Partida Rol por web

Al ver que no tendrán "competencia" con los españoles Facu se siente algo más tranquilo, por lo menos no se pelearán por los mejores lugares ni por las "primicias" que se pudieran suceder

Sin embargo ni tiene tiempo de comentarlo con sus compañeros cuando comienza el recital. La verdad es que a el no le gusta demasiado, pero acostumbrado a disimular ante las cámaras, en su rostro no se nota ese hecho. Simplemente se mantiene atento a la reacción del público ante ambas bandas, tratando de darse cuenta de como reaccionan ante las canciones

Quizás antes ir hacia la casa, puedan hacer un par de notas adicionales y quiere tener claro el tipo de preguntas que deberá hacer. Las caras del público serán un buen termómetro respecto a eso.

El público parece mansamente dividido respecto del concierto. Unos, los más jóvenes y de aspecto más radical, se limitan a sentarse en los bancos del parque o en la hierba y beber cerveza o vino mezclado con coca cola. Simplemente están a lo suyo, escuchando el conciertos, pero no entusiasta. En cambio, la gente de algo más de edad, sobre todo treintañeros y cuarentones, están disfrutando de la música, bailando o simplemente escuchando en la plaza, de pie y aplaudiendo. Las versiones castellanizadas de Springsteen o Elvis las disfrutan bastante.

Ernesto había permanecido al lado del equipo unos minutos. Luego, con el rostro contraído por algún motivo, había empezado a rondar por los alrededores mirando con atención las diferentes reacciones. No parecía conformarse con una mirada desde lejos, desde una posición privilegiada: prefería hacer investigación de campo. Ernesto siempre había estado convencido que si no habías estado ahí, no podías hablar con propiedad.

El que no estuvieran los otros le había dado una mala espina que sólo podía adjudicar a su experiencia en el ámbito. Le había inquietado profundamente aquella desaparición. Ernesto consideraba que una interrupción así, rompiendo de esa manera el método periodístico, sólo podía significar tres cosas: o habían recibido una noticia muy buena y habían abandonado esta, o habían recibido una noticia muy mala y habían abandonado, o les había sucedido algo. Ninguna de las tres opciones le dejaba tranquilo de ninguna manera, y la posibilidad de que la noticia buena pudiera ser que estaba sucediendo algo en la casa le tenía fastidiado. Lamentó no haber pedido a Henar un número telefónico para comunicarse, ni ser capaz de saber a ciencia cierta si los de la Televisión Española se habían desplazado hacia allá.

Molesto, desencantado con su propio instinto de salir corriendo a ver, más propio de un periodista de guerra o un amarillista que de un redactor como él, Ernesto volvió junto con Facundo, Frantisek y Raúl. No quería acercarse a Diego, porque sabía que había que mantener el mayor silencio posible cuando se estaba cerca de la cámara grabando. Sin embargo, le hizo una seña, y si el camarógrafo la veía a tiempo, iba a poder participar de sus palabras. La música sonaba a sus espaldas, pero la voz de Ernesto sonó extrañamente más allá de todo ello.

- No me gusta nada que los de la Televisión Española se hayan ido. Estos gallegos son muy metódicos y no creo que hayan improvisado ninguna cosa rara a menos que haya pasado algo que valga la pena. Sería muy jodido que esté pasando algo en la casa esta, y que nosotros no nos hayamos enterado.

Miró a Frantisek y a Raúl. Frunció los labios al recordar el incidente del asistente con el registro, y por un momento se quedó sin nada para decir.

- Iba a decirles que fueran ustedes a ver a la casa, aprovechando antes que termine el concierto, pero Raúl tuvo problemas con el registro y no quiero saber nada con la Guardia Civil llevándoselo. Suficientes quilombos hasta ahora - sopesó la idea, mirando al escenario - Frantisek, ¿vos manejás?

Diego, con los ojos clavados detrás de la cámara nota con el rabillo de este los gestos de Ernesto para llamarlo, se levanta no sin antes fijar la cámara para que no la mueva el viento, y se acerca al grupo
-Y porque no vas vos Ernesto?? Si para hacer entrevistas rápidas y poco claves no se necesita tanta supervisión y lo hemos echo ciento de veces

Facundo está a punto de hablar cuando escuchas las palabras del cámara y, por un instante, un gesto de contrariedad se dibuja en el rostro. Racionalmente está de acuerdo con las palabras de Diego, pero no le gusta la idea de coincidir, públicamente, con el. Sin embargo, menos le gusta llevarle la contraria a Ernesto, por lo que comenta, intentando no comprometerse

- Si, acá podemos arreglarnos solos, de hecho supongo que tocarán un rato más y no podremos hacer nada más que filmar el concierto hasta que terminen... La verdad es que no creo que haya pasado nada en la casa, pero si estarás más tranquilo podés ir vos. Seguro que está vacía. Te quedás tranquilo y volvés. Cuanto podés tardar? Cinco, diez minutos? No creo que el concierto termine tan rápido -

