Partida Rol por web

—Bienvenidos al cubil. Sí, sí... Habéis adivinado bien. Cuando me enteré de que no iba a ser quien presentase Operación Triunfo compré los planos de la casa y los estudié. Ahora he creado una habitación secreta comunicada con todas las habitaciones. Prueba de ello es que habéis encontrado este lugar. Bueno... ¿Qué tal si empezamos a eliminar ya incompetentes? ¿Estáis listos?

- Bueno bueno bueno, ¿pero habéis visto qué pibón? - intentó buscar la mirada cómplice de los otros dos chicos de la sala pero ninguno parecía demasiado interesado en el físico de Pilar. Extrañado, intentó hacer lo mismo con Natalia pero su mirada estaba aún más vacía si cabe - Vengaaaaa, ¿me diréis que preferís al camionero de Carlos Pozano? ¿No verdad? Vamos a acabar con quien haga falta hasta que se haga justicia. Si hay que dinamitar el concurso, se dinamita. Pilar bien vale mil misas. 

- No, no, ¿Carlos Pozano? No, no. Soy más de Mina. A Mina le dedicaría yo un par de canciones –respondió Juan Camus, por primera vez diciendo algo con decisión-. Pero no nos… Vamos a lo importante, ¿de acuerdo? Mirad, yo he venido aquí a trabajar y seguir mi pasión y, no sé… Creo que hay gente que, que no se lo toma en serio, ¿sabéis? Y esta oportunidad que nos están dando, con todo lo que… O sea, es que creo que algunos… Pues serán muy majos, pero no se lo merecen. Seguro que vosotros también lo habréis notado –añadió mirando al resto.

- ¿A Mina? - Luis le miró extrañado. Había algo en ese chico que no conseguía computar. - ¿Prefiere a Mina antes que a Pilar? Bueno, el sabrá - Jeje, para gustos los colores ¿no?. Bueno, Pilar.... ¿cómo quieres que hagamos esto? ¿Te proponemos a alguien para que sea expulsado y tú te ocupas? No querrás que le explusemos nosotros por la fuerza ¿no? 

Pilar pareció sorprendida por el comentario de Juan. Luego su expresión pasó a la extrañeza... Y finalmente al asco.

—Nada de echarlo por la fuerza, que no somos piratas —contestó—. Vais, ponéis una marquita en su puerta o algo, y mi compañera la hacker se encarga de todo.

- Vale guapa. Pues hoy por hoy no hay nadie especialmente expuesto como para arriesgar más o menos a la hora de marcar la puerta así que propongo que si los cuatro participamos de aquí al domingo, echemos a suertes quién se come el marrón de marcar la puerta ¿os parece?.

Y dependiendo de lo expresivos(*) que sean los vigilantes, tendremos que plantearnos si hacer rotativo o no el rol de encargado de la tiza. 

- Cámaras por todos laos - le dice Natalia a Juan Camus - Yo estoy dacuerdo con hacer trampah, que pa eso hace falta talento también - dice - Que de aquí a presentaora de tele o locutora del Anda YA como poquico.

- Cucha niño - le dice a Luis Mas, que parece el más más - El marrón de salir a marcar puerta' yo también prefiero que sea a suerte' - O lo que es decir... voluntariamente ella no quería, clarostá. A ver qué decía el otro chico, Agoney.

- Natalia, no se trata de hacer trampas por hacer trampas, ¿no? Queda muy feo decir eso. Es más bien… Yo opino, como empresario que he sido, ¿sabéis? que… Pues para triunfar hay que quitarse los lastres cuanto antes, ¿no? Y hay algunos aquí que lastran a los demás y… En fin, no sé, no quisiera arruinar mi carrera, ¿no?, solo porque haya alguien que llegue hasta… hasta el final solo porque caiga bien a la gente, ¿no? Porque luego… en fin no trabajan y cantan mal, pero ahí están solo porque hacen gracia o son guapos. Y aquí, pues no sé, mirad, yo he venido a demostrar lo que sé hacer –concluyó el gran artista y trabajador nato Juan Camus.

- Yo, sí, supongo que es buena idea echar a suertes quién pone la marquita, ¿no? ¿Pero tenéis a alguien ya en mente a quien queráis expulsar? Yo, no sé, hay tantos que… en fin, que no, que no funcionan aquí como grupo, ¿sabéis? No sé.

Luis llevaba un rato mirando a Agoney fijamente, esperando que dijese algo. 

