Partida Rol por web

Empezáis oir algo al otro lado de la puerta de la cocina... Parece alguien tratando de gritar, pero no vocaliza... no entendéis lo que dice... No estáis solos

Chico, no te muevas y todo irá bien... le digo de forma tranquilizadora mientras miro a mi alrededor.

Algun utensilio utilizable para cortar los alambres?

Pienso por unos momentos hasta que le digo a mi compañero:
Si tienes alguna idea solo debes abrir tu boquita, dudo que prefieras morir a clavarte estos espinos... digo algo nervioso por la situación.

Shaka observa tranquilamente como su compañero ha logrado liberarse. Parece que realmente está en su misma situación, y es real... no es una pesadilla. Es por ello, que hablando pausadamente ante sus fracasos para liberarse, e intentando hacerse el menor daño posible, le dice:
- Intenta... buscar... algo... en los cajones... de la... cocina... un cuchillo... algo... parecido

Parece que Shaka no tiene suerte y no consigue desatarse como Marcos. Al estar unidos con el alambre, el margen de movilidad de Marcos es bastante limitado, aunque sí puede alcanzar algunos de los cajones de la cocina. Al abrirlos hay distintos cuchillos, cualquiera de ellos sirven para ayudar a Shaka. Parece que a la persona que os ha hecho esto no le importa demasiado que tengáis acceso a ellos. Extraño...

Al ver que mis brazos alcanzan los cajones no pierdo tiempo en hacerme con el cuchillo más afilado que encuentro. Sin mover demasiado mi cuerpo, lo retiro y paso a intentar ayudar a mi compañero, no sin antes avisarle de que se mantenga quieto.

Con el cuchillo consigues cortar las cuerdas que ataban a tu compañero sin ningún problema.. Ahora solo os queda deshaceros de esos incómodos y peligrosos alambres..

Los alambres no ofrecen muchas dificultades y se desprenden de mí sin dejar huella.

Pero de que mierda estará hecha todo esto...
Mira a su compañero fijamente.

Shaka parece no tener tan buena suerte como Marcos y se hace un corte algo más profundo en el lateral de su cuello, sangra bastante pero no parece demasiado peligroso.

Shaka observo el rasguño de su cuello. No parecía muy grave, pero estaba sangrando. Ahora, libre, podía hablar bien sin temer ningún rasguño:
- ¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?- dijo de repente, interrogando a su compañero- de todas formas, parece que estamos juntos en esto. Será mejor que no nos ocultemos nada y que colaboremos. Esto no me gusta nada. Coge un cuchillo, o algo. No me fío de lo que pueda suceder aquí, y salgamos de la cocina, a explorar la casa con cuidado...
Dicho esto, cogió entre los cajones de la cocina algún cuchillo, y se dispuso a salir de ella, con cuidado, observando todo a su alrededor...

Shaka con sus nervios abre los cajones y coge un par de cuchillos de cocina de los cajones y se dispone a salir de la cocina...

Al ver la avalancha de preguntas solo me pongo de los nervios, callo durante un segundo y tomo aire en profundidad:
Mira, tío, no tengo ni idea de donde estamos pero no quiero que nos cojamos demasiada confianza, solo te pediria que confies, que somos dos y no sabes el porqué lleguemos aquí, aunque ni de coña somos compañeros... intento tranquilizarme aunque me cuesta y decido tomar asiento un instante.
Que coño quiere decir ese jodido número que llevamos? pregunto recordando lo visto diez minutos atrás.

Con los nervios también te apresuras en coger un par de cuchillos y sentarte a pensar durante unos instantes...

Mientras os preguntáis por qué estáis en ropa interior. Ni siquiera es vuestra ropa interior.. sino unos calzoncillos y una camiseta blanca de tirantes, los dos vestidos totalmente igual... solo esas dos prendas y descalzos. Y esos números... 3 y 6... ¿qué querrán decir? mientras estáis embobados intentando analizar la situación volvéis a oir algo al otro lado de la puerta, como alguien tratando de gritar..

Shaka escucha de nuevo unos ruidos cerca de la puerta. Parece alguien tratando de gritar... es algo extraño.
Además, justo ahora se ha dado cuenta de que va en ropa interior. Su potente miembro viril se marca demasiado, y es algo que no le hace mucha gracia para la situación que están viviendo. Pero ante todo, vuelve a hablar con su compañero:
- ¿El numerito? Presiento que nos sabrá poco para saberlo, y no será nada bueno...- dice escéptico- y aunque no seas mi compañero, la confianza en estos momentos, es fundamental, me temo que si no confias en mí...
Y tras decir eso, Shaka hace un signo con el cuchillo y suelta una risita.
- Lo siento, esa broma no ha sido muy apropiada para el momento en que estamos...- y de nuevo, Shaka recobra la compostura y la seriedad.
Es por eso que ahora le hace un signo a su compañero para que le cubra las espaldas, mientras va abriendo la puerta de la cocina, lentamente, para descubrir con que se van a encontrar...

No me niego en cubrirle mientras él sigue con su operación. Tan solo me atrevo a susurrar:
Confío en tí...

Al abrir la puerta de la cocina veis el salón...