Partida Rol por web

Mientras los chicos se han ido al Oeste, vosotras las chicas os quedáis en California. 

Tenéis pinchado el teléfono de Ecotopian, la revista, así que de vez en cuando supervisáis si dicen algo del próximo número. Pero parece que tratará sobre talas indiscriminadas de bosques en Oregón, no de cabezas de perro zombie en Montana. 

El inspector postal Baldwyn se ha comprometido también a inspeccionar todo el correo que le llegue a Ecotopian, por si "Iron Shirt" manda más muestras.

Siguiendo el consejo de Fessenden, contactáis con el agente Lewiston, de la ATF, para seguir el rastro del tipo sospechoso que seguía a la periodista Fionna Linn-Wei. Lewiston se sorprende un poco de que dos agentes del FBI de Arizona se preocupen por un matón de poca monta...

Aquel tipo había resultado ser tan solo un matón, un vulgar delincuente. Pero el hecho que que estuviésemos tras sus pasos, estaba llamando la atención del agente Lewinston.

-Si agente Lewiston, el tipo es un vulgar delincuente, pero estamos tras sus pasos, porque podría estar involucrado en un caso mayor, del que aun no podemos informarle.- Le dijo al agente con la intención de que no tratará de sacarles demasiada información, como para sospechar que aquel no era un caso normal, y que ellas no estabn trabajando en esos momentos para el FBI. 

Lewiston os cuenta que lleva tiempo investigando a un grupo de neonazis radicales, la BFR (Bear Flag Republic), uno de los que habitualmente controla la ATF. Tienen refugios en varios puntos del Norte de California donde esconden armas. Os pregunta que ha hecho ese para provocar al FBI.

¿Qué podría tener que ver aquel tipo con lo que estaban investigando? Tal vez nada, pero por si acaso, tendrían que estar pendientes. Ante las preguntas del agente, algo normal, trató de no dar detalles, correr un velo de silencio sobre el asunto, algo normal en las investigaciones delicadas.

-Aun no sabemos nada con certeza señor Lewiston, pero su nombre ha aparecido y mejor saber de quien se trataba. ¡Muchas gracias por su colaboración!- Le dijo para tratar de zanjar el asunto. 

Lewiston os parece inteligente, curioso y curtido. Demasiado curioso quizá. Da alguna información más, pero os parece que está reteniendo datos para que así tengáis algún motivo para preguntarle más adelante.

Aquel tipo parecía tener más información de la que había soltado, estaría esperandoa nuevas oportunidades para largar más, al tiempo que metía las narices en nuestros asuntos. Pero de momento, les había dado lo que le habían pedido. Así que tocaba despedirse, y ver que hacer con lo que tenían hasta el momento.

-¡Muchas gracias por su tiempo! Supongo que volveremos a vernos.- Y salieron a buscar un local donde comer, y luego con el café, pensar en los siguientes pasos. 

¿Qué tiene que ver una banda de fanáticos racistas con la ABC? Buscáis en la base de datos del FBI información sobre la BFR a ver si encontráis algún vínculo, aunque no hay ninguno aparente.

Al día siguiente al hacer un seguimiento rutinario del teléfono de Ecotopian, os enteráis de que por la noche han secuestrado a Fiona Lin-Wei en su domicilio. Aun no ha salido en los periódicos.  

El secuestro podía ser obra de aquel delincuente, tenían que tratar de localizarlo, y de esa forma ver las posibles relaciones con Montana.

-Tratemos de encontrarla, es la única pista que tenemos en estos momentos, y podría aclarar las relaciones que hasta el momento no hemos podido encontrar.- Le dijo a su compañera mientras se preparaba para tratar de resolver el secuestro. Sabían por donde podría andar aquel vulgar delincuente, era cuestión de ir con cuidado de no llamar la atención. Tenían que capturarle e interrogarle, antes de entregarle a la policía. 

Según el informe policial, tres individuos entraron en el apartamento de FIona a las dos de la mañana sin forzar la puera (quizá por una ventana). La señorita Lin-Wei se resistió como una leona (hay rastros de sangre de otra persona en su casa) y el ruido despertó a los vecinos. Uno de ellos intentó intervenir, pero sólo consiguió que lo empujaran escaleras abajo. Otra vecina, más prudente, llamó a la policía y tomó la matrícula de la furgoneta en la que se la llevaron. 

