengua degustaba todos aquellos sabores. Desde luego el no solia cocinar ni la mitad de bien que lo hacian las mujeres de su aldea y no tenia suerte en comer de esa manera, sin contar cenas o celebraciones.

Estuvo poco tiempo mas callado, solo hasta que su boca estuviera lo suficientemente vacia como para no escupir la comida al hablar.
-¿Bienf, entoncesf, que hacemosf compallerofs?-Trago entonces aquello que masticaba para poder hablar con tranquilidad.

-Parece que nos a tocado vivir otra aventura en pos de nuestra supervivencia... Creeis que estara bien, ¿Robarle las reses a nuestra tribu vecina?-Ewan nunca a visto otras tribus como enemigos, pues piensa que todo el mundo con la paciencia suficiente pueden llegar a ser grandes amigos.-Creo que va a ser una buena experiencia y ademas tendremos un divertido guia, ¿Verdad Omigo?-Golpeo el hombro del extranjero con una sonrisa manchada de salsa y carne.

Volvio entonces a callar sin perder su extraña mirada buscando un nuevo sabor que inundara su paladar.

McDoll termino de comer silenciosamente sin hacer caso de la marcha del anciano luego se volvio a sus compañeros

McTreat no se trata de robarles comida sino de comprobar si los McEnroe siguen vivos o no... si siguen vivos podriamos negociar con ellos alguna clase de acuerdo, esos demonios podrian atacarnos y es mejor estar unidos para enfrentarnos a ellos... tengo la sensacion de que a la larga tendremos que enfrentarnos a esos demonios, y cuantos mas seamos mas posibilidades tendremos de ganarles

a quien quiero engañar nos masacrarian, pero al menos nos llevariamos a algunos con nosotros

yo voy a preparar mis armas y suministros... y a emborracharme antes de partir mañana... miro a sus compañeros a los ojos y con gesto duro les dijo os sugiero que descanseis y de que consigais armas extra... yo voy a hacerlo...

Mcdoll se levanta y añade con una sonrisa de oreja a oreja
y a emborracharme, claro y se dirige con paso decidido a su cabaña, una vez alli prepara sus armas coge un par de dagas extras y prepara algo de comida en una mochila, si hace falta mas lo cazaremos añade lentamente el equipo de caza y luego se dirige a su reserva de whisky y empieza a vaciarla pensando en los demonios que vio en aquel valle y en la manera de derrotarlos...

La cena termina poco a poco, mientras todos se ponen en pie, se preguntan que hacr con el recien llegado.

Omigo debe pasar la noche en algún lugar.

cuando Archibald ya estaba empezando a notar los efectos del whisky unos golpes en la puerta de su cabaña le despertaron

maldicion quien sera? LARGO!!

los golpes se repitieron y Archibald se levanto (a duras penas) cogio un cayado y se dirigio hacia la puerta y la abrio violentamente mientras decia

sabeis que no me teneis que molestar la noche antes de salir de caza malditos idio...

alli estaba Omigo que le sonrio y le dijo:

Omigo! Omigo! y hacia gestos de cansancio y le señalaba a el Da? Archibald se asomo y miro en todas direcciones, era tarde y no habia nadie andando por ahi

mmm mañana matare a Mctreat y a esos idiotas mira que dejarle solo en una noche como esta...

le hizo gestos de que entrase tiro el cayado en un rincon y cogio una manta

pasa pasa te dare una manta y puedes dormir... eee alli, en aquel jergon de paja, era de mi hermano sabes? bah, no me entiende

Omigo vio el whisky y se dirigio hacia el. Archibald le cogio por la ropa antes de que pudiera cogerlo y le dijo con cara de pocos Omigos

Omigo, es de mala educacion coger el wishky de alguien sin que te lo ofrezcan

Omigo le miro con cara de frio y dijo Omigo? Frrrrio

Archibald, resignado, alargo la otra mano hacia el whisky y se lo ofrecio

Maldita sea!! como se lo digas a alguien te mato entendido? y acompaño las palabras con gestos muy explicitos... algo en la expresion de Omigo le dijo que lo habia entendido. luego Archibald se dirigio a su camastro y se acosto... antes de dormirse oyo a Omigo decirle Spasivo... eee grracias

Archibald sonrio bajo la manta... pero no contesto te estas haciendo mayor Archibald y te estas ablandando

y quien va ir a negociar Archiwald ,porque yo no pienso ir a negociar con esas bestias hasta que no sepamos sus intenciones,bueno me voy a casa ya esoty cansanda y quiero ver a mi padre vosotors quedaos y emborracharos hasta el amanezer salgo y me voy a mi casa a descansar

Stephen caminaba pesadamente hacia su cabaña, arrastrando los pies tratando de ahuyentar sus miedos y temores de su cabeza.

Los McEnroe, esos canallas, seguro que estarán bien alimentados en su aldea. Nunca me han gustado, seguro que nuestro viaje es en balde. No compartirán ni las boñigas de sus vacas con nosotros. Pero y si están los demonios...dioses no quisiera volver a verlos en mi vida...

Llegó a su cabaña y apartó la cortina que hacía las veces de puerta. No era una vivienda grande, pero era confortable a su manera. Recorrió con la vista los objetos que había diseminados allí. Ahí estaba, la herencia de sus antepasados, la espada de su padre.

La tomó en su mano, sosteniéndola durante unos segundos mientras musitaba una plegaria a los dioses. Después con sumo cuidado la puso junto a su mochila. Después fue a por las provisiones, algunas vendas, y pequeños utensilios que le servirían en el viaje.

Una vez acabada la tarea, se dirigió a su jergón de paja y se recostó. Tenía que dormir, le esperaba una dura jornada, pero antes dejó que el cálido whisky se deslizara por su garganta.

Sentado sobre mis rodillas, me arrasco suavemente la barriga, con una sonrisa en la cara mi rostro mira auno y a otro mientras hablan. Cada vez que oigo omigo mi cabeza cree entender algo agradable y alzo la copa para beber profusamente de ella.

Observo como la gente comienza abandonar la cabaña, yo permanezco en mi posición. "Espero que me dejen un techo donde pasar la noche"

Aunque el mundo comiemza a balancearse a mi alrededor por el extraño brevaje (whisky) aún me quedan fuerzas para entonar una vieja canción rusa. Mientras canto intento incorporarme, pero mis piernas me avisan de que sentadito estaré mejor.

Sin concluir la ultima estrofa mi cuerpo se dobla irremediablemente hacia atrás, la copa se resbala de mis manos y mis ojos se cierran. La postura que adopta mi cuerpo es extraña, inesperada, con un ligero resoplido y un breve ronquido llego al mundo de Morfeo.

Todos se van a dormir. McDoll lleva a cuestas al extranjero hasta su cabaña, para dormir como buenamente pueden, mientras los demás duermen ya a pierna suelta.

El único gallo que tienen en la aldea avisa de la llegada del amanecer. Los viajeros se levantan a duras penas, el banquete y el alcohol de la noche anterior les tiene enbotados, en particular a Omigo y McTreat, que sufren una horrible resaca.

Pronto se ponen a punto para partir.

Todo el poblado, niños, mujeres, ancianos y los varones se han levantado para desearles buen viaje. Sabedores que de su éxito dependen también sus vidas.

El anciano les dedica unas palabras de las que Omigo no entiende nada, para variar, e inician el camino al sur hacia el poblado McEnroe.