Tras pensarlo un momento agrega - De cualquier manera es solo echarle un vistazo. Si realmente pasa algo deberíamos ir todos para poder filmar. Me avisas al celular y nos preparamos para subir a la combi lo más rápido posible. Pero te repito, no creo que haya pasado nada. Entre nosotros, esto es una boludez total - agrega demostrando, finalmente, que más allá de que cumple sus tareas con eficiencia no está en nada convencido de que exista algo extraño en el lugar - Sacate la duda y volvé. Por cinco minutos no pasa nada -

Ernesto no parece muy convencido, ni siquiera con sus propios planes. A las intervenciones de sus dos subalternos, responde con una idéntica fruncida de labios, que denota una profunda reflexión frente a un abanico de posibilidades igualmente catastróficas. Los mira atentamente, por espacio de unos segundos, y parece tomar una decisión que no lo deja de ninguna forma satisfecho.

- Bien. Frantisek, por favor vení conmigo. Ustedes tres, quédense acá con el concierto y si quieren, vayan ubicando gente para hacer un par de tomas post-música. No creo que tardemos más de diez minutos, si está todo en orden. Si pasa algo, me comunico o con vos al celular, o con vos al "jandi". ¿Tenés el tuyo encima, Frantisek?

Con esas últimas indicaciones, Ernesto empieza a buscar las llaves de la camioneta para dirigirse a ella, e ir sin más a la casa.

El profesor estuvo un instante meditando ante la corazonada de Ernesto, no parecía muy sostenible. Así que se encogió de hombros y se encaminó a seguir a Ernesto. Palpando su abrigo, finalmente encuentra el bulto del "jandi".

Sí, lo llevo. - Al bajar de la plataforma ve el bar a otro lado de la plaza llena de treintañeros bailando y gritando. - Ernesto, espere un instante, si no hay nada en la televisión local, es que no ha ocurrido nada en las cercanías importante. Por lo que pudiera ser la casa.

Al acabar de decir esto gira su orientación y cruza la plaza hacia el bar. Sin esperar la conformidad de Ernesto.

Frantisek entra en el local, ahora totalmente vacío aparte de por una joven camarera que limpia con pereza la barra. -Buenas noches.- te dice. Está, en efecto, viendo la televisión, donde están pasando una teleserie española en la que unos gemelos vigoréxicos se baten amistosamente por el corazón de una actriz diez años mayor que ellos.

Sin más, Frantisek sale del parque, atraviesa la calle y se mete en el bar. Afortunadamente, este está muy cerca de la furgoneta, por lo que en cuanto salga ya estará junto a ella si es necesario partir..

Ernesto se queda con la cara de piedra. Mira alejarse al parapsicólogo sin decir nada, y cuando está a una distancia considerable, su gesto se afloja. Cierra los ojos y se frota el puente de la nariz con índice y pulgar. Haciéndoles un gesto de Enseguida volvemos a los otros, parte detrás de Frantisek en dirección al bar y la camioneta.

Señorita. - Interrumpe la poco enérgica acción de la camarera. - ¿Podría dejarle el mandop a distancia de la televisión, para ver las noticias?

La cara de Frantisek es la más dulce que puede crear su rostro maltratado por el paso del tiempo.

Facu asiente al gesto de Ernesto y continúa escuchando el concierto, buscando entre los presentes a quien pueda considerar candidato para una rápida entrevista posterior. Todavía azorado por la reacción del parapsicólogo, el locutor está tranquilo, o aparenta estarlo, mientras espera que los pálpitos del redactor sean solo una mala idea

Tras verificar que su teléfono se encuentre encendido y con baterías, permanece a la espera que los cantantes terminen su actuación.

Diego se encoje de hombros ante la situación y vuelve hacia el quiosco para seguir filmando

La chica arruga el entrecejo, coje el mando a distancia y apunta hacia la tele, sin hacer gesto de cedértelo en momento alguno. -¿Qué canal quiere ver?- te pregunta. Tras una breve discusión para informarte de qué puede haber en televisión a esta hora, hacéis un barrido por los 9 canales disponibles, incluyendo uno de la provincia, encontrando hasta tres telediarios en los que no parecen estar dando ninguna notica interesante. No obstante, no puedes ver más de un par de minutos de cada uno antes de que Ernesto entre en el bar.

Esperas unos minutos, pero Frantisek no sale, así que impaciente, das unos cuantos pasos largos como zancadas para entrar en el bar, prometiéndote a tí mismo tener paciencia. Te le encuentras de pie en el bar, mirando un telediario en televisión, mientras una camarera joven, sostiene con aire aburrido un mando a distancia en la mano. El bar, por lo demás, está vacío.