¿Qué le pasa? ¿Se está acojonando ahora? ¿Está a la altura de una operación como esta?

- ¡Eh! ¡Muchacho! - le agarró del hombro y le meneo - ¿Vas a decir algo?. Mira, se hace así. 

Se puso detrás de él y le agarró el brazo como si fuese un muñeco de ventrílocuo. Hizo un amago de acento canario algo afeminado y comenzó a hacer como que hablase su compañero mudo. 

- Yo, Agoney, me ofrezco a poner la marquita en la puerta. Y yo, Agoney, canarión, me siento suuuuperunánime a lo que digáis

Soltó su brazo y le dejó autónomo de nuevo. 

- Muy bien Ago, ya era hora de que te pronunciases. Y gracias por ofrecerte, ya no hace falta que lo echemos a suertes. Ahora al turrón.  - se sentía orgullosísimo de la pantomima que acababa de hacer - Propongo ir a por Alex Casademunt. No tenemos mucho en lo que basarnos, pero es el que más me parece que está intentando pasar desapercibido. ¿No será algún enchufado de Gestmusic queriendo no llamar la atención?. Alguien con más podere que los demás. Yo iría a por él.  

- Fantástico, Agoney. Una cosa menos que tenemos que pensar -Era un alivio. Quién sabía si Juan Camus podría hacer trabajar tanto su cerebro. Incluso aunque lo echaran a suertes tendrían que pensar en qué método usar para echarlo a suertes. ¡Demasiado! 

Alex Casademunt. Juan Camus echó la mirada al techo, con ojos entornados y expresión de reflexión. Nadie sabía lo que pasaba por su cabeza: si una serie de argumentos a favor o en contra bien hilados y razonados, o tal vez pelusilla. Finalmente asintió con la cabeza.

- De acuerdo, sí. Alex es un poco... no ha hecho nada. No se ha relacionado con nadie y, no sé, en la actuación... No canta bien, ¿sabéis? Estuve fijándome y solo levantaba las cejas, guiñaba el ojo a las chicas y movía los pectorales. No me parece... no es un artista como nosotros. 

- Mira que majo él - Pues ya estaba ¿no? Natalia asentía con una sonrisa de niña buena. La puerta de Álex que la marque Agoney - ¡Gracias preciosos! - dice a los tres.

- Y oye Juan, que no eh, que no por nah llevo en clases de canto desde chiquitina. Pero aquí se viene a triunfá', y cómo va a ser otra historia. Digas lo que digas quieres marcar puertas, no? Pues trampas que son y al trampolín que vamo' - Olé jajaja

- Po eSo, no?! - dice Natalia - De momento no hay mucho balbalabla porque hay mucho amor en la casa, pero cuando empiecen a tirarse los trasto' verás tú.

- Agoney marca la puerta y yo vigilo a ver qué pasa, va! - decide, así, de repente.

Trampas, no trampas. Qué más daría cómo se llamara. Lo importante es que los cuatro que estaban ahí, los verdaderos artistas, acabaran con un buen contrato y un disco. Lo merecían. No por nada, Juan Camus había dejado una vida de éxitos empresariales para dedicarse a su pasión.

El acento de Natalia era divertido. Por eso Juan Camus soltó una corta risa con muchos dientes.

- Muy valiente, Natalia -alabó Juan Camus-. Se te nota entera y sin nervios. Muy bien, muy bien. Y, eh, tú tranqui, ¿eh? Que haremos lo posible ¿vale? para que esa nominación no llegue a más.

- Venga, pues la suerte está echada. Vamos a ver qué tal se da el primer ataque. ¡Que comienze el acoso y derribo de Carlos Pozano! Ánimo Agoney, ¡se al menos TAN discreto poniendo la marquita como aquí entre nosotros!. 

Natalia ríe asín, como timidamente con el comentario de Luis. Luego se vuelve hacia Juan.

- Bueno nada, pos yo me asomo un poquitín así y a ver qué veo, que eso no tiene peligro ninguno - más allá de quedarse en ascuas de información.

- En mi box Aitana parece mu dispuesta a todo, pero Ainoha mu calladica, saes? además así como que me mira. Y bueno, el Tú, que de momento me preocupa un peo en Graná - les cuenta.

A pesar de su silencio, Agoney hizo bien su trabajo. Acudió a marcar la puerta convenida mientras Natalia vigilaba... La muchacha no vio a nadie mientras hacía su ronda. ¿Había alguien muy discreto entre las sombras, o simplemente no había nadie? Era imposible saberlo.