Por desgracia la matrícula era robada (es decir, alguien robó la matrícula y la puso en la furgo).

El acosador de Fiona al que identificasteis no está en su casa ( si llamáis).

Dado que el sospechoso no esta en su casa, lo mejor será hacer un seguimiento. Tratar de localizarle, desde un coche en el que esperemos, de esa forma puede que le veamos, e incluso con alguno de sus amigos. Si esperamos cerca de la casa del sospechoso en un coche, aunque pase algo de tiempo, al final podría dar resultado y llevarnos hasta la secuestrada y los secuestradores. Es lo que Di Trevizo le comenta a su compañera, a falta de otra mejor idea a la que lanzarse. 

Pensando sobre el tema, recordáis que tenéis la matrícula del acosador, la del coche que usó lara seguir a Lin-Wei, que no es el mismo que usaron para secuestrarla. Buscando en bases de datos, veis que el coche es de un tal Jake Olson, un tipo con antecedentes variados que vive en Santa Monica y está en libertad condicional ahora mismo.

La única pista que tenían era la dirección de un tal Jake Olson, en Santa Mónica, así que sin perder más tiempo fueron a su dirección. Tenían que armarse de paciencia y comenzar una vigilancia que podría resultar larga y aburrida. Pero si la hacían con cuidado, puede que diesen con los secuestradores y con la periodista secuestrada. Y tampoco tenían nada mejor que hacer, así que condujeron hasta la dirección, y desde un lugar apartado que permitiese ver los movimientos in levantar demasiadas sospechas, comenzaron la vigilancia. 

Vais al domicilio del tal Olson, que vive una caseta prefabricada echa polvo con una bandera confederada colgando. Tiene la ranchera del otro día en un garaje mugriento. 

Tiene las persianas bajadas y no veis movimiento en varias horas.

No les costo demasiado llegar hasta la destartalada casa en la que malvivía Olson, buscaron un lugar adecuado para la vigilancia, y se dispusieron a esperar. Por allí estaba la ranchera en un sucio garaje, pero las persianas estaban bajadas, y en las primeras horas no vieron movimientos.

-Tendremos que armarnos de paciencia, tal vez nos lleve varias horas ver a alguien. Aunque si vemos que esto se alarga demasiado, siempre podemos entrar a ver quien hay en la casa. De momento, mejor esperar, que con un poco de suerte, descubriremos algo interesante.- Le dijo a su compañera, mientras se terminaba un café que hacía mucho tiempo que se había enfriado, aunque a ella le gustaba más así que demasiado caliente. 

Lleváis 4 horas de vigilancia cuando veis que el tipo sale de casa y se va en su ranchera. 

Las horas pasaban y pasaban, in ninguna novedad. Eran las largas horas de espera de las vigilancias, aburridas y tensas, ya que justo cuando te despistabas podría ocurrir lo que tanto tiempo llevabas esperando. Ya llevaban mucho tiempo vigilando el lugar, cuando el tipo salió y cogió su ranchera.

-Bueno, termino la espera. A seguir a una buena distancia la ranchera, con un poco de suerte nos lleva hasta la secuestrada.- Le dijo a su compañera, mientras se preparaba para seguir a aquel tipo. Tenían que tener mucho cuidado, para que no sospechase que le estaban siguiendo. Así que había que darle cierta distancia, y conducir con tranquilidad. 

- Vamos allá. - masculló Bartlet. Por fin podrían hacer algún avance. El tiempo estaba corriendo y eso siempre era crucial en los casos de secuestro. Cruzó los dedos mientras seguían a Olson; era vital que les condujese hasta el resto de los secuestradores. 

Seguís la ranchera de Chip Thawn (así se llama el sujeto) discretamente a distancia. Hay tráfico moderadamente fluido y no es difícil que no os vea. Este conduce hacia el Este en dirección Sacramento. Antes de llegar a la ciudad, para en una área comercial donde compra varias bolsas de comida y alcohol. Esperáis fuera del aparcamiento hasta que vuelve a ponerse en marcha. Ahora va por carreteras secundarias, hasta el punto que pronto se mete por un camino de tierra sin señalizar, casi desapercibido tras unos arbustos.