Partida Rol por web

Muchos vuelos. Mucha carretera. Muchas comidas grasientas en bares. Mucho café. Poco sueño alterado por las memorias de disparos. De cuerpos despiezados en neveras. Cuando os encontráis en el aeropuerto de Helena (Montana) ninguno de los cuatro está especialmente boyante. Solo esperáis que la adrenalina aguante.

Tenéis una lista de locales por donde suele moverse la gente de la milicia extremista de los Norsefire. El tercer sitio que visitáis es el ganador: Patriot Club, a las afueras de Great Falls, donde los militares y los "patriotas" (léase blanco, protestante, con un corte de pelo adecuado y de ideas racistas) beben a mitad de precio. Pese a ser viernes noche, está sospechosamente cerrado... Pero tiene varias rancheras aparcadas en la parte de atrás y luz dentro. 

El lugar está relativamente apartado de las casas de la urbanización más próxima. Es un edificio de dos plantas con zona de aparcamiento y un campo de tiro a poca distancia.

El cansancio se iba acumulando, pero no tenían tiempo que perder, y tras reunirse todos, y ponerse al día. Comenzaron la visita a los diferentes locales  en los que podría tener la reunión. Les costo, pero al final dieron con el posible candidato. El Patriot Club, que aunque aparentemente estaba cerrado, el hecho de que hubiese varios vehículos aparcados en sus inmediaciones, lo desmentía.

-¡Bingo! Creo que ya tenemos el local, ahora habrá que buscar lugares adecuados para hacer la vigilancia. Y pronto llamar a Marvin, para que este preparado para traer los refuerzos.- Pensando en lo precavidos que eran aquellos tipos, estaba claro que si les descubrían, todo podía echarse a perder.

-Tenemos que ser muy cuidadosos, no pueden sospechar nada.- Añadió.

Emily estaba de acuerdo con lo planteado por Sinclair, sabía los problemas que habían tenido los chicos con el jefe, y que este esperaba resultados. No le podían decepcionar.

-Si es necesaria la máxima cautela posible, hagamos una vigilancia desde la distancia, con prismáticos, desde no puedan vernos. Si sospechan algo, los jefes se largaran.- Tendrían que dejar el coche lejos, y buscar alguna posición desde la que poder vigilar el garito, pero desde la distancia, con prismáticos. 

 Desde la lejanía, Bartlet expuso alguna idea:

 - Podemos dejar el coche razonablemente cerca de la última casa de la urbanización, aunque se vea solitario no debería resultar sospechoso. Lo que no sé es hasta qué punto tendremos buena visión desde allí. - Lo cierto es que el vehículo quedaría lejos del local; aunque tenían línea de visión directa es cierto que esta no sería muy detallada. - Alguno de nosotros debe tratar de acercarse algo más. Quizá disfrazado de corredor de jogging, quizá paseando una mascota. Sería fundamental que pudiéramos captar algo del interior.

- No jodas Bartlet. No tenemos perro y no me he traído las mallas… -respondió en tono socarrón Fessenden. - Yo me puedo acercar sigilosamente, como un viandante despistado. -propuso. Luego se dirigió a Sinclair, que estaba echando un vistazo con los prismáticos. -¿Ves luz en el piso superior? Si me puedo acercar luego puedo intentar acceder por ahí… Aunque simplemente sea para colocar algún micro que nos permita enterarnos de lo que se cuece dentro. 

Sinclair, el experto en espionaje electrónico, ha traído un micrófono parabólico. Con eso si apunta a una ventana debería ser capaz de escuchar conversaciones a través de las vibraciones del cristal. Tiene unos 100 metros de alcance. claro que cuando más cerca, más nítida es la señal.

Sinclair busca una buena posición desde la que pueda oir lo que están hablando en el interior del local. Ve unos arbustos a unos 70 metros del club y piensa que ese puede ser un buen sitio para ponerse a escuchar. Le indica a Di Trevizo que le acompañe, no sea que de quede tan concentrado en lo que escuche que no sea consciente de lo que ocurre en el exterior. 

Emily sigue a Sinclair hasta unos arbustos situados no demasiado lejos del garito. Es más cuidadosa que Sinclair, y se cubre muy bien con las sombras, mientras se acerca a los arbustos. Ella estará pendiente de lo que pasa en el exterior, lista para avisar a su compañero en el caso de que se avecine algún problema. Pronto tendrían que comenzar a llegar los coches con los invitados a la reunión, y los líderes de este grupo de fanáticos. 

 Con Sinclair y Trevizo aproximándose hacia el grupo de arbustos cercano al club, fue Bartlet la que se lanzó a aproximarse de manera disimulada pero descarada. A Fessenden no le hacía ninguna gracia vestirse de deportista para estas lides, pero Darla no tuvo problema. Se vistió con unos pantalones de deporte y una sudadera, colocada encima del chaleco antibalas. En una riñonera ajustada a la cintura introdujo su Glock; desde luego no era cómodo para correr pero disimulaba el arma a la perfección. 

 En cuanto estuvo preparada dio un pequeño rodeo hasta la urbanización y a continuación se encaminó directamente hacia el club, como si viniera desde las casas. Mantuvo un trote ligero para tratar de fijarse bien en lo que pudiera del local así como en los vehículos que estaban estacionados detrás. Dado que no había más edificios cerca parecía coherente que una corredora llegase hasta allí y luego diese la vuelta, de regreso hacia la urbanización. 

 Observando a través de los prismáticos, Fessenden se mordía el labio desde la distancia. Los cabrones de sus compañeros se habían lanzado a la acción antes que él, cosa inaudita. Ahora le tocaba guardar la posición y comprobar que todo fuera bien y no hubiera sorpresas desagradables. 

 “¡Cuidado Sinclair maldita sea!” masculló para sí viendo cómo se aproximaba su compañero hacia un grupo de arbustos. Se había movido con torpeza, quedando a la vista en algunos momentos. Trevizo en cambio lo hizo muy bien, confundiéndose con las sombras y agazapándose rápidamente al lado del agente.

”Espero que no le hayan visto” Enfocó entonces hacia Bartlet, que bajaba corriendo desde las casas donde comenzaba la urbanización. No cabía duda de que Darla salía a correr con regularidad. Se la veía con estilo, confiada y segura de sí misma. Enseguida llegaría hasta el club. 

 “Eso es…Das el pego estupendamente.” -pensó mientras intentaba relajar sus nervios. Era el momento de pescar algo…

Sinclair consigue enfocar el micrófono a la ventana del segundo piso.

- ... Erik, tú te encargarás de la casa de Turner.... - interferencias- ni un papel ni un disquete. ¿Estamos seguros no ha hablado con nadie?

-  Llevamos dos semanas pinchándole el teléfono. Yo creo que se está callando lo que sabe.

- Mejor. De todas formas haremos una visita a esa panda de judíos en Nueva York... Sigurd, ¿has encontrado a la zorra de ese indio?

- La chica se ha esfumado, Karl. Dejo el curro hace unos días y nadie sabe donde está. Pero creo que...- ininteligible. Cuando se alejan de la ventana es difícil oírles.

- Cojonudo. Nadie las echará de menos. Dentro de dos días salimos a escena, y vamos a impresionar al einherjar. Se acabó 

Exclamaciones de alegría del grupo.

- ¿Y ese moñas de Crisp? El que mandó el paquete.

- Ese no sale de la ratonera. le daremos lo suyo también.

Aparte de haber luz en el segundo piso, vuestra observación cautelosa permite comprobar que hay gente en la galeria de tiro. Deben estar probando armas silenciadas, porque no oís disparos ni veis fogonazos, pero usan linternas para ver el resultado de sus disparos.

Bartlet está a punto de cruzarse con el vigilante del club... Afortunadamente se mete detrás de unos arbustos a tiempo.

Estaba claro que habían encontrado lo que estaban buscando, y tal vez podían esperar un rato antes de intentar atraparles, cosa para la que iban a necesitar refuerzos, ya que aquellos tipos estaban fuertemente armados. Mientras tanto, tal vez podrían sacar algo en claro de aquellos fragmentos de conversación que podían escuchar. Aunque a Sinclair aquello le sonaba a chino. 

A Emily no le pareció mal seguir con la escucha, y preparo una grabadora para tratar de tener los audios y luego poder estudiarlos, tal vez pudiesen sacar algo de provecho de ellos. Ella se centraba más en vigilar los alrededores, para que no les sorprendiesen aquellos fanáticos. 

Parece arriesgado meterse con gente bien armada. Claro que al poco rato dejan la operación y se ponen a comer pizza congelada y a beber cerveza. El ruido de un televisor impide oír bien las voces.

Se puede intentar Sigilo para llegar hasta los coches y ponerles un rastreador.

Quizá se pueda intentar un asalto con Marvin y sus armas. Está a menos de una hora en coche.

-¿Turner? Ya hemos oído ese nombre- preguntó Fessenden a Sinclair a través del walkie. - Si no me equivoco es el jefe de seguridad de la planta. ¿Se lo quieren quitar de enmedio?

 Desde luego tenían programada una visita a su casa, y parecía que no querían dejar allí ningún rastro. 

- Parece que también amenazan a Crystal, aunque no he podido escuchar si la tienen localizada. -a continuación guardó silencio unos instantes, sopesando la situación. - Joder, sería ideal poder colocar rastreadores en los coches, pero parece muy arriesgado. ¿Alguna idea?

No tenía nada claro que era lo que les convenía hacer a continuación, tenía serias dudas. Ante la mención de Jack acerca de rastreadores, rebusco en la bolsa de equipo que había traído, y tan solo había uno.

- Tan solo tengo un rastreador, y ponerlo en tan solo un vehículo, implica perder al resto. No lo se, yo había pensado en atraparles, en pararles ahora y aquí los pies, antes de que vuelvan a dispersarse y desaparecer. ¿Qué hacemos?- Dijo mientras miraba a sus compañeros, y en seguida paso a dar su opinión.

-Esta gente ha demostrado ser muy precavida, demasiado, y nada fácil de rastrear. Yo avisaría a Marvin, que venga con refuerzos y en una hora entramos a por ellos. Hacemos un buen perímetro y tratamos de evitar que nadie escape. Y mientras esperamos a que lleguen, pongo el rastreador en uno de los coches. ¿Qué pensáis?- Y espero a ver que era lo que querían hacer el resto.

Emily no tenía nada claro que hacer, era todavía muy reciente el ataque a los pirados de aquella cabaña, y las cosas se habían complicado mucho. Aquí había más, y sería aun mas peligroso. Pero no podían dejar que se largasen, era muy difícil que pudiesen volver a dar con todos ellos, incluidos sus líderes.

-Será muy peligroso, pero no creo que sea buena idea dejar que estos tipos se larguen. Habrá que tratar de detenerles, con la ayuda de Marvin y con mucho cuidado.- Si tal vez tenía miedo del tiroteo que se podía montar, ya habían escuchado que estaban bien armados, y eran muchos, tenían que esperar al momento adecuado. Y suerte, iban a necesitar mucha suerte. 

- Mmmm….La verdad que me tienta mucho la idea de entrar a por ellos pero…¿estamos seguros de que están todos ahí? -preguntó Bartlet. - ¿Incluido ese al que llaman el Gran Hombre? No quiero conformarme con el segundo premio…